-. Sean todos bienvenidos a esta dichosa ocasión, es para nosotros un privilegio y un placer el contar con tan noble concurrencia, por favor tomad vuestras copas y brindemos por este feliz momento.-
Esto decía a voz alta el maestro de ceremonia, así como fiel y noble conejero de su majestad, agradecía a propios y extraños por acompañar a el rey en este importante suceso en el cual se desposa y así asume con más sobriedad y templanza el liderazgo de su nación, la bella novia brindaba con los invitados y saludaba a sus amigos y demás con una gentil sonrisa, una linda joven de ojos gris verdoso, de piel morena clara y cabellera color caramelo, una mujer sumamente hermosa. Los demás que acompañaban a su majestad sonreían más en su mirada se veía un deje de pena, la tristeza de que no todo es como debería y sobretodo el ver el rostro de su señor sumamente frio e indiferente a todo lo acontecido, para alguien quien siempre mostro un corazón cálido y con esa tibieza que reflejaba su alma al sonreír siempre transmitiendo alegría y confianza, más en esta ocasión aunque su boca esboza una sonrisa y sus ojos muestran tranquilidad y seriedad la verdad está más allá de la comprensión de aquellos ajenos a su majestad el Maou.
-. Su majestad, ¿A dónde os dispone a ir? Vuestra fiesta aún no termina y no ha iniciado con la danza tradicional entre esposos, usted sabe que es un requisito más para consumar vuestro enlace, además Lady Berenice os aguarde al centro del salón .-
Decía con voz serena y baja su escolta personal quien le sostenía de un hombro mientras daba sus felicitaciones y en un solemne acto de apoyo moral de daba un cálido abrazo, su majestad solo exhala con pesadez se detiene un poco solo para dar un aliento más profundo como buscando fuerzas y seguir con todo aquello, agradece la preocupación de su escolta y asiente con la cabeza, con una evidente sonrisa que oculta el pesar de su ser va donde la bella Berenice que le espera realmente feliz por haber contraído nupcias con su majestad, El Maou le toma de la mano y le acerca a él con la otra sujetándole del talle, inicia pues así con gran cadencia y soltura la danza y el baile real de los recién casados, todos los invitados se alegran por la pareja y sonríen no hay dama más fina y elegante en todo el reino que podría haber sido elegida para tan alto honor.
Mientras están bailando la mente del monarca parece dispersa, como si estuviese en otro lado, su mente viaja años atrás a un momento similar en su historia.
Flashback
-. ¿Cómo es posible esto? Anda levanta más el mentón, sujeta mi cintura con más firmeza, vamos a empezar otra vez, un, dos, tres, un, dos, tres, un, dos tres y cuatro y giro, un, dos y un, dos, hacia atrás, otro giro más, ¡Por Shinou, haz más palanca en tu pie derecho cuando giremos! .-
Decía el acompañante de su majestad mientras le mostraba como debía realizar la tradicional danza Mazoku, pues llegado el día que el Maou contraiga nupcias deberá ejecutar dicho baile a la perfección, más parece que el monarca poseyera dos pies izquierdos.
-. Esto es muy complicado, ¿Podemos descansar un poco por favor? .-
. - ¡¿Há?! Si sigues descansando cada 5 minutos nunca aprenderás a hacerlo bien, además no puedo creer que a estas alturas no hayas podido aprender tan sencillo baile, no me imagino si te muestro una danza más completa, eres una vergüenza como Maou-.
. - ¡Ya lo sé, ya lo sé! Soy un fracaso para esto del baile pero debes tener me algo de paciencia, apenas hace poco que empecé con todo esto de las tradiciones de este lugar y aun no me acoplo del todo, además…-.
. - ¡Hum! Simplemente inaceptable, está bien por hoy hay que dejarlo ya, después de todo no es como que si fuera ya la fecha previa a la boda, además ya es tarde, tengo que irme la tropa me espera, nos vemos mañana-.
. - ¡¿Eh?! ¿Otra vez te vas de brigada? ¿Por qué no me lo dijiste antes? Me hubiera gustado acompañarte esta vez -.
Respondió el Maou algo pesaroso al saber que su compañero partía una vez más a las fronteras, parecía ser que su compañía le era muy grata y su presencia daba paz a su corazón, estaba tan acostumbrado a su presencia, quería decirle algo pero siempre había algo que lo impedía su majestad solo se quedó mirando cómo se marchaba su acompañante y le dejaba en soledad en medio de ese enorme salón.
