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Gato negro por Maira

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Tadashi los esperaba en la sala, sentado en el sofá. Al verlos bajar, se puso de pie y se dirigió a paso rápido hacia el pelinegro. Lo sabía, ni siquiera ocultaba sus pensamientos ante Yasu. Tomó a Ryu por uno de sus hombros, lo acercó hasta que su rostro quedó a escasos centímetros del suyo y le clavó una mirada que le provocó escalofríos.
–Ten cuidado con lo que dices –le advirtió, bajo la mirada atenta de Yasu–. Tendrás la protección de mi padre, pero nadie te va a salvar si abres la boca ante las personas equivocadas –dichas sus palabras, lo soltó de manera brusca y comenzó a subir las escaleras–. Yuki ya cenó. Se durmió hace poco, así que no creo que despierte hasta dentro de unas horas. Buenas noches.
–Ya se le va a pasar. Está enfadado porque las cosas no salieron como él quería .–Yasu dejó escapar una risa y tomó de la mano a Ryu–. Tadashi no es mala persona, sólo quiere que la familia esté a salvo.
–Yo no le haría daño a nadie –miró alrededores. Nunca se había quedado en la mansión hasta tan tarde. A esas horas el piso inferior permanecía tranquilo, no se veía un alma. La cuna del bebé se encontraba cerca del sofá, sólo había una lámpara de pie encendida. Soltó la mano de Yasu y se acercó a ver a Yuki, el pequeño dormía tranquilo, abrazado a un oso de felpa. De solo verlo daba sueño.
–Lo sé, pero Tadashi no se siente tan seguro .–rodeó el sofá para ir en busca de la cigarrera que estaba encima de la mesilla, era una caja muy ornamentada donde de antaño su padre guardaba el tabaco. De joven, él robaba los cigarrillos de allí y se iba a algún rincón de la finca a fumar a escondidas. A pesar de los años aún conservaba el nácar y la pintura, aunque los ornamentos tallados estaban un poco desgastados por el uso. Sacó un cigarrillo, lo encendió, enseguida fue a abrir la ventana–. Es una larga historia.
–Todas tus historias son largas –respondió en voz baja. Tenía miedo de despertar a Yuki–. Por suerte, hoy tengo tiempo para escuchar algunas.
–Primero deberíamos comer algo .–dio otra calada a su cigarrillo, sentado sobre el mueble que daba a la ventana. Mientras dejaba escapar el humo, se puso a pensar qué podría prepararle–. ¿Tienes hambre? Tanto ejercicio me abrió el apetito –volvió a fumar, pero esa vez se le atoró el humo al intentar reprimir una risa y terminó por toser de manera escandalosa. Afortunadamente eso no fue suficiente para despertar a Yuki.
–Quiero comer algo liviano –dijo, ignorando la idiotez que Yasu acababa de cometer. Se sentó despacio en el sofá y miró la hora en el reloj de la sala–. ¿Puedo usar el teléfono? Creo que es hora...
–Por supuesto .–apagó el cigarrillo contra el marco y lo arrojó al jardín, luego cerró la ventana–, eso no se pregunta. Todo lo mío es tuyo.
–No exageres .–por un momento, una sonrisa asomó a sus labios. Como empezaba a sentirse cohibido, se levantó y fue en busca del teléfono más cercano, que se encontraba en el pasillo. Allí encendió las luces, levantó el auricular y comenzó a marcar el número de su casa. Tras varios tonos, Mako atendió. Se notaba a leguas que había bebido, eso significaba que había estado en las apuestas. Ryu intentó controlarse ya que su cuerpo comenzó a temblar, nada bueno saldría de ese llamado. Le dijo la mentira que habían acordado con Yasu, aunque agregó un par de detalles para hacerlo más veraz. Estaba cansado, a esas horas sólo quería comer algo caliente e irse a la cama, no necesitaba discusiones, ni gritos. Alejó el auricular de su oreja hasta que Mako terminó de protestar, luego intentó hacer que se calmara. Imposible. En esos momentos se escuchó un sonido estrepitoso y la llamada se cortó. Otro teléfono hecho trizas, pensó, el segundo del año.
