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SIVE MALEDICTIO por Esmeraldaxx200

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1 año después

Las hojas de los árboles caían ante las fuertes brisas de otoño. Había pasado un año desde el fatídico viaje de los adolescentes a la isla frente a su ciudad y se conmemoraba un año del fallecimiento de varios de ellos.

Los padres de Thor, Loki, Sam, Kamala, Rhodes, Encantadora y Peggy se encontraban en primera fila escuchando la misa en el cementerio donde sus hijos estaban enterrados. La decisión de sepultarlos juntos había sido algo complicada. Los padres de Thor y Loki tenían su propio mausoleo para la familia Odinson, al igual que la familia de Peggy y Encantadora. Sin embargo, decidieron que estaban mejor juntos que en panteones diferentes y solos.

El padre que oficiaba la misa, hablaba sobre la terrible masacre que se había llevado a cabo en aquella isla maldita; culpa de tres hermanos que se habían vuelto locos.


–Eso es mentira –sentenció.


Stark permanecía fuera de la capilla junto a su fiel mayordomo, Jarvis. El joven genio mantuvo su ceño fruncido durante todo el tiempo que estuvo delante de aquel hombre que decía ser cordero de Dios.

Nunca nadie les creyó acerca de aquella maldición que aquejaba la isla y mucho menos sobre los árboles controlados por una bruja. La policía encontró huellas de los trillizos, o  eso dijeron; por ende, toda la culpa recayó en los tres fallecidos hermanos.

Sintió que unas manos delicadas se apoderaban de su cintura y le susurraban que se callará. Tony bufó ante la orden de su mejor amiga y decidió retirarse. No tenía por qué soportar tantas mentiras.

Jarvis, Pepper y Happy le dieron su espacio al menor de los Stark, dejándolo ir a visitar a sus amigos solo.

Anthony se encaminó primero a su limosina para recoger las flores que detalladamente había escogido para algunos de sus amigos. El orden en el que estaban enterrados sería la forma en que los visitaría.

Permaneció de pie leyendo una y otra vez el nombre de su prima en la lápida. Había pasado un año y aún no lo procesaba del todo.

Margaret “Peggy” Carter 2001 – 2018 “Fuiste nuestro orgullo más grande, siempre te amaremos”

Se tragó las lágrimas y se inclinó para dejar el ramo de rosas color rosa. Sonrió irónico por la redundancia.


–Lo sé… ¿Qué hago repartiendo flores? –bufó. –No lo sé, Peg… Ya nada es tan claro como antes… –miró los demás arreglos florales y chasqueó la lengua. –Los extraño tanto… –suspiró profundamente. –Debo continuar… regresaré antes de irme –sonrió ligeramente y se dirigió a la siguiente tumba.


No pasaron muchos minutos para que Peggy fuera visitada por otra persona. Un rubio corpulento y de sonrisa triste. Rogers permanecía en compañía de sus padres y un hombre de blanco, que sería su enfermero de turno.

La caminata de Stark no fue muy larga. El siguiente destino era Encantadora. Un bello ramo de gladiolos azules frescos permanecía adornando la lápida de la coqueta mujer. Sonrió y no pudo evitar pensar en dos chicos.


–He escuchado que tu Scott y tu Supervisor se escaparon a Florida para contraer matrimonio –dejó el pequeño ramo de flores en el otro extremo de la lápida. –Debes haber tenido el placer de verlos… ¿No te pareció muy rápido? Los jóvenes de ahora son muy alocados… –se rió de su propio comentario y le sonrió a su amiga. –He oído que les va muy bien… Scott entró a la universidad para estudiar ingeniería electrónica y Su-… Anthony… entró a la policía –se encogió de hombros. –Fueron meses intensos para esos dos… –sonrió con algo de envidia.


De todos los que habían regresado de la isla y rehecho sus vidas, ellos eran los más afortunados.

Se despidió con una sonrisa de la que fue una de sus competencias en popularidad en el instituto.

Guió sus pasos hasta la tumba de Kamala. La joven aficionada de los cómics y la música pop. No había mucho que decirle a ella. No había tenido el agrado de conocerla en profundidad pero aun así le dejó un ramo de rosas rojas. Antes de continuar su camino, se topó con los padres de Khan. Los señores agradecieron el bello detalle. Anthony continuó con ellos por un largo rato. A través de ellos pudo conocer mejor a su compañera. Quizás se hubieran llevado bien, parecía haber sido una buena hija. Se despidió con toda la delicadeza del mundo y siguió su visita.

