Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No escondas tus sentimientos por BeckyOngakuzumaki

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He aquí un OS que escribí hace tiempo de esta hermosa pareja, espero que les guste (:

Cinco días, han pasado cinco días desde que Yurio ha estado actuando extraño, no es normal en él y eso le estaba preocupando a Viktor.

Eran las diez de la mañana, Yurio estaba frente al océano, pensativo, ¿en qué pensaba? Ni idea, y eso era lo que incomodaba a Viktor, ¿le habrá pasado algo? Quizás se peleó con su novia, ah cierto que no tiene novia, quizás se peleó con su abuelo, no ni él se la cree.

¿Entonces? ¿Qué le pasaba a ese rubio cara de ángel? Quizás...quizás el amor por fin le ha tocado la puerta de su corazón.

Sí, eso debe ser, pero... ¿Quién? ¿Quién habrá sido la afortunada en lograr ese maravilloso efecto en Yurio?, necesitaba ayuda, ¿y quién mejor que su futuro esposo?

Estaban Viktor, Yuri y Yurio en un restaurante cenando tranquila y elegantemente, Viktor y Yuri se miraban entre sí, una hora antes Viktor le había contado a Yuri sobre el comportamiento de Yurio, Yuri también se había percatado de eso, aunque no quería meterse en el asunto, Yurio podría odiarlo por eso, pero con la insistencia de Viktor no tuvo más opción que aceptar.

—Y dime Yurio, ¿ha pasado algo interesante en estos días? —preguntó Viktor.

—No—fue la simple respuesta del rubio.

—Oh vamos Yurio, algo interesante quizás, no sé, la llamada del amor tal vez.

Tanto Viktor como Yuri notaron que al terminar de decir eso las mejillas del menor comenzaron a sonrojarse.

— ¿Estoy en lo correcto? Oh Yurio por fin encontraste el amor—dijo Viktor entrelazando sus manos mientras miraba con emoción al pequeño ruso.

—Cállate Viktor, nunca dije que era eso.

—Tampoco dijiste que no.

— ¿Por qué de pronto me interrogas?

—Verás Yurio, hemo notado que últimamente ha estado actuando extraño, sabes que puedes confiar en nosotros, no nos burlaremos de ti—comentó Yuri.

—Tengo 15 años, ¿qué esperaban? Aún cruzo etapas, no necesito que se preocupen por mí.

De pronto el celular del rubio sonó, esperando que fuera Yakov o Lilia revisó, era un mensaje, al abrirlo sus ojos se abrieron tanto como se le fue permitido y sus mejillas se volvieron a sonrojar.

Eso no pasó desapercibido para los mayores, definitivamente el rubio estaba enamorado, ¿pero de quién? Les empezó a atacar la curiosidad, no querían violar la privacidad del menos pero enserio ENSERIO querían saber quién era la valiente que cautivó el corazón del pequeño ruso.

Era un día normal de entrenamiento, Yakov y Lilia estaban mirando al rubio mientras patinaba, pero algo no estaba bien, Yurio se veía inseguro, sus altos eran sencillos, el chico se veía un poco distraído.

Eso tampoco pasó desapercibido para Mila, que con una sonrisa veía los saltos del rubio, no era normal en él fallar tanto.

—Mmmm ¿qué estará pasando por su mente? —susurró la pelirroja.

— ¿Estás enfermo? De lo contrario no entiendo tus saltos sencillos—regañó Lilia.

—Estoy bien, sólo estaba calentando, lo haré mejor ahora.

—No intentes mentir Yuri Plisetsky, si sucede algo dilo, no te quedes con la notable inseguridad—dijo Lilia mientras apoyaba delicadamente su mano en el hombro del menor, ella era estricta pero también comprensiva.

— ¿Hay algo que te moleste Yuri? ¿Cómo quieres ganar si incluso en los entrenamiento usas saltos simples? —cuestionó Yakov.

Yurio miró el suelo, él tenía la idea de lo que le ocurría y eso sólo empeoraba las cosas, era un sentimiento que quería evitar...o más bien, quería evitar sentir algo por esa persona.

Mila miraba desde lejos, pobre Yuri, quizás sean etapas de la edad, sigue siendo un adolescente a fin de cuentas.