Suspiró, dejó el auricular en su lugar y apagó las luces antes de volver con Yasu. Como el mayor no se encontraba en la sala, fue a la cocina.
–Bueno, como supongo que ya tienes sueño, puse a calentar unas verduras y un pescado. Lamento que debamos comer las sobras, los niños se quedaron con la mejor parte .–rió un poco–. Siéntate.
–Gracias –respondió y tomó asiento en la barra. El olor de la comida lo distrajo, le calmó un poco los nervios. Yasu se acercó, le friccionó los brazos con energía y le dio un beso en los labios–. ¿Sabes? Tendré que comprar otro teléfono, lo hizo trizas.
–Podrías haber sido tú –dijo, pero al instante se arrepintió. Quiso golpearse a sí mismo, jamás aprendía a medir sus palabras–. Lo siento.
Ryu suspiró, recargó los codos en la barra y miró algún punto fijo en la pared. Entretanto Yasu fue a servir la comida en dos platos, también había té. El calor de la cocina lo reconfortaba, por un instante tuvo la sensación de encontrarse en un verdadero hogar. Cuándo el mayor le puso el plato y los palillos frente a sus narices, observó la comida. ¿A eso le llamaba sobras? Quiso reír, la comida se veía deliciosa, profesional, ni siquiera la habían tocado. Agradeció el té y esperó a que Yasu se acomodara para empezar a comer. Todo estaba tan delicioso que quiso llorar, parecía comida de restaurante– Gracias –le dijo, a la vez que estiró la mano libre para tomar la de Yasu.
–Siempre estaré para lo que necesites .–le apretujó un poco la mano. Como la barra era bastante ancha y se encontraban frente a frente, se limitó a mantener entrelazados sus dedos.
–Así que... ¿Sobras? .–esbozó una pequeña sonrisa, luego señaló con los palillos el contenido de su plato–. He pasado mi vida comiendo sobras. Te diré que ésto es magnífico.
–Son sobras de los Hayashi. Aquí todo es magnífico .–soltó la mano de Ryu para beber un poco de té–. ¿Lo ves? Aquí vivirías como un rey. Te acostumbrarías rápido.
–No lo sé, Yasu –murmuró. A mitad del plato ya no tenía hambre, pero seguía comiendo por placer–. Creo que es demasiado pronto para pensar en esas cosas.
–¿Por qué? Tendrías tu propio espacio, no es necesario que duermas conmigo si no quieres. Además, tendrías plena libertad de estar aquí. Aunque no lo creas, las noches son muy silenciosas e íntimas, nadie te molestaría si desearas estar solo.
–Lo pensaré .–no quería entrometerse. Cada vez que Yasu le ofrecía algo así, se sentía como un aprovechado. ¿Quién era él para merecer todo ese cariño, esos lujos? Suspiró y terminó la comida en silencio, escuchando la historia que el mayor le comenzó a contar. El contexto se le hacía extraño, las fechas no encajaban demasiado. Entonces se acordó de que Tadashi era el hijo de Yasu y aparentaban la misma edad.
–No te lo quería decir ahora, creo que es muy pronto. Pero qué más da si pronto serás parte de la familia .–retiró los platos vacíos ni bien terminaron. Le ofreció más té, se llevó una nueva taza para sí mismo y la dejó sobre la barra para que se enfriara. Una vez frente a Ryu, lo tomó por las manos–. Soy inmortal, voy a cumplir ochenta y ocho años el próximo Enero.
Ryu parpadeó un par de veces, en silencio absoluto. Yasu acababa de elevar su condición de fenómeno a algo superior. Si Tadashi era su hijo, era muy probable que estuviera diciendo la verdad. No sabía qué pensar, no sabía qué creer. Clavó sus ojos en los del mayor, luego miró su piel, sus manos, su estrecha cintura–. ¿Tienes fotos? ¿Documentos viejos? –dijo con curiosidad.
