Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Estúpidos Espadachines [MiZo] por 0kami

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fanfic lo escribí hace bastante tiempo, pero he decidido re-escribirlo y probar alguna cosas nuevas. En el segundo capitulo hay lemon, y explicitó.

Espero que tengan una agradable lectura!

Notas del capitulo:

1.- Ningún personaje de One Piece me pertenece, todos son propiedad de Oda Eiichirō.

2.- Este Fanfic contiene spoilers posteriores a MarineFord.

3.- El género de esta historia es yaoi, con la pareja Mizo (MihawkxZoro) si el tema o la pareja no te gusta, por favor no lo leas.

En algún lugar del antiguo Castillo Shikkearu, el joven espadachín de la tripulación de los Mugiwara, Roronoa Zoro, observaba el cielo tratando de poner en orden sus pensamientos y emociones que no paraban de atormentarlo. Él siempre ha sabido cual era su objetivo y estaba dispuesto a superar a cualquiera que se entrometiera en su camino.

 

Pero el destino le enseño que aún no estaba preparado para desafíos mayores y la prueba de eso era no haber podido evitar que Kuma los separara. No había podido defender a sus nakamas, pero lo que más lo hacía lamentarse es no haber estado con Luffy en aquel momento.

 

—¿Por qué estás tan decaído? —cuestionó Perona mientras flotaba sobre él—. Es desagradable verte así, y te lo estoy diciendo yo.

 

—Deja de meterte en mis asuntos —Zoro se levantó para alejarse de la chica fantasma que ya había superado su paciencia—. No quiero que me sigas.

 

—¿Qué? —Perona no hizo caso a sus palabras y lo siguió—. ¡De eso nada! —con cara de molestia y alzando su voz se adelantó a Zoro para impedir su avance—. Ese hombre dijo que tenías que descansar para el entrenamiento que comenzaras mañana.

 

—Sólo iré a dar una vuelta.

 

—¡Eres tonto! —ahora la chica se veía furiosa—. No pienso ir a buscarte si te pierdes otra vez… incluso… ¡es posible que mueras! —suavizó su voz mientras limpiaba unas pequeñas lágrimas que se asomaban por sus ojos— ¿E-espadachin?

 

El momento en el que se distrajo fue aprovechado por Zoro para desaparecer por alguna de las puertas del castillo. Ni él mismo sabía que camino había tomado, sólo quería estar en soledad.

 

---------------------- 

 

El pirata logró llegar hasta una zona en ruinas desde donde podía ver el castillo. Entre más caminaba se encontraba con algunos árboles que estaban adentrándose a la antigua ciudad. El avance de la naturaleza le daba un toque especial, se sentía relajado y esperaba que la chica de Thriller Bark no lo encontrará.

 

Decidió sentarse en una roca que había divisado y que era suficientemente grande para que se recostara cómodamente. Se quedó dormido y las pesadillas no tardaron en llegar. Estaba solo en un lugar oscuro donde no podía distinguir nada excepto a el mismo. No sabía si estaba en algún cuarto, cueva, celda o el barco. La única certeza es que era el único en ese lugar. Hasta que escucho un grito desgarrador que lo alerto. Era Luffy. Intentó correr para encontrar a su capitán, pero era inútil. Su voz venía de todas partes, y era desesperante. Estaba sufriendo y Zoro no podía hacer nada. Sí. Él no pudo hacer nada.

 

—¡Luffy! —despertó con el cuerpo tenso y un sudor frío recorriendo su cuerpo.

 

El día había pasado y la luna con millones de estrellas estaban sobre él. No le extrañaba, el maldito sueño le pareció haber durado horas. Comenzó a regular su respiración recordando las enseñanzas de su maestro, y en el momento en que su cuerpo y sentidos lograron calmarse escuchó el sonido del agua al fluir.

 

Sintiendo su ropa pegada a su cuerpo agradeció escuchar eso. No le costó encontrar una laguna. Se acercó a la orilla donde pudo ver su reflejo en la superficie cristalina. Un baño le vendría bien. Regresó a la roca donde había descansado y se deshizo de su ropa junto con los últimos vendajes que cubrían su cuerpo.

 

Sin esperar más saltó al agua que estaba agradablemente helada. La temperatura hizo que se relajará aún más y tomando una profunda bocanada de aire se zambulló completamente para nadar. Pero a cada metro que avanzaba los pensamientos volvían a colarse en su mente. El rostro lleno de terror de sus amigos y el grito de Luffy que había escuchado en su sueño. Luffy. Le admiraba y le respetaba incluso con todas las tonterías o payasadas que hacía. Su capitán era como la luz para cada uno de los mugiwaras. Los había impulsado y apoyado a cada uno. Por todo lo que había hecho y para alcanzar sus metas tenía que volverse más fuerte y llegar a ser el mejor espadachín del mundo y ser un digno miembro de la tripulación del Rey de los Piratas.

