Después del Ensayo – UruKi
Era una tarde como cualquier otra en la sala de ensayos. Los chicos y yo nos estamos preparando para lanzar nuestro siguiente álbum. Las cosas han estado muy tensas debido a la presión que tenemos por el trabajo, lo que, en algunas ocasiones, causa conflictos entre nosotros.
-¡Al diablo, Kai. No seguiré con esto!- dijo más que molesto nuestro bajista.
-¡Sólo te estoy pidiendo un poco más de esfuerzo, Reita. Tu todo lo conviertes en un problema!- le responde nuestro, a veces, muy estricto líder.
Aoi, como siempre, él está metido en su propio mundo, mientras yo, no dejo de mirarte mientras observas a nuestros compañeros pelear. ¿Cómo es que siempre estás tan relajado? ¿O quizás sólo pretendes estarlo? No lo sé, pero eso es algo que me encanta de ti. Ver tu mirada seria y penetrante me hace sentir emociones inexplicables.
En eso, sin querer, suelto un suspiro sin sentido, y al notarlo, volteas a verme, lo que me hizo sonrojar.
-¿Te pasa algo, Chibi?- me preguntas con un aire de preocupación.
-Ah?...ehm... No. Estoy bien, Shima. No te preocupes.
-¿Y ese suspiro por qué fue?
-Sólo estoy un poco cansado. Eso es todo.
Traté de disimular mi nerviosismo, pues, la razón de ese suspiro era que no dejo de pensar en ti, en ningún momento.
Luego de que los problemas se calmaron en nuestro grupo, decidimos dar por terminada la sesión de hoy. Cada quien se fue a sus respectivas casas, o eso creo. Realmente no sé que es lo que hacen los demás cuando terminan los ensayos.
Ya en mi departamento, lo primero que hago es ver si Koron está bien. Él siempre me recibe con saltitos y ladridos, lo que hace que me relaje mucho. Lo alimento, y mientras come, yo me doy una ducha, amo las duchas largas.
Después de un rato, salgo, y escucho que alguien toca el timbre. Sólo con una bata de baño vistiéndome, abro la puerta, y para mi sorpresa, era Shima.
-¡Shima! ¿Qué haces aquí?- le pregunté con tal curiosidad que hasta parecía emocionado.
-Sólo quería verte. Parecías algo triste hoy.
Su tono me hizo darme cuenta de que estaba preocupado, sólo que no entiendo por qué. Bueno, si estaba algo triste hoy, no sólo por las peleas en nuestra banda, sino que también me gustaría poder decirle, de una vez por todas, a Shima lo que siento.
-Bueno... Ahm... Pasa, no te quedes allí.- lo invité a pasar para que pudiésemos hablar más cómodamente.
-¿Me dirás qué es eso que te tiene mal?
-Pues... No sé cómo decirte.
Ya me decidí, se lo diré ya mismo, sólo que... ¿Cómo? No quiero que me rechace. Y si lo hace, las cosas estarán muy incómodas entre ambos, y no quiero eso.
-Ok. Te escucho.- me dice como si esperara algo de mí.
-Pues... Yo...
No pude decir nada más, ya que, en ese momento, Uruha puso sus labios sobre los míos. Lo aparto un poco de mí y me quedo viéndolo como un idiota de lo impresionado que estaba.
-¿Por... qué... lo hiciste?- le pregunto con mi corazón a mil.
-Porque ya sabía lo que ibas a decirme. Y yo siento lo mismo por ti.
Después de escuchar eso, me relajé en sus brazos mientras él volvía a apoderarse de mis labios en un beso aun más intenso que el anterior. Me encanta. Sus besos son mucho mejor de lo que imaginaba. Son como dulces de caramelo derritiéndose en mi boca. Que delicia.
