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Saudade. por RocketFran

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La habitación que habían acondicionado para él era bastante acogedora, tenía el espacio necesario y una cama individual, se podría sentir tranquilo y cómodo de no ser por la confesión que su amigo le hizo hace unos días atrás, en su fiesta de bienvenida. En el momento que escuchó las palabras del peli rosa su mundo se vino abajo, no imaginaba al menor tan lejos de él; a pesar de que trató de encontrar la forma de comunicarse con Jimin, los demás le dieron a entender que era imposible estando a kilómetros de distancia y que ni ellos tenían una forma de comunicarse con Jimin, más que simples mensajes de distintos números telefónicos. La fiesta se acabó en ese momento para el pelinegro y todos lo entendieron, retirándose de a poco y dejándolo solo para que pudiera pensar. Desde ese día, salía poco de la habitación, a pesar de que JungKook lo había llamado para recordarle que necesitaba hacer sus ejercicios y salir a caminar, pero él no lo hacía.

Sintió unos leves golpeteos en la puerta, sabía de quien se trataba, siempre iba a esa hora. Estaba sentado al borde de la cama y no se levantó para abrir la puerta ni tampoco dijo nada, sabía que de todas formas entrarían, a veces pensaba en ponerle seguro a la puerta pero luego recordaba que sería muy desconsiderado de su parte hacer eso con las personas que lo estaban acogiendo. NamJoon entró luego de unos segundos, seguramente venía a ver si no se había suicidado o algo por el estilo, el más alto parecía ocultar algo tras de sí, pero no tenía muchas ganas de jugar a las adivinanzas ese día.

-¿Cómo estás, Hobi?-escuchó la pregunta pero no la respondió, de todas formas su amigo sabía que no le respondería así que solo se acercó a él. -¿Tienes hambre? Jin dejo esa lasaña que tanto te gusta-

No había comido desde la noche anterior, se saltó el desayuno y al escuchar al más alto hablar de comida fue inevitable que su estómago lanzara un gruñido hambriento.

-¿Puedo tomar eso como un sí?- rió el peli rosa al escuchar el gruñido, no pudo evitar sonreír. No podía estar mucho tiempo serio.

-Claro- levantó los hombros tratando de verse desinteresado, NamJoon solo sonrió ya que sabía que solo estaba fingiendo desinterés.

-Hey, te tengo un regalo- se acercó donde el pelinegro que lo observaba curioso. -¡Tada!-

Su amigo sacó detrás de su espalda un bastón de madera, bastante elegante y bonito. No sabía que madera habrían usado para fabricarlo porque no sabía nada de bastones, ni de maderas, pero el color nogal que tenía le gustaba mucho.

-Hable con JungKook y sugirió que un bastón podría ayudarte, sobre todo para que tuvieras más independencia para salir donde quieras- agregó el moreno con entusiasmo.

-La verdad es que es muy bonito- lo tomó entre sus manos, era bastante liviano y suave, el barniz le daba el toque de brillo perfecto y tenía algunos acabados en dorado. –Bastante elegante, ¿pero no pareceré un abuelo?-

-A gentleman, mejor dicho- dijo el más alto, tratando de convencerlo. –No solo los abuelos usan bastones, también la gente con clase. A demás es solo mientras te recuperas-

-Tienes razón- se levantó apoyándose en el bastón y le pareció más cómodo que con la ayuda de alguien más. Caminó unos pasos sin ningún problema más que un leve cojeo que, según le dijeron los especialistas, lo tendría aunque ya no tuviera que usar ayuda.

-Te ves bien, hermano- le sonrió NamJoon, soltó una risa ante el comentario de su amigo. -¿Lo usaras?-

-Claro, ya no quiero molestarte para caminar-

-Nunca fuiste una molestia, tonto- el más alto le revolvió el cabello con fuerza, desestabilizándolo y casi cae al suelo de no ser porque lo alcanzo a sujetar. –Lo siento-

Miró con molestia fingida a su amigo y luego comenzó a caminar en dirección a la puerta de la habitación.

-¿Vamos a comer?- preguntó el peli rosa siguiéndole el paso.

-Sí, vamos- respondió mientras abría la puerta y caminaba en dirección a la cocina. Cuando llegaron, su amigo calentó dos trozos de lasaña para que comieran. NamJoon siempre esperaba al más bajo para comer, Jin le pedía que se asegurara de que el pelinegro estaba alimentándose bien. Cuando el mayor estaba en la casa, Hoseok le obedecía sin rechistar y comía todo lo que el castaño le ofrecía, no era lo mismo que con NamJoon, cuando su amigo le decía que debía comer rara vez le obedecía o tomaba en cuenta, solo por el hecho de que estaba dolido por haberle ocultado la información sobre Jimin.

