One night stand
Diabólico
Una vez más, el sol le dio en la cara. En ese punto, Tony, se planteó seriamente cambiar la orientación de su cama en la habitación. Si algo odiaba más que ser interrumpido en el trabajo, era ser interrumpido en sus preciadas y pocas horas de sueño. Como sea, despierto ya, se desperezó y rodó en la cama, de manera que lo primero que vio, al abrir los ojos, fue el techo.
A su lado, reconoció la tibieza y la presencia de alguien más. Su corazón latió desquiciadamente; su mente, ilusamente, le hizo creer que quien estaba ahí era Steve; pero, cuando giró el rostro, lo que sintió, fue un hueco en la boca del estómago. Ahí, estaba Pepper.
Entonces, entró en pánico. Se incorporó de un salto, y abandonó la cama, como si tuviera miedo a los insectos y ahí hubiera uno. Su movimiento, despertó a Pepper, quien se removió en la cama y abrió los ojos.
—Ah…buenos días, Tony—dijo tallándose los ojos.
—Buenos… ¿dormimos juntos?—por alguna razón, que no se podía explicar, le preocupaba— Quiero decir, ¿hicimos…?
Pepper soltó una risita, apartó las mantas y bajó de la cama. Estaba completamente vestida.
—Estabas demasiado borracho como para ello—explicó—. Será otro día.
Tony la miró con la boca abierta, pero con alivio en el pecho. No se había acostado con ella, eso significaba que en su piel aún estaba Steve… y ya qué estaba en eso… trepó a la cama.
—¿Usaste esta almohada?—dijo sujetando dicha almohada y hundiendo la nariz en ella.
—Pues sí, ¿por qué?
—Te lo llevaste—Tony le miró ceñudo, irritado.
—¿Me llevé qué?
“Su aroma” pensó, pero no dijo nada. Se resignó y dejó la almohada sobre la cama, negando con la cabeza y suspirando. Pepper frunció el ceño, extrañada, pero ya que Tony tenía resaca, no le preocupó demasiado que se comportara un poco raro; se arregló en el baño, mientras Tony seguía lamentándose arrodillado en el colchón. Cuando Pepper salió le dio un beso en la frente para sacarlo de su trance.
—Tony, ¿qué tan ebrio estabas ayer?
—No tanto—mintió.
—Entonces, recuerdas lo que me dijiste ¿no?
—Por supuesto—volvió a mentir.
Pepper sonrió, y Tony pensó que, entonces, no había dicho una estupidez.
—Qué bueno—dijo ella—, estaba preocupada de que dijeras que no, y negaras nuestro compromiso.
—¿Eh?
—Tengo mucho que hacer, Tony, pero luego hablamos. Hay muchas cosas que tenemos que decidir para la boda.
—¿Eh?
—¿Comemos? Ahora, me voy, tengo una junta—Pepper vio su reloj y le dio un beso rápido en los labios.
Tony la vio partir, completamente congelado. ¿Compromiso? ¿Boda? ¿Qué demo…? Y entonces, como retazos, los recuerdos comenzaron a fluir. Lo recordó y se dejó caer de cara en el colchón. Retiraba el pensamiento anterior; sí había dicho una estupidez.
***
Steve se sentó en la barra de la cocina con una taza de café enfrente y, también, la laptop. Había regresado de correr y ya se había duchado, para entonces. Bucky salió de su habitación bostezando y en ropa deportiva.
—¿Qué haces?—le preguntó, pero luego cambio de tema—¡Hey, te fuiste sin mí!
—Por más que te llamé, seguiste durmiendo—Steve sonrió divertido.
Bucky torció la boca, pero no había nada que hacer, iría a correr él solo. Rodeó la barra de la cocina y fue directo a llenar su botella de agua.
—¿Qué haces?—regresó al tema, al tiempo que apoyaba el mentón en el hombro de Steve para ver por encima de éste lo que escribía.
—Es una carta de recomendación para Sharon.
—¿Para qué?
—Quiere entrar a un programa en Inglaterra, y me pidio de favor que escribiera una.
—Ahh—Bucky se apartó, perdió el interés en esa historia pronto—. Oye, ayer, dijiste que no querías hablar, pero, ya que es otro día ¿Cómo te fue con Stark?
—¿No te lo imaginas?
—Pues sí—Bucky estaba consciente de que la negativa de hablar del asunto la noche anterior, era clave de que no había pasado nada bueno—. Pero ¿qué te dijo cuándo le hablaste de tus sentimientos?
Steve suspiró y dejó de escribir la dichosa carta para ver a su amigo, quien levantaba las cejas con una cara de curiosidad que no podía con ella. Le contó sobre lo que había escuchado y como eso frenó sus deseos de confesarse.
—Mmh—Bucky torció la boca—. Le hubieras dicho de todas maneras.
— Sus palabras eran de arrepentimiento, Buck, para él sería más sencillo si no hubiera pasado. Tal vez, no se ha de sentir muy bien consigo mismo. Además, no me apetecía que se burlara de mí.
Bucky miró el semblante de su amigo y suspiró.
—Oye, ¿estás bien?
Steve negó lentamente e intentó volver a la carta que estaba haciendo. Bucky no sabía que decirle, es más, estaba seguro que lo que menos quería Steve era que le dieran consejo o le dieran ánimos.