El siguiente era Sam, quien había sido enterrado coincidentemente a no más de 10 lápidas continuas de su chica. Anthony sonrió ante el tierno hecho y le dejó un pequeño ramo de flores a uno de los mejores amigos de su ¿ex amante? Bufó ante la ironía de no saber cómo llamar a lo que tuvo con Barnes. Probablemente, nunca fueron nada más que dos chicos que gustaban del otro.

En la mano aún tenía cuatro ramos por entregar. No tenía mucho que agregar a su visita a Wilson. Por lo que, siguió su camino hasta el siguiente destino.

No conocía bien el cementerio por lo que terminó dando un par de vueltas en círculos, logrando encontrar la lápida de Carol de suerte. Se arrodilló ante la tumba y dejó las flores cerca del arreglo de los padres de la adolescente.

Nunca fueron cercanos pero tampoco desconocidos. Rhodes se la había presentado formalmente a comienzos del último año de instituto. Ciertamente habían chocado opiniones antes de aquella presentación. Tony parecía siempre estar en el lado “incorrecto”, según Danvers. Stark la había aceptado como pareja de James, pues casi siempre coincidían en ese punto.


– ¿Ya se casaron? –rió tontamente y negó con la cabeza. –Debes estar contenta… lo tienes solo para ti… –suspiró con pesar y se levantó para estirarse. –Deben estar hablando de historia y geografía. ¿Qué tiene eso de romántico, eh? –se alzó de hombros y negó con la cabeza. Una pequeña sonrisa adornaba su triste mirada. –Cuídalo bien… –los ojos avellana se vieron empañados por lágrimas que querían saltar por las rojizas mejillas del castaño.


Stark sacó de su costoso abrigo unos lentes de sol negros y se los colocó para evitar verse al descubierto. Llorar frente a las personas no era su estilo. Se despidió en silencio de Carol y siguió su camino hasta chocar con una lápida compartida.

Los hermanastros habían sido enterrados juntos como debía ser. El padre de Thor compró un espacio para toda la familia. El castaño había escuchado que pronto traerían a los demás familiares para no tenerlos regados por todo el país.

<<Un gasto innecesario>>, pensó. 

Dejó los ramos de flores correspondientes en la tumba y se mantuvo de pie pensando en lo felices que debían ser ese par al estar juntos en dónde sea que estén. Sintió algo de envidia. Muertos pero juntos. Le hubiera gustado tener la misma suerte y morir… junto a la persona que ama.

Divagando en sus pensamientos se molestó por su tonta conclusión. Cometió un error y lo lógico era pagar las consecuencias. Se despidió con una sonrisa de uno de sus mejores amigos y siguió su camino.

Su memoria se inundó de los pocos recuerdos que tenía con esa persona y las lágrimas volvieron con fuerza.

Cuando estuvo a pasos de la tumba de su mejor amigo, se dio con la sorpresa de que varias personas lo acompañaban. Entre familiares y amigos. Se dio la media vuelta para evitar que lo vean llorar. No quería que lo consolaran o sintieran lástima por él.

Dirigió sus pasos hacia su prima. Quería ser escuchado sin reproches ni respuesta alguna. Solo desahogarse con alguien de confianza.

Su andar se detuvo en seco cuándo en el panorama apareciera una persona que conocía muy bien que se mantenía al nivel de la lápida de Carter. El joven tenía un compañero al que Tony parecía recordar. ¿Rumlow, quizás? Ex capitán del equipo de fútbol americano y  tres años mayor que Rogers y los demás. Pudo ver como aquella otra persona arreglaba los arreglos florales para que todos pudieran caber en el recipiente. Sonrió ante el gesto y quiso darse la vuelta sin llamar la atención.

Sin embargo, la suerte no estaba de su lado.


– ¿Stark? –la voz que lo había llamado era la del acompañante. – ¡Cuánto tiempo sin verte! –Rumlow se acercó a saludar al castaño, quien se mantenía estático en su sitio.


Giró tratando de no mostrar una cara de incomodidad y respondió el saludo.


–Hola… Brock… –aceptó el apretón de manos que el otro le sugería. –Tiempo de vernos… –tosió incómodo.