-Nam- lo llamó, el más alto dejo de comer o mejor dicho tragar, para mirarlo.

-Dime-

-¿Por qué ocultaste lo de Jimin?- dejó salir la pregunta que se había guardado desde el día de su bienvenida, donde se quedó callado y la fiesta se terminó en ese momento. Jin se enojó con el peli rosa y los demás se retiraron en silencio. No habían vuelto a tocar ese tema.

-No quería que pensaras en eso, lo más impórtate es tu recuperación y el tema de Park era una distracción para ti- explicó el más alto se veía tranquilo pero su semblante estaba totalmente serio, como en pocas ocasiones le había visto. Hoseok se quedó en silencio por unos minutos, pensando en las palabras de su amigo, quería enojarse con él, gritarle que no tenía ningún derecho a ocultarle cosas sobre Jimin.

-Sabes que él es lo más importante para mí, arriesgue mi vida por él- tenía miles de emociones dentro, apunto de explotar y sabía que eso no resultaría en nada bueno para su amigo. -¿Te das cuenta de que tal vez nunca lo veré? ¿De que él me olvido?-

-Hoseok… no es así- el más alto trató de calmarlo pero el pelinegro cada segundo parecía más molesto.

-¡¿Entonces cómo es?!- terminó soltando un grito que sobresalto al peli rosa, nunca lo había visto así. -¡Me mentiste, todo este tiempo, desde que desperté! Se supone que tú no lo hacías, nunca me mentías. ¡Los amigos no mienten!-

Se levantó de la mesa tabaleándose por la rapidez del movimiento y la respuesta retrasada de su pierna débil, se apoyó en la mesa y el bastón para no caer, caminó lo más rápido que pudo a la puerta de salida.

-Hoseok, espera, ¿Dónde vas?- sintió como el peli rosa se había parado para ir tras de él, cuando estuvo a punto de tomar la manilla de puerta.

-No quiero verte, NamJoon. Déjame solo- salió de la casa dejando a su amigo, no había de terminado de comer y probablemente le daría hambre pronto, no le importaba. Estaba tan herido que nada podía competir con su enojo y tristeza; todos habían participado en la farsa de su amigo, nadie fue capaz de acercarse a él y decirle la verdad.

Caminaba con el cojeo que ahora ya era típico en él, gracias a su estúpida pierna. No conocía muy bien los alrededores de la casa, pero si sabía cómo llegar a un parque al cual iba de vez en cuando con sus amigos para ejercitar su pierna, no quedaba tan lejos y sabía que apenas llegar SeokJin arrastraría a su pareja para salir a buscarlo pero esperaba tener el tiempo suficiente para calmar sus pensamientos.

Cuando llegó al pulmón verde del sector vio a muchas personas paseando por el lugar, no le impresionó, el lugar era extenso y se podían hacer varias actividades en él. Pasaban personas por su lado caminando o trotando, parejas de todas las edades, niños y también mascotas. Siguió el camino de gravilla delimitado para los visitantes que iban por una caminata tranquila, se adentró en el lugar por ahí, hasta una parte donde no fuera tan concurrido y sobre todo sin mucho ruido, solo quería estar tranquilo y pensar o tal vez ni siquiera eso, solo estar en paz.

Llegó a una zona alejada del parque, parecía que no era la favorita de los visitantes porque casi no había gente o tal vez era porque de la nada la temperatura había bajado considerablemente y el clima ya no estaba siendo tan agradable para dar un paseo, se estaba nublando. Se sentó en una banqueta de madera, estaba cansado, su pierna se sentía más pesada de lo normal y necesitaba descansar un poco. En parte su idea era llegar lo más lejos posible antes que sus amigos lo encontraran, pero si su pierna no lo ayudaba, tendría que quedarse ahí. Dejó el bastón a un lado, revisó que su rodillera estuviera bien ajustada y estiró la pierna para destensarla un poco; se quedó ahí, mirando el paisaje que tenía, algún perro que se alejaba de su amo o a la gente que se aventuraba por ese camino. Trató de comprender a sus amigos, de ponerse en el lugar de NamJoon, sabía que no era fácil tomar la responsabilidad de un cercano que tuvo un accidente tan grave como el suyo y tener que tomar la mejor decisión para esa persona.