—Hola

Mila se giró al escuchar esa voz que tanto le encantaba.

—Oh Otabek hola, que hermosa sorpresa verte.

—Gracias, ¿dónde está Yuri?

— ¿El pequeñín? Está siendo...aconsejado por sus entrenadores.

—Iré con él.

Otabek estaba a punto de ir con el rubio, de no ser porque unos delgados pero fuertes brazos le abrazaron la cintura por detrás desconcertándolo.

— ¿Q...? ¿P-Por qué me abrazas?

—Estoy dolida, en vez de patinar un rato conmigo quieres ir con el pequeño adolescente con la hormonas alborotadas, en un ratito vas con él, por mientras...—dicho eso acercó su labios al oído del kazajo para susurrarle con sensualidad—vamos a divertirnos tú y yo.

Un escalofrío recorrió la espalda de Otabek y sus vellos se erizaron, ¿pero qué le ocurría a esa chica? Nunca antes alguien se había acercado a él de esa manera, y mucho menos le han hablado en el oído con esa voz.

—Gracias pero yo...

—Aww te ves tan lindo cuando te pones tímido, anda ven—y sin más tomó el brazo del mayor y lo llevó a patinar con ella.

En otro lado Yuri estaba en un puesto de pan con tomate, esos platillos realmente son deliciosos a pesar de verse tan sencillos, Barcelona tiene tantas cosas interesantes, se ven tan simples pero debe tener su chiste para saber tan bien.

—Gràcies (gracias)

—Que tingui un bon dia (que tenga un buen día)

Era algo difícil hablar el catalán, pero siempre es genial aprender algo nuevo.

Yuri paseaba tranquilamente por las calles, cuando de pronto sus ojos notaron una persona conocida para él.

Era el canadiense Jean que estaba con su prometida Isabella.

Seguro estaban en una cita romántica, quizás lo mejor era no saludar, no quería arruinar esa atmósfera de amor que había entre ellos.

Se dio media vuelta dispuesto a marcharse cuando sus oídos escucharon algo que le impidieron moverse.

—Seguro que Yuri también me ama, pero no entiendo por qué lo niega—fueron las palabras escuchadas por el joven japonés.

¿Cómo que Yurio estaba enamorado de él? ¿Y cómo es posible que le diga algo así a su prometida?

Se fue discretamente a otro puesto de comida que estaba cerca de la pareja, necesitaba escuchar todo.

— ¿Ya le dijiste que lo amas? —preguntó la hermosa azabache.

¿Cómo? ¿Isabella se lo estaba tomando bien? ¿Qué pasaba aquí?

—Se lo he dicho cientos de veces, tanto en persona como por carta, y siempre me rechaza, nadie nunca me ha rechazado antes, nadie se le puede resistir a JJ—dijo mientras un aura de depresión lo rodeaba y ponía cara de cachorro abandonado.

—Jejejeje oh Jean, ten en mente que él es hombre y quizás ningún chico se le había confesado antes, ni siquiera sabes si realmente le gustan los hombres.

—Pero le gusto, yo lo sé, mis hermosos ojos canadienses no me mienten, lo he visto sonrojarse cuando está conmigo.

—Si es así, entonces dale un poco de tiempo, tiene 15 años y aún no conoce mucho del amor, incluso a tus 19 años también te falta mucho por aprender Jean, además no está en tu vocabulario rendirte, si realmente amas a ese chico, lucha por él, demuéstrale que no es sólo una persona más en tu vida, hazlo sentir especial—dijo Isabella con una hermosa sonrisa que le transmitía confianza al moreno.

—Tienes razón, ¡JJ nunca se da por vencido! Yuri-chan terminará coladito por mí, nos enamoraremos, nos casaremos y tendremos tres hijos—dijo con una enorme sonrisa mientras sus ojos brillaban con emoción al sólo imaginar todo lo que acaba de decir.

Isabella rio bajito.

—Eres un gran chico Jean, es por eso que me enamoré de ti.

Esas palabras captaron la completa atención de Jean y Yuri que estaba aún escondido.

