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Amante extraterrenal {ChanBaek/BaekYeol} por JouM21_

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ChanYeol gimió en la oscuridad, sentía su cuerpo pesado y su mente confusa. Quería moverse y ver en dónde mierda estaba pero su cuerpo no reaccionaba a lo que le decía su cerebro. Podía escuchar voces cerca de él, pero no entendía lo que decían, su nariz picaba con el olor clínico en el lugar. No entendía que jodidos estaba pasando, aun cuando su mente le mostraba confusos recuerdos de luces cegadoras, del parque, los dos tipos rubios...

 

 

¡Maldición!

 

 

ChanYeol abrió sus ojos de repente pero aun no podía ver nada, algo le impedía ver. Entrando en pánico y con los recuerdos girando en su caótica cabeza, trato de moverse solo para descubrir que sus brazos y piernas estaban inmovilizados. Jadeó y se movió con fuerza tratando de liberarse de las desconocidas ataduras en él, pero parecía que mientras más se movía, más estas se apretaban. Sintió cómo el sudor empezaba a correr por su cuerpo a pesar de la corriente helada que pegaba en él.

 

Su corazón se saltó un latido cuando escucho el deslizamiento de algo y pisadas acercándose. A esos pasos le siguieron más, hasta que pudo sentir varias presencias rodeándolo. Cuando una voz habló en ese extraño lenguaje que recordaba haber escuchado, ChanYeol reconoció el tono bajo del rubio más alto del bar. Un momento después se estremeció y soltó un jadeo al sentir una mano tocando su oreja, para seguidamente gemir del dolor cuando algo fue adherido a la piel detrás de esta. Trató de alejarse del frío toque pero le era imposible por las restricciones. La mano desconocida tocó el artefacto que ahora estaba tras su oreja y ChanYeol se sintió mareado. Momentos después de que la bruma en su cabeza pasara, se dio cuenta que los seres a su alrededor estaban hablando, y sorpresivamente, aunque sabia que seguían hablando su idioma extraño, ChanYeol era capaz de entender las palabras de estos.

 

 

—Ha estado dormido por un día entero, ¿eso es normal?

 

—Es perfectamente normal si ha sido inyectado con una cantidad tan masiva del tranquilizador, Elemento 88.—dijo una desconocida voz de mujer.

 

—Estuvo bastante agresivo cuando despertó y se encontró aquí.—dijo otra voz, una mujer también.—a pesar de que estoy segura que no estaba completamente consciente, dio una buena pelea a los guardias.

 

—Sera un buen prospecto.

 

—¿Está seguro de eso, Elemento 94? —dijo la primera mujer.—es la primera vez que un humano...

 

—Estoy seguro,—interrumpió, la voz le dijo que era él rubio más alto y serio.—ahora empiecen con la revisión.—ordenó.

 

—Si, señor.

 

 

ChanYeol volvió a entrar en pánico y trató con todas sus fuerzas de liberarse y al mismo tiempo alejarse de las múltiples manos que lo empezaron a tocar. Si esto era lo que él sospechaba (que él pensaba que era bastante estúpido pero debido a situación era lo único que podía estar cerca de la verdad) estos seres de otro mundo lo habían secuestrado y estaban pensando experimentar con él. Gritó y se agitó en su lugar, las manos empezaron a vagar por su cuerpo y tocar, ChanYeol sintió que iba a vomitar o a desmayarse. Los seres a su alrededor empezaron a hablar mientras seguían con su investigación de su cuerpo. Sus medidas, peso, sexo, capacidad física, edad, salud, solo observando y tocando parecía que podían adivinar su vida. Cuando una mano enguantada en látex toco su pene, ChanYeol pensó que moriría de miedo.

 

 

—Es un macho muy dotado.—dijo una juguetona voz masculina, mientras seguía moviendo su mano por su polla cómo si fuera un juguete.