Sus padres habían muerto hace años, cuando iba en el colegio, en un accidente fatal pero que ya tenía superado. Podría haber ido a vivir con sus tíos pero nunca los vio y sabía que tampoco les importaba mucho, así que tomó los pocos ahorros que tenían sus padres y dio prioridad a un pequeño departamento de un ambiente y a sus estudios, eso era lo que ellos hubieran querido para él; ahora estarían demasiado preocupados por la situación que vivió. Pensando en eso recordó que debía visitar la tumba familiar ya que hace mucho que no lo hacía, cuatro años, precisamente.

Pensaba que NamJoon y Jin se habían llevado todo el peso de su estado, ya que Jimin lo dejó para continuar sus estudios en el extranjero sin siquiera dejar un número de contacto o algo, sin pensar que algún día podría despertar, entonces había sido en verdad difícil para los chicos encargarse de todo. Las lágrimas volvieron a inundar sus ojos, estaba cansado de llorar pero el solo hecho de pensar en que el menor lo había abandonado a su suerte lo hacía sentir triste, pensaba que el amor de Jimin valía mucho más. Tomó su cabeza entre sus manos, tirando levemente de su cabello mientras dejaba que las lágrimas rodaran por sus mejillas, ¿Por qué las cosas tenían que ser así? ¿Por qué tenía que sufrir ese maldito accidente? Si no se hubiera rendido tan rápido podría haber salido a la costa y nada de eso estaría pasando, Jimin aun estaría con él o tal vez hubiera viajado con el menor a donde quiera que allá ido; pensaba en eso cuando algo llamó su atención, una voz.

-¡Hyung!- podría reconocerla en cualquier parte. -¡Hyung, espérame!-

-Jimin- su voz salió en un susurro, creía que su estado ya no podía empeorar más, estaba alucinándolo.

-¡Hyung, vas muy rápido!- no definitivamente no debía ser una alucinación, levantó la cabeza, buscando de donde provenía la voz, le costó identificarlo porque así como todos, también había cambiado un poco, pero era él, era Jimin.

Quería gritar, llamarlo, pero su voz no salía, se levantó lo más rápido que pudo caminando a paso apresurado para poder alcanzarlo aunque le costara llegar a él. Jimin corría llamando a alguien más, alguien que no era precisamente él; su cojeo inestable solo lo retrasaba más, entonces decidió que debía hacer un esfuerzo y correr también. Nunca pensó que algo que solía hacer con tanta facilidad antes, ahora le costaría una infinidad. Trató con toda sus fuerzas de correr, soltó el bastón y se concentró en el movimiento; avanzó un par de metros, creía que lo podría lograr, que su pierna había sanado pero bastaron un par de pasos para que terminara tropezando y cayendo de bruces al suelo. Se quejó por el golpe, olvidó el dolor inmediatamente cuando levantó la cabeza para mirar al menor.

-YoonGi hyung, siempre te he dicho que me esperes- el chico sonaba con su típico enojo fingido. -¿Cómo puedes correr tan rápido?-

-No lo sé, supongo que el tiempo que paso descansando mi cuerpo almacena energía- no se había dado cuenta que había otro chico en la escena, no lo había notado hasta ese momento, en que escuchó la voz grave. Lo observó, era de la misma estatura de Jimin, cabello negro, tez blanca, tal vez la persona más blanca que había visto en su vida. Tenía un semblante serio pero miraba con una sonrisa suave al menor.

-No me dejes atrás- le reprochó Jimin mientras lo abrazaba. El corazón de Hoseok comenzó a latir desesperado,  era normal ¿no? El menor siempre fue cariñoso con la gente que conocía, eso quería decir que ese chico era muy cercano a él. Pero su corazón se rompió en pedazos cuando vio como el, ahora peli gris, besaba al otro chico en los labios, pasando sus brazos por la cintura del pelinegro mientras este le correspondía.

Eso no podía estar sucediendo, Jimin no estaba en el país, estaba estudiando en Europa, a miles de kilómetros de distancia. Ese chico peli gris no podía ser su Jimin, tal vez se estaba confundiendo por culpa de la tristeza que asolaba su corazón y mente, tal vez solo estaba soñando o le habían dado los sedantes para mantenerlo tranquilo. Volvió a mirar a los chicos frente a él, definitivamente era su pareja el que estaba en frente, besándose con otro chico y ni siquiera percatándose que estaba ahí. Las lágrimas empezaron a brotar solas cuando se dio cuenta de lo que sucedía era real, no era producto de los medicamentos. Empuñó sus manos con rabia, tomando un puñado de gravilla en ellas y apretándolas tan fuerte que ponía sentir como herían sus palmas; recostó la cabeza en el suelo, dejando que las lágrimas cayeran, siendo absorbidas por la tierra. No volvió a escuchar nada más a su alrededor, supuso que estaba totalmente solo y en el lugar donde estaba sería difícil encontrarlo; sabía que no se podría levantar por su cuenta pero ya nada le importaba, ni siquiera el frio que comenzaba a sentir en ese momento le importaba, podría quedarse ahí, acurrándose en el suelo mientras esperaba que todo el dolor que sentía, terminara.