Ambos se habían conocido en una de las muchas fiestas del equipo del instituto. En alguna de aquellas reuniones, habían terminado tan ebrios que si no fuera por Carter, hubieran terminado encamados, sin duda alguna. Rumlow había tratado de comunicarse varias veces con Stark, pero ante la insistencia cambio su número telefónico.


– Lo sé… Oye, vengo con Barnes. ¿Lo conoces, verdad? –señaló al mencionado.


Tony tragó saliva y asintió con la cabeza. James había cambiado bastante. Se cortó el cabello, se dejó crecer la barba y… no tenía un brazo. 

Las miradas avellanas y cielo se encontraron, pero fueron las azules las que huyeron de las castañas.


–No sabía que se conocían… aunque, supongo que era obvio… –trató de sonreír pero su incomodidad le podía más.

–Sí, de hecho nos hicimos más cercanos en las reuniones del equipo de fútbol –sonrió. –Al entrenador le pareció buena idea que alumnos más experimentados apoyaran en las prácticas –agregó.

– ¿Sigues jugando? –preguntó sin interés, mirando de reojo a Barnes quien no volteó de nuevo ni por error.

–Sí, gracias a eso tengo una beca en la universidad –comentó orgulloso. –Por suerte, gracias a los entrenamientos con el equipo del instituto, James y yo podemos vernos casi siempre. –notó como el rostro desinteresado de Tony cambio radicalmente a uno curioso por saber más. –Así la llama del amor no se apaga. –rió y miro a James, quien lo miro con el ceño fruncido. –Yo también te quiero, cariño –sonrió y regresó su vista a Stark. – ¿No es adorable? –preguntó sonriente.


El joven genio se quedó paralizado. Su mente no procesaba, o mejor dicho, no quería procesar la información. ¿James tenía novio? ¿Ya lo había olvidado? Bueno, eso era lógico. No podía pensar en que Barnes lo esperara después de un año sin verse ni arreglar las cosas correctamente. Pero, aun así dolía. Dolía mucho.


–Felicidades… –el contrario agradeció la felicitación. –Debo irme… Me están esperando… –no espero respuesta alguna y caminó lo más rápido que pudo. Tratando de no parecer desesperado por salir de la vista de los novios.


James se permitió voltear la mirada. Observando como Anthony se perdía de vista al voltear en una esquina.

Caminó sin pensar realmente a donde ir. Topándose finalmente con los hermanos Odinson. Suspiró intranquilo. Se sentó frente a la tumba y se permitió llorar tan solo un poco. La reacción indiferente de Barnes le dolía en lo más profundo de su ser.

El castaño sabía que la culpa era suya. Él abandonó al castaño mayor cuándo este le había pedido con todo el amor del mundo que se quedé a su lado, pero tontamente lo dejó. No pudo dejar a su prima morir sola, aunque sabía que más que por Peggy había ido por Steve. Fue el peor momento para dudar de sus sentimientos. No había marcha atrás. Sin embargo, quería arreglar las cosas, al menos para no sentirse tan culpable.

Se sacó los lentes para limpiarse las lágrimas, motivo por el cuál no se percató de que dos personas se acercaban a él.


– ¿Por quién lloras, galán? –las palabras provenientes de aquella reconocida voz hicieron eco en sus oídos.


Levantó la mirada empañada aun por la tristeza y se lanzó a los brazos de sus mejores amigas.

Janet y Natasha correspondieron con la misma intensidad el gesto. Se mantuvieron unidos durante algunos segundos y se separaron para poderse ver mejor. Janet vestía tan elegante como siempre y su cabellera castaña seguía corta. En cambio, Natasha tenía el cabello rojizo largo. Mantenía su brazo enlazado con el de su actual pareja, debido a que sus ojos ya no podían ver. Hubo muchas operaciones que quisieron devolverle la posibilidad de ver, pero todas fallaron.

Sin embargo, nada de eso detuvo a Romanof que con la ayuda de Van Dyne logró adaptarse a su nuevo estilo de vida. Además, ambas se mudaron a vivir juntas en un pequeño departamento alquilado y pagado por los padres de Janet. A pesar de que a Nath no le gusta tener que vivir a costa del dinero de su chica, terminó por aceptar para evitar las quejas y peleas con la castaña.

Janet enlazó su brazo con el de Tony y le pidió que las acompañara a visitar las demás tumbas. El castaño aceptó feliz de tener la compañía de la pareja.

