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Los Arcanos por MadeInJapan

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Notas del capitulo:

Yu Gi Oh No me pertenece, escribo sin fines lucrativos. Sólo para diversión.

Los Arcanos

By MadeInJapan

La Emperatriz

— ¡Que niño más lindo! Eres igual a…

El niño de ojos melados se sonrojó con el cumplido. Bajó su mirada apenado sin atreverse a mirarla…

— Joey — lo llamó el adulto que lo acompañaba. — No seas tímido — dijo con gracia

— ¿Joey?— dijo la mujer dulcemente conteniendo sus emociones. — quiero presentarte a Seto

Un niño de cabellos castaños y ojos azules de mirada analítica, que a pesar de su edad, parecía un niño de más edad de la que aparentaba, éste fijó sus ojos azules en el otro niño más bajo que él.

 

— ¡Oye! Niño rico — subiendo su tono de voz para que el otro lograra escucharlo. Kaiba estaba ensimismado arrastrándolo, prácticamente, tomando firmemente la mano de Joey, éste no tuvo elección más que soltar del brazo para que reaccionara. Sólo se le ocurrió la brillante idea con su otra mano piñizcar parte del brazo del más alto.

— ¿Wheeler? — fingiendo que no le dolió. Sólo una leve expresión que Joey vio de molestia.

— Si serás imbécil. Me arrastras como un saco de papas ¿Sabes cuántas cuadras hemos caminado? ¿Y dónde mierda vamos? — ya estaba harto el rubio ante tanta incertidumbre.

— ¿Es que acaso tus neuronas no entendieron? Tengo un principal sospechoso y tú me vas acompañar. Si es por dinero te pagaré más de veinte mil dólares, eso no es problema para mí. — dijo sin inmutarse. Para Kaiba era normal su cuantiosa cuenta bancaria, y si estaba involucrado Mokuba, podría dar hasta su propia vida.

— Ya te dije que no quiero tu dinero, pero no soy tu esclavo ni empleado para que me trates de esa forma ¡Idiota! — ya hastiado. Aguantando sus ganas de propinarle un buen golpe en su perfecto rostro.

Seto medio sonrió, tal vez por eso le molestaba o le agradaba este muchacho. Su extremada sinceridad por expresar lo que pensaba daba a entender que el rubio era un ser completamente transparente. Kaiba siempre había estado rodeado de hipócritas… quizás el mundo real con gente real no era tan malo y que no estuvieran interesados en sus millones.

— Vamos primero a mi departamento porque si vamos a mi mansión quizás el secuestrador esté al tanto. Hay un noventa y cinco por ciento de probabilidades que tenga conexión con la mansión, por algo logró secuestrar a Mokuba sin sospechas — hablando más para sí mismo que para su torbellino de compañero con un brillo azul espeluznante en sus ojos a lo que el rubio le dio escalofríos, sin embargo la gran astucia de Joey Wheeler hizo caso omiso al más alto y las energías frías que emitía su recién conocido “jefe”

— Ajá — dijo en un tono de voz como descubriendo algo. — así que eres rico.

— ¿Qué?

Ambos detuvieron su caminar.

—Mencionaste “Mansión” no soy tan tonto. Si secuestraron a tu hermano es porque eres rico — terminando su deducción.

— Hn

— No me interesan tus motivos del por qué mientes. Pero no desconfíes de mí, lo que menos me interesa es ayudar por dinero. — sonriéndole transparentemente. Joey era un sujeto muy desinteresado y desprendido de lo material.

Ante ese comentario, el empresario se sorprendió. Primera vez que conocía alguien en su vida tan desinteresado, tan honesto. Difícil creerlo, pero ahí estaba conociendo de forma cercana a un simple muchacho.

Un perro tonto. Porque realmente era un perro tonto, sencillo, honesto y ¿fiel?

— ¿Y dime cuál es tu plan? — continuó el rubio.

— Sorprenderlo — en tono arrogante y seguro, algo que detestaba el rubio de él.

Nunca nada es perfecto.

