Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Jaula de Cristal por ipen shidemiru

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola,

Pues hoy tengo las facilidades de tener la computadora mientras veo los simpson en stremming, la tableta a un lado mientras juego Summoners War y creo que mi madre dejó la tv encendida.

Ya que no quiero hacer mi tarea (que caduca en unas horas) heme aquí XD

Sobre este capitulo diré, que no me lo pidieron directamente, pero, saber que yo no era la unica que quería un poco más de los Takashima...

 

En fin, queda un extrá más.

Le miro el rostro que está frente a mí.
 
Hacía mucho que no podía verlo directamente. Por lo general algo o alguien me lo impide. Usualmente soy yo mismo, con miedos y vergüenza. Pero, la verdad es que es muy guapo. Y adoro sus ojos. También siempre se ha comportado amable conmigo, ha mandado respuestas a todas y cada una de las cartas que le hube escrito y agregado regalos.
 
Mi familia está muy conforme con esto. Incluso mi hermano pequeño me hizo llegar un mensaje en el cual expresaba sus *celos* a mi suerte. Él, que vivirá en aquella casa, con los mismos padres que nos vieron nacer y rodeado de todo aquello que me asfixiaba.
 
Al verle a los ojos me recuerda todo eso. No ha sido tan malo desde que salí de allí. De hecho, podría decir que lo he pasado mejor y que ha sido bueno.
 
El poder haber superado aquella mañana donde un hombre entró a mi habitación y trató de usar mi cuerpo por orden de un tío cuyo hijo pudo ocupar mi puesto y cuyo beneficio le aseguraría un poder mayor al que ya tenía. Aquí y en este momento suena a una conspiración grande y un gran pleito, sin embargo, las tierras de las que mi familia es dueña no son ni una fracción de dónde viví con el señor Suzuki o éstas a las que acabo de llegar y conocer. La razón de que yo fuera tan preciado es debido a la gran cantidad de cuevas con minerales precioso que se encuentran dentro del territorio principal y las facilidades que obtendría quien contrajera matrimonio.
 
La familia Suzuki sólo ha prevenido cualquier cosa que le haya parecido próxima, y, desde siempre, la prevención de guerra o de artilugios para esta, son una buena inversión. 
 
Takashima sonríe. Yo quedo vuelto una manzana madura y le devuelvo la sonrisa. 
 
Aún no puedo verle el rostro por completo y lo agradezco. No sé cómo me controlaré cuando deba tocarlo y quitarle el velo. Mi corazón late como loco y procuro no arruinarlo.
 
Takashima me toma las manos y da un pequeño discurso para mí y para él. Luego es mi turno. Afortunadamente mi voz no tiembla y todo sale de buena forma.
 
 
Ahora le toco el rostro con mucho temor de cometer un error y picarle un ojo o rasguñarlo sin querer. Él también toca mi rostro. Sus dedos son suaves y largos. Los interna entre mi cabello y mis orejas. Lentamente ambos nos quitamos los velos y nos vemos los rostros desnudos.
 
Por alguna razón hoy se ve más guapo que antes.
 
En un instante me pierdo ante toda la presión de recordar a las personas dentro del recinto y lo que significa este compromiso. También el hecho de que si cometo un solo error no pesará simplemente en mí, sino en mi familia actual y en la que crecí.  La reprimenda suelen ser golpes. Y aunque a mí jamás me han golpeado, crecí con un miedo irracional a ello. Los sirvientes solían pagar sus faltas a base de golpes y grandes reprimendas. Ha veces los veía, era duro pensar que alguno de ellos pudiera ser golpeado a causa mía.
 
Takashima sonríe de forma muy amable y todas las preocupaciones se van. 
 
Ambos hacemos un saludo a los presentes y permanecemos allí hasta que nos dan la libertad de irnos.
 
Es un poco incómodo estar rodeados de tanta gente, pero también lo es estar a solas con él.
 
Si, nos conocimos desde tiempo antes aunque jamás hubimos tenido esta clase de *privacidad*.
 
Takashima me acaricia el cabello. Ambos estamos sentados sobre las mismas cobijas que nos cubrirán en algún momento. 
 
Es tan pronto y no estoy seguro de qué hacer. Miro a cualquier otra parte menos a él. Me estoy muriendo de vergüenza y quiero huir.
 
— ¿Está bien? — oír su voz en la tranquilidad de la habitación me eriza la piel — Seré honesto, no tengo la menor idea de qué hacer…
 
Giro el rostro y acabo viendo sus piernas junto a las mías. Sus manos descansan sobre la cobija a sus costados.
 