-¡Hyung!- sintió como unas pisadas apresuradas se acercaban pero ni siquiera se molestó en levantar la mirada. –Hobi hyung, ¿Qué paso?-

-Vamos hyung, levántate- sintió como dos brazos fuertes lo ponían de pie, miró al chico que lo ayudó, JungKook. -¿Por qué estas llorando? Dios, ¿Cómo te hiciste esto?-

No contesto ninguna preguntar, solo lo miraba y no podía evitar pensar que el menor debía saber la mentira de NamJoon, que Jimin jamás se había ido a Europa, que todo ese tiempo estuvo en la ciudad, con otra persona.

-¿Por qué me mintieron?- preguntó con voz débil y temblorosa.

-¿Podemos hablar cuando estemos donde NamJoon hyung?- el menor lo ayudaba a caminar, no se había dado cuenta antes de la intensidad de su caída, le dolía todo el cuerpo. -¿Cómo llegaste ahí sin ayuda?-

-El bastón- trató de apuntar donde lo había soltado pero al levantar el brazo le dolió. –JungKook, no me lleves donde NamJoon, por favor-

El menor lo dejo por un momento para buscar lo que le indico, sabía que escucho su suplica, lo que menos quería ahora era ver la cara de su mejor amigo, no sabía cómo reaccionaría al verlo. El chico se acercó a él luego de unos cortos minutos en los que se demoró en encontrar el bastón, se lo entrego para que se apoyara mejor y lo ayudo a caminar, en dirección a la salida del parque.

-¿Dónde se supone que te lleve, si no quieres ir donde Jin hyung y NamJoon hyung?- la voz del menor sonaba totalmente preocupada.

-A tu casa, si no es molestia-

-Claro que no, sabes que comparto piso con Tae así que no habrá problemas con él- le explicó. –Pero sabes que tendrás que contarnos lo que sucedió-

No siguió con la conversación, sentía las lágrimas secas en sus mejillas además de que cuando llegaron a la salida la mayoría de las personas los miraban con curiosidad, no quería ni imaginar cómo se veía después de llorar y haberse comido la gravilla del lugar. JungKook no trato de entablar una conversación tampoco, solo estaba concentrado en llegar lo antes posible a su departamento; el menor hizo parar un taxi para llegar más rápido. Al entrar el conductor les pregunto si no quería ir a un hospital, por el estado en el que se encontraba el pelinegro, a lo que el menor se negó indicando que solo necesitaban llegar a la dirección que le había dado.

El camino fue corto y con mucho esfuerzo logró salir del vehículo para caminar al ascensor, sentía como si su pierna ya no quisiera más guerra y el cojeo se hizo más notorio de lo que ya era, JungKook se preocupó de ingresar el código en la puerta para poder entrar y puso al mayor en el sofá de la sala. Hoseok sintió como su cuerpo se relajaba y no pudo evitar sentirse aliviado, tanto por la sensación de relajación, como por el calor que inundó su cuerpo al entrar en el departamento. El menor por su parte, desapareció por unos minutos y volvió con un botiquín que dejo en la mesa de centro, sacó los elementos necesarios para las heridas que tenía el mayor, pero antes de proceder a las curaciones, le limpió el rostro con un paño húmedo.

-Bueno, ya no podemos fingir que somos mudos, hyung- JungKook comenzó a hablar mientras pasaba un algodón en su mejilla lastimada, haciendo que ardiera.

-Auch, eso duele- se quejó, tratando de quitar la cara como acto reflejo, pero el menor se lo impidió, sujetándolo por la barbilla para que no se alejara.

-Bueno aún quedan tus palmas, brazos y piernas así que tendrás que aguantar por un momento- JungKook se veía concentrado en atender sus heridas, puso un parche en su mejilla y continúo con la siguiente herida. -¿Me vas a contar que pasó?-

-Me caí- respondió sin ánimo de explicaciones largas, porque le suponía recordar todo lo que vio. El menor se detuvo mirándolo con semblante serio.

