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Beber de tu sangre. por litle dragon

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia son propiedad de Jk Rowling, dicho eso espero que les agrade leer una historia donde Harry Potter no es el protagonista y donde el drarry existe en el primer momento.

Notas del capitulo:

Tiempos oscuros se aproximan en  Londres del año 1957.  Justo cuando han sobrevivido a la segunda guerra mundial, una nueva  plaga ataca a la población ocasionando pérdidas humanas. La nación se encuentra en pánico al pensar en el regreso de la plaga del año 1665, que mató a más de la quinta parte de londinense. Pero esta enfermedad tiene un gran misterio, el agente causante es indetectable. La sociedad médica ha investigado y llamado a sus mejores médicos. El talentoso bacteriologo Draco Malfoy, hijo del aristócrata Lucius Malfoy, ha de investigar el causante de la enfermedad. pero su vida está en la mira de un extraño  asesino.  Son tiempos oscuros pero la vida de nuestro protagonista tiene que seguir para encontrar una cura.


Harry, junto con su colega y amigo, Ron Geasley, son agentes recién integrados en la policía de scotlan yark y han sido asignados a este  caso, que de alguna forma tiene una conexión con la plaga y Harry lo sabe, pero tendrá que descubrir por qué.

Draco estaba apunto de comer un emparedado junto con sus colegas en la cafetería del hospital de Londres. Era su primer bocado en 10 horas pues desde que apareció el primer caso registrado no habían tenido tiempo de descanso, Cada día incrementaba el número de víctimas que una extraña plaga provocaba a los ciudadanos de inglaterra, la frustración por no encontrar el motivo de las muertes provocaba una situación de tensión entre las autoridades que no quería aceptar que la situación se les estaba saliendo de las manos y por tal motivo convocó a los  expertos en diferentes áreas para explicar el singular fenómeno. Draco, a pesar de ser el hijo único del acaudalado hombre de negocios, Lucius Malfoy, fue llamado a presentar sus servicios, y aunque él aceptaba su deber, su familia no opinaba lo mismo. Era sin lugar a duda un magnífico estudiante graduado con honores de la carrera en microbiología en la universidad Of leeds Inglaterra; carrera que él había elegido por gusto propio, aunque eso no encajaba con el destino que su familia había planeado para él. Muy pronto, nada de eso le serviría cuando por fin formará parte de las empresas Malfoy, situación que él lamentablemente no podía impedir. Afortunadamente su ingreso al mundo empresarial se había retrasado debido a ciertos desajustes, haciendo que su padre se ausentara por un pequeño lapso para arreglar el malentendido y aprovechó la oportunidad para que él pudiera apoyar a su país con la solución de la terrible crisis que atravesaban.