—Siempre ves el lado positivo de la cosas, nunca te rindes y siempre luchas por lograr tus metas, además de que eres el hombre más dulce que he conocido, incluso si no sientes por mí lo que sientes por ese joven, yo seré feliz si tú eres feliz, eso es suficiente para mí.

Jean la miró con muchas ganas de abrazarla, y lo hizo, le dio un cariñoso y pasional abrazo que fue correspondido por la hermosa mujer, se separó un poco de ella para luego tomarla de las manos.

—Tú eres una maravillosa mujer que merece un hombre que la ame y la respete, dudo mucho que encuentres a alguien tan guapo y genial como yo, pero sé que encontrarás el amor de tu vida, eres hermosa y con muy bellos sentimientos.

Isabella sonrió, incluso si le dolía un poco no ser amada por Jean, ella era feliz siendo querida por él, y siempre deseará su felicidad.

Yuri decidió alejarse de allí, había escuchado demasiado, al parecer había descubierto el extraño comportamiento de Yurio, ¿será que él también está enamorado de Jean? Nunca se le pasó por la cabeza verlos como pareja, ni siquiera había pensado en una pareja para Yurio, Viktor es bueno guardando secretos, lo mejor será contarle.

Yurio estaba en su habitación del hotel mirando el mensaje que recibió de Jean...otra vez.

"Mi pequeña hada rusa, no niegues tu amor y seamos felices juntos, te daré mucho amor y felicidad, en especial amor...y también felicidad, y si me lo permites también mucha pasión, sé que tu abuelo también me amará."

El rubio quería lanzar su celular por la ventana, quería dejar de pensar en ese estúpido canadiense, pero no podía, ¿en qué momento comenzó a tener esos tontos sentimientos por ese tonto egocéntrico? Viktor, el cerdo, Yakov y Lilia comenzaban a preocuparse, inclusive Mila y Otabek, bueno Mila más bien se la pasaba molestándolo y burlándose de él, pero también quería saber qué era lo que le ocurría ya que no paraba de hacerle preguntas.

Por cierto, hablando de Mila y Otabek, ¿desde cuándo se hicieron tan cercanos? Desde hace días que Mila no para de fastidiar al kazajo y siempre lo tiene abrazado de la cintura, y Otabek nunca se queja, ¿habrá algo entre esos dos?

En fin, necesitaba descansar, dejar de pensar en todo, pero otro estúpido mensaje de ese estúpido canadiense le volvió a llegar.

"Que tengas dulces sueños mi preciosa hada rusa, espero que sueñes conmigo para que despiertes con una sonrisa, te manda besos tu rey –ícono de beso-"

Un color rojo claro se apoderó de las blancas mejillas del pequeño ruso, ¿cómo era posible que un tonto mensaje lograra alocar su corazón? No quería sonreír, definitivamente no quería sonreír.

Pero sus labios lo traicionaron y terminó por formar una leve sonrisa, ese estúpido canadiense, realmente...estúpido.

Era otro bello día en Barcelona, Viktor y Yuri estaban desayunando en el hotel donde estaban hospedados.

—Así que quien cautivó el corazón de Yurio no fue una chica sino Jean Leroy, nunca me lo imaginé.

—Ni yo, pero así es como es, él está muy seguro que Yurio también está enamorado de él pero...conociendo a Yurio lo dudo mucho.

—El corazón de una persona puede teñirse de rosa cuando la persona que amas te hace ver el mundo de manera más hermosa—dijo mientras acariciaba las mejillas de Yuri mirándolo con toda la ternura que se le pueda permitir.

Yuri se sonrojó por completo, es increíble que cuando estás con la persona que amas pueda hacerte sentir tantas emociones, ¿será que Jean realmente podría conquistar a Yurio?

Yurio estaba patinando no precisamente por entrenar sino por entretenerse, quería relajarse y dejar de pensar en el idiota que se le ocurrió mandarle un mensaje de buenos días.

— ¿Otra vez con tu cara de pocos amigos? —preguntó Mila burlona.

—Cállate bruja.

—No me esperé que Yakov y Lilia también vinieran en un día tan bonito como hoy, ¿crees que ellos vuelvan a casarse? Últimamente pasan mucho tiempo juntos.

—Es obvio, ellos son los que me entrenan y además Lilia dijo que lo mejor era vivir los tres juntos.