FIN DE FLASH BACK
La música se detuvo y la danza dio por terminada, el monarca agradece a su Reyna con una reverencia y va de regreso a su asiento mira de reojo hacia la entrada principal esperando encontrar a una persona entre la muchedumbre más nada pasa, todos los invitados no se percatan que su majestad no está atento a su propia celebración, la Reina Berenice sonríe y sigue conviviendo con los demás invitados, su majestad exhala con un deje de cansancio, su mirada clavada en una copa le toma y juega con el contenido de este dando giros al licor, mientras mira por el cristal, cuando de repente se abrían las puertas principales del salón y una figura señorial se hacía notar, esa indiscutible belleza en su rostro, esa dorada cabellera, ese par de gemas esmeraldas y sobretodo esa sonrisa al irse aproximando hacia su soberano, con cada paso que este recién llegado daba un vuelco daba el corazón del Maou.
. - ¡Majestad! Os ofrezco la más humilde de mis disculpas, me había sido imposible el estar en vuestro enlace más el Shinou ha sido benevolente y generoso y ha permitido a mi caballo acelerad el paso y acortad los caminos que me reúnen con vuestra excelencia, recibid de mi persona y de las humildes tierras de Bielefeld mis más amplias y dichosas salutaciones para mi Señor y vuestra hermosa Reina-.
El representante de Bielefeld, postrando con rodilla al piso y mostrando absoluto respeto y devoción a su monarca expresaba sus felicitaciones y mostraba una vez más su compromiso para con el mandataria de estar a sus servicios, el Maou, sonríe de medio lado aunque está sumamente feliz de verle estas no eran las condiciones en las que es hubiese querido encontrarle así.
. - Nos alegra el que haya podido llegar a tiempo y acompañarnos en este maravilloso día Lord Von Bielefeld, mi amado esposo y yo se lo agradecemos, por cierto… ¿Cómo se encuentra vuestro tío? -.
. - Mi Señora, agradezco su interés y preocupación para vuestro humilde siervo, mi tío Lord Baltorana lamenta no haber podido venir, su salud aun es delicada, es por eso que dentro de poco yo asumiré por completo el mando de las tierras en Bielefeld, contando siempre con vuestra aprobación, mis Señores -.
Respondía con un deje de preocupación y tristeza Lord Bielefeld mientras seguía postrando su mirada al piso, recordando la enfermedad de su querido benefactor, su querido tío Baltorana, más otro punzante dolor es el que le impedía mirar directamente a los ojos a sus monarcas, un dolor que quería ocultar tras una afable sonrisa y una actitud solemne y en todo momento tratando de mantener un margen entre él y su majestad.
El escolta del Maou mira con pesar la escena, no sabe si siente más pena por su majestad, por ese chico que postrado a sus pies muestra sus respetos o por aquella linda joven que ignora la verdad de todo ello.
Lord Bielefeld, hace una reverencia y se retira de la presencia de los monarcas, va a donde los demás invitados quienes lo reciben con alegría entre ellos su madre y hermanos lo acogen en un cálido saludo, un fortísimo abrazo por parte de su madre no se hace esperar.
. - ¡¡Querido!! Por un momento creí que no llegarías, ¿todo está bien con Baltorana? -.
. - Hahaue, Aniwe, Conrad. Mi Tío Baltorana está muy mal, no pensaba venir, pero no podía hacer le tal grosería a su majestad, solo me quedare por esta noche, mañana a primera hora debo regresar a tierras de Bielefeld, pronto tendremos que hablar de asuntos muy serios Aniwe, Hahaue-.
. - Wolfram, no tienes que hacerte el fuerte en un momento así, si hay algo en lo que podamos ayudarte por favor haz no lo saber -.
. - Si, Aniwe. Sé que cuento con todos. Al menos me alegra que su majestad por fin tenga quien va a cuidar de él, y que no tendré por qué angustiarme de que este solo, creo que fue un error el haber permanecido tanto tiempo a su lado, se acostumbró demasiado a depender de los demás, pero con esta hermosa pareja su majestad seguro será muy feliz -.
