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Look he was a killer... por Samy_DBS

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Una mujer de pronunciada estatura caminaba en los pasillos estrechos con tonalidades azules opacas. Usaba una bata blanca y su largo cabello rojo estaba recogido en un moño.

 

Sus ojos grises eran fríos.

 

Una mujer con bastante poder y renombre en el gobierno mundial. Simplemente cualquiera la reconocería en donde fuera.

 

Estaba casada con Minato Namikaze, uno de los Arcángeles más conocidos de la historia, llamado como “demonio despiadado” o sobrenombres de ese estilo , mismos que le habían sido atribuidos por todas las madres a las que les arrebató sus pequeños donceles.

 

Aunque la palabra matrimonio no era más que una simple formalidad. Pues en la actualidad ya no se considera necesario unirse así con alguien.  Ellos se unieron porque tenían la misma mente fría y calculadora, sabían que juntos lograrían grandes cosas así que prefirieron unirse en matrimonio.

 

Kushina fue hija de dos personajes extremadamente pobres, que a pesar de su pobreza apoyaban fervientemente a los donceles. Y la educaron diciendo que todos eran iguales y que ningún humano tenía derecho de tomar la vida de otro.

 

Pronto se le olvidaron esas enseñanzas cuando fue llevada a un centro de menores a los quince años. Ella era una “luz” en todo ese asunto, ya que el gobierno comenzó a cosechar a toda niña sana de familias humildes. Querían darles lo mejor para que llegaran a la edad adulta. Todo esto con la intención de aumentar el número de mujeres en el mundo.

 

En ese sitio demostró sus capacidades, algo que muchos en la élite apreciaron, tanto así que un poderoso hombre que trabajaba en el gobierno se convirtió en su tutor legal.

 

Recibió todo tipo de conocimientos en ciencia, tecnología, medicina y robótica. Ya que parecía desenvolverse fácilmente en esos campos de estudio. Pronto adoptó las creencias de su tutor. Aprendiendo así que los donceles debían ser exterminados.

 

Ahora mismo se dirigía a una  junta en privado con su esposo. El asunto a tratar era su descendencia, ya que por sugerencia de los altos mandos ellos deberían tener un hijo.

 

Aunque a Kushina le parecía absurdo a Minato le agradaba esa idea, tal parece que deseaba un heredero al cual impartir sus conocimientos. Y no era cualquier hijo, ya que el rubio deseaba un hijo de sangre.

 

Hijo de sangre era un término que se le daba a los niños concebidos naturalmente, con el método tradicional.

 

Ya que con su tan avanzada tecnología podías simplemente desear un hijo y descargarlo de una computadora.

 

Estos eran Virtual Humans, en un centro especial para este tipo de inseminación acudían las mujeres que deseaban tener hijos y simplemente los diseñaban a su gusto, escogían que rasgos tendrían, el color de sus ojos, su estatura etc. Pero el único error en este método era el sexo del futuro niño, esto se debía especialmente a que todavía no eran capaces de controlar eso. Pero dejaba de ser un problema con la fórmula que Minato Namikaze había hecho, con esta se subía el porcentaje de que fuesen varones o mujeres.

 

Aunque sonase enfermo era una realidad que ahora los humanos eran capaces de crear a sus familiares u acompañantes de vida.

 

Para escoger una pareja era mucho más fácil puesto que no eran más que robots que ofrecían la capacidad de amar. Escogías las características de tu persona ideal y simplemente esperabas a que te la enviaran por correo.

 

Actividades como estas reducían las posibilidades de que los donceles existieran por más tiempo.

 

Aunque a ciencia cierta no estaba segura de querer un hijo virtual, ya que en sus cultas creencias los miraba con ojos de desprecio, estaba en contra secretamente de los humanos creados a base de simples computadoras.

 

Y lo más cercano a un hijo era Karin, una Virtual Human creada a base de su ADN, pero ella simplemente la había creado para asistente de laboratorio. La joven simplemente existía para el trabajo.

 

La puerta estaba frente a ella, con la seguridad que la caracterizaba tomó el pomo y abrió sin más.

 

Encontró a su rubio esposo, el cual miraba sin expresión alguna la enorme ciudad que estaba debajo de ellos, el piso en el que estaban era bastante  alto, dándose el lujo de tener un pared de simple cristal, para poder observar a detalle a todos.

 

El científico usaba un traje blanco a la medida, el solía usar ropa “pasada de moda”, de esa que los humanos solían usar antes de que el mundo se convirtiera en una locura.

 

Las tendencias dictaban cosas bastante ostentosas y ridículas, el cabello era teñido de llamativos colores y peinado en puntas a todas las direcciones, los vestidos de las señoritas podían ser cualquier cosa con enormes adornos. Extravagancia era lo más resaltante.

 

Los hombres usaban ropa formal igual de llamativos que los vestidos, pero   los jóvenes preferían usar túnicas o ropa más pegada al cuerpo.

 

-Buenos días Minato. –saludó caminando hacia el hombre.

- ¿Qué tienen de buenos? –preguntó con un toque de ironía.

 

La mujer le dio la razón en silencio, ellos no eran muy expresivos como desearían, de hecho a la vista de todos la pareja se profesaba odio.

 

-Y con respecto a lo de tu hijo. –empezó con la conversación la mujer de cabellos rojos.

 

-Es tu cuerpo Kushina. –le respondió secamente. –Si lo deseas así será, porque tengo la seguridad de que compartimos el desprecio hacia los Virtual Humans. –

 

-Efectivamente. –ella dirigió sus grises ojos a los azules. –Quiero darte un hijo de sangre. –le contestó sin más, viendo la felicidad en esos ojos claros que a menudo eran fríos.

 

-Aunque el método siempre me ha parecido primitivo… -le confesó. –No me importa en lo absoluto, mientras sea contigo. Mientras nuestro heredero tenga tu sangre. –

 

Kushina le dedicó una sonrisa tan imperceptible que a simple vista nadie la hubiese negado, pero Minato la vio y quedó complacido.

 

2 meses después…

 

Kushina ya estaba embarazada, con dos meses de embarazo, su hijo crecía en su vientre. Sin embargo, alguien tan ocupada como ella no podía darse el lujo de tener una barriga enorme que la limitase.

 

Por lo que el feto fue trasplantado a una incubadora inteligente, esta tenía forma cilíndrica, puesto que era un tanque que le proveería todo lo necesario para que se desarrollara.

 

Era un tanque de cristal conectado a una computadora que registraba el avance en el desarrollo, el ritmo cardiaco, sus movimientos etc. Estaba lleno de un líquido azul que era una versión mejorada del líquido amniótico que producían las mujeres embarazadas.

 

Ahora mismo Kushina observaba a su hijo el cual apenas y tenía un tamaño minúsculo, ese tanque era demasiado grande. Luego paseó su vista al lado izquierdo en donde estaba su otro hijo en las mismas condiciones que el primero.

 

Así es, había sido “bendecida” con dos niños, estaba segura de que serían varones.

 

-Ustedes nacerán en la mejor cuna que existe. –les dijo colocando su mano en el cristal. –

 

Con el toque del tanque se le enviaban señales al pequeño humano en desarrollo, para simular el toque afectuoso a la barriga de una madre.

 

-Cambiarán a este mundo lleno de inmundicia. –

 

_Felicidades usted tendrá a dos fuertes donceles_ La voz robótica de la computadora la sacó de su ensoñación y sin creerlo volvió su vista a ambos fetos. Eso no podía ser cierto, no debía ser cierto.

 

 

CONTINUARA…

Notas finales:

Gracias por el apoyo! <3


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