Contando las horas.
Íbamos tomados de la mano como cada tarde lo hacemos desde que te conocí, mientras sonríes y hablamos de algún tema que me comentaste volteas a verme seguro de ti mismo, si supieras si tan solo supieras que no me importa en lo más mínimo lo que digas, eres la clase de persona que no vale nada, porque debo soportar este dolor, un dolor que tú y los tuyos crearon y que yo me encargare de borrar, porque ya no importa nada excepto la venganza que jure con las manos ensangrentadas aquella noche.
Vamos llegando hasta el lugar al cual llamas hogar, graba este instante muchacho que será el último que veras, la luz dibuja las sombras de los arbustos que nacen en medio y a los lados de tu jardín, tus ojos verdes brillan vivaces viéndome en la noche pensando en que seré yo quien te cuidara siempre, una promesa que te profese hace unas noches entre sabanas en mi apartamento, palabras que guardaste en lo más profundo de ti, palabras que para mí son eso solo palabras que el tiempo se encargara de borrar pero tú las recordaras eso te lo aseguro.
Abres la puerta de la casa y yo te abrazo por detrás, sonríes y me dices que debemos comportarnos entre risas, eres tan ingenuo llevo tiempo siguiéndote los pasos pero finalmente nos despediremos, me saboreo el momento uno memorable para mí, entramos y tus padres me saludan tu hermana y su prometido también lo hacen, entramos al comedor todos y nos sentamos en la mesa amplia con velas y las luces un buen decorado para un gran final.
Recibo una llamada de un amigo mío, lo esperaba me disculpo y hablo para confirmar los planes con él, en el pasillo mientras hablamos veo las fotografías que cuelgan en marcos dorados donde todos están felices en algún lado de un parque, deberían saber esto la felicidad es prestada tarde o temprano la devuelves, los días buenos acabaran con toda su maldita descendencia.
Entro y regreso en la silla al lado tuyo, me preguntas quien fue y te digo que mi madre me hablo, tu madre sirve la cena con tu hermana platicamos de banalidades si es ese el caso tu padre dice que eres el mejor de tu clase y yo asiento viéndolo buen estudiante etc., no me interesa las adulaciones que te arrojen solo importa el momento ideal.
Llevamos veinte minutos y escuchamos golpes fuertes, tus padres se exaltan y se paran, tu cuñado abre la puerta solo para recibir un disparo en medio de la cabeza, su frente sangra y cae pesadamente en el piso de madera, todos gritan pero tres encapuchados entran llevan armas con silenciadores tu madre y tu hermana corren a sostener el cuerpo inerte que yace en el piso, son asesinadas en la cabeza siguiendo su destino, tu padre intenta luchar pero lo empujan para los tres dispararle al mismo tiempo, miras horrorizado y corres a su lado pero logro agarrarte gritas y quieres soltarte para ir por ellos, no tiene sentido son cadáveres inertes, te abrazo fuerte mientras sigues en lo tuyo una lucha que no ganaras.
Caes arrodillado aun entre mis brazos llorando con el terror que inunda tu ser, les has perdido a todos y no volverán, ahora sabes lo que yo sentí y si no fueras tan ciego viendo lo que creías y querías ver en mi te hubieses dado cuenta que fue tu padre quien mando asesinar a mis padres hace mucho tiempo, me las cobre por todo el maldito dolor que atravesé años atrás, pasaron años para darme la fuerzas de seguir aunque los perdí, continúe vivo solo para cobrármelas todas y hubo algo que jamás ceso en mi fue mi sed de venganza para con los tuyos, ahora veo que todo valió la pena.
Ellos nos rodean pero es Frandal quien me dice si te mataremos a ti también, te veo hecho un desastre pero aún falta lo último, niego con la cabeza y te levanto pero me empujas para liberarte pero antes de dar siquiera diez pasos Sif corre y se lanza encima tuyo pelean pero me aproximo jalándote a mi lado, me maldices lo has entendido al fin, Frandal camina hacia nosotros te sostengo fuerte y Frandal pone un paño con cloroformo en tu boca, tardo un poco el efecto más de lo que creí pero caes inconsciente en el piso, los demás siguen con el plan mientras te levanto en mis brazos para llevarte a la camioneta negra de Sif.
………..
Despiertas y te veo removerte pausadamente veo que las inyecciones hicieron efecto, me aproximo a la cama donde estas y sostengo tu cabeza con mis manos, tus muñecas están atados como tus tobillos, dejo un frio beso en tu frente y me aparto para encender un cigarrillo.
