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Un solo beso no es suficiente por YoloSwag

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Bajo un cielo cargado de lluvia. 
Destellos de flores escarlata.
Ryūnosuke Akutagawa

 


San Valentín secreto; una estrategia implementada en el CCG para que ningún investigador se sintiera excluido, y de esta manera evitar la depresión "post evento". Pero qué regalarle a una persona como su mentor. Es decir, Arima tenía una dotación de chocolates para todo un año del último San Valentín. ¿Libros? No, tenía tantos que podía hacerle competencia a la biblioteca Umimirai. Quizás, ¿corbatas? —desecho la idea casi de inmediato— cuando vivía con él, pasaba horas enteras ordenándolas, cuando vivía con él...
A pesar de tener a los quinx, le parecía que la vida tenía un perfume de soledad inexpresable. Arima nunca se expresaba con arrogancia, siempre formal y reservado, generalmente Haise no sabía que le pasaba por la cabeza, ni llegaba a comprender del todo. Pero era irónicamente  con Arima con quién tenía una conexión especial y profunda, más profunda de lo que era profesional y amistosamente correcto.
Un hecho que le retorcia las entrañas y le aceleraba el pulso.
Enfocado en ganarse un lugar en el CCG y la confianza de sus compañeros, no había pensado demasiado en el amor. Fue en el cumpleaños de Akira cuando se dio cuenta de los fuertes sentimientos que tenía por su mentor. Un amor fuerte y brutal. Como desconocía esos sentimientos, había sido incapaz de verlos con claridad hasta ese momento. Desde entonces no prestaba atención más que a sus inquietantes pensamientos.
Podía estar enamorado o solo ser una obsesión.
En realidad, es mejor ser claro al respecto; sabía que estaba enamorado de Arima, solo no quería aceptarlo, porque sabía que aceptar aquellos sentimientos complicaría su relación con él. Ya tenía suficientes rechazos y problemas como para agregar uno más a su vida.
Pero como el destino parecía odiarlo, justo el único día que tenía libre para comprar el regalo de Arima lo llamaron para una misión de vigilancia en el subterráneo de Tokio y no solo eso, quien lo acompañaría sería él.
Le dio la impresión de que le aguardaba un día agotador.
Apenas colocó un pie en el subterráneo una sensación de incomodidad se instaló en él,  como si alguien lo observara. Respiró profundamente, no cedería a su pánico irracional, y así esperó varios minutos —más por deber que por voluntad propia— hasta que finalmente apareció Arima.
Se alegró tanto de verlo que sintió el impulso de abrazarlo. Pero no lo hizo. Sus brazos permanecieron a sus costados.
Arima esbozó un saludo y sus miradas se encontraron. Por un momento Haise quedó abstraído en aquellos ojos que parecían tener la capacidad de leer sus más profundos pensamientos.
    —¿Me estás escuchando Haise? —preguntó impasible colocando una mano en su hombro. Haise desvío la vista al suelo tratando de organizar sus pensamientos, y cuando logró hablar coherentemente no levantó la vista en ningún momento.
    —Lo siento Arima-san, no lo escuché. ¿Podría repetirlo?
    —¿Estás bien Haise?
    —Sí, yo estoy bien... perfectamente bien Arima-san.
    —En ese caso nuestra misión es la siguiente; realizar búsqueda de actividad ghoul en las secciones del V10 al V13 y posteriormente realizar un informe de nuestros hallazgos.
    —Arima-san, no le parece que es una misión para novatos.
    —De hecho lo es, asumo que es una acción correctiva por lo que pasó en la junta.
    —Es injusto, no fue su culpa.
    —No tiene importancia —se encogió de hombros con una resignación algo cómica—, es algo que sucede con frecuencia, ¿podemos comenzar?
    —Sí, claro Arima-san.

***

Dentro del subterráneo el tiempo pasaba de manera distinta, en el no existía el día ni la noche. Un mundo aparte, carente de luz y calor a los que estaban acostumbrados. Haise comenzaba a sentirse algo inquieto tras recorrer una secciónción tras otra, de un vacío resonante.
    —Soy bueno guardando secretos —dijo Haise abruptamente, examinando detenidamente a su mentor mientras hablaba—, por ejemplo si usted me dijera uno nadie más se enteraría.
    —¿Quieres saber quién me ha tocado como san valentín secreto? 
    —No, yo sólo digo que me puede tener confianza.
    —Aura.
    —¿Qué?
    —Me tocó Aura. —repitió, sonriendo ante su expresión de asombro. —aun no he decidido que regalarle pero quizás el plano de IXA estaría bien.
Haise sintió una suave sensación de dolor y tristeza, mezclado con  un sentimiento de confusión y disgusto. No podía explicar a que se debía pero odiaba sentirse de esa manera. De pronto Arima alargó el brazo hacia él, le tomó la mano y la envolvió entre las suyas.
    —Tengo la sensación de siempre estar solo, incluso cuando estoy rodeado de personas —dijo como si fuera lo más normal del mundo, y tras una pausa añadió— No es así contigo. Es extraño, pero de alguna forma siempre estás en mi. Siempre
Sintió un vuelco ansioso en el estómago. Esta era su oportunidad de estropearlo todo de una manera realmente espectacular.
    —Esto.... ¿Gracias?
   —¿Se supone que debes agradecerme? —preguntó Arima, inclinando a un lado la cabeza.
    —No lo sé.
En ese momento Arima lo mira a los ojos y sonríe. Haise al verlo, esboza tambien una breve sonrisa. Un fuego helado recorrió su cuerpo, llenandolo de un deseo insatisfecho. Por un momento Haise volvió a anhelar lo imposible
Llegaron al V13 y al igual que las anteriores secciones no encontraron nada relevante —solamente materiales de construcción dispersos—, así que caminaron entre aquella desorden hasta la salida del subterráneo.
Al salir, el azulado cielo nocturno refulgía con tonos rojos y naranja. Un increíble espectáculo de fuego artificiales se llevaba a cabo en ese momento. Arima pudo ver en sus ojos que estaba entusiasmado.
    —Feliz san valetín Haise. —le susurró entonces al oído.
Haise se aparta y lo mira en primera instancia con confusión, luego con incredulidad mientras un leve y dulce dolor embarga su corazón.
    —Tú eres mi San Valentín secreto Haise. —reafirma Arima, colocando una mano en su cabeza, y alzándole el rostro hacia el suyo, lo besó en la boca. De inmediato Haise siente como todo su cuerpo se estremece mientras su propio mundo desaparece por el escaso tiempo que sus labios permanecen en contacto.
<<¿A ese sentimiento egoísta era a lo que llamaban "amor"?>>, fue el último pensamiento de Arima antes de perderse en las sensaciones provocadas por el deseo que sentía por Haise.

 


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