Sin embargo el “tarotista” enarcó una ceja, no supo por qué, pero confió en ese presumido. Además para sus adentros, algo le decía que este tipo tenía algo de trasfondo. Su intuición y su reciente desmayo tenían relación con él. No era tonto, podía especular alguna posibilidad, por eso se mantendría a su lado, y claro, el objetivo principal salvar a ese pobre niño. Cuando lo conoció debió admitir que simpatizó bastante con él, y un aura familiar al igual que ese creído ricachón los envolvía a los tres.

Esos eran sus verdaderos motivos para continuar ayudando a Seto Kaiba. No tenía interés en dinero ni alguna recompensa. Su interés iba más allá: a sus orígenes a esos sueños que no lo dejaban tranquilo y aquel muchacho de ojos azules podría ser una pista para que por fin pudiera descansar en paz. Dormir tranquilo.

Porque de alguna manera, a pesar de las apariencias, Joey Wheeler el muchacho vigoroso, una luz de felicidad, amistoso y alegre sólo era su disfraz.

Estaba sólo. No quiso contarle sus verdaderos problemas a Duke o Tristán. A pesar de su extrovertida forma de ser, su reservada vida privada era otro de sus problemas. Su padre murió por hundirse en el alcohol como una adicción de índole depresiva y la negación a la realidad que ocultó, y que en consecuencia, Joey siempre quiso investigar, pero no tenía más información que la que supo de la boca de su padre. Siempre estuvo al tanto que fue a causa de su madre a quien nunca conoció y ni fotos tuvo en su poder. Su padre fue un misterio así como su arte de leer las manos. Joey resultó salir igual a su padre, pero sabía que tenía otras virtudes como las de su madre que nunca conoció. Su vida no era color de rosas. Recuerdos borrosos, mal dormir y el misterio de su padre y su madre lo tenía, a pesar de su apariencia de muchacho feliz, al borde del abismo y por alguna extraña razón o presentimiento continuando al lado del muchacho bastardo podría resolver en parte sus problemas. Ni él mismo lo entendía…

Quizás el destino le tenía preparado esto.

El de ojos azules guío a su acompañante hasta un barrio de dudosa procedencia. Era el sitio más peligroso de la ciudad. Casas antiguas y edificios de construcciones de antaño. Las primeras construcciones de Domino City. Joey extrañado y alarmado debido a la mala fama del sitio miraba suspicaz a Kaiba quien éste con paso firme y seguro caminaba a cierto lugar más que conocido por el CEO.

— Oye — susurró el rubio a su acompañante. Se dispuso acercársele sigilosamente algo perseguido.

— No ladres, Wheeler ya estamos por llegar — percatándose que Joey estaba asustado. — ya estamos por llegar

— ¿Y cómo un ricachón como tú anda por estos lugares? Es que acaso no sabes que este barrio es peligroso. Hay muchos delincuentes por aquí y bandas narcotraficantes. Créeme que sé lo que te digo — afirmando lo último y recordando sus aventuras de peleador callejero con Tristán.

— Lo sé, Wheeler. Ya estamos por llegar, por aquí — sin tomarle importancia a la advertencia de Joey. Le indicó un viejo edificio de tan sólo cinco pisos de aspecto casi tétrico de apariencia abandonada.

Joey mirando por todos lados y el interior del edificio, un diseño y creación de la época de los años sesenta.

Un hombre, casi anciano, en el hall le sonríe levemente a Kaiba.

— Señor Matsumoto qué sorpresa

— Arthur — respondió quedo. Devolviéndole una mirada seria.

Joey tenía sus melados ojos abiertos como pepas sorprendidos.

¿Cómo es que un millonario tenía vínculos en un barrio pobre y peligroso? ¿Y por qué le dijo Matsumoto? Pensó Joey. Estuvo a punto de abrir la boca cuando fue interrumpido por la voz ronca del castaño.