Los síntomas y las extrañas condiciones en la que personas perfectamente sanas de la nada morían irremediablemente los tenía desconcertados, las víctimas presentaban fatiga, pérdida de apetito, piel fría, un color pálido, respiración agitada entre otras, un inusual estado de trance en el primer día, al segundo día el estado de salud empeoraba, la persona mostraba una gran pérdida de sangre sin razón aparente provocando un shock hipovolémico, haciendo que el corazón fuera incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo, ocasionando  que muchos órganos fueran incapaces de funcionar provocando la muerte. Al principio se sospechaba de un virus, pero él ni las decenas de expertos habían encontrado una mínima de información, la nueva plaga era un verdadero enigma.
Una llamada de alerta lo interrumpió de su pequeño descanso, haciendo que dejaran todo para reunirse en el área de cuarentena. Se prepararon con su equipo especial, batas, guantes, cubre bocas, gafas y cualquier cosa que pudiera protegerlos para trabajar sin ponerse en riesgo. Tenían que recibir a dos posibles casos, uno de ellos era el cuerpo de una joven mujer asiática, cuyo destino sería directo a la morgue para ser incinerada, el segundo era un hombre, un joven agente de la policía de Scotland Yark. Casi nunca tenían la oportunidad de analizar a un paciente vivo, y por tal motivo, todo el equipo médico se hallaba ansioso. Ya listos para ingresar al cuarto  donde tenían al paciente, un hombre los tomó por sorpresa exigiendo ver al chico que estaban apunto de analizar. Él hombre había burlado la seguridad del hospital y se había atrevido a invadir una zona potencialmente peligrosa. Draco pudo reconocer inmediatamente a aquel hombre, lo conocía desde la niñez pero nunca había hablado ni media palabra con él, y de inmediato tomó la tabla con la información obtenida del paciente. Al leer el nombre de la persona que se encontraba en el interior, una fuerza ajena a él lo obligó a entrar dejando a sus colegas observando el espectáculo que ofrecían aquel hombre que luchaba con los miembros de seguridad. Al entrar quiso que de algún modo fuera un error el nombre ahí escrito. Lamentablemente al acercarse pudo comprobar que desgraciadamente se trataba de alguien conocido. Solo le quedó apartar un mechón de cabello de la frente para contemplar aquella cicatriz que jamás olvidaría. Había cambiado mucho desde la última vez que lo vio pero seguía conservando sus facciones delicadas, eso sin duda haría más difícil su trabajo.

Segundos después, el resto de su equipo ingreso y comenzaron a trabajar.
- Muy bien Malfoy, ¿qué tenemos? -preguntó el médico en jefe al entrar.
- varón caucásico, alrededor de veinticinco años, con una grave contusión en el cráneo y laceraciones en el resto del cuerpo, signos vitales normales, presión cardiaca, normal.
-Perfecto, toma tus muestras mientras el resto hacemos lo demás.
Draco siempre hacia un impecable trabajo, pero tuvo la  necesidad de hacerlo rápido  para tener los resultados lo antes posible. Afortunadamente todos los resultados habían daban negativo. Al parecer aquel chico se encontraba perfectamente sano, salvo él  terrible golpe en su cabeza.
Draco entregó los resultados lo antes posible, pero el paciente debía mantenerse en observación, a lo que Draco se ofreció para una guardia de veinticuatro horas.  
Después de descartar cualquier anomalía, lo habían trasladado a otra área del hospital, un lugar donde estaban los paciente que habían estado en contacto directo con un enfermo, todos aún debían estar en aislamiento.

Para su guardia con ese paciente, Draco había estado buscando la habitación de aquel chico y pidió a una enfermera que lo guiará hasta la habitación de Harry Potter.

El oficial despertó con un fuerte dolor en la cabeza. Se encontraba tendido en una cama de hospital, con las manos esposadas a los barrotes y desnudo bajo una bata verde. Estaba confundido y por más que trataba de recordar el cómo había llegado ahí no lo conseguía. Era una pequeña habitación de paredes blancas y sin ninguna ventana en ellas, y cuyos muebles solo eran la cama y una mesa de metal. Desesperado comenzó a gritar y pedir ayuda. Tardaron varios minutos para que alguien apareciera por la puerta, pero el aspecto de la persona lo impresionó mucho, pues traía puesto una bata blanca, tenía cubierta la cabeza incluyendo la boca y unas extrañas gafas tapaban sus ojos.
-Quién es usted!? -preguntó Harry pero Draco no le contesto. -Donde estoy? -
Draco prefería no contestar, lo único que le importaba era hacer su trabajo. Llevaba una charola metálica que colocó sobre la mesa y comenzó a preparar una jeringa.
-Qué me va hacer!?
Harry estaba tan asustado y molesto que empezó a forcejear lastimando sus brazos.
-Tranquilo! - exigió Draco con voz gruesa mientras intentaba tomar el brazo de Harry. -Solo tomaré una muestra de sangre, despues podras ver a Sirius.
Escuchar el nombre de su padrino lo tranquilizó, aunque no sabía si debía confiar en él, pero no tenía otra alternativa.
Muy a su pesar, Harry tuvo que cooperar, se mantuvo quieto mientras aquel hombre le descubrió el brazo. Harry cerró los ojos cuando la aguja perforó la piel y cuando el dolor pasó los  abrió lentamente, y al hacerlo se encontró con la mirada de aquel hombre que lo veía fijamente a través de las gafas. Este tenía unos ojos muy peculiares, unos fríos ojos de color gris, que lo miraban con total atención.
Draco, al sentirse descubierto fijó la vista hacia la aguja y el tubo de ensayo, no había podido resistirse, hacía tanto tiempo que no lo veía y mirar cuánto había cambiado le era sorprendente. Mantuvo la mirada ahí hasta que terminó por llenarse; con delicadeza retiró la aguja y se marchó dejando a Harry con más dudas.
Draco salió de ese cuarto exaltado, no sabía porque había reaccionado de ese modo, aquél chico que había desaparecido de su vida y que juró olvidar, se encontraba en ese cuarto. Sabía que no era prudente regresar pero tenía que cumplir con una obligación, haría todo lo posible para que mejorara y después cada quien retomaría su camino lejos del otro. Pasaron varias horas para que Draco se animara a regresar y cuando lo hizo, esta vez Harry estaba más relajado.