–Debería buscarlos, pero sí los tengo .–lo ayudó a abandonar su asiento para llevarlo a la sala, junto a la taza de té–. Sé que puedo ser un poco viejo para ti, pero tengo buen corazón.
Ryu mantuvo el silencio. Ni bien se sentó en el sofá, Yuki comenzó a llorar como si mil demonios lo persiguieran. Yasu dejó la taza sobre un mueble cercano y fue a cargarlo.
–La ventaja es que siempre me veré así de joven y guapo, así que nunca te vas a decepcionar –dijo mientras acunaba al niño entre sus brazos. Más tarde inclinó un poco la cabeza para poder olerle el pañal–. Voy a cambiar a Yuki, enseguida vuelvo.
–Tómense su tiempo .–poco a poco se recostó a lo largo del sofá y abrazó un cojín. Estaba agotado, pero su mente no dejaba de darle vueltas a sus problemas. Odiaba más que a nada en el mundo esa sensación. Algún día sus preocupaciones lo dejarían en paz, pero aquel no era ese día. Sus ojos oscuros recorrieron lugares al azar, ¿Qué diablos le haría su pareja en cuánto apareciera en casa? Lo había desafiado, eso no estaba bien. Aunque Yasu tenía razón, si esa noche hubiera llegado a casa tan tarde, la víctima hubiera sido él. Se preguntó qué más habría destruido, sus ataques de ira eran cada vez más fuertes y frecuentes. Al no hacer nada al respecto, estaba criando a un monstruo, uno que estaba a punto de romper sus cadenas y salir a alimentarse.
–Yo creo que no va a volver a dormirse, ya está fresco –comentó Yasu en cuanto entró a la sala. Yuki se veía mucho más tranquilo, al menos ya no chillaba como una horda de demonios. El rubio se lo colocó a la cadera, como si fuera un pequeño koala, y se puso a caminar despacio de un lado a otro de la habitación–. Deja de pensar en eso, tienes dos semanas libres de él para disfrutar y planear tu futuro.
–Prometiste que no me leerías la mente –respondió, aunque no tenía ánimos de pelear. Se puso el cojín sobre el rostro, gritó con todas sus fuerzas contra él, luego lo arrojó lejos.
–Si no sé cómo te sientes, no puedo entenderte. Leer mentes es más efectivo que hablar con alguien que te dice las cosas a medias .–se encogió de hombros–. Es mi forma de comunicarme con las personas.
–Hay cosas que no deseamos que los demás sepan .–se quedó viendo el techo, con los brazos a ambos lados del cuerpo–, los motivos son infinitos. La privacidad de las personas es importante, Yasu.
–Sí, lo es. Sin embargo, no lo hago todo el tiempo. Uso mis poderes cuándo los necesito .–hundió la nariz en el cabello de Yuki, el olor de su colonia era precioso Tadashi odiaba que le pusiera colonia en el pelo, pero él lo hacía de todas formas–. Maldita sea, Ryu. Si intentas hacer que me sienta culpable por lo que hago, lamento decirte que no funciona.
–Sí. Tú no sabes lo que es la culpa, Hayashi –rodó los ojos y los cerró–. Al menos contigo puedo mantener discusiones más inteligentes.
–Conmigo todo es mejor .–se echó a reír, luego fue a depositar a Yuki sobre la alfombra para que jugara. Al parecer se había desvelado y estaba ensañado con la cadena de su cuello. Lo rodeó de cojines, le dejó unos juguetes. Hacía poco que había aprendido a sentarse,así que había que vigilarlo. Cuándo se aseguró de que iba a quedarse tranquilo, fue a recargarse en el brazo del sofá más cercano a la cabeza de Ryu–. Confieso que me excito cuándo me respondes así. Te pones tan correcto, molesto, petulante... Agh, me encantas.
–Es extraño que alguien halle encantador mi lado más fastidioso –intentó reprimir una sonrisa, pero fracasó. Yasu era un experto en envolver a las personas, lo sabía desde sus primeras conversaciones. Lo más seguro era que en esos momentos también estuviera leyéndole los pensamientos, al rubio no le importaban las reglas de los demás. Abrió los ojos, le mantuvo la mirada, continuó divagando hasta que al fin Yasu se apartó negando con la cabeza–. ¿También naciste inmortal?