Dijo eso ultimo e involuntariamente una lagrima surco su mejilla, al percatarse de ello quiso disimular girando su rostro a otra parte y rápidamente seco aquella lagrima, empuño sus manos y regreso la mirada para regalar le a todos una gran sonrisa, su madre y hermanos solo atinaban a guardar silencio y corresponder con una pésima sonrisa aquel esfuerzo por Wolfram de mantener su control.
. - Podrían disculparme un momento, necesito un poco de aire fresco-.
. - … Wolfram… -.
Termino susurrando el Maou al ver a lo lejos que aquel rubio caminaba hacia una de las salidas del salón que daban a los jardines, el Maou apretó un momento sus manos frunciendo el ceño cerro sus ojos y trato con todas sus fuerzas por no ir tras él, mas todo esfuerzo era en vano, pues aunque él lo quisiera inconscientemente su cuerpo actuaba por si solo y para cuando abriera sus ojos, sus pasos lo guiaban a donde los jardines reales.
Tras unos 20 minutos de caminar entre ellos mira allá a lo lejos una figura muy conocida ya por el rey, avanza con acelerado paso, más se detiene un poco está a punto de tocarle pero su mano se detiene por un momento, mira indeciso no sabiendo que decir o como explicar el por qué está justo allí intentando contener la necesidad por acercarse por tocarle, en lugar de estar a dentro celebrando, brindando con los demás invitados y su esposa, baja derrotado su mano y solo se limita a contemplar lo, el joven Lord Bielefeld aún no se ha percatado de la presencia del Maou, busca en sus bolsillos algo, saca de uno de ellos una estuche plateado, hermosamente tallado, le abre y de este saca un largo cigarrillo en un tono marrón oscuro, cierra la cigarrera y da un par de golpecitos al tabaco y después lo lleva a sus labios, en su mano una pequeña flama se hace presente y enciende su cigarrillo dando un par de profundas inhalaciones, exhala relajado el humo de aquel cigarrillo y recarga su cuerpo en una de las tantas pilastras que adornan el jardín su mirada está dispersa en la inmensidad de la noche y su pensamiento vuela lejos de él.
. - No sabía que fumaras, ¿Hace cuánto que lo haces? -.
. - ¡¿Eh?! ¡Su majestad! -.
. - ¿Podrías dejar de llamarme así? y solo decirme Yuuri. No soy más que aquel Henashoko que siempre le llamabas la atención cada 5 minutos, Wolf -.
. - ¿Cómo pretende su majestad que yo pueda hacer eso? En el pasado yo podía hablar le así a su majestad así por… por…-.
. - Antes y ahora puedes seguirme llamando Yuuri, tu mejor que nadie sabes cuan detestable es para mí el que me llames “Su Majestad” -.
. - Lo siento mucho, es solo que ahora mismo no podría llamar le de otra forma -.
. - No digas tonterías Wolf, oye… ¿Esta rico, puedo? -.
. - ¡¿Eh?! ¡Oí Yuuri! Tu… t-tu no … Yuuri-.
. - Hehehe, por fin me llamas por mi nombre, si, así llama me Yuuri-.
Cuando el Maou se acercó a Lord Von Bielefeld, con una mueca algo juguetona tomo el cigarrillo de manos de Wolfram y probo de este no el sabor del tabaco más bien, el delicado sabor de los labios de aquel oji esmeralda, al ver la reacción del rubio el Maou no pudo resistirse por mucho y acerco su rostro al del sorprendido chico y aprovechándose del momento robo un par de besos de labios del oji esmeralda.
. - ¿Podría su Majestad dejar de bromear conmigo? Si alguien llega y nos viera seria todo un lio para explicar a vuestra Reina, El Maou no debe burlarse así de sus súbditos, no es gracioso-.
Wolfram se apartó de Yuuri bruscamente cortando con aquel último beso que amenazaba con desencadenar una tórrida pasión, Wolf da la espalda a Yuuri y toca sus labios tratando de contener sus sentimientos, los latidos de su corazón son tan fuertes, su alegría compite en ese momento junto con su tristeza así con su enojo, sus emociones y pensamientos son todo un lio más procura mantener la calma, por parte del Maou solo le mira y exhala algo triste, sabe bien que ahora ya no hay nada que pueda hacer sino entender sus acciones, y sabe mejor que nadie que perdió la oportunidad de estar junto a él hace un largo tiempo, más sin embargo, no puede evitar el querer estar junto a ese chico.
