Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Serpientes y leones por Sh1m1

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Harry frotaba sus manos contra la tela de su pantalón, él era una persona tranquila. Peroestaba realmente nervioso y no quería estarlo, quería disfrutar de ese día plenamente. El más feliz de toda su vida, el día de su boda.

 

 

—Estás impresionante, Harry—le dijo Hermione.

 

Un leve sonrojo y la calidez del abrazo de su amiga le consiguieron tranquilizar un poco.

 

—¿No hay demasiada gente?—preguntó mirando por la rendija de la puerta.

 

 

—No tanta, hemos conseguido reducir mucho la lista de tus queridos suegros—le dijo Ron, si él lo decía es que los Malfoy habrían querido invitar a medio mundo mágico. 

 

 

Ellos querían algo íntimo, de hecho Draco le había sugerido no invitar a sus propios padres pero a Harry le parecía mal, a pesar de todo sus padres le querían y debían estar ese día.

 

 

Volvió a pasar las manos por sus pantalones, todo estaba bien, si Draco le veía nervioso se pondría más nervioso aún.

 

—Harry—le cogió por los hombros Ron—Mírale solo a él, estás aquí por él, por lo que sois juntos. Eso es lo único importante.

 

 

Hermione y Ron le miraban con tanto cariño que no sabría que haría sin ellos, a pesar de la distancia ellos eran su familia y se alegraba porque ambos también hubieran encontrado el amor. 

 

Escucharon la música que daba la entrada a Draco. Una vez acabó la pieza, comenzó la suya. 

 

 

—¿Listo?—preguntó Hermione.

 

Él solo asintió y ofreció su brazo a su amiga.

 

Ron les guiñó un ojo y salió antes que ellos.

 

 

Su turno, la suave caricia de la morena en su mano le hizo tomar aire, no, definitivamente no le gustaban las multitudes. Pero como le había dicho Ron solo tuvo que mirarle. Draco al fondo, era lo único que veían sus ojos.  Impresionante, perfecto y suyo; para siempre.

 

 

El amor de su vida, algo tan cursi y tan cierto. Los ojos de Draco eran como dos faros en mitad del océano, claros y brillantes, y emocionados. Harry le sonrió, solo ellos dos.

 

Sus finas manos esperándole le tomaron cuando se acercaron, un pequeño beso en la mejilla de su mejor amiga y una sonrisa sincera de esta.

 

Ahora estaban juntos.

 

 

—Soy el hombre más afortunado del mundo—le susurró Draco acariciándole la mejilla. Harry no se contuvo y le besó, levemente, fuera de protocolo. 

 

 

La ceremonia mágica ligó sus magias en un ritual tradicional, Harry no estaba muy al día de ese tipo de tradiciones pero Hermione se ocupó de todo, entra ella y Draco podrían dominar el mundo. Eran expertos en llevar todo al punto que ellos querían. Menudo par.

 

 

Sus votos fueron simples.

 

“Te amaré hasta el final de mis días, te respetaré hasta mi último suspiro, siempre juntos”

 

Pudo ver a la señora Weasley llorar, pero no fue la única. Draco, a pasar de su dureza, de aquella máscara helada que solía lucir delante de todos. Le miraba emocionado.

 

Harry tomó sus manos y recitó un nuevo voto, uno solo para él, en pársel.

 

“Amor mío, te querré siempre” 

 

Era algo que Harry solía decirle a Draco, algo que había conseguido que Draco entendiera. Y una lágrima cristalina cayó por su mejilla que Harry limpió con su mano.

 

 

—Potter, me has hecho llorar delante de esta cantidad de personas, me las vas a tener que pagar—le dijo antes de besarlo con pasión.

 

El coro de gritos y vítores no tardó en escucharse, pero a pesar de todo, de las sonrisas a sus amigos y familiares, sus ojos no paraban de encontrarse.

 

Y Harry sabía que no había habido momento más feliz en toda su vida que el que justo estaba viviendo.

 

 

Ron estaba aún emocionado y su pareja lo miraba algo sorprendido.

 

—Vaya Weasley, no sabía que eras de los que lloran en las bodas—dijo Blaise con esa mueca suya tan pícara.

 

—Cállate y bésame, es lo que se hace en las bodas—le dijo sin darle tiempo cuando ya lo tenía enganchado por la cintura.

 

Ese hombre entre sus brazos había puesto su mundo patas arriba. La atracción que había sentido por él desde el principio lo consumió, tenía algo que lo hacía volver a por más. Y no se cansaba, al revés mientras más tenía de él más necesitaba. 

 

—También dicen que de una boda sale otra—le dijo el auror, los ojos como platos del moreno le resultaron cómicos. 

 

—Gracias a Merlín que mi madre no ha sido invitada, se tomaría eso al pie de la letra—dijo gracioso el exslytherin.

 

Ron le besó la frente, su coqueto, frívolo y sexy novio era mucho más que eso y la idea del matrimonio era como un Bogart en su mesilla de noche.

 

 

—Caerás, Zabini—le dijo apretándolo contra sí—. Serás solo mío para siempre.

 

Notó como se estremecía entre sus brazos, y como lo abrazaba con fuerza. 

