Era una tarde lluviosa toda la gente corría de un lado a otro buscando un lugar para poder quedarse mientras pasaba la lluvia, aquel día para un joven chico de tan solo 19 años era un día oscuro, pues salía de una consulta médica con una triste notica, su vida poco a poco se estaba acabando, pues le detectaron cáncer, uno agresivo que no podía curarse con quimioterapia, suspiraba mientras las lágrimas bajaban y se confundían con la lluvia que caía en ese momento.
-he y chico te vas a enfermar porque no te metes debajo de esta carpa para que no te sigas mojando-
Se voltio sonriendo triste negándole aquel amable señor.
-tranquilo que enfermo ya estoy señor-
Siguió caminando mientras recordaba momento felices al lado de su familia, amigos y su persona especial, cómo reaccionarían con la noticia, su teléfono sonó, dejo que sonara no estaba de ánimos para hablar con nadie, suspiro y abrió la puerta de aquel lugar donde vivía con su amor de la vida como él le decía, como iba a reaccionar.
-menos mal apareciste me tenías preocupado mi gatito lindo-
Su persona especial estaba a su lado, sonriendo por saber que estaba bien y si e decía lo que estaba pasando que haría se iría lo dejaría solo, eso pensaba una y otra vez.
-osito me puedes hacer un favor-
Decía con ganas de llorar, su voz sonaba quebrada y eso al mayor lo alarmo demasiado.
-claro que si mi gatito hermoso dime lo que deseas y yo lo hare realidad-
Mientras lagrimas bajaban marcando su mejilla, como ríos caudalosos, estaba dejando que el dolor se fuera por esas lágrimas, dijo con voz ahogado por el llanto.
-llama a mi familia y amigos quiero decirle a todos algo dile que vengan a cenar, por favor espera hasta la cena y sabrás de lo que voy a decir-
El menor camino hasta la habitación que compartía con el mayor, en cambio este empezó a llamar a las personas más allegada a ellos dos, eran las 7:00 pm cuando aquella casa dejo de estar en silencio y paso al bullicio de personas hablando, a un tono elevado, el menor bajo con un aspecto que nadie había visto, se veía apagado, triste, en una frase como muerto en vida.
-buenas noches gracias a todos por venir a esta reunión, no sé si después de lo que diré les darán ganas de comer así que por favor comamos primero y después hablamos.-
Todos cenaron en silencio, aquel silencio era de incertidumbre, de miedo, de curiosidad, cuando todo el mundo termino de comer, pasaron a la sala y el anfitrión quedo de pie mirando a cada persona con una sonrisa de nostalgia.
-hijo que es eso tan urgente que nos quieres decir me causa mucha curiosidad-
El menor sonrió leve mientras lagrimas bajaban por su mejilla.
-papa alguna vez te he dicho que te amo demasiado y que me gusta que seas mi padre, siempre has estado hay para mí cuando más lo necesito, eres mi pilar en la vida.-
Su padre se quedó sin palabras al escuchar a su hijo hablando así, el menor continuo hablando.
-madre tú fuiste que me dio a luz, tú me criaste y me formaste en la persona que soy te agradezco demasiado que me ames como te amo demasiado-
Su madre sin poder aguantar empezó a llorar diciéndole al menor.
-porque esto me suena a despedida lay-
El menor sonrió triste y siguió señalando las cosas buenas de todos y que los amaba demasiado.
-suegro gracias por darme la oportunidad de demostrar que no era un chiquillo enamorado de su hijo, demostré que merezco el amor de mi osito-
Al decir esa frase su llanto aumento, todo el mundo solo escuchaba al pobre chico que estaba en los brazos de un suho preocupado.
-osito tu eres mi luz, mi mundo, mi todo, por ti enfrento la vida por el amor que nos llevamos estamos unidos.-
Todo quedo en silencio después de esas frases se llenó de valentía sonriendo triste, dejo en manos de suho el diagnostico que le acababa de dar el medico en la tarde, suho al leerlo callo de rodillas frente al menor y soltó un grito desgarrador que sorprendió a todos, esperaron hasta que suho se calmó con la ayuda de su padre, el mayor se calmó un poco abrazo a su novio fuerte y susurro –te amo mi pequeño gatito meloso- se separó dejo un beso en los labios del menor y miro a los demás, aguantando el llanto.
-lay tiene cáncer y está en fase terminal-
Al terminar de decir eso, se desmorono de nuevo, todos quedaron sorprendidos, los padres del menor lo abrazaron fuerte llorando al mismo tiempo era su único hijo tan solo tenía 19 años y ya los estaban abandonando eso no era justo.
-gracias por cuidarme y demostrarme como es el amor en familia gracias-
Poco a poco toda la gente empezó a irse a sus hogares con el sabor amargo de la noticia, empezaron a pasar los días.