—Aww son como una hermosa familia, tengo la sospecha que aún queda una chispa entre ellos, quizás en un futuro vuelvan a intentarlo.

—No sé y tampoco me importa, además andas muy parlanchina, bueno siempre lo has sido, pero hoy te noto más...alegre.

— ¿Lo notaste? Oh jejejejeje, es que ayer fui a pasear con Otabek, estuvo todo el rato con su mirada seria pero se nota que disfrutó estar conmigo, aunque es difícil hacerlo sonreír, le gusta mucho hacerse del rogar.

— ¿Por qué estás tan segura de que lo disfrutó?

—Por sus ojos, su rostro estaba serio, pero sus ojos brillaban y de vez en cuando se sonrojaba, es un chico tímido, pero me gustaría sacar a la bestia que tiene taaaaan escondida.

—Creo que más bien la bestia eres tú.

—Bueno, no me molestaría tomar el control en Otabek—dijo mientras miraba hacia quién sabe dónde mientras ponía una mirada que decía claramente "Otabek es mi deliciosa presa".

No sabía si sentir pena por Otabek o sentirse ridículo por Mila, en fin eso ya es cosa de ellos.

—Oye ¿ese no es Jean Leroy? —preguntó Mila.

El corazón de Yurio dio un tremendo salto mientras sus ojos estaban como platos, ¿Jean? ¿Ese idiota? ¡¿Era enserio?!

Volteó lentamente para confirmar si realmente era él, y en definitiva era ese tonto que se acercaba a Lilia y Yakov mientras sostenía un ramo de flores ¡¿Qué demonios tiene planeado hacer?!

—Hola hermosa dama, ¿podría hablar con Yuri un momento? —preguntó JJ mientras la miraba con su mejor sonrisa.

Lilia estaba sentada con las piernas y los brazos cruzados, mirándolo como si lo estuviera estudiando, eso comenzó a poner nervioso al canadiense, pero debería mostrarse tranquilo con total seguridad, la mirada de esa mujer era penetrante, sentía que le podía ver el alma, pero debía permanecer tranquilo.

—Diez minutos—dijo por fin la mayor.

— ¡Muchas gracias! —agradeció JJ de lo más alegre y fue directo con Yurio.

— ¿Estás segura? No creo que Yuri quiera verlo—comentó Yakov.

—Exactamente, Yuri sigue siendo joven y le faltan muchas experiencias por vivir, el amor es lo fundamental para madurar, y a él le falta madurar mucho, sólo tiene el amor fraternal de Nikolai pero le falta otro tipo de amor—dijo Lilia mirando como JJ llamaba al rubio.

Yurio miraba de lo más avergonzado a JJ quien estaba a lo lejos.

— ¡Yuri-chan! ¡Tú rey ha venido a verte! —gritó Jean mientras alzaba su brazo.

Mila quería aguantarse las ganas de reír, ver a Yurio tan avergonzado era algo para recordar.

En cambio el rubio tenía ganas de matar a cierto canadiense, podría simplemente ignorarlo, pero si lo hacía seguro que ese idiota seguiría gritando cosas humillantes, al final terminó por ir con él.

— ¿Qué quieres?

—Para ti mi pequeña flor—dijo Jean mientras le daba el ramo de flores.

— ¿Orquídeas?

—Expresan belleza y dulzura, pensé en ti al momento de verlas.

— ¿Por qué tendría que aceptar yo tus flores?

—Porque me amas.

— ¿Eres idiota? ¿Por qué estás tan seguro de eso?

—Por tus ojos que brillan al verme y el sonrojo de tus hermosas mejillas, eso sólo pasa cuando ves a la persona que amas.

Yurio volvió a sonrojarse por lo dicho por el canadiense, desvió su mirada, después de lo dicho por Jean le era difícil mirarlo a los ojos.

— ¿Por qué soy yo quien tiene que pagar? ¿Por qué no tu ex novia? Se notaba lo bien que se la pasaban juntos.

—Y no te equivocas—eso hizo sentir cierta incomodidad al rubio—me la pasaba muy bien con Isabella, es hermosa, divertida y siempre me ha apoyado, la quiero demasiado, pero es a ti a quien amo.

