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Confianza por NirahGasai

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Notas del capitulo:

Hallo!

El tan esperado flash back. (?° ??– ?°)

10:07 A.M.  Mi responsabilidad supera los nueve mil. 

La fiesta había terminado, todos se iban a sus respectivos hogares. Whiss junto con el Dios de la Destrucción se despidieron cordialmente sin antes avisar que volverían por más de esos deliciosos platillos que eran creados en la Tierra.

La familia Son fue la última que quedó, ambas familias se quedaron charlando un poco más en el livining de la mansión. Pero faltaba el patriarca de la familia, Goku estaba fuera del edificio, parado frente a un viejo roble.

Su mirada angustiada, recordaba detalle por detalle lo que había pasado hace unos pocos días.

Flash Back...

Luego de haber llegado a salvo y vivos del Torneo de Poder, todos estaban cansados física y mentalmente por lo que la fiesta se haría en unos días. Pero para cierto Saiyajin no había tiempo que perder. Alejados de todos, en un rincón de Corporación Cápsula, más específicamente detrás de un árbol. Dos Saiyajines de raza pura discutían.

— De verdad Vegeta, no se como volver a tener ese poder... Creo que mi subconsciente lo utilizó por estar en grave peligro. Pero ya no sé como se activa — dijo con una mano posando en su nuca el guerrero más joven.

— No puedes seguir con tanta energía después de eso... ¿Qué? ¿Acaso absorben la energía de los demás? Como una sucia rata. — insultó de mala gana el príncipe.

— Vegeta no me trates así... — se acercó lentamente para tomarlo de la cintura — Creí que ya no me odiabas... — dijo con suavidad y una triste sonrisa. Bruscamente el hombre de cabellos oscuros se alejó.

— No me toques... ¿Y quien dijo que no te odio? Siempre voy a odiarte por todo lo que me hiciste. No eres mas que una sucia rata que logró convertirse en el ser más poderoso del universo... Y que ni siquiera sabe un poco sobre su propia sangre. ¡Y te haces llamar Saiyajin! Deberías llamarte cobarde... Porque eres eso Kakarotto... ¡Un cobarde que no puede matar a una simple mosca ni aunque tu vida dependiera de eso! Eres una mierda que acabará pronto. ¡Nadie te recordará! — las palabras hirientes salían con un filo que podría contar acero pulido como un cuchillo a la mantequilla.

El guerrero más joven, harto del trato que conseguía por parte del príncipe de su raza. Elevó su ki hasta transformarse en súper Saiyajin. Acorralando al de oscuros cabellos, tomándolo con violencia por las muñecas.

— ¡Basta! — gritó para posteriormente propinarle una fuerte cachetada en la mejilla izquierda. — ¡Estoy harto de ti y de tu puto orgullo y de tu arrogancia de mierda que llevas siempre! — estaba siendo demasiado sincero y estaba muy furioso que no midió las palabras. — ¡¿Crees que yo elegí ser más poderoso que tú?! — lo golpeó contra la corteza del árbol, recibiendo un quejido por parte del de menor estatura. — ¡¿Crees que tú deberías haber sido el campeón, el héroe de todo esto?! — la presión en las muñecas era cada ves mayor, el dolor le estaba llegando al príncipe. — ¡¿Pues adivina qué?! — con violencia abrazó su cuello con su mano derecha, subiéndolo a su altura. — No eres más que una basura que vive bajo mi sombra... Si Vegeta, escuché lo que le dijiste a Whiss... Y tenías razón... Nunca vas a superarme... No hasta que dejemos en claro quién en superior a quién... — la razón era una baga leyenda en la mente del, una vez, inocente hombre.

— Kaka--rotto... Para... — trató de articular sujetando el brazo que lo mantenía en el aire con sus manos. Las muñecas y mejilla le ardían, no podía creer que el hombre frente suyo podía ser alguien tan diferente.

