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Jaula de Cristal por ipen shidemiru

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Notas del capitulo:

Bueno, solo para que se rían un poco de mí:

Mi familia se preocupó porque durante la primera semana que casi escribí todo me vieron "ausente" y creyeron que tenía algún problema serio (cómo qué no? tenía que terminar una historia y me tenian teniendo conversaciones bobas mientras intentaba pensar a la hora de la comida :v9). Por buena o mala suerte una amiga de verdad tuvo un problema y para no decir que escribo yaoi la ventile un poco :n

Al día siguiente, tal y como estaba planeado llegó el prometido de Matsumoto.

Era un joven de cabello castaño, mucho más alto que él y de rostro liso.

Trajo regalos consigo y no se impacientó por la etiqueta que representamos antes de dejarle ver a Matsumoto.

El nombre de su familia era Takashima. Había oído de ellos antes, una poderosa dinastía que gobernaba una isla enorme, siendo sus habitantes y gobernantes gente de mar y con recursos naturales muy valiosos.

Al terminar los protocolos, Akira y yo lo acompañamos al jardín donde en ese momento Matsumoto y Ren tenían una sesión de dibujo al aire libre.

Matsumoto vestía ropas de compromiso, bastante largar y estorbosas para el trabajo que hacía y el cabello suelto sobre sus hombros. Sus lentes con huellas de carboncillo al igual que su rostro.

Ren estaba sentado bajo un árbol con un cuaderno nuevo tratando de hacer un boceto medianamente bueno de Matsumoto quien tomaba un descanso sobre una banca.

Matsumoto vio a Takashima mientras caminábamos hacía él. Enseguida se puso de pié, incrédulo a lo que sus ojos le mostraban. Takashima sacó algo de entre su ropa y corrió a Matsumoto.

Esas cosas no suelen ocurrir, según la tradición, los únicos que saben del compromiso son los tutores de mayor rango de la casa, incluso los hijos desconocen con quién contraerán matrimonio o a dónde se irán. El hecho de que estos jóvenes se pudieran conocer antes de su ceremonia es un acontecimiento casi imposible.

Akira llamó a Ren para dejar a Matsumoto y Takashima tener un poco de libertad. Ren se negó. Ya se había acostumbrado a su presencia además de que le quería como a un hermano y aún no había acabado su boceto. Akira lo dejó quedarse con gusto.

Había varios sirvientes cerca pendientes de Ren y ahora también de Matsumoto y su prometido. Ambos estaban felices, pero no permitían mas que leves y casi por descuido roses de sus manos como señas de afecto.

Akira me pidió un momento y comenzamos a caminar por el jardín, juntos.

Estábamos justo entre el adiós de la primavera y la bienvenida del verano. El calor no eran tan malo y el viento fresco se sentía realmente bien. Así fue el primer paseo con mi hijastro mayor que yo. Akira ya estaba mas relajado, con un poco menos de estrés al ver que el muchacho a su cuidado llegaría limpio a su ceremonia.

Él fue quién habló primero. Se notaba claramente su falta de sueño y la inquietud que poco a poco se aligeraba. Además, quizá todas sus emociones juntas, le hicieron hablar de forma más cercana a mí.

— No tienes idea de lo feliz que estoy por ellos. Hace diez años que se conocen y está es la segunda vez que pueden verse. Cada que pueden se mandan cartas, Takanori es una especie de hermano para mí así que poder ver que ha formado un vínculo con quien compartirá su vida es muy importante. Es algo que quisiera poder hacer.

— ¿Acaso usted no está comprometido? Ellos son mas jóvenes que nosotros, tiene la misma edad que yo cuando llegué a este lugar. Usted ya podría tener una familia.

Akira, quien caminaba frente a mí admirando el paisaje y sintiendo el viento sobre su rostro, volteó rápidamente.

Su mirada se transformó de tranquila a sombría. Era dirigida específicamente a mí.

Enseguida excusé mi atrevimiento. Cosas de ese contexto no me incumbían y cualquier cosa que tuviera que ver con Akira y no me afectara de forma directa no era para mí.

— Lo estuve y lo conocí sin que él lo supiera. Un hermoso muchacho de ojos negros. Lo adoré al momento en el que mi vista se posó sobre él. Pero no fui el único conmovido… me fue arrebatado sin que él supiera algo...