Escucho un sonido y veo que caíste del lado intentas levantarte pero solo logras apoyarte al lado de la cama, me ves con rabia y odio, me gritas porque… porque, pienso en todo, bien es hora de decírtelo todo.
Tus mejillas rojas por el exceso de lágrimas en las que estas empañado, dices que nada justifica un acto tan cruel, no sabías nada pero no merecían morir por ello, me aproximo para acariciar tu cabello pero rehúsas mi toque, lo entiendo me detestas como yo deteste a tus padres, te digo que deberías sentirte afortunado ya que si no lo quisiera estaría ahí con ellos en la otra vida.
Baja la mirada y me dice que él también lo desearía, su voz se quiebra cuando me dice que se arrepiente el haberme conocido, que prefiere estar muerto que hablar un segundo más conmigo, con un monstruo que es incapaz de sentir absolutamente nada, lo veo pero no me satisface porque a pesar de todo lo quiero no puedo explicarlo pero me impide cometer un acto despiadado para con él, pero…. pienso viendo el llano terreno afuera.
Fue un mal comienzo para los dos porque en otras circunstancias quizá lo hubiéramos tenido todo, quizá sería mi vida o me desviviría por hacerlo feliz, creo que le amo y no me di de cuenta porque primero estaba mi venganza, pone en tela de juicio mis juramentos pero nada cambia el presente.
Como acabara todo lo sé, harán investigaciones y aunque cuente con una cuartada puede que lleguen al final de este plan mío, no me importa del todo era cuanto me esforcé pero podría disfrutar las horas que me quedan en vida.
Estoy apoyado en la puerta y recuerdo como mi madre solía cantar canciones que mi padre componía solo para ella, mi padre tan dedicado a hacernos felices no creo exista alguien igual, diez años me duraron diez años pero Laufey me los quito y tarde diez años después para buscarlo, para respirar para seguir su camino y encontrarlo.
Lo conseguí pero en mis planes no estaba el, la única persona que fue diferente de muchos que conocí pero fue una lástima que justamente fuese su hijo, me encargue de enamorarlo eran las circunstancias y debía ser perfecto.
Ahora lo veo sin fuerzas para siquiera levantarse, conozco ese dolor pero es verdad no lo puedo dejar ni llevarlo conmigo, saco el arma que guardaba y cargo las balas, fue hermoso tenerlo conmigo estos meses, pero como en todas las historias reales los finales felices son poco frecuentes y terminan siendo dolorosos.
Coloco en silenciador aunque no hace falta, no hay nadie hemos conducido como tres horas y la casa de Frandal es un punto en la casi nada alrededor de este lugar, recuerdo como solían gustarte las sorpresas.
Me acerco a ti y me ves fijamente, le digo que solo dolerá un instante, sentirá frio y se sentirá liviano que su vista fija en mí se apagara, le digo que le quise aunque no me crea, le digo que lo llevare en mi corazón, escucho su risa irónica cuando me dice que yo no tengo uno, que soy un maldito pero que espera verme porque es ahí donde me encontrara en la otra vida.
Sostengo el arma y disparo en medio de su frente, parpadea y me aproximo para agarrar su cuerpo en mis brazos pierde el calor corporal poco a poco su vida se va a cada segundo, lo abrazo para besar sus tibios labios cierro sus ojos verdes aquellos que tanto me gustaban, sus pestañas largas y oscuras sellan su despertar, su último suspiro fue mío.
Lo acomodo en la habitación lo tapo y parece dormir, duerme eternamente el tiempo ya es un problema donde va, salgo de ahí afuera me esperan y les hago una señal saben lo que paso, Frandal enciende el motor y Hogun enciende la radio, miro por el retrovisor la casa va quedando atrás allá donde duerme el único ser que pude amar, pero el destino no fue benevolente con ninguno de los dos.
La noche se extiende por la carretera, mis amigos siempre me apoyaron incluso en mis actos más reprochables desde el orfanato donde crecimos como si fuésemos hermanos, no me juzgan saben lo que pase y yo sé lo que les sucedió, así avanzamos entre el viento y el pavimento de un desierto vengándonos de quienes nos hicieron daño.
Quizá nada justifique nuestros actos, quizá no merecemos el perdón, sabemos que un día la carretera no será la misma o que no saldremos librados de ella, pero nos propusimos hacerlo porque la justicia es solo para los que llevan dinero encima y pueden comprarla como una vil ramera, a nadie le importa quienes vivimos con la pesadilla de nuestro pasado donde a nadie le importo, crecimos y la sociedad nos enseñó que solo la venganza está en nuestras manos.