— ¿Que tal si probamos quién en superior a quién? Con nuestro "entrenamiento especial" — la mirada de Goku era muy similar a la de él cuando era malicioso.

— ¡No! — gritó asustado. Sabía de qué se trataba ese "entrenamiento especial" y ahora mismo no quería seguir.

Rápidamente, el rubio lo soltó para que cayera al suelo de manera brusca. Escuchó los quejidos de su príncipe, más hizo caso omiso a sus intentos de detenerlo. Sabía que estaba débil. Sabía que no podía defenderse. Lo agarró de su muñeca izquierda y lo levantó del suelo donde yacía para estamparlo contra el árbol que solo observaba como un niño observa que todo a su alrededor es destruido. El súper Saiyajin le arrancó el pantalón azul que llevaba y en el proceso dejó marcas de sus uñas en la tersa piel del príncipe.

— Ahora verás quién es más que quién... — dijo cerca de la oreja del de menor estatura.

— Kakarotto... Por favor... Para — trataba de detenerlo con inútiles golpes que iban al pecho del rubio. Pero estaba débil, sin energía de nada, solo para poder caminar y poco más.

Goku sin mirarlo se desató su cinturón azul y se bajo lo suficiente para poder retirar su miembro de sus ropas. Con agilidad le levantó las piernas al de cabellos en forma de flama para atarlas a su cintura. El príncipe arañaba sus hombros y le gritaba que parase. Impaciente, el guerrero de mayor estatura tomó su cinturón y lo rompió en los mitades. Agarró las manos del mayor y las ató por detrás de su cabeza y con la otra parte lo amordazó.

— Si no gritas te la quito. — dijo terminando de ajustar la tela, recibiendo una mirada asesina por parte del otro.

Con todo listo, el de cabellos rubios tomó su miembro ya despierto con su mano y lo dirigió a la entrada sin preparación del más bajo. El terror inyectó los ojos del príncipe al sentir ese gran miembro amenazar con entrar. Intentó decirle que parara, pero sus súplicas no se entendían y el hombre causante del dolor no las escuchaba tampoco. Kakarotto lo sujetó por la cintura para, sorpresiva mente meter su miembro en la entrada del otro. A duras penas y entraba la mitad, pero a él no me importó, siguió dando estocadas fuertes y sin piedad hasta que la sangre facilitó la intromisión. No para el guerrero orgulloso, sino para el salvador del universo.

— Maldito... Eres muy estrecho... No te recordaba así — decía entre cortado.

Podía ver las lágrimas que anunciaban su llegada en los cristalinos ojos del mayor. Tal vez fue lastima, o piedad. Fuere lo que fuere, el joven le desató la mordaza.

— ¡Hijo de puta! ¡Sal de una puta vez! ¡Me lastimas! ¡Mierda! — eran unos de los tantos insultos y sollozos que salían de la boca del príncipe.

Lágrimas de impotencia surcaban las mejillas del mayor, las saladas lágrimas ardían lo donde pasaban. El dolor de sus muñecas, el de su cintura, que ahora yacía con moretones por el fuerte agarre, el de su entrada, que ardía cada vez que el otro entraba y salía, pero por sobre todo, su espíritu. Estaba destrozado, roto en mil pedazos, como un espejo que cae. Irreparable. La sensación de placer llegó a su límite, sin aviso, el de claros ojos turquesa acabó dentro del a dolorido hombre. Se quedó inmóvil unos minutos, para luego salir de él y verlo a los ojos. El dolor pudo más con y durante su final el príncipe se había desmayado.

Hay acciones que uno no sabe que las hace hasta que termina, acciones que perjudican a los demás. La culpa le llegó al de cabellera alborotada como un balde de agua fría sobre su cabeza. Observó con aberración las marcas que él le había dejado a su compañero.

— ¿Qué hice? — preguntó al aire, con dolor en todo su cuerpo.