-¿Seguirás comportándote como un niño?-

-Trate de correr pero mi pierna no ayudo y me caí- otra explicación vaga de su parte y sabía que su amigo necesitaba algo mejor.

-¿Vas a seguir así? ¿Quieres que llame NamJoon hyung?- la voz del menor sonaba tranquila a pesar de que era una amenaza.

-No, a él es a quien menos quiero ver ahora- su voz salió molesta y eso llamó la atención de JungKok pero no dejo de curarlo. Tomó sus manos para poder ver sus palmas y empezar a desinfectarlas.

-¿Por eso estabas solo en el parque?-

-¿Por qué dijeron que Jimin estaba en Europa si la verdad es que esta acá?- su amigo paró abruptamente lo que estaba haciendo y lo miró sorprendido.

-Hyung…-

-¿Por qué me mintieron, Kookie? ¿Por qué no me dijeron que él tiene a alguien más?- sintió como las lágrimas volvían a sus ojos, estaba harto de llorar pero era inevitable.

-Kook, ya llegue- la puerta principal fue abierta dejando entrar al peli naranja, en cuando vio a Hoseok con lágrimas en los ojos y a su primo con un semblante preocupado, entendió que las cosas no iban bien. -¿Hobi hyung, que haces aquí?-

-Tae, Hoseok hyung, vio a Jimin-el menor de los tres habló casi en un susurro pero TaeHyung fue capaz de oírlo.

-Dios, hyung. ¿Cómo te hiciste esto?- trató de cambiar el tema, fingiendo que no había escuchado nada. Pero Hoseok alejó el rostro, con algo de molestia.

-¿Todos lo sabían, verdad?-

-Hyung, por favor no te moles…-

-¡¿Cómo quieren que no me moleste?!- alzó la voz paralizando a los dos menores. –Me mintieron-

-Creo que lo mejor es llamar a NamJoon hyung- Jungkook tomó su celular para avisarle al peli rosa que debía ir de inmediato con Jin, si era posible.

Hoseok se mantuvo en silencio, TaeHyung siguió con la curación que había empezado el menor y se aseguró  de que el mayor comiera algo, a pesar que se trató de negar el peli naranja terminó por convencerlo de que por lo menos aceptara que le preparara una simple sopa. Comieron mientras los dos que faltaban se disponían a llegar, ya que a penas JungKook llamó a NamJoon este respondió  que pasaría por Jin e irían inmediatamente al departamento de los menores. Según el menor, el peli rosa sonaba muy preocupado por su estado y se alivió cuando se enteró que estaba con ellos en vez de estar vagando por la ciudad.

Escuchó callado la conversación que tenían los primos, hablaban de lo típico, como les había ido en el día y que hicieron, hablaron sobre compañeros, notas y materia, después de todo sus carreras estaban conectadas en algunos ámbitos. Parecía una conversación normal, a la cual le hubiera gustado unirse si no estuviera tan molesto y triste, quería poder reír de las bromas de Tae, de las reacciones de JungKook pero las preguntas sobre Jimin no podían abandonar su cabeza.

Cuando los chicos llegaron, Jin casi lo ahoga en un abrazo protector, primero diciéndole cuan preocupado estaba cuando se enteró que había salido solo; porque si, NamJoon le informó de inmediato de su conversación y que salió por su cuenta. Luego lo regañó por su imprudencia y las heridas que se había ganado a causa de esta, pero no dijo nada al respecto de eso, solo miraba a su mejor amigo de re-ojo preguntándose si se le pasaría por algo por la mente, si sospechaba que podría tenerlo así.

-Bien, Hoseok ¿Qué sucedió?- habló NamJoon.

-Ya sé que me mentiste, sé que Jimin no está estudiando en otro país. Siempre estuvo aquí, solo que ya no es mi novio- su voz sonaba neutra y apagada, el más alto solo lo miró sorprendido en un principio y luego agachó la cabeza. –Todos ustedes, me lo ocultaron-

-NamJoon, te dije que se daría cuenta tarde o temprano- habló el mayor de todos, mirando a su pareja con reproche pero al verlo cabizbajo, suavizó su mirada y tomó su mano.

-No me di cuenta, hyung, lo vi. Cuando salí de la casa fui al parque que a veces visitamos, quería pensar y era el único sitio al que sabía llegar y volver sin problemas. Elegí el lugar más alejado, para estar solo; fue ahí que lo vi, primero lo escuche y no lo creía, pero después vi que si era él, trate de alcanzarlo, trate de correr pero fue ahí donde caí al suelo, y también vi eso- las lágrimas volvieron a agolparse en sus ojos. –Maldición, ya estoy harto de llorar-

-¿Tu viste a Jimin?- la voz de su mejor amigo sonaba preocupada.

