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SIVE MALEDICTIO por Esmeraldaxx200

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–Yo lo haré –se puso en frente de todos, llamando la atención. –Yo seré la carnada –frunció ligeramente el ceño, en forma de seriedad.


El grupo de amigos se quedó estático ante la revelación de Stark. Pero, por supuesto que, eso no iba a suceder.

La primera que renegó de la idea fue Carter. Aludiendo que el castaño podría sufrir un ataque y morir al instante. Rhodes fue el siguiente en apoyar la idea y reforzarla, comentando que el menor no era muy ágil ni atlético para poder hacerle frente a la maldición.

Tony bufó ante las respuestas de sus amigos más cercanos.

Inmediatamente, Janet se le tiró encima llorando. Suplicando que no se arriesgue a morir. Bucky también le pidió al castaño no exponerse al peligro.


–Lo mejor será que vaya yo –sugirió, Carter. –Soy ágil y no dejaré que esa cosa me mate –le sonrió a su primo, buscando aceptación en su propuesta.


Sin embargo, antes de que Tony pudiera siquiera decir “a”, Steve se negó a dejar que su amada hiciera algo tan peligroso como ser la carnada.


–No puedo dejar que hagas eso, Peggy… –trató de acariciar su rostro, pero la castaña lo apartó de mala manera.

–Deja de actuar como un novio sobreprotector –frunció el ceño. –Necesito que me apoyes, no que me prohíbas cosas –se volteó, en forma de demostrar su molestia.


Tony rodó los ojos y le riñó a su prima por lo malcriada que se estaba comportando con Rogers.


–Él solo está preocupado por ti, Pegg –habló molesto. –Y, de cualquier forma, yo seré la carnada… –se cruzó de brazos. Firme en su palabra.


Carter se mostró un poco avergonzada por su proceder, pero seguía negándose a la idea de dejar que Tony hiciera de carnada.


–No quiero interrumpir su discusión familiar –interrumpió Supervisor, con inminente sarcasmo. –Pero, mientras más rápido elijamos a la carnada, más rápido nos largaremos de aquí –Lo último lo dijo casi gritando, como histérico de tanto espectáculo.


Loki apoyaría el hecho de estar demorándose en elegir un cebo. Si tenían dos opciones para elegir, entonces podrían votar por quien sería el anzuelo.


– ¡Entonces yo también quiero ser de ayuda! –gritó Jan, siendo alejado por un alterado Tony. –Lo siento…  No debí gritar cerca de tu oreja –sonrió algo avergonzada.


Natasha se acercó rápidamente a la castaña y la volteo para que la mirara. La peli roja no dejaría que Janet se muera. No mientras ella estuviera a su lado.


– ¿Te has vuelto loca? –gruñó, romanoff.

–La única loca eres tú –respondió con molestia la castaña. –  Y me lastimas –se soltó del agarre de mala manera. Frunció el ceño y reprochó la actitud grosera de su compañera.


Thor se acercó para mostrar su desacuerdo con la iniciativa de su enamorada. No podía solo dejarla ir y que se encuentre con esos monstruos. Trató de razonar con ella, pero Janet se volteo  para ignorarlo.


– ¡Basta! ¡Ya dije que yo puedo hacerlo solo!  –insistió a gritos, Stark. Llamando nuevamente la atención de los presentes.


Los trillizos se mantuvieron distantes. Intentado encontrar una manera más segura de encontrar las tumbas. Supervisor se encontraba recostado en una de las paredes de la cabaña. Loki estaba preocupado por sus dos amigos, pero los veía bien acompañados que pensó que no necesitaban de su apoyo. En ese momento, Loki sintió un leve mareo y, de pronto, una voz lo empezaba a llamar. Se vio tentado a salir de ahí, pero Scott lo regresaría de su trance al chocarlo de casualidad.


–Fíjate por donde andas –gruñó el peli negro. Ignorando los múltiples “lo siento” del torpe castaño.