Observó como la sangre mezclada con su semen recorría una carrera lentamente por las piernas del guerrero. Vio sus marcas en las muñecas, éstas estaban rojas y moradas. Mientras que la de su mejilla corrían delgados hilos de sangre. Pero la que más le sorprendió fue la de su cintura. Estaba morada y verde, con puntos rojos amenazando con salir como pequeñas gotas de color carmesí.

Asustado, tomó con delicadeza al príncipe y corrió hacía una de las ventanas abiertas que había. Buscó desesperadamente un baño donde limpiarlo y curarlo. Cuando lo encontró. Lo bañó y se bañó el mismo para quitarse todas esas impurezas. Al terminar, lo llevó a una de las habitaciones que estaba cerca, tomó el botiquín y se dispuso a curar las heridas que él mismo le hizo. Finalizado el trabajo, lo dejó dormir. El salió de allí y se dirigió con velocidad a la cámara de gravedad. Paso horas dentro, lamentándose haber hecho todo lo que hizo. Él no era así, algo simplemente lo controló e hizo esas horribles cosas. Es verdad, estaba harto de esa actitud que tenía su príncipe con él, a pesar de haber estado juntos en más de una ocasión el hombre parecía no cambiar, luego de entrenar terminaban (casi siempre) haciéndolo cosa que a él no le molestaba en lo absoluto. Pero luego de terminar, simplemente se marchaba sin decir nada.

Bulma estaba buscándolo porque ya tenían que irse y cuando descubrió que la cámara de gravedad estaba encendida pero su esposo estaba durmiendo, avisó a Milk que lo había encontrado. Cuando entraron, pudieron ver como Goku golpeaba sin cesas una de las paredes de la cámara, sus nudillos estaban sangrando pero él no paraba. Su familia se alertó e inmediatamente lo sacaron de allí, su mujer lo reprendió por irse sin razón pero antes de seguir pudo ver en los ojos de su marido tristeza y culpabilidad. No había visto esa mirada en años, de hecho nunca la había visto. Con ayuda de la peliceleste lo llevaron a la sala de emergencias ahí su mujer lo empezó a vendar bajo la mirada de su hijo mayor y amiga.

— ¿Goku qué te hiciste? Esta bien que seas un Saiyajin y todo eso. Pero, para que llegues casi a romperte los nudillos ya es demasiado ¿No? — preguntó su amiga de toda la vida.

Y era cierto por poco y se los quebraba, estaba tan concentrado en sus lamentos y culpas que se olvidó por completo del dolor.

— No me merezco este poder... Le hice daño... Está lastimado por mi culpa... — decía oraciones que las féminas no entendían.

Pero que su hijo mayor si. Gohan pudo sentir el ki de su padre y el de Vegeta muy cerca, creyó que hablarían sin más pero cuando sintió el súbito cambio de energías se imaginó lo peor, y lo peor estaba pasado. Su padre violó sin compasión a su compañero y amigo de pelea. No podía creerlo.

— Ahora me va a odiar... ¿Por qué lo hice? ¿Para demostrarle qué? Soy un idiota — decía con la mirada baja.

Su semblante era de pura tristeza. Bulma, al ser una mujer tan inteligente creyó descubrir la situación, más no quería hablar porque la mujer de su amigo se volvería loca y ella no estaba segura de lo que había pasado.

Fin de Flash Back...

— ¿Goku? — escuchó la voz de Bulma del otro lado de la puerta. — ¿Podemos hablar? Como amigos... — pidió con tranquilidad.

El aludido abrió la puerta para mirarla a los ojos.

— Soy un idiota Bulma... Yo — no podía seguir, no quería que su amiga supiera lo que había hecho.

— Goku. — la mujer lo miró a los ojos determinante. — No importa lo que me digas... Solo quiero saber la verdad... Quiero saber quien le hizo eso a Vegeta... —

 

 

To be continued...

Notas finales:

Espero les haya gustado. 

Dentro de poco tendrán el tercer cap. (Tal vez hoy a la tarde o mañana).

Auf Wiederehen!!


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