-Los vi- se corrigió con la voz quebrada.

-¿A quiénes, hyung?- esta vez era V el de la pregunta.

-A Jimin y el otro chico, pelinegro, blanco como el papel- describió de lo que se acordaba en ese momento. –Ellos… se besaron-

Los demás se miraron entre ellos, preocupados, NamJoon miro a Jin buscando ayuda pero el mayor solo negó con la cabeza, TaeHyung miro hacia otro lado, preocupado. El único que se acercó a Hoseok fue JungKook, para acogerlo en un abrazo que el pelinegro necesitaba con urgencia.

Lloró en los brazos del menor mientras un silencio abrumador se extendió por toda la sala del departamento, aunque en un principio quiso gritarles a todos, ya no podía. No podía ser así con ellos, sus amigos.

-Hoseok- la voz de NamJoon hizo que levantara la cabeza y cuando se encontró con el más alto inmediatamente soltó al menor y se aferró a su amigo. –Lo siento, no debí mentirte. No me voy a justificar, solo quería que te concentraras en tu recuperación y si te enterabas de lo que había sucedido con Jimin todo hubiera sido más lento-

-Tienes razón-  dijo con su voz entre cortada por el llanto. Trató de calmarse un poco, SeokJin le comenzó a secar las lágrimas con un pañuelo, pero aun había miles de cosas que necesitaba saber. – ¿Hace cuánto esta con ese chico?-

-Dos años, más o menos- respondió el peli rosa.

-Jimin… estuvo muy mal antes de conocer a YoonGi hyung- habló el peli naranja.

-¿YoonGi, así se llama?- terminó secándose las lágrimas él solo, mientras bebía de un vaso de agua que le había llevado JungKook.

-Si- respondió Jin. –Min YoonGi-

-Ya veo-  quería saber más del chico pelinegro pero no quería parecer tan interesado frente a sus amigos.

-No pienses mal, Hobi hyung. YoonGi hyung no es una mala persona, solo quiso ayudar a Jimin- miró a TaeHyung, quien había hablado en ese momento, su voz sonaba preocupada, igual como se veía su rostro.

-Está bien, creo que… lo mejor sería que me contaran en otro momento lo que paso- finalizó con todo lo que tenían que hablar respecto a eso. Afuera ya había oscurecido y estaba seguro que la temperatura había bajado, en esa época del año estaban entrando en invierno. –Nam, ¿podemos ir a casa?-

-Claro, amigo- si antes le dolía el cuerpo por la caída, en ese momento fue peor. Todo su cuerpo se sentía apaleado; se levantó con ayuda de sus amigos, lo guiaron al auto del más alto y lo introdujeron en el asiento trasero, junto a su bastón. Se despidió de los menores con la mano y emprendieron el corto camino a la casa de la pareja. No habló con sus amigos en el camino, solo se limitó a escuchar su conversación trivial de como había ido su día, en la mayoría por SeokJin. Cuando llegaron el mayor insistió en que debía comer algo, aunque él no quería. Así que se vio obligado a terminar el trozo de lasaña que había dejado en el almuerzo y no podía negar que estaba deliciosa. Luego se dio una ducha porque después de la caída necesitaba limpiarse la tierra que aun llevaba encima, las heridas le ardieron con el agua caliente pero se aguantó los quejidos. Cuando salió el mayor le ayudo a poner nuevos parches en los rasmilladuras que tenía, se sentía agotado tanto física como mentalmente.

Fue a su habitación para ponerse pijama y recostarse, tal vez leería un libro o intentaría crearse redes sociales nuevas, ya que había olvidado todas sus contraseñas y por más que trató de recordarlas no podía. Estaba en eso cuando la puerta fue tocada antes de dar paso al peli rosa que vestía su pijama y llevaba una toalla colgando del cuello.

-¿Molesto?- preguntó algo inseguro.

-No, claro que no. Ayúdame con esto- palmeó un lado de la cama para que el más alto se sentara.

-¿Redes sociales nuevas?-

-Olvide las contraseñas de las anteriores y no logro recordarlas- explicó mientras seguía las instrucciones para crear los perfiles. NamJoon le ayudaba en algunas cosas que no entendía; se la pasaron casi todo el tiempo riendo e inventando nombres tontos en las cuentas antes de crearlas realmente. Hasta que al peli rosa le entró el sueño y decidió que era hora de marcharse a su habitación.