. - Lo siento Wolfram, no sé qué me paso, fue solo un impulso, es solo que…-.
. - ¡¡¡YYUUUURRRRIIII HHHHHEEEEEEIIIIIKKKKKKAAAAA!!!! -.
Fue interrumpido por los gritos alocados de su consejero que venía corriendo a su encuentros, Wolfram mira de reojo al Maou quien lo contemplaba con una mirada de súplica, como pidiendo perdón, como anhelando el poder detener el tiempo y quedarse un poco más con él, Wolfram da media vuelta y se dirige hacia el palacio dejando a merced del consejero al Maou.
[ Después de todo, es lo mejor Yuuri, ya deberías de haber lo comprendido, deberías de haberlo asimilado, ni tú, ni yo podemos estar juntos, tú lo dijiste aquel día, y yo también ahora debo asumir mi derrota, aunque… la verdad, yo pensé que me esperarías, que me buscarías, que me querías, pero ahora… ahora ya eres de otra persona y yo no puedo hacer nada, solo… solo seguir también adelante, enfocarme en ser un digno sucesor de la familia Bielefeld y nada más ….]
Los ojos de Wolfram se inundaron en lágrimas mientras seguía su camino hacia el palacio y en su pensamiento se repetía una vez más que no era correcto, no era adecuado el sentir lo que siente por su majestad, sus pasos lo llevan hasta los pasillos que dan a la habitación del Maou, se detiene sus manos tiemblan, pero su curiosidad lo lleva a abrir las puertas; una hermosa cama con sábanas blancas y un enorme corazón hecho con pétalos de rosas está decorando el lugar, la luz de las velas están centellantes dando un efecto etéreo a la habitación, un dulce aroma se percibe a vainilla y jazmín, en aquel lugar sus recuerdos lo invaden, tantos y tantos momentos y ahora el no estará allí, Wolfram empuña sus manos y por un momento las ganas por querer quemar aquella cama lo invadien, su Mayorku se presentaba en sus manos y por un segundo estuvo a poco de prenderle fuego a la habitación, después dio un pesaroso suspiro y desistió de tal acto, salió del sitio y siguió su camino, entro a lo que era una de las habitaciones que antes usara, Wolfram no lo pensó mucho y recostó su cuerpo en la cama, cubrió su rostro con sus antebrazos y simplemente dejo salir toda su tristeza, sus lágrimas corrían por los costados de su rostro, era un sollozo ahogado, nadie debía saber, nadie debía escuchar lo, nadie tenía por qué sentir pesar por él, era lo que decía, mientras se repetía a si mismo todo será para bien.
El hermoso príncipe Mazoku jamás se percató que un par de ojos vigías le cuidaban a cada paso, unos ojos celeste lo acompañaron hasta que se quedó dormido, mientras tanto la fiesta seguía, El Maou regreso a donde los invitados al lado de Lady Von Speternger, la dama curiosa quería saber a dónde se había ido más el Maou simplemente no respondió a sus preguntas, llegado el momento, los monarcas se dirigieron a la alcoba real, Berenice estaba muy nerviosa pero emocionada a la vez, por su parte Yuuri no se veía ni una sola pisca de emoción por estar a solas con su ahora mujer.
Lady Berenice se sentó en el borde de la cama y extendió su brazo para que Yuuri se acercara, él desajusto su capa y su traje de la parte superior y se acercó como su esposa lo quería, le recostó por completo en el lecho y le contemplo por un momento, Berenice sentía salírsele el corazón por la emoción, Yuuri parecía que le daría un beso pero justo cuando estaba a nada de unir sus labios se detuvo
- Lo lamento mucho Lady Berenice, creo que no me siento con ánimos para hacer esto, la fiesta fue muy larga y estoy agotado, por esta noche lo mejor será dormir, te dejare descansar, seguro tú también estas muy cansada así que, lo mejor será tomar las cosas con calma -.
- ¿Eh? P-Pero... Yu… Yuuri, yo no…-.
. - Shhhh… no te esfuerces sé que también ha sido pesado para ti, descansa -.
. - P-Pero… Yu… Yuuri.... Se ha ido, no me lo puedo creer, se ha ido y dejado aquí sola ¿Qué clase de idiota se cree que es? -.
