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Corazón de guerrero. por Elbuhoconlentes

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Notas del capitulo:

les dejo un nuevo capítulo espero les guste! 

Una niñez que se olvida, un sentimiento que brota. 
 
 
 
El aroma a bosque y mar estaban grabados en el, eran los aromas que lo habían acompañado toda su vida, pues cuando él llegó al mundo aquellos aromas ya existían alrededor suyo, y sucedía lo mismo con la vista de aquella pacifica naturaleza, que desde pequeño aprendió a amar y respetar, pero todos aquellos recuerdos se habían opacado y encrudecido, con ya un mes transcurrido desde la invasión a su isla, en el ambiente aún predominaba el olor a muerte, aquel espantoso hedor producido por los cuerpos que jamás fueron enterrados, si no solo apilados en las afueras del pueblo, como si el simple echo de ocultarlos evitará el proceso de descomposición, pero sasuke estaba aprendiendo a ignorar ese aroma, después de todo, era la única forma de mantenerse con vida, por qué esos hombres eran asesinos de todo, absolutamente todo, el mismo bosque era una víctima más, al que día a día se le arrebataban algunos de sus preciados árboles, con la fauna y flora del lugar sucedía lo mismo, ya que a diario pequeños animales resultaban cazados para satisfacer El hambre de dichos soldados, y las flores, aquellas que decoraban la isla de una delicada forma, comenzaban a secarse pues sobre ellas se dejaban caer armas, o instrumentos de guerra o simplemente eran arrancadas para hacer espacio para las yurtas de los mongoles.
 
Sasuke pensaba en todo aquello mientras se mantenía con la vista fija al ocaso, aun le era extraño que pensaran que era un “espíritu del bosque” pero si eso le daba una ventaja, él aceptaría dicho papel, parte de sus pensamientos analizaban el por qué la comitiva que debía haber regresado dos semanas atrás no lo hizo, al inicio le preocupó, pero ahora agradecía por ello, si ese hombre regresaba y le pedía información, el no habría podido darle algo, por que sacarle información al rubio era difícil, una dificultad que aumentaba con el echo de que ese hombre era el único que entendía su idioma, y por lo tanto el unico con el que valía la pena tratar, suspiro dejando salir la tensión de su cuerpo y después observó  como algunas aves disfrutaban de la libertad que el tanto anhelaba, pues surcaban los cielos alejándose de la isla. 
 
 
- Que haces? – la voz tosca y fuerte de Naruto al hacerle dicha pregunta ya no lo sorprendió, sasuke ya estaba acostumbrado a ese hombre que parecía acecharlo a cada instante.
- Observo las aves – contesto el azabache sin siquiera voltear a verlo.
- Ya es tarde para que estés fuera – le indicó el rubio. 
- No hay ningún peligro que me impida hacerlo hasta entrada la noche – le refirió en tono seguro el menor. Y Naruto solo río por aquella afirmación.
- Ninguno – contesto el rubio – yo me he asegurado de eso. Pero aún así, es tarde, debes volver.
- A donde debo volver? – preguntó ahora el azabache con un tono confidente – a mi yurta? O a la de usted mi señor? – siguió utilizando el tono seductor, que con el pasar de los días descubrió era el mejor para manipular a Naruto.
- Si tú quieres, eres más que bienvenido a la mía – le respondió el mayor al tiempo que lo levantaba en brazos. 
 
 
Y es que sasuke comprendió que no podía dejarse a la deriva, rodeado de hombres que en cualquier momento podían acabar con el, su mente se obligó a cambiar su forma de pensar, dejando atrás los pensamientos infantiles y considerados,  ahora solo se trataba de sobrevivir, la guerra llego hasta el y no podía fingir que no se daba cuenta, y aún que en un principio no sabía cómo manejarse, tuvo la suerte de toparse con aquel hombre japonés que sin querer le mostró cuál era su lugar en dicha situación, tal vez no poseía un cuerpo grande y fuerte, no tenía experiencia en combate, pero se había echo de su estilo de pelea, uno que por supuesto aún le era dificil de manejar, pero con el que día a día ganaba poder y terreno dentro de las filas enemigas, y era cruel pensarlo, pero sabía que se había convertido en algo así como una enfermedad, que dentro del cuerpo, se incuba  sin dar molestia alguna, sin interferir con ninguna función, solo para que, llegado el momento en el que la confianza de estar sano es absoluta, la enfermedad brota atacando con tanta fuerza y rapidez desde adentro sin dar  oportunidad a salir bien airado.
 
