El reino violeta era un reino próspero y poderoso mucho más que otros reinos a sus alrededores, su príncipe era uno de los más cotizados del reino, un joven de galardonados modales, piel fina como la porcelana, ojos cuales zafiros, largas hebras de color morado y una sonrisa que hacía suspirar a cualquier joven que le viera.
Pero el joven tenía un gran secreto él estaba enamorado, enamorado de un aprendiz de bufón, siempre se encontraba sonriendo y haciendo chistes de los más absurdos, podía hacer malabares y muchas cosas más era un joven bastante ingenioso y con quien le gustaba pasar ratos a escondidas, pues a pesar de ser un bufón, era alguien muy calmado, risueño y amable, alguien con quien realmente te gustaría estar tu rato.
Pero lo que más odiabas era aquella sonrisa cargada de tristeza que el bufón le regalaba esos ojos azul mar manchado de un profundo dolor que no deseaba demostrar y que ocultaba con una falsa sonrisa era doloroso hasta para él.
Cuando el joven paso de ser príncipe a ser rey y tener que buscar una reina se rehusó no importaba cuanto su padre o su madre le pidieran o cuanto el consejo lo desaprobara al final era él quien reinaba ahora no ellos.
-Debería usted de buscar una reina –le habló una de esas tantas veces en la que estaban solos –Eso es lo que más desea el pueblo un heredero del rey.
-No quiero estar con una reina a la que no le puedo entregar mi corazón –Respondió –
-¿por qué? –aquellos ojos mares le miraron atentamente –
-Porque usted se encargó de robármelo hace muchos años –Contestó, el bufón comenzó a llorar un inmenso dolor llego a su pecho queriendo ahogarlo en su agonía –. . . –El rey no habló solo le atrajo a su pecho permitiéndole llorar todo lo que deseara –
-Yo también le amo su majestad –Se alejó lentamente sorbiendo por la nariz –pero…
-Soy el rey y como rey puedo tener lo que yo desee –Habló –Y le deseo a usted.
-Habla como si usted fuera un niño caprichoso y yo sé que así no es usted –Expreso con un puchero para que él rey riera –
-Es que usted es el único capricho que no me negaré a obtener –Expreso mientras le acariciaba la mejilla secando aquellas lágrimas que se atrevían a mancillar su hermosa piel –
-El bufón rio observando los ojos de su tan amado rey, sabía que cuando algo se le metía en la cabeza jamás lo sacarían de allí así era él –Entiendo.
Por más que quería el Rey dar a conocer de ello el bufón no de lo permitió otros reinos le invadirían al saber que el rey del reino violeta salía con el bufón de su corte, a pesar de que aquello no le importaba al rey aun así la guerra no le parecía lo mejor al bufón, así que por el bien de su amado el rey no hablo de nada a pesar de que se corrían los rumores por los pasillos del castillo no salían más allá de esas paredes nadie sería tan tonto como para eso.
El rey amaba a su bufón y el bufón jamás volvió a dar una sonrisa triste por el amor a su rey.