 

 

ChanYeol se sintió sonrojar por eso, pero en vez de cohibirse soltó un gruñido y se movió con más fuerza tratando de alejarse de la mano del tipo.

 

 

—Oh, tranquilo semental, yo no estoy autorizado para tocarte de otra forma que no sea clínicamente, asi que relájate.—ChanYeol se sorprendió un poco por la forma tan normal y coloquial que hablaba el hombre, por un momento pensó que se trataba de un ser humano normal, pero la situación y sus instintos le dijeron que estaba hablando con un ser de otro mundo, maldición.

 

 

—Empezaré con la inyección del suero AT96.

 

—¡Espera! ¿que...? ¿de que mierda hablas? ¿que me quieres inyectar?—preguntó ChanYeol de forma exaltada, molesto por no poder ver nada de lo que esos seres estaban haciendo.

 

—Esta bien humano, sólo es...—pareció sopesar sus palabras.—un tipo de afrodisíaco, por así decirlo.—le dijo con burla.—necesitamos medir tu, uh, lívido.

 

—¿Qué?—gritó.—mierda, suéltenme...—se exaltó.—¡suéltenme de una jodida vez!

 

—Tranquilízate, solo durara unos minutos.

 

 

ChanYeol trato de evitarlo, pero su cuello fue inmovilizado y la gruesa aguja atravesó su piel. Apretó sus dientes y trató de evitar el fuerte grito que quería salir de su garganta cuando el agudo dolor lo recorrió. Sintió el ardiente líquido correr por sus venas y el calor precipitarse por todo su cuerpo. Jadeó tratando de tomar aire cuando las manos se alejaron de él.

 

 

—¿Que..? joder—respiro con fuerza.—joder, joder...

 

 

Su miembro empezó a pulsar y en menos de un minuto estaba duro como piedra. Su mente volvió a la bruma solo que está más espesa y placentera. El líquido pre-seminal goteó de su polla y sus pezones estaban tensos, se sentía tan malditamente necesitado y caliente.

 

 

Santa jodida mierda.

 

 

—Diosa, ¿ves eso?—escucho a través de la bruma, junto al sonido de rápidos pitidos proveniente de alguna máquina.—y el medidor sigue subiendo...

 

 

ChanYeol no tenía ni una jodida idea de lo que hablaban, pero no es que le prestara demasiado atención con su cuerpo ardiendo como el infierno y su polla y bolas apunto de estallar. ¿Que mierda le habían inyectado? ningún afrodisíaco o estimulante podía ser tan fuerte y rápido, maldición.

 

 

—Mhm, su majestad estará más que complacido contigo, humano.

 

—Cuando una mano se puso en contacto con su pecho sudoroso, tembló.—no me toques.

 

Shh, relájate humano. El efecto pasará en unos momentos.

 

—¿Tal vez deberíamos revisar si aun es virgen, señor?—ronroneó la voz del tipo que había tocado su pene, ahora muy cerca de su culo.

 

 

Oh, ¡eso malditamente no!

 

 

—¡Alejas tus putas manos de mi!

 

 

ChanYeol se movió con fuerza, haciendo que se agitara la camilla en donde estaba acostado. Las manos se alejaron inmediatamente de él, un estruendo a su lado le hizo saber que había hecho caer alguna de sus máquinas que pintan.

 

 

Bien, ¡que se jodan!

 

 

—No lo toquen.—dijo el tipo rubio con su voz filosa y potente.—las pruebas han sido hechas, su trabajo ha terminado.

 

—Sí, señor.—contestaron los seres. Por las voces ChanYeol pudo decir que eran como unos cinco.