— Lo lamento.

— Me reconforta pensar que yo fui el primero en tener sus besos.

El plan que Akira había hecho para nuestro visitante se cumplió al pie de la letra. Ninguno de los jóvenes insistió en prolongar el tiempo que se les hubo concedido para verse, por el contrario, agradecieron la oportunidad y la confianza que depositada en ellos.

Al irse Takashima, Matsumoto se despidió de él en la sala principal con una reverencia y buenos deseos. Matsumoto le alcanzaría en dos semanas.

Luego de eso, no vi a Akira por dos días.

Se encerró en su habitación y únicamente dejó entrar un par se sirvientes. El primero, pasado el mediodía siguiente de la despedida de Takashima. Y el segundo, una mañana después.

Cuando le volví a ver dejó una pequeña caja junto a mí. Dijo que era un regalo de Takashima que debía ser mío. Dentro de la caja había un collar hecho con cadenetas de plata e incrustaciones de perlas. Una magnífica pieza de unos quince centímetros.

— Debes usarlo para la ceremonia. Todos iremos. Estaremos una semana y luego regresáremos.

Matsumoto estuvo complacido por el anuncio. Feliz y dispuesto a dejar como agradecimiento las obras realizadas durante su estancia, un regalo sin valor monetario entre nosotros pero muy apreciado por el talento que demostraba.

Preparamos una pequeña caravana y salimos de viaje dos semanas después.

Trasladarnos hasta el lugar de la ceremonia nos llevó día y medio hasta el mar y un día más en un barco y carretas para llegar a la mansión principal.

Ren saltaba de felicidad. Ni él ni yo tuvimos una oportunidad previa de conocer el mar. Ambos nos dirigimos a la proa de la embarcación y nos quedamos allí a contemplar el amanecer y la orilla de la isla.

Una vista maravillosa poder apreciar el crecimiento del sol tras una arboleda que pareciera estar en medio de la nada, los primeros rayos de sol despertando de un sueño perezoso para acompañarnos.

Matsumoto miraba con cautela. Barcos pesqueros, muelles, pequeñas casa junto al mar. Arena y rocas. Un peñasco a lo lejos. Una mansión en algún lugar.

Al encallar en el muelle una comitiva ya esperaba por nosotros. Tomaron nuestro equipaje y nos llevaron por un camino de tierra con enormes árboles adornando el paisaje y lagos de flores de muchos colores.

Al llegar, Matsumoto fue llevado a otro salón en el que Akira jamás podrían entrar, no sin antes pedirme a mí acompañarlo junto con Ren, estaba muy nervioso. Jamás hube oído sobre poder tener acompañantes previos a la ceremonia.

Ya que era deseo suyo, a Matsumoto le fue concedido. A su futuro esposo no le disgustaba una pequeñez como aquella.

Matsumoto, Ren y yo estuvimos casi día y medio dentro de esa habitación. Comimos, dormimos y nos aseamos allí.

Hasta antes de presentar la vestimenta todo lucía exactamente igual que durante mi ceremonia.

Ren estuvo extasiado. Sabía, por mí y los terratenientes, que debería pasar por algo similar algún día y ver todo aquellos con mimos y cariño de todas las partes involucradas le hizo mucha ilusión. Sin embargo, la única persona que conocía su destino era Akira y jamás nos hubo dado indicios de quién sería.

 

Notas finales:

Pues adivinien quién se equivocó? ....

A partir de capitulo 4 son capitulos muuuy cortos. De hecho, el 4 es de alrededor de 300 palabras. Y pues sí, creo que lo mejor sería juntar 2 o 3 para publicarlos como uno solo...

 (un chico se sentó en la misma mesa que yo y casi me saca el alma... nadie de mi universidad sabe que escribo yaoi :'v)

Quizá llegué a subir 3 capitulos de una vez, pero no sé si sea lo más adecuado.... se supone que cada capitulo tiene esa extención porque con ello dice lo que yo necesitaba decir :n

 

pensaré qué hacer.

 

chau~~~~

Gracias por sus comentatios~~~

 

(antes de publicar.... si llegan a ller algo raro en las últimas lineas es porque eso no debía ir y se copió sin mi autorización.... creo que ya lo borré de este cap.....)


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