— Muévete, Wheeler — indicándole las escaleras — es el último piso—. en tono hastiado, aunque siempre actuaba de esa manera todo el tiempo, pero hoy en especial no era normal, se encontraba angustiado, por mucho que estaba esforzándose en ocultar y estaba en su derecho. Secuestraron a su hermano y debía actuar con cautela y rapidez. De parte de Joey, tan sólo un gruñido escuchó el empresario. Llegaron al último piso y el Ceo caminó hasta la última puerta del desgastado edificio con suma delicadeza posando su dedo índice en un dispositivo abriendo la puerta automáticamente, Joey sólo se limitó a observar la acción sorprendido de cómo un edificio prácticamente del siglo pasado tenía instalado una tecnología de punta que sólo se abre con la huella dactilar del dueño. El rubio optó por permanecer en silencio, intuyó que el empresario explicaría por sí solo estas interrogantes, si le preguntaba quizás lo golpearía. Podía sentir la tensión acumulada del empresario pensando en el bienestar en su hermano, podía entenderlo intentaba ponerse en su lugar.

Kaiba le hizo señales invitando a Joey quien éste se había detenido en el marco de la puerta mirando curioso, y un poco, cauteloso el departamento.

El interior del departamento era de aspecto bastante antiguo, adornos y muebles estilo romántico y vintage, cuadros de paisajes y autorretratos de personas en el cual uno en particular le causó curiosidad al rubio. Se detuvo a observar la pintura analíticamente mientras que Kaiba se alistaba sacando un maletín metálico cuidadosamente guardado en el interior de un sofá que servía al mismo tiempo para guardar objetos.

Los ojos melados brillaban admirando un cuadro en específico de repente unas punzadas de dolor en su cabeza sintió así que sin más dejó de mirar el cuadro para tranquilizarse tuvo miedo de tener otra recaída ya era demasiado dos veces en un día. Kaiba ya terminando sus asuntos vio como el rubio estaba empezando a tener otro “malestar” tambaleándose así que sin más se dispuso acercársele y como acción reflejo lo sostuvo por atrás, casi abrazándolo.

— Wheeler, más vale que te cuides. Después de mi hermano puedes desmayarte todo lo que quieras, ahora no. — intentando ser más frio de lo usual con sus palabras. Si bien el rubio estaba transformándose en una pieza fundamental para el rescate de su hermano, verlo en ese estado casi de convulsión lo preocupaba y tuvo miedo de volver a ver lo que presenció en el parque. Pensó que después del rescate de su hermano lo enviaría a un especialista médico, sería su acto altruista de su vida.

Para sus adentros, empezaba a surgir un sentimiento de preocupación y protección por ese muchacho, sentimiento similar con Mokuba. Seto Kaiba tenía una lucha interna, conociéndolo hace muy poco no podía permitirse sentir algo así por otro que no sea su hermano. Desde el instante que conoció por primera vez a Joey, aquel muchacho gatilló contradicciones internas en el empresario, que para sus emociones poco desarrolladas las tradujo en una molestia desagradable. En un simplón y bocón. En un perro tonto, pero era mucho más que eso. Había algo más…

— Kaiba…estoy bien. Gracias por preocuparte indirectamente de mí — soltó el rubio irónicamente alejándose del agarre incomodo del más alto y continuo… — quiero…quiero…saber sobre la pintura de esa mujer ¿Es una modelo? Es muy bella— terminó la oración y pregunta jadeando aún nervioso por el reciente agarre del moreno.

Kaiba salió de su ensimismamiento por la cercanía que tuvo con el rubio durante el desmayo debido a la pregunta indiscreta.

— Eso a ti no te incumbe — frunciendo el ceño e inconscientemente observando la pintura que preguntaba el rubio—. Sin embargo, haré una excepción contigo por el rescate a mi hermano— su voz se oía aún más fría que de costumbre — Era mi madre. Ahora vámonos Wheeler.

— ¿Tu madre? — dijo en sorpresa al notar que el empresario cortó el tema u otro intento de preguntar más por ella, por ello el rubio se dispuso con otra pregunta. — ¿Entonces me podrías explicar sobre este lugar?

Escuchó un gruñido en el departamento.

— Sabía que los perros eran entrometidos. — pero para evitar que el bobo siga preguntando— sólo te diré lo necesario — Se burló el empresario. Volviendo a su actitud fría podía lograr tener ese poder de mantener sus sentimientos bajo control.