Naruto recostó su cuerpo sobre las pieles, el azabache ya sabía lo que sucedería, así que el mismo le ayudó a quitar las ropas que cubrían sus cuerpos, aquel acto que en algún momento le  daño causándole dolor, miedo, repulsión y que posteriormente creyó podía significar algo, ahora solo era un procedimiento, un procedimiento que ya estaba perfeccionando, pues a estas alturas, sabía cómo mover su cuerpo, como besar aquellos exigentes y rudos labios, sabía que parte de Naruto acariciar para excitarlo más, e incluso, aprendió que sonidos hechizaban al rubio. 
Y Naruto se dejaba llevar por todo aquello, que sin saber o siquiera sospechar era la más placentera de las trampas, por qué para el, ese ser entre sus manos representaba la existencia de sus sentimientos, pero cómo podía al menos pensar en algo, cuando las delgadas y torneadas piernas del azabache abrazaban sus caderas, invitándolo a entrar en aquella cavidad, cuya estrechez y calidez le brindaban la más gloriosas de las sensaciones?, como negarse a recorrer con sus manos forjadas y educadas para el combate y la destuccion, la piel blanca y suave que no temía a su contacto?, como evitar encontrar en esos labios el cálido aliento de la juventud y vida que en tantas ocasiones el había arrancado pero que en secreto lamentaba, cómo parar aquellos latidos desbocados de su corazón, que disipaban de su mente todo razonamiento, para permitirle disfrutar de los sentimientos a los que en tantas otras veces no se les dio oportunidad alguna.
 
Y aquellos cuerpos se entregaban el uno al otro, besando y acariciando zonas que encendían la excitación y  el placer, por qué Naruto penetraba fuerte y desesperadamente al azabache, quien lo recibía levantando las caderas y abriendo las piernas para aumentar la profundidad de las embestidas, gimiendo sin pudor cuando el miembro del rubio tocaba aquel punto dentro de el, que enviaba un más que agradable escalofrío por todo su cuerpo,  y los besos se volvían cada vez más morbosos, dejando que sus lenguas librarán su propia batalla, intercambiando un aliento tan cálido, que parecía derretir sus vientres, hasta el punto en que ambos estallaban en un orgasmo que los dejaba con las respiraciones y palpitares agitados, con sus cuerpos exhaustos y relajados, sin otro pensamiento más que el de, disfrutar de todo aquel calor resultante, y dormir bajo su cobijo. 
 
Y el azabache sabía que justo después de aquel “ sublime” acto, era cuando Naruto estaba más desprotegido, por lo que permitía que el rubio lo abrazara contra su pecho y besara sus cabellos el tiempo que quisiera, solo para aprovechar la oportunidad en cuanto lo dejaba acomodarse a su gusto, de preguntar. 
 