Harry supo que era el mismo hombre por el color de los ojos y de nuevo hizo las preguntas, pero Draco seguía sin responder. Esta vez tomó  su presión arterial y su temperatura, revisó su garganta y con una lámpara revisó sus pupilas, mientras hacía eso, Harry volvió a mirar aquellos ojos, si había tenido alguna duda del color, en ese momento quedó claro, eran de un color gris y eran perfectos.
Draco, con un estetoscopio intento escuchar su corazón, pero al parecer el aparato estaba fallando, dio unos golpes y fastidiado optó por acercar el oído directo al pecho de Harry. Fue incómodo para Harry que ese hombre se tomara tanta libertad en examinarlo, lo tocaba y lo movía de una forma nada cortés.
Harry no sabía cuánto tiempo llevaba en ese lugar y su estómago pidió con un fuerte rugido algo de comer. Draco escuchó el tremendo rugido y miró al chico que estaba realmente apenado, así que lo dejo en paz. Afortunadamente era la hora de la comida y Draco aprovechó para pedir a la enfermera que repartía los alimentos una charola para esa habitación, Draco soltó las manos de Harry, él consideraba que ya había acabado su trabajo con él, y aunque la policía había dado órdenes específicas de no soltarlo hasta descartar las sospechas que había en su contra no le importo. Por último se retiró dejándolo solo para que pudiera descansar. Satisfecho y después de los últimos resultados pudo firmar el alta, no tenía mucha información del por qué estaba detenido, había estado tan ocupado en el laboratorio que quizá se daría una vuelta por el hospital para enterarse, pero estaba tan cansado y su turno ya había terminado. Para Draco había sido una semana difícil, había salido completamente de su rutina, lo único que deseaba era ir a casa a tiempo  para llegar a cenar con su madre. Cada sábado pasaba la noche en casa sin falta y nada le agradaba más que la idea de tirarse a la cama para no despertar hasta el siguiente día, pero recordó que tenía una cena formal con los socios de la empresa Malfoy, situación que no podía evitar ya que él tenía que ir en representación de su padre. Lo único que podía hacer era dormir un par de horas.

Harry se terminó toda la comida y esperó a que el hombre regresara pero ya no lo hizo.  Teniendo mucho tiempo de sobra recordó lo que había hecho él día anterior.

