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la cerveza de mantequilla ya no sabe igual por alex solano

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Draco


 


Oh, maldito seas, despertador del demonio, sí es muggle ¿y qué?, no me sale bien el hechizo, soy muy hipócrita en mi opinión. Hace unos años creía que son seres inservibles pero ahora me salvan la vida, ¿Qué irónico no?, ya veo porque Arthur Weasley le gusta estas cosas. Admito que la apariencia de estos objetos no es la mejor, pero tienen su utilidad. Hay significados diferentes a nuestro mundo, pocionista allí es químico, científico o ingeniero, no sabía nada de la gran variedad de elementos que conforman el mundo, como el calcio, bario, potasio, el argón o helio. Scheffer, gran pocionista hijo de muggles, para mis profundos pensamientos secretos, es un todo un ídolo, aplicar la magia con principios científicos muggles le sacan su provecho, la picadura de un Doxi ya no fue tan fácil de curar, incluso después de semanas de la mordida, esas cámaras del ahora que toman fotográficas a colores vivos, o esos cómodos transportes aéreos gigantes de los cielos, ya saben, la escoba gigante que los muggles utilizan, pero por dentro mucho más cómoda. Ya sabiendo esto, tengo unas malditas ganas de lanzar el despertador de Voldemort a la pared, para que se parta en miles de insignificantes pedazos, porque si algo estoy de acuerdo con los muggles, es que son tan irritantes como necesarios para despertarse.


Comenzando mi rutina desde las cuatro de la mañana, tomo unos simple pantalones muggles deportivos y una camisa sin mangas, los zapatos raros que llaman tenis me los pongo en los pies, no quisiera ensuciar mis zapatos o mocasines de charol. Salgo de las mazmorras afuera del castillo, en el huerto del guardabosque, deduzco que son las cuatro con cuarenta minutos por la posición de la media luna en el cielo oscuro. Le doy una rápida mirada al potrillo que duerme parado al lado de su madre, no puedo evitar recordarme a mí mismo cuando mi madre enfermaba, los black tienden a padecer enfermedades conocidas muggle, como la epilepsia, Parkinson, malaria o cáncer.


Dando un precalentamiento, comienzo a trotar por el espeso bosque, una rutina que he adquirido desde los 14, no sé si tendré de esos síntomas como el TDAH, como la hiperactividad, pero llego un punto en que no puedo dormir y necesito gastar esa energía, en vez de vagar como fantasma por mi cuarto salgo a correr. Un Malfoy no suda ante la sociedad, por eso la hora es buena para hacer actividades extracurriculares, fuera de la rutina de un perfecto Malfoy. Mi padre hace lo mismo, fue el que inculco tal actividad, todo Malfoy debe tener porte firme, altura, estar en forma para complacer a la pareja en intimidad, tal caso que mostrar a los viles ojos de la sociedad nuestro cuerpo, como reuniones que involucran aguas termales o fiestas en la playa, estar en cincelada forma, ser el modelo perfecto para un escultor que quieran retractarte en piedra, pero claro, todo lo anterior lograrlo sin que las personas se den cuenta, tener escultural cuerpo sin sudar o trabajar en ello, no se hace si no que nacemos con ella, algo ridículo por cierto, porque es más que obvio que hacemos actividades como esa, ¿pero quien soy yo para contradecir filosofía de cientos de años?...nadie.


Me detengo un poco al llegar a las orilla del lago negro, comienza a amanecer, las cinco con veinte, al agua calma el corazón latiendo, y la brisa fría me hace reír.


-¡maldito caballo! ¡Deja de pincharme con ese maldito trinche!-


Claro que toda tranquilidad es eclipsada por el jodido caballo, pinche cuerno del demonio, estoy seguro que me dejara marca en la espalda.


-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con tu madre?- mejor llámenme loco, porque estoy hablando con un animal.


Da golpes a la tierra con su casco de oro, levantando las rocas y la tierra, relinchando como ansioso, doy gracias a la empatía que tengo ahora, porque si no estaría peleando por más de una hora con un caballo.


