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Álbum por MrsHunter

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[Deja que la música te eleve como si nunca hubieras llegado tan alto. Ábreme tu corazón. No hay llanto en el Club]

 

Mis amigos me habían llevado a aquel lugar para así desahogarme y distraerme un poco; Y como no, con tantos chicos en paños menores, bailando y caminando de un lado a otro, moviendo sus caderas y enorme trasero con coquetería.

Aquel era algo parecido a un Table Dance, pero especialmente para Gays. El lugar era amplio, y el ambiente solía ser muy bueno cada noche. Había muchas mesas, luces color neón, buena música y hasta salas privadas.

— ¡Anímate hombre! Que estamos aquí para celebrar

— ¿Celebrar el que me botaron?—enfatice de manera irónica, mientras daba una calada larga a mi cigarrillo—.

—El sujeto con el que salías no era una persona buena—Dijo otro de mis amigos—Nunca me agrado

—Sí, tienes razón—apoyo de igual manera su pareja— A mí tampoco me agradaba

—Pero a mí sí me gustaba mucho—Les dije con fastidio, bebiendo de prisa el Shot de tequila— Y eso es lo único que importa

—Ya, ya, mira que esta por empezar el Show, distráete un poco, anda.

Sin mucho interés mi vista se fijo en la plataforma de cuadros que estaba en el centro, las luces bajaron un poco y se concentraron más en el chico que recién aparecía con el ritmo de la música que sonaba.

 

[No hay llanto en el Club. Deja que el ritmo levante tus lágrimas que caen]

 

El hombre era alto, mucho más que la mayoría de los bailarines. Llevaba ropaje demasiado llamativo, con muchos brillos y demás cosas. Su torso, piernas y brazos era lo que más lucía. Tenía una piel tan bronceada y tonificada. Era todo un hombre queriendo ser mujer. Era evidente por el maquillaje y su cabellera negra hasta los hombros.

Por un momento mi estabilidad mental parecía balancearse. Creía volverme todo un demente al imaginar que aquel semental bien dotado se había fijado en mí de entre tantos chicos. Es decir, sus ojos parecían perforar solamente los míos mientras movía su musculoso cuerpo al ritmo de la música. Pero aquello era imposible, ¿No?

Di otros dos Shot seguidos, intentando desviar la mirada de aquel majestuoso cuerpo en la plataforma. Los hombres estaban alborotados, lanzando gritos y aplaudiendo cada vez más fuerte.

Mis ojos lo encararon de nuevo, y ahí estaba, solo viendo en mi dirección. Quizá solo se enfocaba en alguien más que estaba tras de mí. No era un chico demasiado atractivo como para llamar la atención de alguien, es decir, mi novio me había dejado, ese era motivo suficiente.

Un Shot más e intente relajarme.

— ¡Llegaron los cinco felices, amigos, así que arriba y a mover esos benditos cuerpazos!

Los cinco felices eran cinco minutos que te daban para subir a la plataforma en compañía de los bailarines que ahí se encontraban, para poder bailar un poco con ellos. Normalmente era una canción solamente, y al terminar regresabas a tú lugar.

Todos los hombres enseguida subieron a la plataforma sin llegar a perder tiempo alguno. Era como tiempo bendito en aquellos momentos.

— ¡La música es tan buena y acertada para ti, así que vamos!

Prácticamente era la misma canción que el bailarín bronceado había bailado, solo la reproducían de nuevo. Sin mucho ánimo seguí a mi amigo, mientras me llevaba casi a rastras hasta la plataforma. Había muchos chicos, apenas y cabíamos, estaban la mayoría apretados.

No sé en qué momento, pero con el ajetreo de alrededor me separé de mi amigo, ni siquiera sé como llegue al centro de la pista, siendo algo sofocado por todos los que bailaban ahí. De pronto, sentí como tomaban mi muñeca, sacándome de aquella multitud, llegando tras bambalinas.

—Gracias, me sofocaba ahí

—No hay problema

Por dios, que voz tan varonil. Hasta ahora me daba cuenta de que era el mismo bailarín alto y muy, muy apuesto. Sin poder evitarlo me sonroje enseguida. Ese sí era todo un hombre.

Mi tristeza pareció esfumarse al sentir los labios de semejante espécimen varonil.

Besaba tan rico.

Me tomo de la cintura, acercándome a él y su prominente erección tras ese diminuto traje colorido. Sus manos tocaron un poco mi plano abdomen, pasando a la espalda y a mis glúteos, todo sin dejar de besarme.

Nuestras respiraciones se mezclaron y si lengua luchaba contra la mía mientras nos dejábamos llevar por la canción que estaba resonando a todo volumen en el lugar.

Sin perder el tiempo, bajo la cremallera del pantalón y el subió un poco ese atuendo pequeño que asemejaba a una falda, dejando nuestros erectos miembros al aire. Los junto y froto con sus manos, mientras subía y bajaba su cuerpo, aumentando aquella fricción.

Me perdí completamente en aquella deliciosa acción y la música que no dejaba de sonar. No sabía siquiera si alguien nos observaba, hasta olvide por un momento lo antihigiénico y poco salubre que aquel acto conllevaba. Solo eran nuestras respiraciones, su lengua con la mía y aquel roce de nuestras partes tan delicadas.

Me olvide de todo y todos.

Miré sus ojos y el los míos. Mordimos nuestros labios, nos besamos una y otra vez. Eyaculamos al mismo tiempo y no podíamos separarnos, no podía apartar mis manos de su cuello, ni él las suyas de mi cadera.

El tiempo se nos hizo eterno, pero al mismo tiempo tan breve. Todo mi cuerpo ardía, y apuesto a que el suyo también.

Compartimos un último beso y mordisco en nuestra piel, acomodándonos la ropa a la par que la música terminaba.

—¡Espero que hayan disfrutado los cinco felices!

Gritó el DJ por el micrófono, mientras todos aplaudían y retomaba la música.

Miré aquellos ojos nuevamente, compartiendo una sonrisa maliciosa.

Claro que fueron los cinco minutos más excitantes de mi vida.


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