Regresaron sus pasos por sus diferentes compañeros hasta quedarse con Sam. Van Dyne arregló las flores que estaban todas amontonadas. Stark pudo notar que habían nuevas rosas y supuso que James las había dejado.


– ¿Supiste lo de Steve, verdad? –Romanof sacó de sus pensamientos al genio, quien respondió con un simple <<sí>>. –Fue terrible, James y yo… –la peli roja guardó silencio ante su error, pero Tony le pidió que siguiera. –Ambos… estuvimos cuándo se llevaron a Steve al centro psiquiátrico –concluyó. –Aún puedo escuchar sus gritos insistiendo en que Peggy está viva y habla con él… –suspiró con pesadez. Sintiendo un nudo en su garganta que le impidió seguir hablando.


Janet cogió de las  mejillas a su chica y se dieron un beso esquimal. Anthony rodó los ojos ante la cursilería de su mejor amiga.


– Fuimos un par de veces a visitarlo –continuó, Janet. –Pero los doctores nos pidieron cesar las visitas por un tiempo –su semblante cambio a uno más alegre. –Gracias al cielo, los doctores lograron estabilizar a Steve y ahora vive con sus padres –sonó más optimista. –Con un enfermero siempre cerca, al menos por unos meses más –se encogió de hombros.


Anthony escuchó atento todo lo que Van Dyne le comentaba. La cólera y la angustia de no poder haber estado al lado de Steve ni de sus amigos lo hizo sentir mal. Sus padres lo enviaron a China pocas semanas después del incidente del fin de semana de Halloween. Insistiendo en que era lo mejor para su integridad tanto física como psicológica. Sabiendo que Tony Stark era parte de los sobrevivientes sería el punto de la prensa amarillista.

Y el joven genio lo agradecía, pero eso lo alejó de las personas que le importaban.


–No todo es tristeza, ¿Sabes? –Romanof sintió el aura deprimente de su chica y su mejor amigo. –Escuche que Scott y Supervisor se casaron –sonrió. –Los desgraciados no nos invitaron –los tres chicos rieron ante el comentario. –De hecho, hace poco hablamos con ellos –agregó. –Scott logró una beca completa en ingeniería electrónica y Anthony solo tienen fines de semana para verse con él –comentó, entrelazando sus dedos con los de su castaña.

– ¡Y no están arrepentidos de casarse! –gritó, Janet emocionada. –A pesar de que no se ven más que horas los finde, ellos aún se aman –sonrió embobada por lo romántico que era.

–Es cuestión de tiempo –Tony y nath hablaron al mismo tiempo, logrando un ceño fruncido por parte de la castaña.

–Anti-románticos –bufó.


Natasha rodeó con sus brazos la cintura de Janet y le susurró cosas dulces al oído. Anthony permaneció detrás de ellas mirándolas con ternura, alegría y una pizca de envidia. Sin querer malograr el momento, les dice que debe ir con Jarvis por algo que se olvidó. La peli roja pidió que fueran recuerdos chinos los que debía pedirle al mayordomo. Tony rió algo nervioso y se fue sin responder.


– ¿No son regalitos, verdad? –le preguntó a su enamorada.

– Creo que lo incomodamos… –comentó triste la castaña.

– Quizás lo hicimos reflexionar… –se encogió de hombros. –Con suerte y está buscando a Barnes para arreglar las cosas –dijo optimista. Janet pidió que fuese así.


Anthony caminó sin ánimos hasta su limosina, se dirigió de frente a la cajuela sin querer llamar la atención de su mayordomo y la abrió.

Stark abrió una maleta negra que estaba dentro de la cajuela, parecía ser un regalo debido al moño rojo que tenía. En el interior, había un brazo izquierdo gris de metal. Lo acarició con cierto recelo, frunciendo el ceño ante su cobardía. Nunca podría darle el brazo a James, no tenía el valor ahora que sabía que estaba con alguien más.


– ¿Por qué no le entrega su regalo al joven Barnes? –la pregunta asustó a un desprevenido Stark, que volteó dando un ligero grito del susto.


Tony quería reclamar la imprudencia de su mayor confidente, pero la respuesta lo dejó callado. Incluso si él iba y se lo entregaba, lo más probable era que fuera rechazado. Y eso le aterraba, tenía miedo de escuchar las palabras negativas ante su ofrecimiento.

Era un cobarde.

Prefería la indiferencia al mal trato que el castaño mayor podría demostrarle.