La pelea entre primos había comenzado de nuevo. Carter parecía querer imponerse en sus ideas, pero Tony no se quedaba atrás. Él no se iba a dejar amilanar por los gritos de histeria de su querida Margaret. 


–Deja de querer hacerte el héroe –frunció el ceño. –Yo puedo ser la carnada y librarme fácilmente. En cambio tu… –trató de no sonar hiriente. –Por favor… cálmate… Déjame encargarme de esto –quiso acercarse lentamente a su primo, pero este retrocedió inmediatamente. Refugiándose detrás de Barnes.


Rogers aprovechó la separación de los primos, para tratar de convencer a Peggy de dejar la idea de ser el anzuelo. Trató de hablarle bonito, de llegar su corazón para evitar que haga esa locura.

Mientras, Bucky hacía lo mismo con Tony.

Ambos hermanos trataron de persuadir a sus castaños. Pero no cabía duda de que eran familia.


–Lo siento, Bucky… –se acurrucó ligeramente en el pecho del contrario. –Pero si puedo ser de ayuda, no dudaré en serlo… Por favor, entiéndelo… –entrelazó sus dedos con el contrario. –Por favor… –pasó su nariz por el rostro del contrario, haciéndolo estremecer.

–Es una locura… –acarició la mejilla contraria. –…Y sé que nada de lo que te pueda decir, te hará retroceder… –sus labios se chocaron levemente. –Entonces, déjame cubrir tu espalda –los ojos azules y miel chocaron. Encontraron un mundo en los ojos del otro.


Tony asintió. Depositando un beso casto en los labios del contrario. Era una promesa.


– ¡Basta! –gritó, alertando a todo el grupo.


Carter parecía perder el control.


–Tú no lo entiendes, Rogers –una punzada en el corazón hizo que el rubio retrocediera. –Yo protegeré a Tony con mi propia vida –lágrimas amenazaron con salir de sus ojos.  –No dejaré que él se acerque a ese demonio… no dejaré que pase de nuevo –sollozó.

–No quiero sonar ofensivo… –se interpuso en la conversación de los enamorados. –Pero, no necesito que me protejas Peggy –sonrió débilmente. –Pegg, lo que paso hace años… eso fue un accidente… Por favor, no te metas en esto –pretendió abrazar a su prima, pero esta lo aparto de mala gana. Limpiándose las lágrimas y tratando de controlar su molestia. –Está fue mi idea, así que yo seré quien lo lleve a cabo –se dirigió a todo el grupo.


Todos mantuvieron silencio. Janet se mantenía al lado de Thor, quien no soltaba su mano por ningún motivo. Nath se acercó a un desconcertado Loki y Rhodes se mantenía distante de la pelea de los primos. Sabía que tratar de persuadir a Tony era imposible y había visto la muestra de afecto que tuvo con Barnes. Sabía que su mejor amigo estaba en buenas manos, pero sin duda él también cubriría la espalda de su viejo amigo.


–Y si… –todos voltearon su mirada. –Los tres fueran la carnada… –sugirió, tratando de ocultarse tras su gorro.


La mayoría rodó los ojos ante la tonta sugerencia del castaño. Ignorando su idea de inmediato. Lang se sintió inútil. Y solo. Muy solo. Hasta que sintió como le quitaron el gorro de sorpresa y le acariciaron la cabeza con calidez.

Supervisor miraba con algo de ternura a su compañero, acto que hiso sonrojar al menor.

Ambos se quedaron en su mundo.

Con algo de vergüenza, Scott apoyó su cabeza en el pecho del más alto. Logrando escuchar los latidos rítmicos de su amigo. Supervisor se permitió pasar un brazo por entre la cintura del menor, sin dejar de acariciar su cabeza.

La soledad empezaba a desaparecer.