 

Sólo tenía que superarlo a él. Dracule Mihawk, el más fuerte de todos los espadachines y el señor de esta isla… ¿Por qué de todos los lugares del mundo había llegado ahí? Su destino era enfrentarlo, eso lo sabía. Pero ahora sabía que la diferencia entre ambos seguía siendo demasiada. No era su momento, necesitaba más experiencia y habilidad para poder enfrentarlo hasta el final donde sólo uno de ellos iba a sobrevivir.

 

Volvió a la superficie y quedo flotando de espalda. Quería vencer a Mihawk con todo su corazón. Pero la idea de matarlo le incomodaba un poco. Las palabras que el Shishibukai le había dicho en el Baratie habían hecho que respetara al hombre. Era un guerrero admirable y digno. Le había dicho que lo superara, y lo haría, pero antes de eso había muchos otros guerreros que vencer.

 

---------------------- 

 

Perona seguía buscando a Zoro en el castillo convencida de que éste seguía ahí. Pero no lograba encontrarlo. Aún más furiosa decidió quejarse de su situación con el dueño del castillo. Por suerte él fue más fácil de encontrar a aquella hora.

 

Mientras se dirigía al salón donde Mihawk solía leer. Comenzó a quejarse en voz alta de todas las cosas crueles que el peliverde había hecho en su contra cuando ella sólo había sido amable y dulce con él. ¡Si hasta lo cuido cuando estaba hecho un desastre! — ¡Es un mal agradecido! —gritó mientras llegó a la habitación y tal como esperaba encontró a Dracule leyendo un libro. Flotó hasta llegar delante de él y usando una suave voz le dijo:

 

—¡Ese estúpido se ha atrevido a escaparse del castillo! —pero el hombre la ignoró y continuó con su lectura—. ¡Zoro se ha perdido! —gritó más fuerte mientras le quitaba el libro de las manos.

 

—Él no es un niño que necesite ser cuidado todo el tiempo —Mihawk extendió su mano para que la chica le devolviera el libro.

 

—¡Él es un idiota que se pierde en línea recta!

 

—No es mi asunto, ahora devuélveme mi libro —la voz del pelinegro era tranquila, pero su mirada brillaba de forma que amenazante.

 

—¡Tú también eres tonto! —pero Perona no se detuvo—. Como adulto responsable a cargo de nosotros dos tienes que cuidar de nosotros.

 

—Ustedes invadieron mi hogar y si necesitas a alguien que cuide de ti a tu edad eres libre de irte. —el Shishibukai se levantó de su cómodo asiento, salió de la habitación y la dejo sola.

 

—Se fue… él también me dejó —Perona se desplomó en el piso con lágrimas en sus ojos—. Esto… Esto… ¡Los dos me la van a pagar! —sentenció Perona con seguridad en su voz. Se vengaría de ambos hombres.

 

 

---------------------- 

 

Zoro seguía disfrutando de la laguna hasta que sintió como su estomago se quejaba. Tenía que irse si quería llegar a tiempo a cenar. Mihawk era un hombre que apreciaba la puntualidad y era severo si se le desobedecían.

 

—¿Me pregunto que habrá de cenar esta noche? —iba saliendo del agua cuando una voz lo interrumpió.

 

—La cena fue hace dos horas Roronoa —el menor quedó paralizado y su garganta se secó. Ante él estaba el pelinegro mirándolo fijamente. Desnudo. —Veo que ya conoces más lugares de la isla.

 

—Dormí más de lo que creía —articuló como pudo. No podía dejar de mirarlo. Su ropa siempre había dejado ver su pecho y abdomen, pero verlo casi totalmente desnudo era otra cosa. Sus brazos llamaron su atención. Tenía que cambiar de tema—. ¿Qué haces aquí?

 

—Esa no es una excusa válida para saltarte la cena y es obvio lo que he venido a hacer aquí ¿No te parece?

 

—Hmmm. —perfecto. Había hecho una pregunta estúpida—. Bien, te dejo.

 

—Como quieras —comentó Mihawk avanzando más allá de Zoro lo que le dio al peliverde la oportunidad de ver la robusta espalda y el firme trasero de su rival.

 

Zoro no se movió de su lugar ni dejó de mirar al otro espadachín. Era como una escultura y cada músculo estaba bien definido. Era el cuerpo de un guerrero.

 

—Roronoa. —Mihawk había notado la persistente mirada del menor. Sin girarse le preguntó—¿Qué te sucede?

 

Mierda. —Zoro lamentaba su descuido. No se arrepentía de hacerlo, pero no pensaba dar explicaciones—. Nada.