 
- Mi señor,  Qué harás una vez que tengas que partir a la batalla? Me llevarás contigo, me darás a tus hombres o simplemente me dejaras atrás? – aquella pregunta ya la había escuchado en más de una ocasión el rubio.
- No tienes por qué pensar en eso – fue la respuesta de Naruto que al instante tomo una de las manos del menor y depósito un beso en ella.
- Pero mi señor, no puedo evitar pensar, que cuando los mongoles tengan a sus pies a todo Japón, tú serás uno de los hombres más afamados, sabes cuántas mujeres y donceles rogarán estar a tu lado? – volvió a insistir sasuke, esta vez utilizando un tono de dolencia en su voz.
- Tan seguro estas de que le ganaremos a tu emperador? – le preguntó ahora Naruto y sasuke asintió de inmediato. – bueno, tu estarás a mi lado, debes estar seguro de eso, aún que por un tiempo tendrás que quedarte aquí, solo en lo que nos organizamos para atacar a los japoneses – el azabache se forzó a no revelar emoción al escuchar la respuesta, no era por qué Naruto lo contemplaba en sus planes, la emoción venía del echo de que después de tanto tiempo al fin conseguía que el rubio revelara parte de los planes de su ejército.
- Pero mi señor, temo por ti, no quiero que seas herido en batalla, ni siquiera se… - el azabache oculto su rostro entre el pecho de el rubio dejando que este lo abrazara. – ni siquiera se en donde pelearas, como podré buscarte entonces? – Naruto se tensó al escuchar esa pregunta. En verdad el azabache estaba preocupado por el?, y la inocencia que le infundía el menor doblegó su corazón haciéndolo que ignorara todo sentido de alerta. 
- Debes estar tranquilo, el khan está reuniendo el mayor número de hombres posibles, se escucha que la incursión contará con el factor sorpresa, por lo que nuestros enemigos no tendrán oportunidad alguna, - le susurro al oído el mayor.- así que olvida ese tema y por qué no mejor, te dedicas a hacerme sentir bien?  -  preguntó mientras jalaba a sasuke haciéndolo que se colocará sobre el.
- Eso debería pedirlo yo – contestó el menor.
 
 
La noche pasó entre nuevos movimientos, entre nuevos sonidos de placer, y el cansancio que dejaba el sexo, el azabache no fue consciente del momento en el que Naruto abandonó los aposentos, pues cuando despertó la luz del sol ya proyectaba sombras exactamente debajo de cada objeto que tocaba, así que simplemente se vistió, el único pensamiento de su mente era lavar su cuerpo e intentar limpiar todo, deseaba borrar cada caricia y cada beso, comenzaba a sentir repulsión al contacto pero aún faltaba mucho por descubrir, y en cuanto salió dispuesto a atender sus necesidades, notó como los soldados se reunían nuevamente justo de la forma en la que lo habían hecho cuando la comitiva del emperador llego por primera vez, camino hasta el lugar, esta vez sin sigilo alguno, con un porte de soberbia por el cual ni shikamaru pudo detenerlo, Naruto lo avistó casi de inmediato, y a pesar de que uno de sus hombres le dijo al go al oído, probablemente el consejo de que retirara al doncel del lugar, el rubio no lo hizo, sasuke le sonrió en cuanto aquellos ojos le miraron nuevamente, y como falso agradecimiento a esa confianza, le dedicó una mirada sugerente por la que el rubio también sonrío.
 
El azabache solo permaneció ahí un par de minutos, la verdad es que él buscaba a alguien más, y después de recorrer aquel lugar al fin encontró a aquel hombre, que parecía también estar buscándolo.
 
 
- Es bueno verlo de nuevo – saludó el azabache.
- Si, lo mismo pienso, - le contestó el hombre – y hay algo interesante que debamos saber? – le preguntó de inmediato y sasuke sonrió.
- Si, lo primero es, hago esto solo por qué así lo quiero – el hombre lo miro con agudeza – no tiene que mentir con eso de que me sacara de aquí, por qué se que no lo hará, ni siquiera tiene idea de cuantos donceles y mujeres más han muerto en este tiempo . Lo segundo, quiero saber su nombre y su cargo, sería tonto darle información a un don nadie. 
- Entonces seré claro, tiene razón, estos bárbaros no negocian con sus prisioneros, prefieren matarlos, por lo que no tenemos oportunidad de liberados si no es hasta vencerlos, y bueno, mi nombre es kabuto, soy uno de los pocos hombres de confianza del emperador orochimaru. – termino de presentarse el de cabellos cenizos. 
- Necesito más pruebas que solo sus palabras, aún así le diré solo un poco de lo que se, - sasuke volteo a verle – ellos preparan un ataque sorpresa, están reuniendo a todos sus hombres para atacar en un solo punto, al parecer es a todo o nada, y ahora sí me disculpa, - el azabache ni siquiera se despidió simplemente retomó su camino.
- Y cuando nos darás más información – preguntó kabuto.
- En cuanto tengan el valor de venir de nuevo a la isla. – le contestó el azabache, y kabuto simplemente sonrío.
 
 
 
 
 
 
Notas finales:

Como siempre espero que no haya faltas de ortografía o nombres cambiados 

 

gracias por darle una oportunidad a este fic


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