-¿De que rayos hablas Jeevas?
-Bueno, es que ya nos besamos y pensé que daríamos el siguiente paso en nuestra relación, me emocioné.
-Matt, el hecho de que nos hayamos besado no quiere decir que hayamos iniciado algo por lo tanto no dejaré que me metas nada por ningún lado
-¿O sea que me dejarías estar sobre ti? Oh Mello sabía que cederías antes mis encantos.
-¿Qué no tienes un juego que terminar o algo asi?
-¿Qué importa cuando por fin el chico que amo ahora es mio?
-¡Que no tenemos ninguna relación!
-Si, si, como digas mi querido y amado Novio, ¡todos estarán tan felices cuando se enteren! Sobre todo ese chico raro de los ojos rojos que intentó apartarte de mi lado. Ya quiero ver su expresión cuando nos besemos frente a su estúpido rostro psicópata.
-Matt eso no pasará, nadie puede interesarse de esto, por eso no podemos tener una relación como la que tú quieres, tengo una reputación que cuidar y sobre todo si soy el próximo sucesor de “L”.
-¡Pero yo quería ver su reacción! Eso no es justo, nunca me dejas divertirme con nada.- realmente te ves adorable quejándote; aunque no me atreviera a decirlo, estaba muy feliz de que por fin supieras de mis sentimientos y que estos hayan sido correspondidos de una forma tan bella, aun cuando tuve ese encuentro desagradable, el hecho de estar aquí contigo hace que me olvide de todo y que las marcas en mi cuerpo parecieran borrarse con cada sonrisa que me otorgas. Por favor que este momento nunca termine.
Pasaron varios días desde la última vez que ese psicópata se acercó a mí; gracias al hecho de que su habitación está bastante alejada de la mía solo he tenido que topármelo a la hora de comer pero de cualquier forma es como si no estuviera presente en la habitación. Siempre se aleja lo suficiente del resto sin hacer ningún ruido, como si fuera un mueble más de la habitación, además come muy poco por lo que siempre termina antes que el resto y se retira sin mirar a nadie, aunque todos los ojos estén posados en él. Desde que llegó se ha convertido en el centro de atención pero todos le temen asi que nadie se atreve a hablarle, por lo que lo único que se saben son rumores.
“Sabias que viene de una correccional de menores por haber matado a su familia, ¡qué miedo!”
“¿Te has enterado que el solía vender su cuerpo a mujeres ricas antes de venir aquí, ¡qué asco!”
“Dicen que habla solo como si alucinara, mejor no meterse con el”
A los niños de aquí sí que les gusta hablar, pero su aspecto es tan aterrador que no descartaría nada de lo que he escuchado y lo que pasó entre nosotros no me ayuda a creer que lo que han dicho es mentira. Porque al final, no sé nada sobre él, tampoco me ha quedado claro porque me atacaste y después me dejaste en paz sin decirme algo, no parecía el tipo de persona que dejaría de insistir tan pronto. Me pregunto si estuviste tramando algo todos estos días que has pasado lejos de mí, mejor me ando con cuidado.
-¡Hey Mello! ¿En qué piensas? Has estado muy distraído desde hace un rato y eso que tú fuiste el que quiso que viniéramos a la biblioteca un viernes por la tarde cuando es claro que deberíamos estar divirtiéndonos.
-Ya te dije Matt que el tonto de Near ni siquiera sale los viernes asi que si me distraigo un solo día, eso podría presentar una ventaja sobre él y no voy a permitir que esa pulga tenga ni medio pie delante de mí.
-Pero Mello, desde que somos pareja no hemos salido a hacer algo romántico ¿Dónde quedó el Mello romántico que me robó un beso hace días?
-Cállate de una vez Jeevas, ya te dije que no tenemos ese tipo de relación, por lo menos no ahora.
-¡Oh cierto! Ahora que recuerdo Roger me dio unos cupones por haberlo ayudado a cargar unas cajas y a que no adivinarás de que son.
-No hay nada que me logré convencer, deja de insistir.
-En la compra de dos malteadas de chocolate nos darán un pastel del mismo sabor y dos barras de chocolate, ¿seguro que no quieres esa cita?
-¿Y por qué carajo no lo dijiste antes? ¿Qué hacemos aquí? Que se joda Nate, nadie me va a arruinar una oportunidad como esa.
-Esa es la actitud mi querido y adorable Mello.- Debo admitir que el haber confesado mis sentimientos me ha traído ventajas, Matt hace de todo por verme feliz, debo admitir que es una sensación muy extraña pero que me hace sentir muy bien. Nos dirigíamos hacia la salida cuando nos vimos detenidos por Roger, quien no se veía nada contento.
-¿A dónde creen que van?
-Hey no puedes impedir que salgamos, los viernes podemos ir a donde queramos, asi que, si me lo permite hay muchos kilos de azúcar chocolatada esperándome.
- Asi se habla Mello, tenemos que llegar antes de que los cupones expiren.
-Lo siento joven Jeevas pero Mihael no puede salir debido a su castigo.
-Woh, woh, woh, ¿De qué rayos hablas anciano? Te entregué el tonto ensayo de la creación de las ventanas a tiempo, no me jodas.
-Cuide su vocabulario si no quiere una extensión de su castigo, el cual no corresponde a ese, sino al que se ganó por pelear con el joven Beyond en la cocina y que además tienen estricamente prohibido ir allí despues de las diez de la noche.