-Harry! Hey, despierta o llegaremos tarde.
Harry  había oído entre sueños su nombre pero el sol aún no asomaba por su ventana. Había sido una noche exhausta debido a las prácticas de entrenamiento de la policía metropolitana de londres y debido a eso su cuerpo se encontraba fatigado, tanto como su ánimo, pero ese día sin duda era el resultado de años de esfuerzo y preparación para comenzar su prometedora carrera como agente investigador.
-Qué hora es? - preguntó el chico con voz adormilada y envuelto en sus cobijas de pies a cabeza.
-Las seis de la mañana, y si no te apresuras perderás el tranvía.
Harry se levantó de un salto de su cama. Había dormido dos horas pero su primer día en la estación era muy importante. Se metió al baño y se ducho con agua fría en cinco minutos. Al salir de la regadera apenas tuvo tiempo para afeitarse el escaso vello del rostro que aun salía tímidamente, se cepilló su enmarañada cabellera castaña sin mucho éxito, se roció con algo de colonia y se acomodo sus gafas sobre sus ojos verdes esmeralda. Al mirar al espejo no importaba lo bien o mal que luciera, siempre opacaba su aspecto esa cicatriz en forma de rayo en su frente que tanto odiaba. Ella sólo era un recordatorio del terrible día en el que perdió a sus padres en un fatal accidente y solo podía significar eso. Se vistió con su nuevo traje y bajo para despedirse de su padrino.
Sirius había preparado huevos fritos con patatas y servía dos tazas de té cuando vio al muchacho bajar apresuradamente.
-He! Ya está el desayuno.
-Lo siento, Sirius, pero ya es tarde.
Sirius Black, era el hijo de una familia noble, fue repudiado por su padre al negarse a cumplir con las obligaciones de administrar el negocio familiar, se alejó de casa y se valió sólo en la vida, fue el mejor amigo de James Potter, padre de Harry, y después de su muerte  Sirius no pudo soportar la idea de que sus detestables tíos cuidaran de él  así que tomó su custodia y desde entonces vivían juntos.
-Espera! - Sirius detuvo a Harry antes de salir. Era frecuente que Harry saliera sin comer por falta de tiempo o que llevara o faltara algo en su aspecto físico. -tienes la corbata mal acomodada.
Harry muy a su pesar se detuvo y se mantuvo quieto esperando a que su padrino arreglara su torpeza.
Sirius, desató el nudo y comenzó desde el principio. Harry era todo lo que tenía, y debido a eso se había esforzado en darle la mejor educación, y como resultado, Harry era un gran chico, noble y valiente, y eso lo guió a querer seguir el camino de su padre, quien había sido oficial de la policía de Londres, Sirius y James habían estado en la academia pero debido a un político corrupto, Sirius se vio obligado a desertar e iniciar su agencia de investigación privada. Siryus no podía evitar mirar esos ojos que le traian tantos recuerdos nostálgicos de su gran amiga, la adorable Lily, y lo hacía pensar en que ella debía estar ahí en ese momento tan importante para el chico.-Tranquilo, se que te irá muy bien, ten confianza.
-Gracias Siryus, -Harry estaba agradecido por el apoyo que siempre le brindaba y por estar con él en cada momento difícil en su vida apesar de todo. Él lo amaba como a un padre.
Al estar lista la corbata Harry se apartó de él rápidamente. Odiaba que otros también vieran esa cicatriz y  la cubrió con mechones de su cabello cuando un claxon sonó justo en la entrada.
-Debe de ser Ron. Adiós Siryus!
-Espera, si él te va a llevar aún tienes tiempo de un desayuno.
-No. Nos vemos en la noche. -Harry salió corriendo aliviado por la interrupción, dejando solo a su padrino para disfrutar de su día libre.
Al salir a la calle Harry se acercó a un pequeño Ford aguila azul, donde su amigo de toda la vida, Ron Weasley, conducía.
-Ron, en serio?
-Te dije que lo traería. - Ron era pelirrojo y con la cara cubierta de pecas como toda su familia. Se había hecho amigo de Harry desde el primer día de clases en el colegio y casi nunca los veían separados, Harry conocía muy bien a toda su familia, incluso ellos lo consideraban un miembro más. Su amistad iba más allá de una simple relación de amigos, ambos compartían tantas cosas que el gusto por hacer cumplir la ley lo tenían en las venas.
-Comó es que tu padre dejó que lo manejaras?
Ron sonrió satisfactoriamente y se acomodo en su asiento para dirigirse  hacía la estación.
-Mamá esta preocupada por la plaga, e insiste en no tener mucho contacto con personas del barrio bajo, ella convenció a papá.
-No te deberías enorgullecer tanto, no sabes manejar muy bien.
-Oye! mi padre dice que es cosa de practica. -En ese momento se oyó un  extraño ruido en el motor que borró la sonrisa de Ron. -Bueno quizá necesite más práctica, pero es esto o irnos a pie.
Harry sonrió esperando no tener que empujar el auto y llegar tarde a la estación.
Estaban listos para marcharse cuando vio el auto de un doctor conocido estacionarse frente a la casa de su vecina y amiga, Cho. Al parecer era una emergencia, pues la madre de su amiga salía a recibirlo apresuradamente.
