----Baekhyun
Creo que muchas personas pueden tener muchos miedos a lo largo de su vida, miedo a la soledad, a las alturas, a los bichos, puede que las superen o que vivan con ellas por el resto de sus días, y creo que ese será mi caso, mi miedo… la oscuridad.
Desde hace años he vivido a diario con miedo a que el sol se oculte y los rayos dejen de iluminar mi camino, tal vez no sea coincidencia que la luz sea mi poder, que sería de mi si no fuera así, aunque creo que la telequinesis y el poder de controlar la tierra es increíble, pero prefiero mi poder al llegar la oscuridad.
Mi compañero de cuarto fue el mejor para mí, pues al caer la noche y tocar su catre, cae dormido como oso, no le molesta que deje prendida una vela o que de pronto ilumine la choza con mi poder hasta caer yo también dormido.
Chanyeol nunca se quejó de mis miedos, hasta una noche. El clima era frío, el viento se colaba por las paredes provocando ruidos aterradores, tenía prendida una vela pero esa noche parecía que el cielo era más siniestro por lo que hice uso de mí poder.
Me había quedado dormido despues de usar mi energía por horas, pero mis sueños fueron invadidos por pesadillas, pesadillas que eran recurrentes, mi padrastro encerrándome en ese sucio sótano, en medio de la oscuridad, innumerables veces de pedir ayuda y el regresando a callarme, dejándome herido y asustado aun en la oscuridad…
Desperté con la respiración agitada y busque pronto la luz producida por la vela, mas no sabía que esta había sido apagada por el viento. Cree mi propia luz, pero ese día fue cansado así que no dure prácticamente nada, me levante para buscar algo con que prender nuevamente la vela, pero el miedo solo provocaba temblores en mi cuerpo, mi mente no trabajaba correctamente, mis respiraciones se aceleraron aún más, caí sobre mis rodillas y pase a tirar algún objeto que ayudo a despertar a Chanyeol.
-¿Baek? – Escucho mis esfuerzos por respirar y se levantó para ir a mi lado -¿Qué sucede? – me tomo de los brazos e intento levantarme, cosa que no le costó debido a que era más pequeño que él, me sentó en el catre.
-C… Chanyeol… necesito… luz – le pedí de forma pausada entre cada respiración.
Él lo entendió y creo una bola de fuego sobre a su palma –Ya, calma – me dio leves palmadas en la espalda para tranquilizarme. Despues de un rato mi respiración se normalizo y entonces se levantó y prendió todas la velas que teníamos y el apago su llama- ¿Ya estas mejor?
-Sí. Lamento haberte despertado.
-Está bien, no te preocupes por eso, de todos modos hoy no quería dormir, dormir es para tontos – se rio y yo lo seguí con el gesto.
-Eres muy tonto entonces – el grandulón regreso a mi lado y me obligo a recostarme nuevamente.
-Duerme
-Pero…
-Shh – tapo mi boca - Yo estaré aquí, despierto hasta que vea que ya dormiste por completo – jalo su catre y lo puso al lado del mío.
-No, no es necesario.
-¡Que te duermas! – me ordeno.
Ese niño daba miedo cuando se ponía serio, así que solo me di por vencido y cerré los ojos para intentar dormir. Pensé que me costaría volver a conciliar el sueño pero con Chanyeol cerca fue más fácil, aunque de repente sentía que brincaba entre sueños, pero alguien siempre me reconfortaba dándome palmadas en la espalda.
Desde ese día Chanyeol trato de ayudarme a controlar mis miedos, primero fueron paseos cortos al comenzar la noche adentrándonos por el frondoso bosque; conformarme solo con la luz de la flama de la vela por las noches, no hubiera permitido eso pero Yeol dejo su cama cerca de la mía y prometió prender la vela si esta se apagaba; y seguimos por apagar por ratos la vela.
Nunca creí que alguien podría ayudarme a superar mi miedo, creí que se quedarían conmigo por siempre, pero él ha tenido paciencia conmigo, y yo le estoy agradecido, nos hemos vuelto unidos a través de estos años.
Hoy es “la prueba de fuego”, como él lo llama. La noche ya comenzaba a caer y Yeol había colocado mantas para tapar la luz de la luna que se filtraba por las ventanas, tomo de mi mano y comenzamos a dar algunos pasos, creo que era como una prueba de confianza o algo así, porque solo me deje guiar por él, mis piernas temblaban un poco por la falta de luz, pero era definitivamente mucho mejor, incluso después de un rato me sentí tranquilo. No sabía que la oscuridad también podría ser relajante y tener un toque de misterio que me daban ganas descubrir.
Paramos cerca de un pequeño mueble de madera que dividía nuestros catres, me estaba sentando en mi cama, solté la mano de Chanyeol y coloque la otra en el mueble y al quitarle sentí un pequeño dolor punzante en mi dedo.
-¡Auch!
-¿Qué?
-No se creó que algo pico mi dedo – rápido prendió la vela que teníamos y reviso mi dedo.
-Es una astilla de madera, se clavó en tu dedo. Déjame ayudarte, la quitare – intento varias veces sacarla, pero sus grandes dedos complicaban la tarea.
-¡Ah! Chanyeol ya detente por favor, duele, ya sácalo…
Unos movimientos más y logro sacarlo, la astilla… -Ya está – miro el pedazo de madera como si hubiera hecho un gran logro en su vida – Ves soy genial, deberías agradecerme.
-¡¿Y por qué idiota?! ¡Para empezar de quien fue la estúpida idea de caminar en la oscuridad – lleve mi dedo a la boca para limpiar la gota de sangre que salió.
Me iba a levantar para lavar mi dedo pero no conté con que el gigantón también se levantaría, y nuestras cabezas se encontraron en un punto, chocando una contra la otra, pero no solo eso, por el rebote del golpe nuestros… labios también chocaron.
Nos quedamos impactados, mirándonos con los ojos bien abiertos, nuestras caras más rojas que una manzana. Enseguida nos distanciamos fingiendo que nada sucedió.
-Yo… lo siento fue estúpido, todo esto, quitare las mantas de la ventana, prenderé las lámparas…
-Chanyeol – él se calló y volteo a mirarme – Te mentí. Creo que fue buena idea, igual que todas las otras, ya no tengo miedo a la oscuridad, bueno… solo muy poco, pero… gracias por tu ayuda.
-¿Eh…?
-Te estoy agradeciendo, idiota. Me has ayudado mucho todo este tiempo y no te he agradecido, te lo compensare algún día.
El rio un poco y se dirigió a quitar las mantas y prender las lámparas – No es necesario, lo importante es que ya no tienes miedo a la oscuridad, y… que ya voy a poder dormir bien.
-Sí, lo lamento por eso – guardamos silencio y el ambiente se volvió un poco incómodo – No se supone que Do y Kai ya terminaron de entrenar ¿Por qué no han venido a vernos?
Chanyeol alzo los hombros – No lo sé, tal vez quisieron quedarse más tiempo.