 

—Creo que deberíamos cumplir con todas las tradiciones de las bodas—le dijo mucho más que sugerente—. Los padrinos siempre deben tener sexo entre ellos.

 

 

—No quiero faltar a ninguna de esas tradiciones—le dijo acariciándolo.

 

 

Desde que aceptó que lo que sentía por Blaise era más que amistad había descubierto que era adicto a su cuerpo, a su manera de provocarlo y a su necesidad constante de acabar dentro de él.

 

Ya se encontraba incómodo dentro de sus pantalones y lo solucionaban pronto o su túnica no evitaría la evidencia.

 

Lo siguió a través de la gente hasta llegar a la zona donde antes habían estado Harry, Hermione y él. Antes de que se cerrara la puerta ya vio como su amante dejaba caer la túnica por su cuerpo, completamente desnudo. Cualquier ojo curioso podría haber visto toda esa piel que iba a lamer en escasos instantes.

 

 

—Esos dos no podrían ser más obvios—dijo Theo divertido a su reciente “novia”,  término que a Hermione aún le provocaba escalofríos. Aunque a decir verdad cuando lo pensaba no imaginaba a nadie más que pudiera hacerla pensar en eso. 

 

 

—¿Celoso?—preguntó ella provocadora.

 

 

Él la abrazó, Hermione adoraba sus brazos y estar entre ellos, cada vez se iba soltando con él más en público. Aunque aún le costaba, a veces pensaba porqué él seguía interesado en ella. Pero cuando la abrazaba se olvidaba de todo aquello, él sabría. Lo que ella sí sabía es que por primera vez en su vida estaba enamorada y a pesar del terror inicial ahora lo encontraba bastante placentero.

 

 

—No vas a escaparte, Granger—le dijo él besándola en el cuello.—Yo quiero mi ración de ti en breve.

 

—Cuando esos dos vuelvan nos relevarán de nuestras funciones de padrino y madrina. Mientras tanto ayúdame  a poner en orden a toda esta jauría hambrienta—le dijo besándolo.

 

—A sus órdenes, jefa—le dijo él.

 

 

Ella solo sonrió indulgente, ese hombre le gustaba en todas sus versiones, y aquella en la que era capaz de reírse de ella sin menospreciarla era una de sus favoritas. 

 

 

Charlie bebía de su copa de champán, aquel mejunje solo podía ser obra del estirado culo fino de Malfoy. No negaría si decía que a pesar de todo se alegraba en ver su amigo Harry tan feliz. 

 

Ellos habían tenido su historia, Harry era caliente como el infierno y haber quedado completamente olvidado cuando apareció “culo fino” le tocó un poco los cojones. Pero realmente ellos no tenían más que buen sexo y una buena amistad. 

 

 

Lo que le había sorprendido era el menor de sus hermanos. Jamás ni aunque le hubieran puesto una bolsa con 1000 galeones en la mano hubiera apostado por que este acabaría siendo gay. Ron era lo menos gay que uno podría imaginar.

 

Pero ahí estaba con una expresión completamente satisfecha agarrando por la cintura a su delicioso novio. Esos dos gritaban sexo con solo verlos y sonrió para sí mismo. 

 

 

Hasta la mujer de hielo Granger había caído por una de esas serpientes, aquello era digno de ver, aunque también escalofriante, si alguien le preguntaba.

 

—¿Perdona, eres Charlie?—preguntó un jovencito delante de él. 

 

Rubio y pequeño, parecía un angelito sino fuera por esos ojos cargados de una intención que le sorprendió a Charlie. 

 

¿Acaso era mayor de edad?

 

—Sí, soy yo—le dijo divertido. 

 

—Dennis Creveey—dijo extendiendo su mano, Charlie se la apretó, era pequeña y delicada pero su apretón fue contundente.

 

—Encantado, Dennis—le dijo con su más salvaje sonrisa, aquel niño no se amedrentó casi pudo verlo relamerse.

 

—Soy compañero de Ron, he oído mucho hablar de ti—dijo lamiendo sus rosados labios.

 

No sabía que le asombraba más si que fuera auror o que fuera mayor de edad. Cualquiera de las dos opciones era cuanto menos curiosa.

 

 

—Espero que todo lo que hayas oído sea interesante—le dijo acercándosele un poco más, podría ocultarlo dentro de su cuerpo con solo abrazarlo. Y aquello le resultó encantador, no solían ponerle los encantadores.

 

—Más que interesante—dijo él llevándose la copa de Charlie a los labios. Y acercándose de más a él.

 

Charlie rió por el descaro de ese muchachito, mezclaba a la perfección lo adorable y lo excitante de un modo que a Charlie se le estaba antojando probar. 

 

 

—Dennis, no serás por casualidad un ex slytherin, ¿verdad?—le preguntó de repente.

 

 

—No, yo fui a Gryffindor—dijo este divertido.

 

 

—Gracias a Merlín—dijo sonriendo aliviado Charlie. El cuerpo de ese chico encajaba a la perfección bajo su brazo mientras lo guiaba a un lugar algo más privado. 

 

 

 

FIN

Notas finales:

 

 

Lo prometido es deuda, espero que os guste y gracias a todos los que habéis leído y comentado.

 

Besos, Shimi.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).