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Actuemos a Amarnos [Vegekaka] |Yaoi| por VaneSSj

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Notas del capitulo:

El seguimiento, perdonen la demora <3

Unas horas bastaron para que mi dolor de cabeza acabara. Y no solo lo menciono por las miles repeticiones, si no que una de las actricez se hallaba en mal estado que vomitaba cada segunda toma; a ese paso, solo logró extender el tiempo acordado en el cual estaría en el estudio.

A lo que me dedico no es por voluntad, mi madre, antes de que falleciera, dejó miles de grabaciones de mí actuando sin que lo supiera; mi padre, que esta aún vivo, recibia miles de llamadas y al notar mi futuro como celebridad, no dudo en hacer que firmara miles de contratos a causa de amenazas.

No es algo de lo que orgullese, ni algo que me asquee. Sin embargo, no es la clase de cosas que haría, sin olvidar que tengo que cuidar mi imágen, con los chismes de parejas falsas que han surgido con el transcursos de los años pero la más relevante es entre hombres.

Alcé la vista y noto que faltaba un par de cuadras para llegar a ''Bon café, bonne journée''. Lo que va a mi favor, es que no soy un actor tan conocido como para estar rodeados de gente pero un exito nuevo que le siguen los camarógrafos por donde sea, obvio, escondidos.

— ¡Hey! —parpadeé un par de veces y dirigí mi vista al suelo a un chico.

— Lamento el choque.

Se levantó sin mi ayuda... no es como si se la daría. Escucho un balbuceo, no lo oí del todo pero para cuando iba a pedirle que lo repita, él se aleja en dirección a donde yo iría.

Al entrar, las mesas se hallaban ocupadas. Con solo tres meseros, hacian lo que podían, no le tomé importacia e intente buscar con la mirada un lugar apropiado donde estar sin tanta gente.

En medio del recorrido de mi vista, encontré una mesa con silla disponible pero ocupada por un chico.

Suspiré y encaminé al lugar, no había notado mi presencia, parecia absorto en su lectura de un libro de matemáticas.

— ¿Fresa?

Alejó la cuchara de sus labios, dirigió la mirada a mi y bajó el libro.

— ¿Puedo tomar asiento?

Bajó la mirada al batido y su dedo, jugó con el sorbete que tenía dentro, en un susurro que demostro su timidez habló— ...si quieres.

Resultó ser reservado. Suspiro con cansancio, tomé asiento frente a él y no espero tanto para que un camarero se acercara a mi lugar y pidiera mi orden. Por supuesto, sin tener la minima idea de con quien interactua.

— Bienvenido al «Bon café, bonne journée»... ¿Cuál es su orden señor?

Paseé mi mirada en la mesa que compartía, comenzaba a verse delicioso la tarta junto con el batido.

— Una tarda de chocolate y un batido del mismo sabor.

— Enseguida.

Se retiró y me coloqué bien conforme al asiento. Un grito femenino además de balbuceos a mis espaldas me hizo girarme hasta topar con una decena de mujeres que, sin notarlo, hablaban y jugaban con mis cabellos.

— T-tu eres... ¡Tu eres Vegeta-Sama! —gritaron al unisónito con fervor.

Cuando notaba que mi orden estaba por ser traida, cegadores flashes atacaron la mesa y por ello el alzamiento de voz del chico enfrente de mi.

— Vegeta-Sama, lo encontramos en un buen momento—. Señor Vegeta, se siente muy agusto con este joven pelinegro—. Acaso usted, ¿Mantiene una relación con él?

Antes de que continuaran sacando conclusiones, negué varias veces y en cuanto al chico, solo bajó la mirada.

— Se equivocan yo no tengo nada que ver con él.

— ¿Cuando se aceptarán su relación abiertamente? —uno de esos acercó un microfono a ese chico— ¿Hace cuánto que mantiene una relación amorosa con el actor principiante?

— ¿Rela...ción? —desde donde estaba se veian las manos temblorosas y su voz dependía de un hilo— N...no yo...no.

Es demasiado, todos se iban contra ese pobre chico y no le escuchaban en lo más minimo. Querian oír lo que querian oír; aproveché que entre los 10 camarógrafos habia una pequeña apertura, le tomé de la muñeca y agarrándolo, corrimos a la puerta.

Apenas y él podia seguirme el paso, costantemente le halaba el brazo para que no se quedara detras mío. Unos minutos de carrera, las cámaras dejaron de flasear o sonar, señal de que ellos no estaban en el radio.

Me detuve lentamente. Estoy cansado y jadeante de la misma forma del pelinegro.

— Lamento... eso —le miré pero no daba la cara.

— No... importa —secó el sudor de su frente- ¿Ahora... te volviste... gay?

Negué muchas veces por esa estupida idea que de solo pensarlo me causaba dolor de estómago.

— Solo... tengo que... demostrar... que no soy... así —suspiré y recuperaba la respiración.

Tanto él como yo, recobramos la postura. Sus cabellos en un extraño peinado rebelde me daba mucho que pensar, un aspecto delincuente, sin embargo, una personalidad sombría y temerosa.

Él camino acomodándose la mochila en su hombro izquierdo y yo le seguía el paso en una distancia de medio metro, quizá menos.

Se detuvo frente a una reja pequeña, color negro desgastado entre un muro de bloques. Abrió la reja para él y volteó a mí. Le notaba inseguro e incómodo.

— S... sabes... —captó mi atención—. Mi hermana y su amiga... te admiran mucho.

Arqueé una ceja— Ah... Genial.

Veía que se mordía el labio y el borde de su camiseta se enrolló en toda su mano, deja en claro lo nervioso que está.

— Sería una molestia... ¿Presentartelas? —por segundos me miraba por el rabillo de su ojo. Los mechones de su cabello me hacían imposible descifrar lo que verdaderamente significaba ese comportamiento.

Llevé las manos a los bolsillo y relajé el peso de mi cuerpo en el muro de la casa a un costado.

— Claro que no...

Notas finales:

Dejen un comentario para saber si les gusto, kai kai~


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