La reina Berenice se quedó sola en la habitación real, mientras que Yuuri salió por piernas del lugar, simplemente no podía, no podía estar con esa chica, el simple hecho de estar cercas le causaba frustración, Yuuri empezó a caminar por los pasillos cuando vio a lo lejos un hombre de aspecto realmente atractivo de rubios cabellos de ojos azul celeste y de hermosa piel blanca, aquel hombre le sonrió mientras resguardaba la puerta de una habitación, Yuuri se acercó a este y el oji celeste sin decir nada abrió la puerta, Yuuri entro y al ver en su interior allí estaba Wolfram, completamente dormido con sus brazos cubriendo su rostro claramente se notaba había llorado, el oji celeste le coloco una mano en su hombro y se acercó a decir le un par de palabras.
. - Más vale, no lo hagas llorar más. ¿De acuerdo? -.
. - ¿Eh… S-Shinou? -.
Shinou Heika empujo a Shibuya al pie de la cama y este cayendo de rodillas frente a Wolfram lo veía dormir plácidamente, el Maou se acercó a donde el rubio y acaricio su frente, aquel sutil movimiento de su mano provoco que el oji esmeralda despertase.
. - Yu…Yuu…. ¡¡¡¡¡¡¿¿¿Yuuri, pero que estás haciendo aquí, que no es tu noche de bodas???!!!!!!!! -.
. - Si, en efecto es mi noche de bodas -.
Su majestad se acercó a Bielefeld y deposito sus labios en los suyos, las emociones y sensaciones que experimento en ese momento Wolfram al igual que Shibuya no podían ser descritas con simples palabras, a la luz de la luna se contemplaron en silencio, no había palabra alguno entre ellos, solo el palpitar acelerado de sus corazones, ambos bien sabían que no debían, mas sus ímpetus eran quienes marcaban las acciones de aquella noche.
Yuuri regreso a la puerta y extendió la mano para que Bielefeld le acompañase, sin más se reincorporo de su lecho y siguió a su majestad, llegaron a el baño real, donde una inmensa bañera los esperaba Yuuri llevo a Wolfram en medio de esta y un resplandor se presentó en su alrededor Wolfram no sabía muy bien de que iba todo esto pero no pretendía dejar a su majestad, aun dentro suyo no podía renunciar aun a él.
Yuuri beso al Mazoku de fuego y un portal se abrió, las intenciones del Maou era abandonar aquel lugar con su querido Wolfram y no regresar más, el rey original observaba entre las sobras aprobando la decisión de Yuuri, más la racionalidad regreso a Wolfram, apartando con brusquedad a Shibuya, rompiendo el portal, dentro del cuarto de baño empezó a llover y Yuuri miraba consternado a Bielefeld quien al haber forzado la separación cayo de posaderas en la bañera, la mirada de Wolfram era de reproche y confusión, antes que todo, antes que de sus sentimientos antes que de su felicidad estaba su reino, sus conciudadanos todos sus soldados que lucharon palmo a palmo por el bienestar de su nación y el no sería el promotor del caos abandonando el reino junto a su majestad solo por cumplir un capricho de un Maou que aún no acababa de madurar después de todo Wolfram ya tenía para ese entonces más de 200 años y Shibuya apenas y parecía de unos 23 años.
. - ¿Acaso su majestad os ha vuelto loco? Simplemente no puedo dejarte cometer tal locura, por los motivos que sean, por más razones que me dejéis no puedo seguiros en esta empresa, regrese, regrese con vuestra reina, regrese con vuestro pueblo, sea el Rey que todo mundo ama, y deje atrás cualquier otro pensamiento egoísta e infantil-.
. - ¿¡Pero que me estás diciendo Wolfram!? Yo no puedo regresar con Berenice, porque no la amo, no puedo ser un buen rey mientras que mi corazón me suplica por estar con la persona que en verdad amo, Wolfram yo a ti te… -.
. - ¡BASTA! Deja de decir mentiras, deje de estarse burlando así de mí, de Shin Makoku, de todo mundo, afronte su realidad, afronte que eligió desde hace mucho ser de otros brazos de otro corazón y acate vuestra voluntad desde años atrás, te lo dije hace mucho, Su Majestad, recordaros, recuerde estas palabras una y otra vez así como yo lo hago desde aquel día.-
. - ¡WOLFRAM! -.