 

 

Escucho pasos alejarse y deslizamiento de lo que creía era una puerta. Segundos después sintió cómo la venda suave que tapaba sus ojos era retirada. Parpadeó tratando de acostumbrarse a la brillante habitación. Cuando pudo enfocar bien, pudo ver que estaba en una habitación completamente blanca, llena de máquinas extravagantes y camillas oscuras de cuero. Se dio cuenta que estaba atado a una de estas en medio de la habitación. Miro a los dos hombres del bar. Los rubios lo miraron fijamente con sus ojos desiguales. El más alto tenía el ojo izquierdo azul y el derecho amarillo, mientras el otro tenía el izquierdo amarillo y el derecho azul. Era sorprendente y perturbador al mismo tiempo.

 

Pudo notar que detrás de estos estaban todavía dos mujeres, sus cabellos de un extraño morado y sus vestidos de igual blanco.

 

 

—¿Que van a hacer conmigo?—preguntó con voz ronca

 

—No te preocupes Park ChanYeol.—por primera vez desde que había llegado a ese lugar lo llamaron por su nombre.—estas a salvo.

 

 

¿En serio? estaba atado, drogado y en el poder de seres de otro mundo en quien sabe donde, ¿y él le decía que estaba a salvo? y una mierda.

 

 

—Debemos trasladarlo para su llegada.—dijo el moreno.—sedenlo.

 

—¡Esperen! no pueden...

 

 

Pero era tarde, más rápido de lo posible, una de las mujeres se acercó a él con una jeringa en sus manos. La aguja atravesó su cuello y en cuestión de segundos ChanYeol se sintió desfallecer.

 

 

—¿Que quisiste decir...? ¿porque...? —preguntó en un susurro con sus ultimas fuerza, sintiendo cómo sus ojos se iban cerrando.

 

—Su majestad tenecesita, Park ChanYeol.

 

 

Volvió a decir el rubio alto, las mismas palabras que le dijo en el parque y ChanYeol de nuevo, no entendió. ¿Quién era ese ser al que se referían? ¿que quería de él? ¿porque él?

 

 

Todo volvió a ser negro.

 

 

 

*****

 

 

Cuando volvió a despertar, la venda en sus ojos había sido quitada. ChanYeol parpadeó tratando de enfocar, su vista no era la mejor, así que alguien le había quitado sus lentillas. Lo primero que pudo ver fue blanco.

 

 

¿Es que todo maldito lugar era blanco?

 

 

Se dio cuenta que estaba acostado y que lo que veía era el techo metálico de donde sea que se encontraba. Extendió la mano, pero no toco nada, no es que lo esperará. Solo jugo con ella en frente, tratando de que su confundido cerebro despertara. Movió su vista de su mano, por su brazo desnudo y miró aturdido el brazalete dorado en su bíceps.

 

 

¿Que mierda?

 

 

Se levantó con lentitud del suelo, quedando sentado. Miro confundido que solo estaba vestido con un pantalón de cuero malditamente apretado y los brazaletes en cada uno de sus brazos. Bajó la vista hacia sus pies descalzos, y tontamente movió sus dedos. Desplazó sus ojos y por primera vez tuvo una completa vista del lugar donde estaba.

 

Sus ojos se abrieron al ver las paredes de vidrio que lo rodeaban, aprisionándolo. Con desespero observó que estaba como en una especie de caja de vidrio. Trató de ver más allá de donde estaba, más lo único que tenía luz era el cubículo de vidrio, lo demás era pura oscuridad. Camino hacia el frente y lentamente acerco su mano hasta la superficie y cuidadosamente la toco. Se sentía cómo vidrio, si. Colocó su otra mano y ahora con las dos trató de empujar el vidrio, pero este no se movió.

 

ChanYeol resopló, ya enojado con toda la mierda de situación. Golpeó con sus puños, aumentando la fuerza del impacto mientras más lo llenaba la desesperación y la rabia, hasta el punto en que sus manos empezaron a doler y sus nudillos mostraron pequeñas magulladuras. Gritó su frustración cuando cesó sus golpes y se dejó caer de rodillas en el suelo con la respiración agitada.

 

 

—¿Terminaste?