—Es sólo que…—sin embargo, fue el propio Steve quién rompió el pequeño silencio— ¿sabes? Ni por un momento, ni en sueños, imaginé que dormir con la persona que se ama, doliera tanto.
***
—¡Rhodey!—Tony entró el oficina de su amigo, como un huracán, fue tan intempestivo que hizo saltar a éste de su asiento.
—Joder, Tony, casi me matas de un susto. ¿Qué demonios te pasa?
—Cometí una idiotez. La más grande del mundo entero. Es más, la más grande del universo. Estoy por ganarme una medalla al más imbécil…
—Tony—Rhodey levantó una mano para detenerlo—, cálmate y explícate ¿quieres?
El castaño asintió, tragó saliva y luego, respiró profundamente.
—Le propuse matrimonio a Pepper—lo dijo tan a bocajarro, que, una vez más, Rhodey saltó en su asiento.
—¿Qué? Joder, Tony, no estoy para tus bromas.
—¡No es broma!—estaba al borde de la histeria—¿Ahora, qué hago?
—¿Por qué carajos hiciste eso?
Tony se mordió el labio.
—Porque bebí de más.
—¿Por qué bebiste de más?
Tony tardó en contestar, pero al final lo hizo a regañadientes.
—Porque el estúpido de Steve se fue con esa rubia desabrida, después de la junta.
—¿Qué rubia?
—¡La tal agente 13!—escupió Tony— Yo no sé qué carajos le ve Steve, no tiene chiste, rubia desabrida.
—¿Te das cuenta de que Steve también es rubio?—Rhodey se estaba divirtiendo con los celos de Tony.
—¿Te das cuenta de que lo que menos es Steve es desabrido?
Rhodey lanzó una carcajada, se levantó de su asiento y le palmeó un hombro.
—Veamos, estas comprometido con Pepper, porque Steve salió con Carter.
Ah, lo había olvidado, se dijo Tony, esa mujer era sobrina de Peggy, justo los genes que parecían atraer como mosca a Steve. Aquello no podía ser peor. Pero, sacudió la cabeza, no era momento para pensar en ello, tenía que encontrar una solución a su problema.
—Tengo que deshacer ese compromiso, Rhodey. Pero no quiero romperle el corazón a Pepper, ella no tiene la culpa de que yo sea un idiota.
Rhodey asintió, concediéndole razón.
—Déjame pensar.
—Piensa rápido. Si me casó con ella, si Steve se entera siquiera del compromiso, entonces, ahora sí, me despido para siempre de él. Así que piensa rápido.
—Oye, el genio aquí eres tú.
—Déjame, ayer perdí muchas neuronas ahogadas en etanol.
***
Bucky salía de la ducha y apenas había prendido la televisión, cuando escuchó el timbre; gritó a Steve que él abriría, ya que estaba más cerca. Steve se había ido a su habitación para concentrarse mejor en la carta, además, como la computadora era una cosa del diablo (para ambos), se estaba tardando.
Nada más abrir la puerta, entró Natasha, como un torbellino, y lo sujetó del cuello de la bata de baño.
—¿Está Steve?—Bucky asintió—.Tenemos que llevárnoslo.
—¿A dónde? ¿Para qué?
—No lo sé… vamos de vacaciones… a esquiar… sí, eso.
—¿Por qué? ¿Qué pasa, Nat?
Natasha lo miró, mordiéndose el labio inferior.
—Me encontré a Pepper y me dijo algo que, si Steve lo sabe… bueno, se va a enterar de todas maneras, pero tal vez, podamos suavizar el golpe.
—¿Qué…?—Bucky no entendía ni jota, pero no tuvo tiempo de preguntar porque Steve salió de su habitación.
—Hola, Nat.
Natasha soltó a Bucky y le sonrió ampliamente.
—¿Todo bien?—para el capitán, había cierta tensión en sus amigos, aunque no precisamente entre ellos.
—Sí, es sólo… estábamos pensando que, quizás, podíamos tomarnos unas vacaciones, ¿no te gustaría, Steve?
“Y en otras noticias, un poco más rosas”—se escuchó en la televisión en ese justo instante—,”esta mañana, por medio de un comunicado de prensa, Viginia Potts y el billonario, Anthony Stark, han anunciado su compromiso para contraer nupcias. Aún no se saben los detalles de la ceremonia, pero la noticia sorprende, ya que había rumores de separación…”
Natasha y Bucky, miraron boquiabiertos la pantalla.
—¿Era eso?—preguntó Bucky en voz baja.
—Sí—contestó Natasha con un hilo de voz.
Luego, ambos intercambiaron una mirada, antes de girar el rostro hacia su amigo. Steve no tenía expresión en su rostro, estaba callado y quieto como una estatua griega. Miraba la pantalla, eso sí, con fijeza, como sí aquello fuera una cosa del diablo, más que la laptop.
—¿S…Steve?—murmuró Bucky.
Al ser llamado, pareció despertar; dio un respingo y miró a sus amigos, aunque no tenía palabras.
—¿Estás bien?—preguntó Natasha, con cierta congoja.
Steve tardó unos segundos en contestar.
—Sí, ¿por qué no lo estaría?
Luego, sin agregar nada más, dio media vuelta y deshizo el camino hacia su habitación. No, no estaba bien, claro que no. Pero, pensó que ese suceso ya lo había imaginado, ya había tenido una pesadilla al respecto. Era cuestión de tiempo. Aunque nunca imaginó que llegara tan pronto.