Ésta historia ocurrió hace 10 años...
Jungkook tenía 6 hermosos años. Estaba en casa con su familia ya que era navidad y todos abrían sus regalos bajo el lindo árbol.
Kookie se encontraba muy emocionado. En parte era por navidad, pero su padre trabajaba en una empresa de juguetes y para navidad regalaban más de 10 juguetes a los familiares de los subdirectores.
Ésta vez el padre de JungKook tenía una sorpresa especial.
El niño comenzaba a abrir su último regalo, pero de pronto llegaron hombres con cámaras y aparatos de dirección y comenzaron a grabar a Kookie.
La madre de Kookie se sorprendió y miró a su esposo para preguntarle qué pasaba, pero él de inmediato la tranquilizó y se la llevó a la cocina para contarle la noticia.
¡Jungkook haría un comercial!
─ De los creadores de Elmo Cosquillas y Elmo Cosquillas 2, ─. Apareció un hombre con un micrófono en la entrada de la casa.─ llega ¡Emo Cosquillas! ─. Se quedó detrás de las cámaras y comenzó a comerse las galletas que eran para Santa.
JungKook todo emocionado abrió su regalo para ver al juguete ignorando a las cámaras que tenía en frente y al viejo que se comía las galletas que había preparado con su madre.
Era un Elmo con una camiseta negra y unos jeans negros y ajustados, tenía también un mechón de pelo negro que le tapaba un ojo, ¡Ah! Y no olvidemos ese collar de perro que llevaba con púas.
─ Emo Cosquillas es el primo atormentado de Elmo, ¡tiene voz propia y puede producir más de 13 frases! ─. Decía el hombre con voz de comercial.
Jungkook ansioso, lo probó y presionó el botón de la mano de Elmo.
─ Si la vida es justa, ¿por qué las rosas tienen espinas? ─. Se escuchó al muñeco hablar. Kookie quedó extrañado, nunca se había planteado algo tan absurdo.
─ ¡Todas totalmente depresivas! ─. Exclamó el hombre como si fuera lo mejor del mundo.
Jungkook quiso probar con otra frase.─ Nadie entiende lo que me pasa, en especial ¡TÚ!
Jungkook trató de hacerle cosquillas para ver si lograba que Elmo no estuviera triste. ─ ¡¿Por qué no te ríes, te sacudes o algo?! ─. Exclamó al notar que Elmo, su muñeco preferido, no reaccionaba.
─ ¡Y claro que lo hará! Su cuerpo tiene sensores casi tan sensibles como él.
─ ¡Sueltame! ¡no me abraces, me duele! ─. Se quejó Elmo cuando Kookie lo estrechó en sus brazos.
─ ¡Oooh, pobre Elmo! ─. Jungkook no sabía porqué el hombre seguía feliz de ver a su personaje favorito de Plaza Sésamo ser tan infeliz.─ ¡Estudios indican que es el mejor juguete para establecer relaciones afectivas entre familias!
JungKook se levantó dejando a Elmo en el sillón y fue a tomar un descanso del muñeco tan intenso y sensible que le dieron para navidad, estaba pasando a la cocina hasta que escuchó al hombre hablar.
─ ¡Pero cuidado, no dejes a Elmo solo por mucho tiempo! Podría volverse peligroso. ─. El hombre no dejaba de hablar como si fuera locutor de radio, Kookie no lo entendía.
El niño, preocupado, fue corriendo al sillón para encontrarse a Elmo cortándose las venas con una cuchilla.
─ ¡Me daño para sentirme vivo! ─. Decía mientras se seguía arrancando los pelos rojos del brazo y simulando que le dolía. Era algo traumático para cualquiera, pero mucho más para un niño de 6 años.
─ ¡No hagas eso, Elmo! ─. Jungkook tiernamente fue a abrazarlo y quitarle la cuchilla que nadie sabe si se la pasaron o venía con ella.
Elmo se echaba a llorar mientras trataba de liberarse de los brazos de Kookie.