Jarvis no insistió en el tema y le recuerda que su viaje de regreso al continente asiático es por la noche. No hay razón para apurarse, pero la clara incomodidad del joven genio le hacía ver que quería irse sin si quiera despedirse.

Stark agradeció que le recordara ese detalle y cogió el último ramo de flores que debía entregar.


Por otro lado, se encontraban James y Rumlow. El peli negro se excusó con Barnes diciendo que iría a comer por ahí. Le ofreció traerle algo, pero el castaño se negó. Rumlow dejó solo a Barnes en la tumba de Sam.

Caminó rumbo a la dirección de Anthony, lo había visto salir del cementerio y acababa de ingresar otra vez. Tenía que hablar con él.

Pocos minutos después, James seguiría su camino por el cementerio encontrándose de sorpresa con un sonriente Jarvis.


–Joven, Barnes –hizo una ligera reverencia en forma de saludo.


El castaño torció sus labios ante la incomodidad, pero saludó de todas formas tratando de seguir de frente sin entrar en una conversación con el mayordomo. Sin embargo, eso no estaba en los planes de Jarvis.


–Disculpe que lo moleste –detuvo el andar del menor. –Pero, estoy tan viejo que ya no veo como antes –el castaño regresó su atención hacia el mayor y enarcó una ceja ante la confusión. –No sé si podría ayudarme con algo, es urgente y no veo por ningún lado al joven Stark… –Jarvis notó cómo la mirada azulada decaída lentamente al escuchar aquel apellido. –Pensé que… quizás ustedes podría ayudarme, no le quitaré ni cinco minutos –sonrió amablemente, esperando convencer al muchacho.


Barnes rodó los ojos y se maldijo por ser tan buena persona. Aceptó ayudar a Jarvis, pero puso como condición el irse de inmediato si veía a Tony. El hombre de avanzada edad no puso objeción y lo guió hasta la limosina.

James no se había percatado del enorme auto estacionado frente al cementerio. Llamaba la atención de todos los que caminaban por ahí. A pesar de que existían otros carros igual de lujosos que ese.

El mayordomo abrió la cajuela y le pidió que lo ayudase a encontrar las llaves del auto, lo más probable era que estuvieran ahí porque tuvo que sacar algunas cosas al momento de llegar y ahora ya no lo podía encontrar. James miró incrédulo al señor de cabellos plateados y empezó la búsqueda de aquellas dichosas llaves.

Había varias cosas dentro de la cajuela. Toda era de Anthony, lo podía adivinar. El olor de ese chico inundaba todo el interior del compartimento, tanto que sentía que podía tocarlo.

Dejándose llevar por las sensaciones terminó golpeándose con la puerta de la cajuela.


– ¿Joven, Barnes? –evitó reír ante la torpeza del muchacho.

– Aquí… no hay nada –no quiso voltear ante la vergüenza mientras se acariciaba la parte afectada por el golpe.

– Disculpe que insista… Quizás si busca en esa maleta negra… –el castaño señaló una que tenía un moño rojo y recibió una afirmativa por parte del mayor.


Suspiró y siguió con su labor de encontrar las dichosas llaves. Abrió la maleta y se quedó sorprendido por su contenido.


–Oh, cielos… –el lamento del mayor sacó a James de sus pensamientos revoltosos y se volteó a ver que sucedía. –Cuanto lo siento, joven… –mostró las llaves que tanto había buscado. –Las tenía en mis propios bolsillos, que tonto soy… –trató de disculparse, pero el castaño menor no le tomó importancia y regresó su vista al brazo metálico de esa maleta.


Buscó respuesta en el mayordomo, que de inmediato sació esa curiosidad.

Anthony estuvo trabajando en la creación de miembros robóticos para las personas que habían perdido alguna extremidad del cuerpo y deseaban recuperarla. Al inicio, fue un proyecto de ciencias para el colegio en China. Su primer trabajo fue el antebrazo y la muñeca que él lleva puesto en estos momentos y su segundo trabajo fue aquel brazo gris que descansaba en la maleta negra. Pensado al 100% para su Buchanan en forma de disculpa. Jarvis no sabía que era lo que su joven amo podía haberle hecho a Barnes, pero debía ser algo grave.

James negó con la cabeza y miro de nuevo el artefacto mecánico, luego se miró así mismo y pensó en lo genial que se le vería puesto en el lugar correcto.

Jarvis sonrió al ver la expresión de alegría que mostraba el muchacho frente a él. Su trabajo estaba hecho.