 

–El chico podría tener razón –todos voltearon su atención a los trillizos. –Existe un patrón, la bestia se los lleva en orden. Pero, no sabemos de qué depende ese orden –suspiró cansada. –Si están los tres, ubicados en diferentes lugares, la maldición elegiría solo a uno –su único ojo visible parpadeo un par de veces antes de recibir respuesta de los demás.


La idea podría tener sentido. Pero, existían tres contenedores. El monstruo estaba dividido en el número de marcados. Por lo que el plan tenía defectos.

Rhodes, quien parecía ser el menos tenso en ese momento, sugirió pensar en otra idea. De preferencia, una donde no existieran carnadas.

Se pudo escuchar un bufido de parte de Loki y Supervisor, quien aún tenía en brazos a Scott.

 

–Bueno, no puedo discutir contra esa lógica… Existiendo esa división de tres contenedores, podría no funcionar… –se masajeó la cien, incomodo de estar tanto tiempo parado.

–Una carnada nos facilitaría mucho las cosas –agregó, Black Moon. –Pero, no podemos obligar a nadie –se alzó de hombros.


Tony gruñó ante ese último comentario. ¡Él se había ofrecido! ¿Por qué nadie le hacía caso? Cansado de que le digan que puede y que no hacer, Stark decidió irse por su cuenta. Siendo seguido por un preocupado Barnes, quien no lo dejaría solo ni por un segundo.

Todos miraron con sorpresa el actuar del castaño. Quien estuvo a punto de abrir la puerta, sino fuera porque Peggy lo detuvo antes de hacerlo.

Cansada de no ser escuchada por su primo, la castaña mayor decidió hacerlo obedecer por las malas. Cogiéndolo del brazo y haciéndole retroceder hasta hacerlo caer.


–De aquí no sales sin mi permiso –frunció claramente el ceño. Apuntado a Stark con el dedo.

 

Los presentes se quedaron mudos ante el actuar de Carter. La joven jamás había sido agresiva y siempre arreglaba las cosas con calma.

Inmediatamente, Janet le gritó a Margaret el atrevimiento por lanzar de esa forma a su mejor amigo. No había necesidad de agredir. Rhodes también mostró su molestia por el accionar tan poco certero de su compañera. Barnes se contuvo de hablar. Mirando con fastidio a la novia de su hermano.

Loki y Natasha ayudaron a su amigo a levantarse. Ambos se encontraban más cerca y reaccionaron más rápido ante la caída del castaño.


– ¿Todo bien, Tony? –preguntó la peli roja. Recibiendo un movimiento afirmativo con la cabeza.

Ambos James se acercaron rápido a Tony y le formularon la misma pregunta. Obteniendo la misma respuesta. Sin embargo, se notaba como el castaño mantenía su mano apretada en el pecho.

Carter pudo notar ese detalle y sudó en frío. Si algo le pasaba al marcapasos de Tony, este podría morir de cualquier susto o disgusto. Reaccionó tarde a su actuar y contuvo sus lágrimas.

Steve pudo ver el cambio repentino de ánimo de su enamorada. Quiso acercarse, pero se sintió lejano. Como si la chica de la que se había enamorado, ya no existiese.


–Lo… si-siento –hipó. No pudiendo controlar su llanto y reaccionando por puro impulso, salió corriendo de la cabaña sin rumbo fijo. Queriéndose alejar de las malas caras y los malos sentimientos.


Para cuando todos reaccionaron, Steve no dudó en salir corriendo tras su amada.


–Peggy… –los ojos de preocupación de Stark, se vieron opacados por las lágrimas. Se sentía culpable de la situación por la que pasaba su prima, casi hermana.


Todos se quedaron observando la puerta por donde habían salido el par de enamorados. Los trillizos se mirarían entre sí y recogerían sus armas para ir detrás del par de estudiantes. Si los dejaban a su suerte, era seguro que morirían.

Notas finales:

¡Gracias por leer y comentar!

Nos leemos pronto ;) 

 


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