-¿quieres correr?- relincha en contestación, supongo que no soy el único agobiado y querer algo de esa sensación de libertad en su rostro.


Comienza el trote el unicornio adelante, con esa mirada negra que estoy seguro que se burla de mí, oh, maldito seas, no sabes con quien te metes.


El trote comenzó aumentar que en un punto es una carrera alrededor del lago negro, al ser tan grande y no tener tanto tiempo no se puede correr una vuelta completa. Nos detenemos en la mitad y damos media vuelta de regreso, rio divertido al estar a la par con el unicornio a mi lado, corriendo por el camino un poco empedrado cerca de la orilla del lago, casi despejado, dándome a la cara los primeros rayos de sol de la mañana, una sensación de libertad, de felicidad compartida con el jodido caballo, una sensación muy comparable cuando vuelo en mi escoba encima del agua.


La carrera no para, adentrándonos en el bosque dando vuelta por alrededor de la zona del castillo, directo a la cabaña del guardabosques.


-oh bendito seas Merlín, trágate por ese hocico mi victoria maldito caballo, espera a que te convierta en bolso de mano-jadeo cansado sosteniéndome en mis rodillas, el unicornio que se le nota cansado se echa en el suelo con respiración algo apresurada, por el sol debo deducir que son las seis con cuarenta minutos de la mañana.


-gran carrera- me hace brincar de susto en mi lugar.


-profesor Lupin, buenos días-


-supongo que olvidaste lo que te dije ayer-


Oh mierda...


-esa mirada me dice que si-


-discúlpeme, es que se me paso el tiempo-


-no hay problema, aún hay tiempo para que inicien las clases, comencemos ahora mismo, como estas vestido está bien-


 


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Harry


 


Todo horario escolar tiene ciertas materias que odias con todo el alma, materias que por mucho que te esfuerces no conseguirás una nota alta, estar en una batalla casi imposible de ganar por quedarse despierto, o simplemente hallarle el sentido. Aritmancia no es lo mío, claro que no, los malditos números jamás han sido lo mío, ¿Por qué diablos estoy en esta clase?, oh claro, Hermione me obligo a tomarla, además claro que uno de los básicos requerimientos para tener alguna profesión digna se debe pasar esta clase, tal vez con un extraordinario es suficiente.


Como primer materia a primera hora tengo unas malditas piedras atadas en los parpados, que me pesan, no dormí muy bien, claro que no, ¿Quién lo hace estos días?, un basilisco arrastrándose por ahí no es nada agradable, hasta ya me da miedo abrir los ojos en la mañana y lo primer que vea sea los ojos rasgados, anaranjados rojizos de aquella serpiente.


Pero te gustaría que fueran unos grises


Maldita mente traicionera, y maldito sea el color gris, es el color de medusa últimamente, quedarse en piedra boqueando mirando a los ojos a Malfoy es un buen ejemplo. No ayuda que este para comerse este año, claro que no soy ciego, estoy curado de mi miopía, pero me gusta conservar los lentes.


El sueño definitivamente me pasa factura, creí que la psicosis con Malfoy había terminado, pero donde hubo fuego hay cenizas.


Ya he leído en un libro por hay una historia de amor homosexual, ya he visto la estupidez de ron en todos estos años por Hermione, y puedo decir que toda esa mierda comienza con alguna tensión sexual, o eso es lo que creo, o siquiera una atracción. Pero aclaremos algo primero, Malfoy para nuestro pesar es un maldito modelo griego, ¿Dónde quedo ese niño en aquella tienda de túnicas ingenuo?, ni siquiera hay sombra de ese, debe ser los genes Black. Otra cosa aclarar es que por muy niño pomposo bonito, toda esa belleza hipnotizante cae cuando sabes su verdadera cara, habla claro la voz de la experiencia, pero aun así Malfoy no sale de las fantasías de las pajas.