Nos movimos hasta el enorme sillón de la sala. Allí, él se acuesta sobre mi y, lentamente, empieza a quitarme la bata de baño. Sus manos estaban calientes, y como recién salí de la ducha, nuestras diferentes temperaturas nos hicieron jadear. Mientras eso, su lengua se abrió paso dentro de mi boca, y comenzó a jugar con la mía. Nos separamos un momento, y en eso, él empieza a desvestirse.
Sólo con sus boxers cubriéndolo, me quitó por completo la bata dejándome completamente desnudo frente a él. En eso, comienza a estimular mi entrepierna con su mano haciendo que mis gemidos se escuchen a todo volumen. Mientras lo hace, sumerge su rostro en mi cuello y empieza a lamerlo y besarlo, se desliza por mi pecho, lame mis pezones, recorre todo mi cuerpo hasta llegar a mi abdomen, y finalmente a mi pelvis. Luego, introduce mi miembro en su boca lo más que pudo. Succionando y con movimientos circulares, dejándome completamente excitado, yo mientras sólo me dediqué a jadear ante tan delicioso placer.
Luego, con uno de sus dedos, empieza a acariciar mi cavidad, y de la nada, lo introduce dentro de mi.
-¡Ah! Shima... eso... dolió- le dije en medio de un gemido. Pues es la primera vez que siento algo así, y no pude evitar quejarme.
Se detiene de succionar mi miembro y se dirige a mi boca para darme un beso muy húmedo y apasionado. Mientras eso, siento que introduce otro de sus dedos. Me separo involuntariamente de su beso para soltar un quejido muy audible. Él vuelve a besarme de la misma manera, en eso siento como juega con sus dedos en mi interior.
Luego, saca sus dedos de mi, y empieza a quitarse su ropa interior, y mientras lo hace, me pregunta:
-¿Estás listo, precioso?- Yo sólo asentí ante su pregunta y él sonríe de manera perversa.
Él se acuesta sobre mi, se acomoda entre mis piernas, me levanta de los glúteos, y dándome un rico beso en los labios, siento como su miembro va entrando en mi lentamente. Mientras eso, mis gemidos se ahogaban en su boca, así como los suyos en la mía. Al entrar por completo, nos separamos un poco por la falta de aire, él se arrodilla frente a mi, y empieza a embestirme. Tras la primera embestida, solté un fuerte gemido, poco a poco sus embestidas se fueron intensificando, su respiración era muy fuerte y sonora, y en medio de eso, lo escuchaba decirme que me amaba. Mis gemidos resonaban en toda la habitación, mientras que sus embestidas se volvían bestiales. Era lo mejor que había experimentado en mi vida. Se sentían como olas de placer que iban y venían.
Luego, me abraza y yo me aferro a él, sus embestidas seguían, mientras que mis caderas lograron seguirles el ritmo. Ambos empezamos a jadear con ganas.
-¡Ah! Shima... Uhmm.... Te amo.
-Y yo a ti... Precioso.
En ese momento, sus golpes se volvieron más rápidos, y al escuchar la piel de su pelvis chocar con la de mis glúteos me excitaba aun más de lo que ya estaba. Luego, empieza a temblar por espasmos, eso era indicativo de que estaba por terminar. En eso, él comienza a estimular mi entrepierna con su mano, y luego de un largo rato, él termina en mi interior y yo entre nuestros abdómenes.
Lentamente lo siento salir de mi, pero permanece acostado sobre mi con su rostro en mi cuello, dejando caer su aliento en él.
En eso, le doy un fuerte abrazo por lo feliz que estaba en ese momento. Era lo mejor que me había pasado, y más el saber que fue con quien más he amado. Sí, desde que lo conocí, sentí que Shima me atraía. Decidí ignorarlo, pero no pude, el sentimiento me ganó.
Esa noche la pasamos juntos, al igual que muchas después. Empezamos una relación sin decirle a los demás, pues, no sabíamos como lo tomarían debido a la gran tensión que hay ahora entre nosotros. Pero cuando se enteren quedarán más que sorprendidos. Bueno, eso espero.