— ¿Puedo tocarle el rostro? — dice — hacía mucho que quería hacerlo, y durante la ceremonia tuve que contenerme. Perdone si es muy atrevido.
 
Niego con la cabeza y lo veo de reojo. Creo que me volveré loco.
 
— Hagalo, por favor, y seamos menos formales. 
 
— En aquella carta, hace más de dos años, realmente conté los sentimientos que le tengo.
 
Sus largos dedos acariciaron mis mejillas con una suavidad descomunal, cada rose no sólo pasaba por mi rostro, sino que recorría más allá.
 
Al darme cuenta, nuestros rostros están juntos compartiendo respiraciones. Takashima retrocede. Su rostro se cubre de un velo rojo suficientemente tierno como para querer acariciarlo.
 
— Disculpe… — juega con sus dedos— Realmente no sé qué hacer. Estoy avergonzado, tengo miedo y al mismo tiempo estoy excitado y no quiero hacer otra cosa más que tocarle. Sin embargo, no sé qué piense o que quiera. Yo le estimo y lo quiero como no tiene idea, y al estar así, frente a frente y en esta situación, es como si estuviera en un sueño. Un sueño que no sé cómo aprovechar porque pierdo el tiempo en timideces. 
 
— Ni siquiera sé qué decir... Me siento agradecido que haber sido Takashima quién me recibiera con los brazos abiertos para ser su consorte, que no fuera nadie más y que existan sentimientos positivos a mi persona. Yo también le quiero y estoy confundido sobre este protocolo. Me gustaría poder tocarle, mas mi cuerpo no parece hacer lo que quiero. Estoy tan aterrado que estoy a punto de llorar.
 
— Hagalo — toma mis manos entre las suyas —, lloraré a su lado. No quiero que esté solo jamás. Ya que desde este momento hemos sido correspondidos el uno al otro. Y quiero poder ver su libertad y libres deseos hechos realidad por mí. Quiero que sea el verdadero Matsumoto quien se presente todas las mañana, que no me tenga ningún secreto y que confíe en mí. Así que si quiere llorar, hagalo. Será un hermoso momento de intimidad en el que recordaré su honestidad.
 
Sonrío. Puedo sentir como un par de lágrimas caen por mis mejillas. Su figura luce borrosa y algo inestable.
 
Veo como una pequeña gota se abre paso cerca a su nariz. Quiero aplacarla así que le toco el rostro con el afán de limpiarlo.
 
Es tibio. Tan suave que parece un dulce. 
 
Takashima presiona mi mano sobre su rostro. Me deja sentir su respiración y todo lo que hay alrededor se pierde.
 
Me besa la palma de la mano y agita todo mi cuerpo.
 
De mis labios salen una especie de quejidos, pero es imposible decir que la textura de sus labios o lengua sobre una parte tan sensitiva, como lo es mi mano,  me disguste. No se detiene aunque intente arrebatarle mi mano, por lo contrario, lo hace aún más lento. Levanta los ojos y no puedo describir su mirada. Jamás había tenido una igual frente a mí. Bastante aguda.
 
De pronto, deja mi mano en paz y me acorrala junto a la pared. Se acerca disminuyendo el espacio entre nosotros muy rápidamente. Une sus labios con los míos. Es cálido. Húmedo.
 
— Takashima... — susurro con los pocos espacios entre su respiración.
 
— Kouyou — rectifica viéndome a los ojos. — Dejame desearte — susurra junto a mi oído. La humedad y la temperatura de su aliento es perceptible para todo mi cuerpo.
 
Sus labios se aventuran a humedecer otras partes más allá de mi rostro. El calor que me comparte es muy agradable y extraño. Hace que mi cuerpo se sienta distinto, como si se transformara. Un yo qué jamás había existido nace.
 
Ambos nos deshacemos de la ropa, nos estorba para lo que sea que esté en camino. 
 
Esto me gusta. Me gusta más de lo que jamás llegó a gustarme algo antes. Sus besos, su mirada, su cuerpo y el calor que me regalan. Las sensaciones de mi cuerpo y las reacciones del suyo. La fricción de nuestras pieles  es simplemente enloquecedora. Me hace gemir. Takashima también gime. Es una locura. No recuerdo que fuese así como Tanabe describió su primera noche. Esto no duele, no hay sangre y quiero seguir así hasta morir. 
 
O eso pienso. 
 
