Dilo con regalos
Yugi mira con extrañeza a su novio y la caja que coloca frente a él. Hace memoria tratando de recordar si es una fecha especial pero está bastante seguro que no es su aniversario ni su cumpleaños entonces ¿a qué se debía el regalo?
—Yami —empieza el menor pero el otro niega y extiende más la pequeña caja negra envuelta elegantemente en un lazo violeta. Derrotado suspira y la toma.
Espera en lo profundo de su corazón que no sea un regalo muy costoso de esos que acostumbra a comprarle. Le avergonzaba no poder compararse con su pareja en ese sentido, no porque deseara tener más dinero sino porque consideraba que sus regalos no le hacían sombra a los que Yami conseguía para él.
Aleja ese pensamiento y desata el lazo abriendo la caja. Le toma unos segundos identificar el regalo y jadea al comprobar con solo mirarlo que es tan costoso como todo el terreno de la mansión de Yami. Sin embargo su corazón se acelera y derrite. No es nada más ni nada menos que un collar con el ojo de Horus en plata y está bastante seguro que el centro, lo que representa la pupila, es un pequeño diamante perfectamente cortado y colocado de forma casi imperceptible.
—Yami esto es… —lo mira con lágrimas en los ojos incapaz de articular algo adecuado para agradecerlo—. Gracias —dice luego de unos segundos en silencio y lo abraza con fuerza.
—Sabía que te gustaría —afirma Yami abrazándolo fuerte. Toma el collar de la caja y lo coloca en el cuello de su novio, justo debajo de su típico collar grueso como si fuera parte del mismo.
Lo había visto en una subasta y simplemente no pudo resistirse. El costo por supuesto no le importó y supo al momento de tenerlo en sus manos que Yugi olvidaría todo pensamiento de cuanto le había costado por su fascinación a los objetos egipcios. Era un poco manipulativo de su parte pero a ninguno parece importarle mucho eso.
—Yo… yo no tengo nada que regalarte —dice el más joven con timidez pero se aleja recordando algo—. Espera aquí.
Yami ve a su pequeño y adorable novio correr escaleras arriba. Se sienta esperando pacientemente a que regrese sonriendo un poco. Yugi seguía sin recordar absolutamente nada pero eso no importaba, sabe que traer ese tipo de memorias tomaría tiempo pero tenía todo el tiempo del mundo. No permitirá que nada los separa de nuevo.
Yugi regresa pronto con una caja de madera en manos y se deja caer a su lado mirándolo sonrojado. Bajo la atenta y curiosa mirada de Yami saca un brazalete de la caja, muy similar a los que solía utilizar cuando era un faraón en egipcio pero de plata y totalmente liso salvo un hermoso topacio imperial ovalado en el centro. Mira a Yugi sorprendido preguntándose si el pequeño es plenamente consciente del invaluable costo de una pieza así.
Por el brillo en sus ojos sabe que no por lo que decide no decir nada y le permite retirar una de las muñequeras que lleva puesta para colocar allí el brazalete.
—El abuelo se lo regalo a mamá de una de sus expediciones, y ella me lo dio a mí —explica Yugi sonriendo—. No es mi estilo pero pensé que te gustaría.
Yami quiere decirle que le encanta, pensar que Yugi lo hace en parte por algún recuerdo donde hizo algo similar solo que hecho con sus propias manos porque era un regalo especial para su faraón. Pero en vez de ello lo abraza con fuerza y besa todo su rostro.
—Es perfecto Yugi, gracias —sonríe ampliamente y lo besa sorpresivamente con tal intensidad que le roba el aliento. Su sonrisa se tuerce convirtiéndose en una prepotente por la reacción del menor y el subsiguiente sonrojo que le invade. —¿Qué te parece si vamos a comer fuera?
El menor asiente a pesar del mareo y el aturdimiento por el intenso beso. Se pone en pie y toma la mano de su novio acariciando suave sus dedos. Yami le sonríe y lo guía fuera planeando su próximo regalo.
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Nota:
Diamante: Simboliza la pureza, resistencia, unión, perfección y amor eterno.
Topacio: Simboliza la fidelidad, la fuerza y el poder. Para los egipcios representa a Ra, dios del Sol