- ¿Qué sucede, Harry?- preguntó el pelirrojo al ver que su amigo pretendía salir del auto.
- Creo que Cho necesita ayuda.
-llegaremos tarde. - al ver que Harry miraba atento, Ron lo tomó del brazo y lo regresó a su asiento. -Oye! ya está un doctor aqui, ya la están ayudando. Si estás preocupado por ella podrías venir a verla al final del dia.
- Supongo que tienes razón.
- Sí la tengo. Ahora en marcha.
Afortunadamente el auto no les falló y llegaron justo a tiempo para su primera junta con todo el equipo. Ambos se sentaron juntos en la parte de adelante en la sala de proyección donde el capitán, Severus Snape, había preparado un informe del control de la plaga que azotaba Inglaterra.
-Como verán, el jefe de control de enfermedades aún no tiene respuestas concretas de la epidemia.
Severus, era un hombre lúgubre, de aspecto serio y reservado,  con un carácter frío al igual que su mirada.  Él tenía a su mando a toda la estación de scotland yard y preocupado por la situación en la que vivían tomaría todas las medidas necesarias para tener todo bajo control. -  Sólo tenemos los hechos y cientos de cuerpos en la zona de cuarentena.- Snape  hablaba con aplomo y rectitud, hasta que su mirada dio con el rostro de Harry y recordó inmediatamente esos ojos. Había conocido a Lily desde la infancia y la había amado desde siempre pero la vida los separó injustamente y al final eran dos personas totalmente opuestas pero él amor que le guardaba jamás moriría. Por unos segundos Snape se quebró por dentro pero tuvo la fuerza para reanudar la junta.- Para nosotros ha sido difícil actuar sin arriesgar la vida de valiosos miembros, pero es nuestro trabajo actuar. La población se encuentra en pánico y quiere soluciones. Los enfermos están siendo recluidos en el hospital de Londres pero muchos ciudadanos acusan injustificadamente a las personas sanas y quieren actuar por su cuenta para evitar el contagio. Hoy les asignare puestos determinados, cada sector  patrullará su zona y...
-Señor - Harry interrumpió a su capitán, pues tenía demasiada iniciativa y sobre todo la preocupación de que las autoridades no solucionaran la situación. - he oido que hay algunas personas que ignoran la gravedad del asunto y prefiere ocultar a sus enfermos, en mi opinión...
-Y usted es? -Preguntó Snape indignado ante tanta falta de respeto.
-Harry Potter, señor.
- Sí, he oído de usted, señor Potter.-Severus se acerco al chico nuevo, había leído su expediente y la mayor parte de la información ahí escrita él ya la sabia. -Es increíble el nivel de petulancia con la que salen los novatos de la academia. Usted  cree que por estar aquí tiene derecho de opinar?
-Señor, yo...
-Le faltan muchos años para poder abrir la boca. - Severus lo miraba atento pero su vista se devio de la cicatriz al resto de la cara, era idéntico a su padre y estuvo dispuesto a intimidarlo pero un agente entró por la puerta llamándolo.
-Snape, Dumbledore quiere verte.
Snape golpeó la mesa de Harry, y se acercó a la salida, no sin antes dejar instrucciones. - Oficial Digory, lleve a estos novatos a su puesto, los demás a trabajar! - exclamó antes de desaparecer por la puerta.
Todos lo oficiales se pusieron de pie para empezar un nuevo día de trabajo.
-Wau.  Ese tipo da miedo. -dijo Ron en tono bajo sólo para que Harry lo oyera.
-Sí. - contestó un oficial de uniforme negro enfrente de ellos. - pero es el mejor, sólo tengan cuidado con lo que dicen.
-Yo sólo quiero ayudar en el caso. -Explicó Harry.
- y todos nosotros pero así son las cosas aquí. Yo llevo dos años y aún tengo que cuidar mi boca.
-Y tú eres? -preguntó Ron molesto al ver a  ese oficial involucrarse en su plática.
-Cedric Digori. - dijo el chico con una enorme sonrisa.
Cedric fue muy amable con ellos a excepción del resto de sus compañeros y les dio una pequeña explicación  de cómo trabajaban y los acompañó al área de archivo donde ambos habían sido asignados.
llegaron a una oficina con tres escritorios llenos de pilas de papeles, las paredes estaban cubiertas por gabetas enormes y para sorpresa de los dos, en el suelo había cajas con más pilas de papeles. El sitio era un caos.
-Hey Neville, aquí están los chicos nuevos!
En medio del desorden apareció un chico un poco aturdido y desarreglado, se veía nervioso y al parecer el desorden lo ponía así.
-Que bien! por un momento creí que tendría que hacerlo solo.
-Esperen, nosotros somos de investigación.  ¿Que tenemos que hacer en archivo? -pregunto Harry.
-Si el capitán Snape dijo que empezaran  aquí, así será. - contestó Cedric quien se despidió enseguida y los dejo para que empezaran rápido con su trabajo.
Fue un día exhausto para los tres, leyendo y ordenando cada documento que veían mientras que cada hora llegaban más. Harry tenía que idear una solución a su situación, no podía quedarse encerrado mientras que la población moría.


