Una pelea más
- Karin ven por ellos,- exigió el de cabello blanco mientras una especie de jeep se adentraba al callejón a toda velocidad, se detuvo levantando polvo y quemando algo de caucho – la mujer descendió dejando el vehículo encendido.
- naruto trae a itachi y salgan de aquí- ordeno al tiempo que se ajustaba una manopla, el rubio no objeto nada, arrastro al pelinegro y ambos subieron al vehículo, karin se concentró, por unos momentos pareció que todo alrededor de ella se detenía.
- Juugo – grito las chica dando indicaciones, -atacara el asiento del copiloto con la espada, siguetsu, una vez que burle la defensa de juugo disparara a los neumáticos.
El asesino asi lo hizo, con un salto impresionantemente largo se lanzó hasta el costado de la camioneta, justo cuando parecía que iba a clavar la espada en el cristal de la puerta juggo se interpuso, y la espada se soltó de las manos del asesino para volar por los aires, el asesino en cambio recupero el equilibrio en el aire, aterrizo magistralmente después de dar dos vueltas sobre el suelo, colocando una rodilla al piso los brazos extendidos y una pistola que no dudo ni un segundo en disparar, pero paredes de hielo se interpusieron entre los neumáticos y los proyectiles, la camioneta dio la vuelta saliendo del callejón a toda prisa.
Los cuatro permanecieron parados sin hacer movimiento alguno.
- Karin – llamo su atención juugo.
- No puedo establecer ningún tipo de contacto psiquico, su mente está siendo bloqueada.
- Maldita sea, deja de ser un cobarde y esconder tu rostro.
- ¿quién eres? –pregunto juugo. Y ante aquel cuestionamiento el asesino pareció dudar en dar una respuesta.
- Hay perturbación en su mente- aseguro karin.
- ¡No me digas! tanto tiempo peleando con él y lo único que teníamos que hacer era hablar- dijo con ironía siguetsu. - Debimos haber traído al equipo de psicólogos, algunos juguetes o comida para compartir una charla amena.
- Cállate sigutsu- apunto juugo
- ¿Que es lo que quieres? - volvió a cuestionar el de cabellos anaranjados- ¿qué quieres y quién eres?
- Yo… yo soy… quimera, mi objetivo es el diario de fugaku uchiha.
- Chicos, hay una apertura en su mente.
- Procede con cautela karin- se escuchó a sakura en los comunicadores que llevaban en los oídos.
- Le han dado una orden – aseguro karin – lo controlan, son… - se esforzó por mantener la concentración, el asesino llevo ambas manos a su cabeza y se inclinó en un gesto extraño. Como si estuviera sintiendo dolor – son ondas de radio, la frecuencia es inusual – la nariz de karin comenzó a sangrar, unos segundos después, karin estuvo a punto de caer de rodillas – estoy fuera, no puedo entrar más en su mente.
Los tres se pusieron en guardia,
- salgan de ahí, es una orden directa, no se atrevan a pasarla por alto.- les ordeno kakashi, pero ni karin, ni juugo o siguetsu se movían.
- Cariño, por favor, - la vos de sakura se escuchó en el comunicador de la de cabello rojo. – no vale la pena, naruto e itachi están a salvo, no tenemos un plan de acción, quien sea que lo esté controlando, le ha ordenado deshacerse de ustedes, así que por favor karin, regresa, regresa conmigo, podemos planear esto de una mejor manera.
karin junto sus manos al frente de su rostro y se concentró.
- Siguetsu, levanta una pared de hielo entre él y nosotros - la orden apenas dio tiempo al peliblanco de actuar, los disparos del asesino quedaron encapsulados en el hielo, apenas a unos centímetros de no ser atrapados.
- Juugo muévete a la derecha, concentra tu habilidad en esa mitad de tu cuerpo.- tan pronto termino de hablar, la espada del asesino de estrello contra el cuerpo del de cabello naranja, esta vez la reacción pareció ser más lenta pues la hoja alcanzo a penetrar en la piel que aún no cambiaba, la nariz de karin sangro mas, se estaba esforzando al máximo.
- Juugo, golpea con todas tus fuerzas frente a ti, cuarenta y cinco grados a la izquierda, siguetsu levanta una pared de hielo, no te contengas.
El movimiento fue rápido, el golpe envió el cuerpo del asesino por los aires y antes de que aterrizara, una pared de hielo atrapo una de sus piernas y un brazo. Karin cayó de rodillas, estaba pasando su límite.
- Juugo, el edificio a tu derecha, llévanos allá
Juggo los tomo entre sus brazos y con varios saltos logro llegar hasta la azotea del edificio, el ruido de un helicóptero acercándose interrumpió el lugar, la voz de karin sonó exhausta,
- Siguetsu, de nuevo no te contengas, crea navajas de hielo, tantas como puedas, ataca en todas direcciones.
El peliblanco lo hizo, apenas tuvieron tiempo de sujetarse a la cuerda que el helicóptero dejo caer, no había tiempo de aterrizar, juggo sujeto a karin, siguetsu se aferró por sus propios medios, y ahí en los aires vieron la silueta de aquel asesino, observándolos, simplemente observandolos.