— Deja de burlarte, imbécil — apretando sus manos de enfado. En posición mostrando su puño como si quisiera pelear y caminando hacia el de ojos azules con sus piernas ligeramente chuecas y a pasos amenazadores.

— Wheeler. — cerró sus ojos virando hacía otro lado no quería que viera su expresión. — Es el departamento de nuestros padres.

Joey inmediatamente ante esa respuesta relajó su postura olvidándose de su intento de golpear al empresario. Se enderezó y volvió a ver la pintura de la mujer cautelosamente no sabía si por esa pintura o por la cercanía del castaño podría volver a tener una recaída…

— Ya veo… pero no entiendo tú… si eres millonario porque tienes una propiedad en un lugar tan peligroso

— Me corrijo Wheeler, era propiedad de mi madre

El de ojos melados abrió sus ojos en sorpresa intuyó que el apellido “Kaiba” resultó de una adopción. Pretendió preguntar más, pero al ver al castaño renuente a no revelar más información sólo asintió apenadamente. Nuevamente sus ojos melados se fueron a la pintura de aquella “mujer” sentada apaciblemente en una silla antigua, quizás en algún campo como paisaje en su espalda de cabellos castaños iguales a los de Seto Kaiba atado con una coleta de lado dejando relucir su bello cabello y un hermoso vestido amarillo. El aura que envolvía el cuadro más el particular rostro y belleza de la mujer del retrato hizo mella en el corazón del rubio sintiéndose de alguna manera reconfortado mientras que el CEO se detuvo curioso queriendo entender porque ese ese muchacho torpe admiraba tanto la pintura de su madre, pero más en el fondo el perfil del muchacho. Se veía bonito, era bonito. Una nariz respingada cabellos rebeldes de color como los rayos del sol y ojos color mieles…

Mieles…

Una figura delgada, estilizada sin embargo ocultaba una gran fuerza que podía percibir, a pesar de su apariencia. Se sintió tonto el CEO al permitirse indagar más de lo debido y extraño admirando la “belleza” en un hombre.

— Wheeler, es hora de irnos. — girando la manilla de la puerta de salida.

— Está bien, vamos a rescatar a tu hermano — dijo aun mirando la pintura de la mujer.

 

Ooo

— Cruzaste el límite… — evitando los atrapantes ojos de su amante…

— Se lo merece. El apellido Kaiba merece lo peor — en un tono bajo con un deje de odio en sus palabras.

— Pero… — giró sus ojos hacia la figura casi desvanecida recostada en un sofá. — No puedo creer que él…

— ¡Basta! — interrumpió al más bajo. — Ha sido un trabajo de años y por fin he logrado terminarlo. Ni siquiera Gozaburo se percató de mi presencia. Ahora es nuestra oportunidad — su dura mirada se endulzó atrayendo al otro, casi hipnotizado, para atrapar sus labios en su suave beso que fue profundizando más y más.

— Te amo — susurró el más bajo.

El aludido no respondió, continuó acariciando su espalda en un abrazo posesivo. Miró de reojo a la pequeña figura recostado en el sofá de la habitación que se encontraban. Su sonrisa maliciosa invadió sus perfectas facciones. Soltó al más bajo abruptamente para mirar más detenidamente el trabajo que aprendió de su mentor.

— Mi padre creó un gran trabajo y yo terminé superándolo. Mi venganza por fin se verá lograda — con una notoria emoción en su voz.

El más bajo optó por el silencio. Para sus adentros sabía que estaban mal, su gran amor estaba jugando, mucho más allá que el dinero, jugando con los sentimientos, y las mentes de personas inocentes, pero no podía hacer nada. Lo amaba y lo apoyaría hasta la muerte, aunque su amado se transformara en el mismo verdugo…

— Kaiba llegará, lo sé. Lo presiento. — separándose de su amante. — prepara los papeles ahora mismo — acariciando la mejilla de su acompañante tiernamente. — No quiero perder detalles. Este será el fin de Seto Kaiba.

— ¿Y cómo sabes que dio con nuestro paradero? — inquirió acercándose a su amor. — pediste exclusivamente cero intervención de la policía o el gobierno cómo es que pudo saber…

No pudo hablar más cuando dos dedos se posaron en sus labios callándolo.