–No. Soy inmortal gracias a un ritual que hice, solía practicar la magia oscura. Hace cuarenta y tantos años, estaba muriendo de cáncer de pulmón...
–No me extraña –poco a poco se sentó de nuevo.
–Los médicos no podían curarme, así que llevé a cabo un ritual prohibido. No quería morir. Si lo hacía, abandonaría a Tadashi con cientos de problemas, la carga era muy pesada. Además en esos tiempos existía una rivalidad con otro clan de brujos, eran peligrosos. Los Hayashi en ésta misma casa éramos numerosos, pero la mayoría no tenía el poder necesario para enfrentar fuerzas oscuras. Cada unas generaciones nace un brujo poderoso, con todos los dones, ese soy yo. El siguiente es Jui.
–¿Eso quiere decir que todos los Hayashi tienen algo así como... una discapacidad mágica? –preguntó, inmerso en la conversación. Incluso se le había ido el cansancio.
Yasu dejó escapar una pequeña risa, nunca lo había visto así– Bueno, podría decirse. Nuestra principal habilidad es encender cosas con la mente, los ancestros solían llamarla "Ojos de fuego". El resto de ellas depende del brujo, algunos tienden a manifestar más habilidades que otros.
–¿Todos pueden leer mentes? –preguntó por si acaso. Necesitaba estar prevenido al respecto.
–Algunos leen mentes, otros pueden sentir la energía que emanan las intenciones de las personas. Eso también depende del brujo.
–¿Quién es el padre de Yuki? –su curiosidad era ilimitada. Comenzaba a entender el recelo de Tadashi con respecto a la familia. Sin embargo, estaba dispuesto a guardar todos los secretos.
–Yuki es huérfano, le pusimos nuestro apellido .–fue a sentarse a un lado de Ryu, sin quitarle los ojos de encima al niño–. También es brujo, así como lo ves. Pero tiene otro poder. La historia es demasiado larga para contártela ahora, ya que deberías ir a dormir en vez andar hurgando en las familias de los demás .–por supuesto bromeaba, incluso hizo reír a Ryu.
–No tengo sueño, pero ya que me envías a la cama... .–se puso de pie como impulsado por resortes. En unas horas debía volver a los formularios y los libros de cuentas. Era mejor dormir, tener la mente despejada en vez de beber café todo el día. Se inclinó para darle una pequeña mordida en el labio inferior, enseguida el rubio jaló de sus muñecas y lo sentó a horcajadas.
–¿Vas a mantener caliente mi cama? .–le devolvió la mordida, luego le dio una nalgada–. Pon el despertador al mediodía, mañana comienzas tarde.
–Como ordene, señor Hayashi –bromeó antes de depositarle un par de besos en los labios. Luego abandonó su lugar para arrodillarse junto a Yuki, el mocoso era simpático. Le dio un beso en la coronilla a modo de despedida–. Tengan buenas noches.

Notas finales:

Holi eue/
¿Qué tal?

Aquí traigo una nueva entrega de ésta apasionante historia(???

Calculo que el próximo capítulo es el último D: ya no tengo demasiado que contar de relevancia. Tampoco me quiero ir en detalles que le resten a la historia, porque estos dos nacieron para estar juntos y punto(?


Me gustaría anunciar que me hice cuenta en Wattpad, a la brevedad me encontrarán allí, me mudo (no sin mucho terror xD). Mi usuario es MairaMayfair.

Qué más decir uvu pues, estoy feliz de haber completado esta historia en el aspecto que deseaba. Aunque tengo ganas de hacer una precuela, relatar la historia del mal pedo de Leoneil y eso...

Todavía tengo muchas historias para entregarles, no se preocupen(?

No se olviden de visitarme en mi Twitter eue/   https://twitter.com/MairaMayfair



Gracias por tomarse el tiempo de leer. Los quiero uvu/ <3
Nos leemos prontito.



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