-Nam- lo llamó antes de que abriera la puerta para salir.

-¿Dime?- la cara del más alto era de total cansancio.

-¿Crees que pueda hablar con Jimin en algún momento?-

-Claro, él nunca se negaría a hablar contigo. Pero aún no sabe que estás despierto, nadie se lo ha dicho. Buenas noches, Hobi- eso fue lo último que dijo su mejor amigo antes de salir y cerrar la puerta tras él. Por un momento imaginó que el menor sabía de su estado, de su vuelta a la vida común pero eso le dio esperanzas, tal vez si Jimin se enteraba que había despertado, volvería con él y se olvidaría de YoonGi.

 

-Tenemos que decírselo, KooKie- el chico pelinegro veía como su primo caminaba de un lado a otro con impaciencia. Luego de que los demás se habían marchado, TaeHyung había estallado en nervios, preguntándole que harían ahora que Hoseok conocía la verdad de todo.

-No nos corresponde a nosotros, primo. Creo que SeokJin y NamJoon hyung deberían elegir el momento adecuado para eso- JungKook estaba tranquilo, sentado frente a su escritorio mientras redactaba un informe que debía llevar la semana siguiente a la universidad.

-Jimin necesita saber que Hobi hyung está despierto, siempre ha preguntado por él-

-Lo sé, sé que siempre se ha preocupado por su salud- soltó un suspiro, el mayor le estaba pegando su nerviosismo y también consideraba que el peli gris merecía saber que su ex había despertado. –Pero dudo que Hoseok hyung esté listo para eso, viste como reacciono hoy-

El peli naranja suspiró derrotado, el menor tenía razón, Hoseok no había reaccionado bien después de ver a Jimin con YoonGi y no quería que una situación como esa se volviera a repetir.

A pesar que hasta ahora su amigo se veía como el culpable de todo, sabia cuanto había sufrido Jimin, cuanto se culpó por el accidente que tuvo Hoseok y como eso había repercutido de manera física y psicológica en el más bajo. Pasó por cosas terribles y no importaba cuanto trataran de animarlo, parecía que el chico estaba condenado a caer en una profunda depresión por eso. Hasta que conoció a Min YoonGi y fue el único capaz de sacar a su mejor amigo de ese abismo al que caía poco a poco. Pero Jimin nunca había querido separase del pelinegro y todos sabían eso, Jimin se negaba rotundamente a dejar solo a Hoseok ; temía que el mayor lo necesitara mientras estaba ausente y de no haber sido por la insistencia de los demás en que debía salir y tratar de llevar una vida normal, el peli gris hubiera pasado los cuatro años encerrado en esa habitación de hospital con Hoseok.

Se despidió de su primo y fue a su habitación, estaba agotado. La universidad lo absorbía por completo últimamente, casi no tenía tiempo para salir y menos hablar de visitar a su mejor amigo. A veces Jimin le reclamaba un poco de atención, con lo de Hoseok, no dejaron de verlo, de hecho todos conocían a YoonGi y hasta les agradaba. Pero encontrar un tiempo en el cual todos tuvieran la disponibilidad de juntarse era una odisea.

Se recostó sobre su cama mirando un punto fijo, tratando de suprimir todos los deseos que tenía de hablar con su mejor amigo de lo que había sucedido.  Paso unos minutos observando su móvil sobre la mesa noche al lado de su cama y no resistió más, lo tomó y marcó un número que era recurrente para él, al menos sabía que no estaba rompiendo el pacto de silencio que había hecho con los demás, no directamente. Esperó los tonos de llamados necesarios para que alguien le contestara del otro lado de la línea.

Sudaba, pero ese sudor no era desagradable para él. Era el tipo de sudor que demostraba que el menor se había entregado completamente a él. Su respiración estaba agitada y trataba de recuperarse mientras que su pareja trataba de hacer lo mismo, sintió la mano del menor acariciando su pecho y no pudo evitar sonreír.

-Hey, dijiste que te dormirías. Mañana tienes clases temprano- habló con voz tranquila mientras acariciaba el suave cabello del menor.

-Está bien, me dormiré- dijo totalmente cansado el menor mientras se apoyaba en el pecho del chico pálido y caía dormido a los pocos segundos. Sonrió ante la rapidez del menor para quedarse dormido; cerró los ojos, buscando unírsele en el sueño pero la vibración de su móvil lo sobresalto. Se aseguró que el menor no despertara mientras lo movía para que apoyara la cabeza en la almohada, le besó la frente y tomó el teléfono para ver quién era a esa hora.