Bien podría decir que Malfoy fue uno de esos modelos masculinos por la cual soy bisexual, ya lo he visto en la duchas, pero no se lleva todo el crédito, Cedric no estaba nada mal cuando se desvestía, me sorprendió que fuera gay, y Cho claro su tapadera. Mi primera paja fue él mismo que me la hizo, un brindis por él, claro que un beso que otro pero nada más, era joven pero no idiota e ilusionado. Pero después de eso ninguna acción con otro chico, pero se quién soy.


Esto me lleva a la siguiente pregunta, ¿Qué demonios estoy haciendo?


Como vil acosador escondido entre la paja, mirando a Remus que habla con Malfoy a la lejanía, claro con la estatua a su lado, muy fea a mi opinión. Pero eso no es lo importante, si no que el maldito engreído se ha quitado la camisa.


Ya he visto cuerpos masculinos muchas veces, en las regaderas después de un partido, mi bisexualidad es aun confidencial entre Hermione y ron. Estar adentro no puedo evitar mirar los cuerpos mojados, los hombros y la espalda. En tercer año siempre me preguntaba por qué quería ser abrazado por ellos, claro que no falta comparar miembros, un ritual masculino que siempre se da en la esquina izquierda de las duchas, presumiendo que tan dotados están, juran ser heteros pero eso no es muy hetero. Mclaggen está de buen ver, maldito narcisista pero con resultados, algo cincelado, y con un excelente allá bajo, ron es como mi hermano, yo no lo miro con otros ojos, Seamus es otra historia, tonificado y normal, seguido de Deán y algunos más. Yo estoy orgulloso por lo que tengo, no estoy tan marcado pero me gusta, estoy contento con lo que me dio la vida, mi miembro es normal a mi parecer, ya saben, tamaño promedio. Los heteros gryffindors se le dan por espiar en las regaderas de Slytherin, ya les he gritado eso es muy gay haciéndolos sonrojar, me han comentado las malas lenguas de ese grupo, que Malfoy no tiene nada de qué avergonzarse, la maldita tentación con hormonas y coctel de curiosidad me abofetean, pero soy fuerte como piedra, pero los comentarios de cincelado y grande siempre hacían eco en mi cabeza.


Oh eres un perra curiosidad, toda leyenda es cierta, el Draco-no sudo ninguna gota-Malfoy está a buen ver, piel pálida, sin ningún lunar, hombros anchos, demasiado por su bien, nada que envidiarle de los brazos, el pecho todo sudoroso, y ese abdomen, de escultura, tanto que ya he me imaginado pasar la lengua por ahí.


Todo lo anterior conlleva a la siguiente pregunta, ¿Por qué diablos no me golpeado con la puerta?, es muy hermosa, tentadora, mira ese perfecto lijado en la madera, ese color...esa anchura, esa firmeza, perfecta para que yo lo golpee una y otra vez mi cabeza. Esos golpes son dedicados a la querida vida que tengo, el maldito basilisco, la necesidad de conocer más a Malfoy y el vacío.


-¡Harry!- maldita sea mi suerte, pero es obvio que Remus me salude cuando sabe que estoy en la paja, no hay que olvidar ese olfato y oído de temer, creo que incluso desde el principio sabía que estaba lamiendo con la mirada a Malfoy.


-¡Remus!-devuelvo el saludo con toda la dignidad que me queda.


-Potter-saluda Malfoy con la mayor educación que tiene hacia mí.


-Malfoy-


-Harry, pensaba que tal vez podría invitar a Draco a la fogata de esta noche-


-¿Qué?-


-concuerdo con Potter ¿Qué?-


-Remus esa fogata es para honrar a sirius, solo los que lo conozcan tienen derecho a eso-


-pero no creo que tenga de malo invitarlo-


-¡no! ¡De seguro Malfoy lo odio!-exclame enojado.


Volteamos la mirada hacia Malfoy que se ha apartado con el potrillo a otro lado del huerto.


-Harry...Draco nunca lo odio, sirius igual-suspiro.