Estoy tan perdido en estas nuevas reacciones que no noto cuando Takashima me penetra. Lo hace sin previa consulta y de un solo golpe. Es horrible. El cuerpo me tiembla y es como su fuera a partirse. Duele. No dudo que hubiera comenzado a sangrar. Incluso grito. Él no sabe lo que pienso. Él no siente lo mismo que yo. 
 
Takashima se mueve con rapidez ignorando mis lágrimas y el paso de euforia a temor.
 
Creo que dejo de moverme intentando mitigar el dolor. O simplemente no concibo el cambio tan drástico como algo positivo…
 
El dolor va en aumento.
 
No sé si me desmayo o me duermo. Lo que es seguro es que al abrir los ojos Takashima no está sobre mí.
 
Estoy en la misma habitación que la noche anterior y parece que aún está oscuro afuera. Intento levantarme pero al primer movimiento caigo de regreso a las frazadas. Son tantos pesares juntos. Me siento hecho de pasta y atado a unos brazos que no son los míos. La parte baja del cuerpo parece haber sido reconstruida pero aún necesita descanso… además, de que parece que Takashima cayó dormido sin abandonar mi interior.
 
Al moverle le he despertado. Se percata de la situación y sale a gran velocidad a buscar sirvientes para atenderme. Lo primero que pido es un baño. Me siento usado, es un sentimiento extraño, creí que no sería así.
 
Luego de poder ponerme el pie ando a la tina llena de agua caliente. Por motivos mayores, fui confinado a tomar el baño dentro de la misma habitación. Sería imposible para mí, en este momento, poder llegar a cualquier otro lugar, ni siquiera puedo caminar cómo debería hacerlo.
 
La tinaja en la que me baño ya estaba hecha pero en desuso. No parece muy frecuente el uso de esta habitación. Y por lo mismo, se nota casi nueva. Es un gran hoyo recubierto de madera y barro, con muy buena distribución para llenarla de agua caliente en caso de necesitarlo y lo que parece un desagüe eficiente.
 
Yo entro primero con la ayuda de un sirviente. Tres enormes escalones son parte de mi baño. Tomo asiento en el segundo. Mis hombros quedan flotando y son lo suficientemente accesibles para ser tallados por la servidumbre.
 
Takashima entra detrás de mí. Va completamente desnudo y me observa de la misma forma que la noche anterior. Le pide a todos los que están allí que salgan hasta que él los llame nuevamente.
 
Entonces se acerca. Mi cuerpo siente miedo y en un intento fallido de escapar me toma por la cintura y me lleva hasta lo más profundo, dónde nuestros pies pueden tocar el fondo pero la mayor parte de nuestro cuerpo está cubierto de agua caliente. Baja sus manos a la altura de mi cadera, me obliga a sostenerme de puntillas y aprieta con fuerza mi piel contra la suya. Enseguida noto su erección untándose en mi vientre y su aliento sobre mi rostro.
 
—  ¿Me ayudará, verdad?
 
Guía mis manos para que estas le rodeen el cuello. Piensa podrá servirle para lo que quiere.
 
— Gentilmente podría ayudarle en lo que pida…
 
— La casa Takashima necesita un heredero lo más pronto posible.
 
Comienzo mover su cadera, allí, sobre mi estómago.
 
— Por favor, detengase. Mi cuerpo esta hecho pedazos — suplico teniendo sus labios bajando por mi cuello. — Estoy dispuesto a ayudarle y no me negaré en otra ocasión, sin embargo, si me suelta en este momento caeré al fondo de esta tina y moriré, no puedo ni mantenerme en pie con la fuerza que tengo ahora — mis lágrimas salían sin parar. — Yo lo amo, lo amo mucho. Pero no quiero tener un recuerdo en el que un hijo al que ame sea resultado de una acción en la que yo no fui partícipe.
 
Takashima no me presta atención.
 
Penetra en mi interior con la certeza de que yo podré soportarlo y extrañamente el dolor es menor.
 
No sé si siento placer, da igual, por lo menos en esta ocasión el dolor no me hace suprimir los recuerdos.
 
 
Pasan los días y creo acostumbrarme a ello. Ya que lo amo no puedo ir en contra suya, así que no puedo solamente eliminar sus deseos, aunque, poco a poco y obteniendo experiencia conmigo mismo, logró tener un puñado de placer que resulta en una acción de éxtasis.
 
Tiempo después de saber sobre mi embarazo es cuando consigo, por fin, disfrutar del acto.
  
 
Notas finales:

Ah.... bueno.

Adios~~

 

Me gustaria que intentarán adivinar sobre qué es el otro extra que queda  -w-

 

Chau~~

<3<3<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).