 

 

Alzó la mirada con brusquedad, encontrándose con el tipo del bar, el más alto. Este lo miraba desde el otro lado del vidrio, su mirada serena y manos tras la espalda en posición de descanso.

 

 

—¿Que mierda hago aquí? ¿ que es aquí?—dijo de forma enojada, y antes de que el tipo rubio pudiera contestar volvió a hablar. —y no quiero evasivas, contéstame.

 

 

El rubio le alzó una ceja.

 

 

—Muy demandante para ser solo un humano ¿uh?—rió levemente.—me agradas, tienes valor.

 

—Jódete.

 

—Como dije, me agradas.

 

 

ChanYeol chasqueó la lengua por la actitud del hombre de otro mundo. Se levantó del suelo y cuadró los hombros, quedando en toda su altura, dándose cuenta que era unos centímetros más alto que el tipo rubio.

 

 

—¿Cómo puedo entenderte?—le preguntó, ahora más calmado. Ponerse a despotricar contra el tipo lo único podría conseguirle es que lo aten y ceden de nuevo.

 

—El dispositivo detrás de tu oreja.—el rubio dio unos toques tras su propia oreja.—es un traductor universal. Está conectado directamente con tu cerebro, específicamente en la zona del habla y aprendizaje. Te ayudará a entender y que los demás de aquí te entiendan.

 

 

ChanYeol tocó detrás de su oreja izquierda, para sentir que, efectivamente, tras su oreja había algún tipo de aparato. Lo tomó y trató de quitarlo para darse cuenta que estaba adherido a su piel.

 

 

—Auch.

 

—No lo quites, solo te harás daño intentándolo.

 

 

Por primera vez desde que llegó hizo caso de una vez a la orden que le dieron.

 

 

—Responde a mis preguntas.

 

—El rubio sonrió.—Has dormido bastante tiempo Park ChanYeol. Estamos en el planeta Exo, Doceavo planeta del quinto Universo. Hace unas horas hemos aterrizado en la ciudad de El Dorado.

 

 

Oh mierda, no entiendo ninguna jodida cosa de lo que habla el tipo, pero algo me dice que no estoy muy cerca de Seúl que se diga... Del planeta tierra, mejor dicho.

 

 

—¿Quien eres?—siguió con sus preguntas, dejando de lado que debería de estar entrando en pánico por tener una cosa extraña pegada a su cabeza, estar en quizás otro universo y que aún no sabia que jodidos hacia allí.

 

—Soy el Elemento 94.—empezó explicar mientras empezaba a caminar de un lado a otro frente a el cubículo con pasos lentos.—pero puedes llamarme SeHun.

 

—ChanYeol asintió quedamente.—creo que no necesito presentarme.

 

—No es necesario.—se detuvo para mirarlo con sus ojos desiguales.—te conozco, Park ChanYeol.

 

—Eso es lo que quiero saber.—dijo en tono neutral, felicitándose a sí mismo por su control.—¿porque yo?

 

—El Elemento Superior está celebrando otro ciclo más de vida.—comenzó a explicar de nuevo.—se organizó una celebración en su honor.

 

—¿Y que? ¿yo soy el maldito regalo de cumpleaños del tipo?—interrumpió abruptamente a SeHun medio en broma, pero con su ceño fruncido a más no poder.

 

—SeHun ladeó la cabeza, en un gesto muy humano cabe decir.—En serio me sorprendes Park ChanYeol, eres muy inteligente para ser un simple terrícola.

 

 

ChanYeol jadeó con sorpresa, no esperaba que el hombre le confesará el fin de su secuestro de forma tan normal. O sea ¿hola? lo querían entregar envuelto y con un lazo en el cuello a un ser de otro planeta como regalo de cumpleaños...

 

 

No me joda.

 

 

—Esto debe ser una jodida broma...—recostó su frente contra el frío cristal.