No muy lejos de la entrada del cementerio, se encontraba Anthony siendo estampado contra una de las paredes del lugar y siendo besado a la fuerza. El castaño menor trató de librarse del fuerte agarre de Rumlow, pero era mucho más fuerte.

Se le vinieron a la memoria los títeres y las ramas que le cortaron el brazo. Eran igual de fuertes, solo que ellos tenían fuego alrededor.

Harto de la situación, Tony expulsó de su prótesis un láser inofensivo que hizo retroceder a Rumlow por la sorpresa. Stark apuntó con su mano al contrario, pidiéndole que se deje de idioteces o le dirá a Barnes lo infiel que es. Brock ríe y le restó importancia a la amenaza.

James solo era el puente para llegar al joven genio.

El castaño frunció el ceño y mostró indignación ante las palabras vacías del jugador de fútbol. ¿Cómo podía usar a una persona tan amable, empática, atenta, cariñosa y sobre todo valiente como James?

Negó con la cabeza y se lamentó el hecho de ser como Rumlow. Él también quiso usar a Bucky para olvidar a Steve. No eran tan diferentes como hubiera deseado. Dejó caer su brazo y no prestó atención a los movimientos de Brock, quien aprovechó la distracción del castaño para volver a besarlo.

 Sin embargo, alguien interfirió.

Rumlow fue cogido por el cuello y lanzado hacia el suelo, mientras Tony era puesto detrás de esa misma persona.


–James… –los acuosos ojos avellana miraron con vergüenza a su héroe.


–Será mejor que te largues de aquí o llamaré a la policía para decirles que eres un acosador –advirtió, Barnes. 

 

Rumlow no se lo pensó dos veces y se largó, no sin antes maldecirlos por su frustración amorosa.

Ambos castaños observaron al mayor irse corriendo para luego mirarse entre ellos. Tony se sonrojó y desvió la mirada avergonzada de su salvador tratando de contener las lágrimas.

James acurrucó al joven genio en su pecho y con su único brazo le acarició la espalda. Stark se permitió abrazar con fuerza al contrario y sollozar un poco. Había sido realmente aterrador tener que enfrentarse a un acosador que le recordó aquel tiempo en la isla maldita.

Luego de un rato, Tony se separó de Barnes y se limpió los rastros de llanto del rostro.


–Gracias por salvarme… –hipó. –Aunque no era necesario –hizo un pequeño mohín logrando sacarle una sonrisa a James, quien acarició la mejilla contraria y depositó un beso en su frente.

–Lo sé, pero no quería dejar pasar la oportunidad de sorprender a mi chico –sonrió con picardía, sonrojando al menor.


Ambos chicos rieron y se miraron con anhelo.

Anthony recogió con su mano robótica el ramo de flores para su hermano, que se le había caído por el impacto contra la pared, y enlazó sus otros dedos con los de su Buchanan.

Se sonrieron por unos momentos y juntos se dirigieron a visitar al último compañero de batalla.

 

 

Créditos:

Anthony “Tony” Edward Stark - El debut de Iron Man fue una colaboración del guionista y editor Stan Lee, el guionista Angel Leonardo, el artista Don Heck, y el diseñador de personajes Jack Kirby.

Margaret “Peggy” Carter - Creado por el escritor Stan Lee y el artista Jack Kirby,

Steve Grant Rogers – Creado en conjunto por Joe Simon y Jack Kirby.

Janet Van Dyne - Creado por Stan Lee, Ernie Hart y Jack Kirby

Encantadora - Amora, una villana de Thor, creada por Jack Kirby y Stan Lee

Natalia Alianovna Romanova alias: Natasha Romanoff;  Creado por el editor y trazador Stan Lee, el guionista Don Rico y el artista Don Heck,


Loki Laufeyson (basado en el dios del engaño de la mitología nórdica) – Creado por Stan Lee, Larry Lieber y Jack Kirby.


Thor Odinson conocido como Donald Blake - Creado por Stan Lee, Larry Lieber y Jack Kirby, basándose en el dios del trueno y la fuerza la mitología nórdica

Samuel Thomas "Sam" Wilson - Creado por el escritor-editor Stan Lee y el artista Gene Colan

Kamala Khan – Creada por los editores Sana Amanat y  Stephen Wacker, el escritor  G. Willow Wilson y el artista Adrian Alphona.