 

Sin esperar a que otro hombre volviera a hablar, el pirata se apresuró a salir del agua. No quería parecer que huía, pero no iba a arruinar la oportunidad por la que había bajado su cabeza. Ni muerto iba a decirle que su cuerpo le había fascinado.

 

Mihawk observó como el joven le daba la espalda y sus ojos comenzaron a seguir las gotas de agua que caían por su piel. Era un cuerpo hermoso y bien formado. Movió su cabeza para disipar las inapropiadas imágenes que se formaban en su mente. Mañana comenzaría su entrenamiento. Serían maestro y discípulo sólo para que algún día uno matara al otro. Lo mejor era evitar las complicaciones.

 

Al desaparecer Zoro de su vista se sumergió en el agua para mojar completamente su cuerpo. Si tenía suerte los dos años se pasarían rápido y no lo vería más hasta el día en que se enfrentaran.

 

—Dracule. —la voz del peliverde se escucho claramente debajo del agua. Levantó parte de su cuerpo y ante él volvía a estar Zoro quien aún continuaba desnudo y usaba sus manos para tapar su intimidad. Lo que era gracioso si tenían en cuenta que ambos eran hombres y ya se habían visto en aquel estado hace unos momentos.

 

—¿Te has perdido?

 

—No. Mi ropa ha desaparecido. —su voz era un tono entre molestia e incomodidad. —Encontré la piedra donde dejé todo, pero ahora no hay nada.

 

—¿Estás seguro? —el ojiambar lo miró con confusión. El había pasado por la piedra con la ropa de Zoro que estaba tirada por todas partes, eran fácilmente visibles—. Tal vez los humandrill… no…

 

Perona. —fue el pensamiento de ambos. Mihawk observo el árbol donde había dejado sus cosas. Y tal como pensó no estaban. ¿En qué momento lo hizo?

 

—Perfecto. —Mihawk salió del agua y pasó de largo a Zoro. Probablemente la chica se haya llevada sus cosas y buscarla en aquel lugar sería una perdida de tiempo. Lo mejor sería regresar y ponerse ropa nueva.

 

—… —Zoro siguió a Mihawk en un silencio incómodo, convencido de que él sabía dónde estaban sus cosas y no tenía otra opción que seguirlo. Así, ambos desnudos.

 

---------------------- 

 

Perona había seguido a Mihawk desde el aire y se sorprendió cuando vio la ropa de Zoro tirada en sobre una roca. Con mucho cuidado espero hasta que el pelinegro se fue. Y mando a dos de sus hollows por las cosas del peliverde.

 

—¡Horo-horo-horo-horo-horo! —la pelirosa estaba feliz al ver como sus pequeños realizaban la travesura— Ahora… ¿Dónde se fue Taka no me? —comenzó a buscar al pelinegro y lo encontró desnudándose cerca de una laguna… donde estaba Zoro nadando.

 

---------------------- 

 

Los hombres ya estaban cerca del castillo. Mihawk estaba molesto y a cada paso que daba pensaba en como castigaría a la chica por su jugarreta. Sentía como desde distintas partes eran observados por los fantasmas de Perona, pero la presencia de ella no estaba en ninguna parte.

 

Por otra parte, Zoro estaba perdido en la figura del hombre ante él. No podía detenerse. Sus ojos recorrían cada detalle del cuerpo de Mihawk. Sus complexiones no eran muy distintas, pero el pelinegro se maneja con elegancia y seguridad.

 

—Roronoa… —el mayor se dio vuelta quedando frente a un sorprendido Zoro.

 

—¿Qué? —trató de que sus emociones no se reflejarán en su rostro. Mostrar una calma que no sentía—. ¿Cómo pudo ser tan idiota y mirarlo fijamente?

 

Mihawk no le contesto. Durante todo el tiempo que caminaron sintió la mirada de Zoro y comenzó a cuestionarse la intención del joven. Pero al enfrentarlo pudo ver la verdad mal oculta en sus ojos. Deseo. Roronoa Zoro lo deseaba.

 

—¿Ocurre algo? —el pirata intento romper el incómodo silencio que Mihawk había comenzado.

 

Pero se sorprendió cuando el Shishibukai uso una de sus manos para tomar con fuerza la parte posterior de su cuello y acercar el rostro ajeno al propio. Los dos se miraron a los ojos con determinación y dejaron de contenerse. Comenzaron un beso hambriento y desesperado, mientras que sus lenguas luchaban por la dominación que acababa de iniciar.

Notas finales:

El segundo capítulo ya está escrito así que lo estaré subiendo dentro de algunos días!

 

Reviews son bienvenidos y muchas gracias por leer!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).