-¿ah?-


-solo dale una oportunidad, no tiene amigos, no quiero que este solo, tal vez puedas llevarte una sorpresa, pero discúlpate, eso fue grosero de tu parte-me palmea el hombro dando media vuelta a la cabaña.


Mi orgullo y dignidad es una de las pocas cosas que conservo, el ir con Malfoy seria perder mi orgullo y disculparme seria perder toda la dignidad que me queda, pero hay una tercera que es la culpa junto con el maldito corazón noble que tengo, ¡maldición!


-Malfoy-llamo una vez que estoy a unos metros de él.


-¿ahora qué quieres?-gruño con esa mirada gris oscureciéndose.


No mires nunca a los ojos, tal vez si puede tener ese poder de convertir en piedra con la mirada.


-mira...actúa como un idiota hace unos minutos ¿de acuerdo?, me disculpo y todas esas mierdas-


-es la peor disculpa que me han dicho-


-estoy perdiendo mi dignidad Malfoy, no quiero jugármela toda-


-mira pu-


-mira nada, esta noche a las nueve en este lugar, hará frio, lleva algo para compartir, dulces o lo que sea, no acepto replicaciones y adiós-¿dignidad? ¿Oh donde estas dignidad?


 


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¿?


 


La luz de la luna entre los barrotes es como bello retrato para los ojos, una luz poco vista que parece una leyenda en aquella prisión, fría que parece cruel que no quiera matarte de una vez si no torturarte de hipotermia. El choque de las olas ya no es tan irritante y la pequeña vela prendida a su lado es como el fuego de Prometeo, glorioso y única fuente de calor para aquel hombre.


Lucius...


Alzo la cabeza examinando la celda por todo rincón.


Lucius...


-déjame...-susurro


Lucius...


Aquella voz es tan familiar que le aterra, le desespera, odiando sentirse arrinconado a merced de aquella presencia.


Lucius...


Aquella presencia que pronuncia su nombre en canturreos no es más que música del infierno.


Se tapó los odios recitando hechizos en susurros de sueños, siendo un lugar que no puede hacer magia no le impide tratar de callar aquel sonido.


El silencio en la celda no le pareció mas tranquilizante, suspirando cansado se recuesta un poco contra la pared.


-Lucius-el hielo moriría de envidia por lo frio que estaba.


-¿Qué quieres?-como todo Malfoy hay que autorregularse lo más que se pueda, sin decaer ante la presencia ajena.


-oh Lucius...luces cansado-


-déjate de rodeos y dime porque está aquí-


-¿Por qué más seria?, restregarte en la cara que lo conseguí-


-¿Qué?-jadeo el peliblanco.


-lo conseguí Lucius...todo el plan comienza a realizarse como es debido-


-Euriale...lo que este mundo esta infestado es de malditos héroes-


-patéticos por cierto-siseo divertida.


-patéticos que derrotaron a tu antiguo amigo el señor oscuro-


-¿Tom?, fue muy agresivo, los hombres siempre lo son, todas esas mierdas de sangre puras jamás las entendí y ni me importa-


-Harry Potter, estoy seguro que será una piedra en tu zapato-


-reconozco que el chico tiene lo suyo, pero si planea derrocarme...créeme que no la tiene fácil. Todos esos malditos héroes que dicen admirar no son más que hombres que no entienden nada...ya es hora que los monstruos salgan a la luz-


-estás loca-


-mejor alégrate, para Draco sería un gran favor, pero no nos desenfoquemos, tu hora de pagar ha llegado-


Las sombras se extienden y parecen vivas ante la leve luz, como si no fuera nada aquella pequeña flama, delicada e insignificante.


-lástima que termine todo así...me hubiera gustado que estuvieras entre mis queridos acompañantes en mi jardín- se evapora en el aire aquel espectro.


Desesperadamente con la punta de sus grilletes dibuja en las paredes su última palabra, trazando desesperado las letras antes que el tiempo se acabe.


-Te amo Draco-


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