— Porque sabía que en algún momento de su vida conocería al otro muchacho. — dijo sonriéndole.

— Aún no puedo creer en todo esto. — admitió el más bajo.

— Créelo — volviendo a posar sus labios en los de su amante en un beso corto, pero tierno. — Él debe pagar todo lo que le hizo a mi familia, a mi padre a mi vida.  Kaiba debe desaparecer. Mi familia, mi apellido es el indicado. Él debe sufrir lo que yo he sufrido. — con un rencor único.

Ooo

 

— ¿Y qué tal? ¿Está “establecido”? — preguntó en clave. El rubio no podía evitar escuchar curiosamente la misteriosa charla del engreído de Seto.

— OK, ante cualquier movimiento o aparición, ya sabes lo que tienes que hacer. — cortando la comunicación abruptamente.

Joey en esos instantes tenía una cara de interrogatorio graciosamente.

— Pareces James Bond — bromeó obteniendo un gruñido en respuesta.

— ¿Y dónde está tu hermano? Sé que interpreté una lectura de cartas, pero tu realmente estás seguro dónde puede estar — preguntó el rubio.

— Wheeler veo que no estás al tanto de mis capacidades, por algo soy el dueño…— se calló a punto de revelar información vital.

Joey enarcó una ceja.

— Veo que no estás al tanto que NO soy un imbécil. — elevando su tono de voz de enfado. — no mientas, quizás eres dueño de una empresa o algo así, no sé por qué tanta desconfianza, idiota. No soy ladrón ni divulgaré después de rescatar a tu hermano lo sucedido si eso es lo que te preocupa — adelantándose a los pensamientos del empresario. Si algo tenía Joey Wheeler era su gran capacidad de intuición.

— Además— agregó el rubio—: Si me pediste ayuda, ¿acaso no te contradices con tu forma de actuar? — Sintiendo que estaba ganando al ver como el más alto friccionaba sus puños— no le des tanto rodeo, señor bolsas de dinero, en el fondo crees en mis predicciones y no eres escéptico sobre todo lo sucedido a Mokuba. Confía. lo más importante no quiero tu dinero — terminó respirando agitadamente, escupiendo todo lo que pensaba a ese engreído.

Kaiba enfadado sintiéndose sobrepasado con su persona, no acostumbrado a que alguien lo tratara de esa forma se dio cuenta que el mundo era grande y personas como ese atrevido muchacho podrían existir unos cuantos más; sin embargo, la mirada desafiante y a la vez esos ojos mieles de Joey se le hacían familiares proporcionándole, aunque no lo admitiera, tranquilidad y confianza.

Él no podía confiar en nadie la crianza de Gozaburo le enseñó eso.

Seto debes desconfiar hasta de tu propia sombra… fueron siempre las duras palabras de Gozaburo Kaiba

Frunció su entrecejo y nuevamente esos ojos mieles lo atraparon envolviéndolo en un clima de entrega familiar. Friccionó sus puños y se decidió el empresario…

— Tienes cara de bobo, pero no lo eres… tanto—sonrió irónicamente. — Mi nombre es Seto Kaiba, soy dueño de la empresa Kaiba corporation parques de diversiones, productos tecnológicos una gama de productos que siempre estamos innovando como compañía. — terminó a grandes rasgos.

Joey silbó sorprendido

— Vaya genio que eres bolsas de dinero — dijo sencillamente. Quizás otra persona se habría arrastrado o halagándolo hipócritamente como estaba acostumbrado cuando la gente se enteraba quien era; no obstante, ese muchacho sólo mostró una leve sorpresa sin tanta parafernalia.

Definitivamente “el tarotista” le estaba agradando.

— Cachorro— se atrevió a decir el CEO esta vez y con una leve sonrisa. El rubio volvió a sentir ese deja vu ante aquellas palabras, pero no había tiempo para indagar más, un niño inocente que rescatar. El rubio hipnotizado se acercó para quedar frente a frente al más alto sin dejar de ver los fulminantes ojos azules de su compañero, quien esta vez, lo contemplaba serenamente.