 

—¿Broma? no tengo conocimiento sobre ese tipo de palabra.

 

 

ChanYeol chasqueó de nuevo la lengua. No era su jodido día definitivamente. Se separó y camino en el pequeño espacio del cubículo como un león enjaulado.

 

 

—¿Y quien mierda se creen que son para hacer esto?—casi gritó.—esto es secuestro por si no sabían. ¡Me están tratando de regalar a un tipo cualquiera!

 

—No un cualquiera, al Rey.

 

—¡Y a quien jodidos le importa! ¡soy un ser viviente, tengo derechos!

 

—No, no los tienes.

 

—Paró de forma abrupta.—¿disculpa?

 

 

SeHun ladeó una sonrisa para después empezar a caminar por el lugar de nuevo.

 

 

—Los humanos son seres muy banales ¿sabes? —le dijo.—creen que lo saben todo, que ellos son el todo. Anda en su pequeño planeta verde altaneramente, pensando que son los dueños del universo, cuando en realidad se encuentran al final de la cadena alimenticia de todas las especies.

 

—ChanYeol tragó fuerte cuando el rubio volvió a reír con desdén.—¿que estas tratando de decir?

 

—Trato de decir que, tu especie es tan insulsa que no se tomó el tiempo de explorar más allá de la Luna y Marte. No saben que hay mundos llenos de diferentes especies en el universo. Al actuar como ignorantes no conocen las leyes, decretos y directrices por las que nos regimos. Y además, no están inscritos en el Congreso Interestelar de todos los mundos. Por lo cual, al no estar acoplados a nuestra "sociedad" cómo dicen ustedes, a nuestros ojos y de los demás ustedes no tienen derechos ni protección del consejo y de sus legislaciones.

 

El sudor empezó a correr por el cuerpo de ChanYeol, terror llenando todos sus sentidos. Estaba atrapado. Estaba encadenado en ese extraño lugar y sin poder objetar, porque según estos seres, su palabra no valía nada. Sintió sus rodillas temblar y tuvo que volver a arrodillarse en el suelo cuando estas no pudieron mantenerlo más.

 

 

—No puede ser...—susurró anonadado.

 

—Es lo que es.—se detuvo frente a él.—los humanoides pueden ser esclavizados y usados, intercambiados y vendidos, al no tener poder legal.—sus desiguales ojos centellearon.—deben dar gracias al Supremo Rey por su corazón compasivo, que ha prohibido la esclavitud para todos los habitantes de Exo. Más eso no significa que no haya bastardos aún haciéndolo, pero estamos tratando de erradicarlos y castigarlo por no cumplir la voluntad del Rey.

 

—Corazón compasivo ¿eh?—dijo ahora él con desdén en voz baja.

 

—Por supuesto. Agradece que el trono no esté en manos de el Elemento 12—se estremeció visiblemente.—KyungSoo no tiene corazón.

 

 

ChanYeol tomó nota de no acercarse en un futuro al despiadado KyungSoo. Espera... ¿Que mierda? ¿ya piensas en rendirte tan fácilmente Park ChanYeol?

 

 

—Suspiró y alzó la vista.—si el famosillo Rey es tan grandioso y buena persona como tu dices, ¿entonces que soy yo? ¿la excepción? porque te repito. Esto. Es. Un. Secuestro.

 

—El Rey te necesita...

 

—¿Que jodidos...? ¿que se supone que significa eso?—preguntó exaltado.

 

—En realidad, esa es una conversación que no me corresponde hacer a mi.

 

—Y una mierda ¿entonces a quien le corresponde?

 

—Todo en su debido tiempo, Park ChanYeol. Te diré que, si te comportas bien, cómo el buen humano que eres, sonríes lindamente y entretienes un momento a su majestad, te cumpliré un deseo—le sonrió con sorna.

 

—¿Un deseo? ¿en serio?—dijo escépticamente.