Yurio abrió sus ojos con estupor, definitivamente no podía hacer contacto visual con ese tonto, ¿cómo podía decir algo tan vergonzoso con tanta facilidad?

De pronto el rubio sintió un leve empujón que lo acercó más a Jean, al voltear vio la sonrisa de Mila quien le guiñaba un ojo mientras le sacaba la lengua para luego irse de lo más contenta.

Esa bruja...

—Yo...aceptaré las orquídeas, pero no porque sienta algo por ti, sino porque sería un desperdicio tirarlas—dijo el rubio lleno de vergüenza.

Jean acarició la mejilla del pequeño ruso repentinamente sorprendiendo al menor, la mano del moreno era grande y cálida, se dejó sin saber por qué.

—El rey no se rendirá y logrará cautivar el corazón de su hada—dijo Jean con una tierna sonrisa para luego darse media vuelta y mancharse.

Yurio miraba como Jean se iba alejando hasta desaparecer por completo de su vista, llevó su mano hacia su mejilla sintiéndola aún cálida gracias a la mano de Jean, su corazón latía como loco.

—Deja de hacerte el duro, no lo pienses tanto y acepta tus sentimientos—dijo Mila quien repentinamente rodeó el cuello del menor con sus brazos abrazándolo por detrás.

—No me abraces bruja.

— ¿Por qué no sólo aceptas tus sentimientos y ya? —dijo la pelirroja sin dejar de abrazar al rubio.

Yurio no respondió, no porque no quisiera, sino porque no tenía una respuesta.

Jean iba tranquilamente hacia su carro cuando una silueta muy conocida para él lo detuvo.

—Hola Viktor—saludó con una enorme sonrisa.

—Jean Leroy, que gusto verte, me gustaría hablar contigo unos minutos, te invito un café.

—Lo acepto encantado.

Ambos se fueron a una cafetería para platicar tranquilamente.

— ¿Y de qué querías hablarme?

—Yurio ha estado actuando extraño en los últimos días, y sé que tiene mucho que ver contigo, sólo quiero saber... ¿Tus sentimientos por él son realmente honestos?

Jean lo seguía mirando con una sonrisa llena de tranquilidad, tomó de su café para disfrutar del sabor unos segundos y luego responder.

—Algo que mis padres me han enseñado desde pequeño es que nunca haga nada hasta que no esté seguro de mis sentimientos, lo que siento por Yuri es tan real como el mar, de lo contrario no insistiría tanto, yo realmente amo a Yuri.

Tanto la mirada de Jean como sus palabras parecían sinceras, sin una pizca de nerviosismo, Viktor no sentía ninguna inseguridad, miraba cada detalle en las facciones del canadiense, y sólo podía ver sinceridad y amor, él entendía perfectamente eso, después de todo él sabe lo que es amar a una persona, desear siempre estar con esa persona.

—Yurio es una persona importante para mí, y puedo ver en tus ojos que puedo confiar en ti, sé que puedo estar tranquilo, pero más importante aún, tendrás que ganarte la confianza de Yakov y Lilia, aunque les cueste aceptarlo, ellos ven a Yurio como un hijo.

—Lo tendré en mente, el rey nunca se rinde hasta lograr su objetivo.

En otra parte estaban Yurio y Otabek platicando a la orilla del mar.

—Conozco un poco a Jean, es una persona honesta, puede ser algo tonto a veces, pero puedo asegurarte que todo lo que dice es con sinceridad—dijo el kazajo.

—Lo sé, sé que ese idiota dice lo que siente sin vergüenza alguna y eso es lo que más detesto de él, la seguridad de decir lo que siente.

— ¿Qué sentiste cuando te dio las orquídeas?

El rubio miró la arena por un momento antes de responder.

—Tú... ¿Qué sientes cada vez que estás con Mila?

Otabek lo miró un poco sorprendido, no se esperaba esa pregunta.

—Ella es una persona llena de energía, a veces me cuesta seguir su ritmo, nunca teme decir las cosas, a veces es un poco bruta, y no respeta el espacio personal, y eso es lo que la hace especial, normalmente no me gustaría ese tipo de mujer, pero en ella es diferente.