James "Bucky" Buchanan Barnes - Creado por Joe Simon y Jack Kirby 

Carol Susan Jane Danvers - Creada por el escritor Roy Thomas y diseñada por el artista Gene Colan


James “Jim”  Rupert Rhodes – Creado por David Michelinie y John Byrne.

Scott Edward Harris Lang  - Creado por David Michelinie y John Byrne

Anthony "Tony" Masters - Creado por el escritor David Michelinie y el artista George Pérez

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1era escena post créditos

1 mes después

Después de impedir que Tony regresara a China a retomar la universidad y pedirle que le implantara su nuevo brazo, Barnes se sentía listo para irse con Tony al continente asiático.

Tenía muchas dudas sobre irse a vivir a otro lado con tantas diferencias con su amado país, pero sabía que no podría vivir un segundo más sin levantarse con el rostro calmado de su castaño genio al costado suyo, de no ver sus pucheros cuando no se sale con la suya o de verlo suplicar por comerse una dona más.

No podía y no quería.

Y solo por eso, aceptó la oferta de irse con él a estudiar a China.

Cuando Anthony se enteró de su decisión saltó de la emoción y se lo dijo a todos sus amigos, lo público en instagram y llamó a sus padres para darles la noticia.

Compró los pasajes para un tour por Europa y Asia, donde el destino final era China. Barnes se sorprendió de la sorpresa y, aunque se sentía incómodo por no haber pagado ni un sol, se sintió realmente afortunado; no porque se iba de viaje gratis, sino porqué estaría a solas con Tony.

A pesar de que vivían juntos en la casa del genio, a James le daba mucha vergüenza intimar ahí. Sentía que sus suegros podrían escucharlo y odiarlo por manosear a su retoño.

Era el día del viaje y la casa Stark estaba de cabeza. Anthony preparaba ambas maletas, las de su chico y las de él. Barnes salió del baño recién duchado y abrazó por la espalda a su castaño. Tony se dio la vuelta y beso en los labios a su chico.

Stark delineó el brazo metálico de su pareja y se sintió orgulloso de su trabajo.


–Soy genial –sonrió, mientras acariciaba su obra.

–Definitivamente, lo eres –le susurró Barnes al oído.


Se volvieron a mirar y juntaron sus labios en una pequeña batalla por el dominio del beso. Sus lenguas combatieron hasta que sus cuerpos cayeron sobre la cama. Tony entrelazó sus piernas en la cintura de Barnes, quien delineó el delgado cuerpo de su enamorado hasta llegar a su trasero, el cuál manoseo hasta lograr sacarle ligeros gemidos al castaño. 

Estuvieron un buen rato dándose amor hasta que ambos celulares empezaron a timbrar.

Video-llamada en curso.

Tony se separó a regañadientes de su atractivo castaño y contestó la llamada por parte de su mejor amiga.


– ¡Hey! –exclamó, Janet al ver el rostro de pocos amigos de su mejor amigo. – ¿Qué pasa con esa cara? –la castaña hizo un mohín de molestia.

– Seguro estaba bien acurrucado con James y le malogramos las intenciones de hacer ejercicio –Natasha respondió por Anthony, quien se sonrojo ante lo dicho.

– ¡No es verdad! –gritó.

– Tranquilo, Stark. Te entiendo –intervino, Supervisor. –A mí también me malograron la tarde –rodó los ojos.

– ¡Anthony! –se integró Scott a la llamada.

–Parece que todos aprovechan la tarde para acurrucarse –sonrió, Steve. Sorprendiendo a Stark y a Barnes.

– ¿Hermano? –James se acercó a Tony para aparecer en la pantalla de sus compañeros. – ¡Me alegra verte! ¡Te nos perdiste, otra vez! –sonrió, abrazando por la alegría a su castaño, siendo correspondido.


Los chicos empezaron a hablar de sus anécdotas ocurridas en las últimas semanas. Nath y Jan comentan que se encontraban en la mismísima Roma, provocando celos en Scott y su chico que se quejaron que para eso llaman. Los demás rieron. Anthony y Janet les prometieron a la pareja y a Rogers que la próxima vez irían juntos.


–La última vez que viajamos todos juntos la mitad del grupo murió… así que no, gracias –todos se quedaron en silencio. Mask recibió un golpe por parte de su castaño y pidió disculpas por el estúpido comentario.

–Él tiene razón… pero, no todo fue malo –Romanof abrazó a su pareja y le dio un beso.