 

—Te doy mi palabra.—afirmó.

 

 

ChanYeol lo pensó detenidamente. No es que confiara en el tipo, pero no tenía de otra más que tener un poco de esperanza en la situación. Se levantó del suelo y miró decididamente al hombre de otro mundo, SeHun.

 

 

—Quiero volver a casa.

 

 

Esta bien, solo tendría que comportarse civilizadamente y cómo si no estuviera muriéndose de miedo por unas cuentas horas y después estos seres lo dejarían libre ¿no? Iría con el dichoso Rey y después ellos lo volverían a dejar en la tierra, en su tranquilo departamento y con su tranquila y muy aburrida vida y él solo tomaría esto como algún tipo de sueño raro que no recordaría en algunos años.

 

 

Si, eso es todo.

 

 

SeHun le mantuvo la mirada unos cuantos segundos. ChanYeol pudo ver sus ojos centellar y como el aire se volvía más denso en el momento en que este asentía con la cabeza y le daba una indescifrable sonrisa.

 

 

—Estarás en casa.

 

 

¿Porque algo le decía que cuando hablaba de casa no se refería exactamente a la tierra?

 

 

—Esta bien, lo haré.

 

 

*****

 

ChanYeol se pasó las manos por el pantalón de cuero que usaba para limpiarse el sudor de las palmas. Estaba malditamente nervioso. Joder, sentía que se iba a desmayar en cualquier momento.

 

Desde el momento en que salió del cubículo de vidrio, siendo llevado por SeHun y unos cuantos hombres más, que pensó que eran guardias o algo así, estos lo habían guiado por extensos pasillos que le hacían pensar que se encontraba en alguna clase de castillo, o una muy enorme casa. Camino detrás de SeHun mientras este le iba hablando de cosas que para ChanYeol no tenían nada de importancia, mientras miraba todo con curiosidad. Los pasillos estaban todos llenos de detalles hechos de oro (y algo le decía que eso era oro real) cuadros, mesas, pilares, y un montón de elementos hechos del mismo material. Pisos de mármol tan brillantes que podía ver su reflejo en el y exquisitas pinturas que para él solo eran extrañas formas, pero que seguro para un artista eran el santo grial.

 

El lugar gritaba ostentosidad por todas partes. Y bueno, era más que obvio que sería así, ya que se encontraba en la casa de un Rey. Siguió a SeHun y este abrió una enorme puerta que llevaba hasta una enorme sala. ChanYeol miró alrededor y jadeó.

 

Caminó hasta en enorme ventanal que había a un lado de la sala y miró con la boca abierta la ciudad de El Dorado. Y el nombre le quedaba muy bien, porque desde ahí pudo apreciar que toda la majestuosa ciudad estaba hecha de oro.

 

 

Maldición, este tipo es billonario...

 

 

Eras una muy moderna y hermosa ciudad lo que veían sus enormes ojos. Una parte de ChanYeol (la parte friki que le recordaba al ChanYeol de quince años amante de los cómics y películas de fantasía) quedó maravillado por la fascinante estructura y las diferentes naves que veía ir de aquí a allá tanto por tierra como por el suelo. Tenía que admitir a sí mismo que si tuviera una oportunidad para ir a conocerla, la tomaría sin dudarlo. Aunque la parte coherente de su cerebro (la parte seria y suspicaz de un ChanYeol de ya veintiocho años) le decía que se dejara de tonterías, hiciera lo que le dijeron que hiciera e irse como el demonio del lugar en la primera oportunidad que tuviera.

 

 

—Magnifica ¿no? —dijo SeHun, apareciendo inesperadamente a su lado, su vista fija en la ciudad.—la ciudad de El Dorado es considerada como la más hermosa de todo el quinto universo.

 

 

ChanYeol solo asintió en acuerdo. La ciudad era hermosa.