— Bajemos al subterráneo, tengo un auto en mi estacionamiento privado… sé dónde está mi hermano — tomando firmemente su maleta metálica y con la otra mano haló al rubio hacia las escaleras, éste seguía aún en trance como si ya hubiese sentido sentimientos similares.

¿Por qué todo con ese ricachón engreído eran deja vu?

Había algo más de fondo que pronto averiguaría.

— Ehy no soy uno de tus empleados. ¿Es que acaso mandas hasta fuera de tu trabajo?- Mientras bajaban

— Lo único que sabes es ladrar, Wheeler — dijo en seco mientras pasaban por un pasillo hasta llegar al estacionamiento correspondiente. Encontrando al dichoso auto cubierto por una tela plateada de lo sucio que estaba. Quizás en otra época fue color blanco marfil.

— Vaya con el rico — dijo bromeando el rubio mientras Kaiba quitaba elegantemente la tela que cubría el auto haciendo toser al de ojos melados graciosamente. — Y dónde están los… BMW, niño rico…— aun no logrando detener la tos.

— Perro tonto, alguien de mi posición debe tener una alternativa para su seguridad “normal” sin tantas ostentaciones — mientras abría la puerta del auto y arreglando todo y comprobando que el auto estaba en buenas condiciones.

— ¿Por qué no vas en tus autos lujosos? — inquirió el rubio.

— El secuestrador sabe de todos mis autos mis movimientos y mis propiedades — reveló seguro. — pero esta propiedad nadie sabe de su existencia, sólo yo y… — frunció su entrecejo

¿Mokuba sabe de esto? Se preguntó inseguro. El Ceo notó que algo no estaba bien en sus memorias. Quizás los difíciles acontecimientos y su hermano no lo estaban dejando del todo cuerdo, agregándole que no durmió nada la noche del secuestro desvelándose. Atribuyó a todo aquello sus dudas si Mokuba estaba al tanto o no

— umm? — murmuró el rubio. — Entendí eres como de esos ricos precavidos que tienen su guarida secreta— dijo graciosamente.

Kaiba sólo gruñó ante lo dicho, aunque de alguna manera era cierto. Se subieron al auto

— Y dime quién es el secuestrador si estás tan seguro— preguntó el rubio con un rostro ya retador, no para el empresario, sino volviendo antaño cuando peleaba en las calles con su amigo Tristán. Ya estaba pensando en darle una buena golpiza al tipo que osó secuestrar a un inocente niño.

Mientras que Kaiba introducía las llaves del auto para encender el motor y preparando todo lo necesario…

— No sé qué pretende, pero es el único que pudo llegar así de lejos silenciosamente. Es el único que cruzó mi mente y coincidió con tus palabras.

— ¿En serio?

— Ajá.

— ¿Y ahora dónde vamos? — preguntó emocionado el rubio presintiendo que estaban cerca de la verdad

— A mi casa, en la playa a quince  kilómetros norte de la ciudad Domino. Mokuba está allá, estoy seguro – en tono veraz y desafiante. Sus azules ojos destellaron fuego haciendo que su acompañante rubio se mareara ante tantas sensaciones que le causaba el más alto.

 

Continuará…

 

Notas finales:

Hola

Un nuevo capítulo.

últimamente he estado leyendo fanfics en inglés de Yu Gi Oh, debo decir que el fandom en ingles de Yu Gi Oh es muy bueno y bastante interesante si sabes inglés en fanfiction.net hay montones de historias buenisimas de esta pareja (si no sabes inglés, no importa el traductor de google te puede ayudar) de tanto leer en el doblaje inglés de la serie Joey le dice a Kaiba "Bolsas de Dinero" lo agregué también al mío una expresión muy divertida cuando le habla y lo encontré muy Joey.

Si alguien quiere que les recomiende fanfics de esta pareja del fandom inglés me envía un mensaje 

En cuanto a mi historia bien de a poco he dejado modificaciones tratare de actualizar no sé si seguido, pero sólo sé que lo terminaré. Dehen sus rewius porque ayuda mucho al autor también. Por cada rewiy haré un abdominal xD

 


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