Se levantó para hablar con la persona que ya había identificado, en un lugar donde no pudiera despertar a su pareja. Llegando a la sala del departamento.

-¿Hola?- descolgó cuando su teléfono estaba a punto de enviar la llamada al buzón de voz.

-¡Hyung! ¿Por qué te demoraste en responder?- la voz de TaeHyung retumbó en su oído.

-No grites, ¿Crees que estas son horas de llamar?- le reprochó algo molesto.

-Lo siento, hyung- el peli naranja sonó apenado.

-Está bien, no te pongas así- a pesar de que TaeHyung solía ser infantil la mayor parte del tiempo, era un chico que le agradaba, siempre se trató de mantener en contacto con ellos y a veces los visitaba. -¿Paso algo?-

-La verdad es que si, lamento no haberlo dicho antes, hyung- el menor se escuchaba algo culpable, no pudo evitar ponerse algo nervioso.

-¿Qué sucedió Tae?-

-Es Hoseok, despertó del coma- por un momento se sorprendió, muchas veces se había preguntando cual era la posibilidad de que eso sucediera y que haría Jimin cuando se enterara.

-Ya veo ¿Cómo está?- nunca había visto al ex de su pareja, a pesar de que alguna vez el peli gris le había pedido que lo acompañara al hospital, no creía que fuera prudente hacerlo. De todas formas sabia cosas sobre él, cosas que alguna vez el menor le contó y no tenía ningún problema contra él, solo tenía miedo.

-Su pronóstico es mucho mejor de lo que todos esperábamos, la rehabilitación ha funcionado y ahora solo tiene un pequeño problema para caminar- la información que le dio el mejor amigo de su pareja lo inquietaba.

-Ya veo-

-Hyung, no tienes que preocuparte, Jimin no sería capaz de dejarte- parecía que TaeHyung había leído sus pensamientos y visto su temor más grande.

-No es eso- trató de sonar seguro, no quería parecer débil frente a los demás.

-Bien, YoonGi hyung…-  el menor se quedó en silencio por unos segundos. Y luego volvió a hablar. – ¿Le dirás a Jimin?-

Ahora fue él quien guardo silencio por un tiempo, una parte de su mente le decía que no debía decirle al peli gris sobre  Hoseok, pero su corazón sabía que, si de verdad decía amar al menor, le tendría que decir.

-No lo sé, Tae. No debería haber secretos entre Jimin y yo, sé que saber eso lo haría feliz, pero  aun no sé lo que hare-

-Hyung, quiero que sepas que en algún momento los chicos se lo dirán- eso lo tenía como un hecho, sabía que algún día iba a suceder.

-Lo sé, gracias por informarme, Tae-

-De nada, hyung. Debo dormir, hablamos otro día- el menor se despidió y corto la llamada. YoonGi, se sentó en el sofá mientras tenía el móvil en la mano. Ahora estaba en una situación delicada.

Antes que Jimin se enterara sobre el estado del chico que alguna vez fue su pareja, YoonGi necesitaba hablar con Jung Hoseok y saber que tanto recordaba del peli gris, si él consideraba que valía la pena que ambos se reencontraran, entonces se encargaría el mismo de infórmale a Jimin del estado del pelinegro. Por otra parte, si consideraba que Hoseok no valía la pena para el menor; haría hasta lo imposible para que Jung no volviera a hablar con el chico. No se consideraba una mala persona, tal vez no le hubiera dado tanta importancia si se tratara de otra persona. Pero era Jimin y el menor lo necesitaba, lo necesito desde un principio.

Se levantó y volvió a la habitación que compartía con el peli gris. Jimin dormía plácidamente, como lo hacía desde hace un año mientras estuviera con él. Cuando lo conoció, el menor estaba bastante mal y fue una larga lucha para que volviera a comer, dormir y seguir su vida con normalidad. En un principio tenía pesadillas recurrentes y por mucho tiempo no pudo volver a ver el mar, pero él se había encargado de cuidarlo todo ese tiempo. El pelinegro sabía la gravedad de todo, que había sucedido en el accidente y todas las consecuencias que trajo; se acercó a la cama para acostarse junto a su pareja, Jimin instantáneamente se apegó a él nuevamente. Recargó su cabeza en la del menor, perdiéndose en el aroma de su cabello, queriendo que Jimin nunca se alejara de él.

Notas finales:

Hola! Espero que esten disfrutando esta historia y quisiera agradecer a toda la gente que la esta leyendo. Gracias <3


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