 

—Vamos.—SeHun apuntó hacia la otra puerta en la sala y empezó a caminar de nuevo hacia ella.

 

 

Con una última mirada a la ciudad, siguió a SeHun hasta la siguiente habitación. Caminaron unos minutos más y subieron unas cuantas escaleras con barandales de oro, hasta que por fin paró en unas puertas dobles del pasillo, abriéndolas después los guardias a su lado. Dentro ChanYeol pudo apreciar una muy bonita habitación. Todo eran en blanco y dorado, al igual que los pasillos y habitaciones que ya había pasado al dirigirse aquí, muebles y una gran cama con dosel, un gran armario. Parecía una habitación normal, como las de la tierra (bien, normal para personas adineradas. Para personas como ChanYeol solo de las que podía ver en películas o revistas de mobiliario y bienes raíces) pero ya sabía que no podía dejarse llevar por las apariencias.

 

En medio de esta se encontraba el hombre moreno que estaba con SeHun en el bar y un chico más bajo de cabello naranja y rasgos finos.Este llevaba el mismo atuendo de suéter blanco, pantalón y zapatos, con la chaqueta larga.

 

 

—Este es mi hermano, el Elemento 88.—presentó al moreno.

 

Bien, eso explicaba los ojos raros del mismo color.

 

—Puedes llamarme JongIn, aunque muchos me apodan Kai.—le sonrió de lado. La misma sonrisa atractiva de su hermano.

 

—Y este es el Elemento 99—presento al hombre más bajito. De cerca pudo notar que sus ojos eran verdes.

 

—Soy MinSeok. Solo MinSeok, no XiuMin, o Minnie o cualquier otro apodo que te digan estos idiotas—rodó los ojos mientras le dedicaba una pequeña venia.

 

—Uh, Park ChanYeol.—se presentó torpemente, asintiendo a cada uno.—eh, ¿qué es eso de Elemento?

 

 

Culpenlo de curioso...

 

 

—Es un rango distintivo entre nosotros.—explicó MinSeok.—distingue nuestra categoría y poder.

 

—¿Poder?—abrió sus ojos y boca estúpidamente.

 

—MinSeok rió.—sorprendente para ti, pero si, poderes.

 

—Creo que viste como el aire cambiaba a nuestro alrededor en dos ocasiones ¿no?

 

—ChanYeol asintió.—se vuelve más denso y fuerte.

 

—Exacto. Soy el Elemento Aire.—se acercó a su hermano.—Kai se teletransporta a cualquier lugar que ya haya conocido.

 

—¿Y tú?—le preguntó a MinSeok.

 

 

El hombre le sonrió con sorna. Momentos después ChanYeol sintió cómo el aire a su alrededor se volvia cada vez más y más frío, hasta el punto de que la habitación estaba helada. El alto miró sorprendido como pequeños copos de nieve empezaron a caer en la estancia. Alzó la mano dejando que esta los recogiera y maldición, eran reales. Se maravillo. Pero aun cuando era hermoso de ver, ChanYeol estaba malditamente congelándose.

 

 

—Se abrazó su pecho descubierto cuando la gélida brisa pego en él.—muy bien, entendí el punto, ¿podrías parar? me estoy jodidamente congelando.

 

 

MinSeok cerro sus ojos y cómo si nunca hubiera estado ahí, los copos de nieve fueron desapareciendo. ChanYeol discretamente se pellizco el brazo izquierdo, al sentir el ligero dolor resopló. No importa cuanto lo deseara, esto era real. El había sido secuestrado por extraterrestre con poderes tanto fascinantes cómo aterradores y ahora iba a ser entregado como una especie de regalo para su líder... bien, rey. Cómo sea.

 

 

—Entonces, ¿todos ustedes tienen alguna clase de poder o así?

 

—Elemento. Controlamos los elementos.—respondió MinSeok.

 

—Elementos, claro.—dijo el alto, aun sin entender.