Al terminar el día, Ron llevó a Harry a casa, al número 12 de Grimmauld Place. Habían ideado festejar al término de su primer día pero ninguno tuvo ánimos de hacerlo.
-Pasare por ti mañana.
Harry sólo meneó la cabeza y salió del auto.  Sólo quería meterse en su cama y descansar. Las luces estaban apagadas y al parecer Sirius ya se había ido a dormir. Ron se había marchado y él buscaba sus llaves en los bolsillos cuando el ruido de un  cristal roto llamó su atención. El ruido provenía de la casa de Cho y sin dudarlo fue a verificar, era tarde y el vecindario estaba en completa calma. Al llegar a la puerta notó que esta se encontraba abierta, la curiosidad lo obligó a entrar sin llamar, le preocupaba su amiga y ex novia así que era más una necesidad de saber que ella estuviera bien. Adentro estaba oscuro, Harry intentó prender la luz pero no había electricidad, y de inmediato presintió que algo andaba mal. Tomó su arma y puso total atención a cualquier sonido y lo que logro escuchar fue que alguien se encontraba en la habitación de arriba. Harry subió las escaleras sigilosamente y sin hacer el menor ruido, y entró a la habitación de Cho.

Lo último que recordaba era estar tirado en medio de la estancia con un dolor inmenso en el cuerpo y sin más que su arma haciéndole compañía.




Notas finales:

Si te ha gustado deja un comentario y te lo compensare con el siguiente capítulo. SALUDOS Y BESOS!!!!!!!!!

Una cosa más, no se por que ha aparecido tantas cosas en series, juro que no se que paso, así se publico. sólo puedo decir que lo ignoren.


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