Stark se abrazó a James y Scott a Supervisor. Un silencio más incómodo que el anterior se mantuvo por unos segundos, hasta que alguien lo rompió.


–Estoy saliendo con alguien –la voz habló con timidez. Inseguro de haberles dicho a sus amigos aquel secreto.


Todos se mantuvieron atentos. James le preguntó a su hermano quien era la afortunada.


–Sharon… Sharon Carter   –susurró.


El joven genio les comentó a los demás que ella era prima directa de Peggy. Alguna vez había jugado con ella cuando eran niños. Los chicos felicitaron a su recuperado amigo y trataron de sacarle toda la información posible sobre la reciente relación hasta que Jarvis irrumpió en el cuarto de Stark avisándole a la pareja que era hora de partir.

Janet les deseo los mejores deseos y que de seguro pronto Nath y ella pasarían a visitarlos.

Supervisor dijo que ellos no lo harían y Steve se rió ante el pesimismo de Mask.

La videollamada finalizó.

Anthony y James cogen sus maletas y se dirigen a la limosina que los llevará al aeropuerto. Stark se quedó dormido en el hombro de su pareja y fue despertado con un tierno beso en la cabeza.

Mientras caminan a su sala de embarque, Tony se queja de lo sudada que esta la mano de Bucky, este se disculpa y trata de secarse. Sin embargo, Stark tiene otros planes. Se cambia de lugar y entrelaza su mano artificial con la robótica de James.

Buck se ríe de la brillante idea y se dan un casto beso para seguir su camino.

China será una nueva aventura.

Juntos.

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Créditos Finales:

Personajes Originales:

Los Trillizos Capuletho.

Beta inicial: OnlyGenova (wattpad)
Beta Final: AkieHK (wattpad)

 

Idea inspirada en una película de terror: La isla de las brujas (2016). Está disponible completa en YouTube.

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2do escena post créditos

 

Meses después, Anthony y Bucky por fin se habían instalado en su departamento en el centro de Pekín, capital de China.

El joven genio se estiró entre los brazos de su enamorado y se volteó para besarlo.


–Estoy taaan cansado –sonrió. –Tú no tienes piedad de mi trasero, ¿verdad? –le sacó la lengua y le mordió el cuello.

–Fue tu idea la de estrenar el depa –se quejó, fingiendo molestia.

–Sí, pero yo no quería probar en cada esquina –hizo un leve puchero. –Hemos estado en el baño, en la cocina, en la sala, en el corredor, en mi mini laboratorio, en todos lados… ya no queda otro lugar –fingió  tristeza.

–Aún queda detrás de las cortinas y el elevador –sonrió emocionado.


Stark sonrió y se acomodó en el pecho de su chico.


– ¿Prometes que estarás siempre a mi lado? –el semblante del joven genio se volvió triste.


Bucky acarició la espalda desnuda de Tony y le besó varias veces la cabeza.


–Aunque un árbol en llamas o un amigo poseído nos persiga para matarnos, yo estaré a tu lado. Protegiéndote y amándote como ningún otro, mi Kotenok –quiso besar a Anthony, pero este se mantenía ocultó en el pecho de Buck, sollozando. –Hey… ¿Dije algo malo? –ambos se  levantaron para estar más cómodos.

–Al contrario, James… –Barnes le limpió los rastros de lágrimas. –Eres el mejor –sonrió y entrelazó sus dedos con los contrarios. –Estaremos juntos para siempre, ¿De acuerdo? –hipó.

–Es una promesa, mi muñeca –se acercaron y lentamente empezaron a besarse.

 

Se dijeron <<Te amo>> muchas veces, mientras el calor del momento invadía sus cuerpos y sus sentimientos se enlazaban hasta crear un lazo que duraría para siempre.

 

 

FIN

Notas finales:

¡Muchas gracias por acompañarme hasta el final!
Cuentemenme!:

¿Qué fue lo que más les gusto?
¿Qué fue lo que más odiaron?
¿Alguna sugerencia sobre mi escritura?

¡De nuevo, gracias por leer!


Pd: Lo más probable es que mi siguiente fanfic sea un THUNDERIRON :)
Pd1: Haré una pequeña encuesta de dónde debería publicar ese fic :) espero que si les gusta puedan votar:
Pd2: https://www.facebook.com/EsmeraldaCapuletho/ <--- aquí estará la encuesta :)


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