 

—Algunos Exo's somos diferentes. La diosa nos dio el honor de ser los elegidos, siendo dotados con dones especiales y así estar bajo el servicio del Elemento Supremo.

 

—¿Y porque hay un Elemento Superior? ¿su poder es mayor al de ustedes? ¿Por eso es el Rey?—preguntó curioso.

 

—Si y no.—respondió JongIn, quien no había hablado mucho desde que llego.—Es verdad que cuando se es elegido por la Diosa y nuestros antepasados cómo el Elemento Supremo, algo que solo ha sucedido dos veces en la historia de nuestro pueblo, eso lo pone como el siguiente en la línea de sucesión al trono.—JongIn torció una sonrisa.—mas, tuvimos la dicha del que el Elemento Supremo fuera el primer hijo del Rey anterior. La Diosa es sabia.

 

—Claro.—espetó ChanYeol, su mirada llena de incredulidad.

 

—Y respondiendo a tu otra pregunta.—le dijo SeHun.—el símbolo de la Diosa es la luz. El rey nació con el control de este Elemento. Es el más poderoso y el segundo en estar bajo la gracia de la Diosa.

 

—¿El segundo? ¿no era el más fuerte?

 

—Hay un elemento más cercano a la Diosa y nuestros antepasados. El más poderoso, a decir verdad. Otro Elemento Superior.—respondió MinSeok, una mirada de tristeza pasó por sus gélidos ojos azul hielo.—Más, este elemento aun no se ha presentado en más de quinientos ciclos.

 

—¿Ciclos?

 

—MinSeok lo miró.—tienes mucho que aprender Park ChanYeol. Pero no te preocupes todos ayudaremos en tu acoplamiento a nuestra sociedad.

 

—Wow, un maldito segundo.—ChanYeol lo detuvo, enojado por lo que implicaba sus palabras.—yo no quiero adaptarme a su sociedad. Solo quiero regresar a mi jodida casa. Ahora.

 

—MinSeok fue a decir algo, más fue interrumpido por SeHun.—ese tema ya fue tratado con anterioridad.—miro a MinSeok.—ahora, tenemos pocos minutos para ir al salón principal para el inicio de reunión. ¿Una ultima pregunta que quieras hacer?

 

 

ChanYeol sabía que debía preguntar. ¿Que se supone que debo hacer? ¿que esperan de mi? ¿quien es el rey? ¿que pasara conmigo después de esto? y un millón de preguntas con mucha importancia para su supervivencia en ese lugar. Más, había una estúpida pregunta que no podía sacar de su cabeza.

 

 

—¿Cómo es que tienen nombres como el mio?

 

—¿Que quieres decir?

 

—O sea, se que no son de la tierra, pero aun así sus nombres lo son.

 

—SeHun parpadeó. ChanYeol estaba seguro que también pensaba que la pregunta era estúpida.—Estos nombre son la versión humana de nuestros verdaderos nombres, debido a que no los entenderás bien, aun con el traductor universal. Con el tiempo iras aprendiendo su pronunciación, pero por los momentos dejemos la versión coreana de estos.

 

ChanYeol hubiera dicho que el no se quedaría allí el tiempo necesario para ello. Pero aunque SeHun haya dicho que lo llevaría a su hogar, nunca dijo cuando lo haría. Podía ser en días, meses, años....

 

 

Joder.

 

 

—ChanYeol resopló. Estaba un poco harto de su situación.—esta bien, ¿que es lo que debo hacer cuando esté con su rey?

 

 

Los presente sonrieron y compartieron una mirada conocedora. En un momento JongIn estaba frente a el, junto a la ventana, más después desapareció, apareciendo segundos después. ChanYeol vio cómo le extendía el objeto en sus manos a SeHun quien lo tomo y caminó hasta el. ChanYeol miro la extraña guitarra que sostenía el rubio.

 

 

¿Que demonios?

 

 

*****

 


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