Yurio miraba el brillo en los ojos del mayor al comenzar a hablar de la pelirroja, normalmente los ojos brillan cuando sientes felicidad, emoción...cuando piensas en la persona que amas.

Esas emociones que siente cuando gana una medalla...y cuando piensa en ese idiota.

—Feliz, me sentí...feliz.

Jean estaba en su habitación del hotel, se quería tomar una ducha, se comenzó a quitar su chaqueta para luego seguir con su camisa quedando desnudo en la parte de arriba, de pronto escuchó el timbre, eran las diez de la noche, ¿quién sería a esa hora? ¿Alguna fan? No tenía ganas de firmar autógrafos, pero no es su estilo rechazar a una dama.

Se puso una playera sin mangas para luego ir directo a la puerta, al abrirla, su corazón dio un brinco.

— ¿Estás ocupado? Si es así me iré—dijo Yurio mientras lo miraba con cara de pocos amigos.

— ¡Para nada! Pasa—contestó Jean de inmediato para luego hacerse a un lado dándole acceso al menor de entrar.

Al entrar el rubio comenzó a sentir sienta tensión, estar en la habitación de Jean le causaba algo de nervios.

— ¿Te ofrezco té?

—No, sólo iré directo al grano—dijo para luego dedicarle una seria mirada al mayor— ¿por qué te enamoraste de mí?

Jean parpadeó varias veces seguidas algo desconcertado por la repentina pregunta, pero luego sonrió.

—Disfruto molestarte y ver cuando frunces el ceño, cuando patinas siento que veo un ángel, eres tan hermoso que a veces me tengo que controlar, una simple mirada tuya hace que mi corazón se aloque, tus ojos son una puerta que me transporta a un maravilloso mundo, eres lo más hermoso que he conocido.

Yurio no paraba de mirarlo, luchando por no sonrojarse.

—Date la vuelta mirando a la puerta, cuenta hasta tres y vuelves a darte la vuelta—ordenó el rubio.

Jean se desconcertó ante lo dicho.

— ¿Por qué?

—Cállate y hazlo

Jean no comprendía pero aun así obedeció, se dio media vuelta mirando la puerta.

1

2

3

Por fin luego de terminar de contar mentalmente, se dio media vuelta, y su cabeza quedó en blanco.

Sólo sintió que sus labios habían echo contacto con otros labios, labios tan suaves, unas pequeñas y blancas manos estaban apoyadas en su pecho.

Un tierno, inocente y torpe beso, Jean tenía los ojos como platos, incapaz de pensar con claridad.

Al reaccionar, lo primero que hizo fue rodear la cintura del menor con sus fuertes brazos apegándolo más a él, Yurio por su parte rodeó el cuello de Jean con sus brazos.

Jean mordió el labio inferior del rubio causándole un leve gemido, aprovechando eso Jean metió su lengua chocando con la del menor haciendo contacto, convirtiendo ese beso en uno lleno de pasión, separaron sus labios un segundo para recuperar la respiración y luego volver a unir tanto sus labios como sus lenguas.

Yurio sentía una corriente eléctrica por todo cuerpo, sentir la calidez de Jean hacía que su cuerpo estremeciera.

Unos minutos después detuvieron el beso pero no el abrazo.

—Sabía que también me amas—dijo Jean con una gran sonrisa.

—Eres un idiota...pero supongo que puedo acostumbrarme.

Jean le dio un tierno besito en la mejilla al rubio quien más sonrojado no podía estar.

— ¿Te gustaría pasar la noche conmigo? —notó la mirada dudosa del menor—prometo no hacer nada, sólo dormiré abrazándote—dijo con una gran sonrisa mostrando sus blancos dientes para luego acercarse a su oído susurrando—claro que por ahora estaré tranquilo, así que prepárate en el futuro porque JJ no es alguien que está quieto.

Yurio se sonrojó más por lo último, pero aun así sus labios formaron una sonrisa, después de todo, no le importaría hacer "esas" cosas con Jean en el futuro.

Nuevas experiencias les esperaban a ambos, seguirían siendo rivales en la pista de hielo y novios fuera de ella, después de todo, no hay sentimiento más fuerte que el amor.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).