─ ¡Emo Cosquillas, es tan tierno! ─. La cámara enfocó a Elmo que le mordía el brazo y pataleaba para que lo soltaran.
Jungkook se alejó luego de unos segundos y Elmo comenzó a mover la cabeza como la niña del exorcista mientras gritaba como un metalero.
─ ¡Satan ven a buscarme!
Los negros cabellos de Elmo se movían como un helicóptero sobre su cabeza y Jungkook se comenzó a asustar mucho.
─ ¡Emo Cosquillas! Es religioso y muy, muy melancólico.
De pronto comenzó a llover y Elmo, de forma calmada, se acercó a la ventana para mirar el cielo gris con ojos tristes, incluso llegó a acariciar el vidrio para estar más cerca de las gotas de lluvia.
Pero al ver a Kookie de nuevo, volvió a girar su cabeza asustando aun más al chico que corrió donde estaba Elmo sentado para cargarlo en sus brazos como a un bebé y tratar de tomar le la cabeza para que no siguiera moviéndose.
─ ¡Déjame! ─. Parecía que lo miraba furioso.─ ¡Te odio!, ¡te odio! Y ¡TE ODIO! ─. Le escupió saliva inexistente a la cara.
─ ¡Yo también te odio! ─. Lo lanzó de vuelta al sillón y se fue directo a las escaleras.─ ¡No eres el único con problemas! ─. Le gritó antes de subir a su habitación.
─ ¡Emo Cosquillas, señores! ¡Disponible en todas las jugueterías de Las Calilas y Las Mojojojo!
─ ¡Corte! ─. Se escuchó detrás de las cámaras.
Y así todo el staff se despidió de los padres que se encontraban contentos, pues no habían escuchado nada de lo que pasaba en la otra sala.
Está de más decir que ése día Jungkook no volvió a ser el mismo. Sintió la decepción a muy temprana edad, era de esperarse, él amaba a Elmo casi tanto como YoonGi amaba a Kumamon.
Al día siguiente, se llevó sus juguetes nuevos, incluyendo a Elmo, a la casa de los Jung, donde se encontraba su mejor amigo, Hoseok. Iban a jugar entre ellos y ver lo que le dieron al otro y así divertirse como lo hacían desde que se conocieron.
Pero Kookie no estaba de humor para eso, creía que su decepción se iba a pasar al jugar un poco con Hoseokie, sin embargo se sentía muy deprimido y trataba con todas sus fuerzas seguir sonriendo para que sus padres no le preguntaran, ellos estaban muy felices de que Kookie saliera en TV.
Sólo pudo relajarse cuando subió al cuarto de Hoseok mientras sostenía su mano para no caerse en las escaleras.
Hoy Jungkook lo recuerda como un sabor agridulce.
Fue horrible su experiencia con Elmo. Lo dejó con traumas de por vida. Y nervios cada vez que veía algo de Plaza Sésamo.
Pero Hoseok lo escuchó sin reírse, lo consoló todo el día con tiernos abrazos estando ambos acurrucados en la cama mientras Kookie lloraba con miedo, y, lo que más impresionó a Kookie, cambió el Elmo por su autito de carreras que era el mejor regalo que recibió, lo único que le había escrito en su carta para Santa Claus.
Hoseok ni siquiera lo pensó, él sólo vio llorando a su mejor amigo y le dió el mejor juguete que había recibido ese año.
Fue ahí cuando el pequeño Kookie se dio cuenta de que Hoseok no era su mejor amigo, él era algo más, no sabía cómo llamarlo, pero supo que "mejor amigo" quedaba corto, no era nada, comparado con lo que significaba Hoseok en su vida.
Esa navidad Jungkook se volvió más emo, pero no era algo malo, después de todo, siempre estaba Hoseok para animarlo.
Además de que su padre le dió el dinero que ganó Kookie por el comercial y se lo gastó en otro autito de carreras para Hoseok y así poder jugar juntos.