-¿Es en serio? Pero si no hice nada, fue ese estúpido psicópata.
-No hable asi de su compañero, recuerde que todos somos una familia. Asi que diríjase a la cocina porque va a ser el encargado de limpiarla esta tarde antes de la cena o me veré en la necesidad de reportar esto directamente a “L” y sabe las consecuencias que podría traer.
-Está bien, iré a limpiar su tonta cocina.
-Iré contigo Mello.
-No Matt, tú tienes que ir por esa promoción y traerme mi dosis de chocolate o perderé la cabeza y tu sufrirás las consecuencias, así que mueve esas piernas Jeevas.
-No hace falta que seas tan bestia como siempre, iré por eso. Lo que hago por amor.
-Sí, si, lo que digas.- No puedo creer que el tonto de Roger me haya amenazado con eso, es increíble que tenga que esperar aún más por mi chocolate y más le vale a Matt conseguir esa promoción, todo por el tonto de Beyond. Aún faltan varias horas para que esos bebés llorones regresen para la cena asi que por lo menos tendré paz y tranquilidad para limpiar la estúpida cocina. ¿Pero de que rayos hablo? En la cocina seguro está la reserva de dulces para cuando “L” nos visita y seguro que hay chocolates ahí, deben estar en la alacena, pero ahora que lo pienso está algo alto, seguro que si me subo a una silla podré alcanzarlo así que arrastro una el lugar y me dispongo a subir a ella, abró la alacena y ahí está mi preciado.
-JA JA JA, tonto Roger, seguro que no se imaginaba que sabría el lugar donde esconde las barras de chocolate, aunque ¿por qué están tan al fondo? Solo tengo que estirarme un poco más, ya casi. – tuve que ponerme de puntitas en la silla y estirarme lo más que pude y aun así no puedo alcanzarlo, grave error, pude sentir como mi pie se resbalaba de la silla, esto va a doler. – no me jodas.- estaba preparado para el impacto cuando sentí que unos brazos me atrapaban mientras la silla caia al piso, alguien me sostenía gentilmente como a una princesa, si de por si esto era una escena vergonzosa se convirtió en algo peor cuando me di cuenta de quién era la persona que me sostenía.
-Sabía que ibas a ceder ante mí pero no pensé que de esta forma, que adorable eres mi Mello, tan torpe como siempre.
-Lo que digas, ahora déjame bajar.
-¿´Por qué debería? ¿Acaso le molestaría a tu noviecito vernos juntos?
-Entre el y yo no hay nada, además de que eso no te incumbe.
-Claro que me incumbe cuando alguien que no soy yo se atreve a poner sus labios en tu pequeña boca. Los vi besándose ayer a escondidas en la biblioteca, eso me hizo sentir muy triste.
-Deja de acosarme y bájame de una vez.
-Lo que tu digas mi lindura.- hiciste tus brazos a un lado y me dejaste caer al suelo, debí imaginármelo, pero prefiero estar en el piso que en tus brazos. Me levanté lo más rápido posible.
-No entiendo lo que te sucede pero necesito limpiar esta cocina así que vete.
-Aquí el que no entiende soy yo mi querido Mello, ¿Cómo puedes preferirlo a el cuándo puede tener a alguien mil veces mejor.- te acercaste a mí y me arrinconaste contra el fregadero.- No puedes negar que lo ocurrido aquella vez te gustó, pude verlo en tus ojos que te gustaba ser maltratado por mí.
-¿De que hablas maldito enfermo? ¿Quién podría sentir algo además de asco estando cerca de ti? Así que hazte a un lado.- intente apartarte pero en lugar eso me abrazaste muy fuerte, pensé que me golpearías pero no lo hiciste.
-No quiero que me abandones de nuevo, no lo soportaría esta vez. Pase tantos años buscándote porque solo tú soportaste tanto como nadie más lo había hecho. –estaba tan sorprendido que no me atreví a decir ni una palabra, parecía realmente triste, inclusive parecía otra persona la que me abrazaba y no el acosador que me había humillado. Me pregunto qué tanto habrá tenido que pasar para terminar así.
-Pero entonces, un día te cansaste y te fuiste, ¿por qué lo hiciste? –comenzaste a sujetarme con más fuerza y podía sentir el dolor con el que decías esas palabras, necesito averiguar algo, así que, le abracé también. Su espalda es ancha y su cuerpo es tan alto y delgado, así que mi cabeza queda justo en su pecho. Esto sería una escena muy cálida de no ser porque el imagina que soy otra persona y yo estoy lleno de preguntas que necesitan ser contestadas.- ¿Por qué crees que me fui?- tardaste unos segundos en responder y pude sentir como tu mano acariciaba mi cabello.- Porque comenzaste a odiarme cuando hice lo que para ti era imperdonable pero nunca pudiste entender que lo hice por nosotros.
–Puedes decírmelo ahora y te escucharé.
-No puedo decírtelo aquí.
-¿Por qué?
-Ven a la media noche a mi habitación y te contaré todo.
Entonces me soltaste y te fuiste de la habitación, ¿Qué es lo que acaba de ocurrir? Estoy tan confundido e intrigado. Por alguna extraña razón quiero saber más sobre él y lo que le ha pasado, sobre todo quiero conocer a la persona que él quiere que yo sea.