Lord von Bielefeld salió del cuarto de baño y se dirigió sin más a sus habitaciones, al cerrarse las puertas de aquel lugar Shibuya cayo de rodillas con sus manos cubriendo su rostro, recordando claramente tan duras palabras y doliendo le en lo ms profundo de su ser el haberlas dicho en el pasado.
Mientras tanto en las habitaciones de Bielefeld el rubio cerro con fuerza su puerta y tras esta se deslizo hasta quedar en el piso, apretando sus puños trataba de contenerse y no regresar de inmediato a brazos de su majestad, mordiendo su labio inferior se maldecía en su pensamiento por decir palabras tan crueles, un hilo carmín surco por la comisura de su boca y las lágrimas caudalosas cual torrenciales ríos escapaban de sus ojos.
Su majestad Shinou Heika, mecía su cabeza en completa desaprobación, sabiendo pues que esto iría mal, más desde hacía un tiempo él había decidido no involucrarse más en el ritmo que llevan estos jóvenes, pues aunque él quería unirlos tal parece que ellos mismos se apartan, por errores del pasado o ya sea en el futuro, Shinou Heika simplemente parecía ser espectador, mas su consejero pendiente de él está a su lado en todo momento y contempla junto aquel desastre.
. - ¡¿Vas a dejar las cosas así?! ¡¿Cuánto más harás sufrir a Shibuya por su error?! Date cuenta que no solo él está padeciendo todo esto, Lord Bielefeld es quien más lo está sintiendo -.
. - No está en mi hacer nada, Yuuri es mi elegido, y como bien dijo mi querido descendiente, no se puede sacrificar una nación por el capricho egoísta de un chiquillo, y Yuuri aún sigue portándose como un niño, cuando el muestre ser un verdadero hombre y esté dispuesto a resarcir el daño pasado, pueda que le dé una mano -.
Shinou Heika dio media vuelta y se desvaneció entre las sobras mientras el gran sabio veía con pena a Shibuya quien seguía lamentando su destino, pero a pesar de lamentar todo nuevamente tomando fuerza fue en busca de Wolf, toco a su puerta y al no ser recibido por el rubio se acercó a la puerta y una y otra vez imploraba por ser perdonado, mientras Bielefeld se cubría con ambas manos la boca para así no ser escuchado por el Maou e intentaba con todas sus fuerzas no ceder ante su querido oji negro.
. - Lo siento, lo siento, me arrepiento mil veces de lo que dije, de lo que decidí aquella vez, Wolfram por favor no me dejes -.
. - Veta Yuuri, vete, ya basta… no sigas, no continúes algo que al final será más doloroso para los dos el día de mañana, por el Shinou vete de una vez-.
Wolfram decía aquello con una voz dolida, quebrantada por la pena, su corazón no podría más y su voluntad estaba a punto de quebrarse y acceder a sus deseos más profundos, si seguía escuchando a su majestad bien sabía que no podría contenerse y sería uno con él, aunque después lamentaría lo ocurrido.
. - Wolfram, tu eres el único al que quiero, por favor deja me entrar te prometo que solo será esta vez y después te dejare, prometo me convertiré en el rey que este pueblo merece y en el hombre del cual estés orgulloso, pero, por favor, permíteme estar esta noche junto a ti, Wolfram, se mío, se mío y permíteme conservar ese recuerdo para siempre Wolf…-.
. - ¿Lo prometes, será solo por esta vez? ¿En verdad puedo creer en tu palabra Yuuri? -.
. - Si, lo prometo, te lo juro -.
Wolfram Von Bielefeld abrió lentamente la puerta de su habitación y dejo que su majestad ingresase de una vez, Yuuri al ver a su querido príncipe de fuego se abalanzo a este y lo estrecho en sus brazos, le aprisionaba tan fuerte, no deseaba que se le escapara de sus brazos, Bielefeld se abrazó también a su majestad y descansaba su cabeza en el hombro del Maou.
Yuuri tomo entre sus manos el rostro de Bielefeld y deposito un apasionado beso en sus labios, Wolf correspondió a este con hambriento deseo, si este sería su único momento juntos si esto sería el adiós definitivo, entonces, y solo entonces quería llevarse con el todo cuanto le fuese posible, sin darse cuanta Wolfram en si se llevaría de su majestad todo cuanto poseía, todo cuanto ama, todo su ser, todo su deseo, toda su pasión, todo su amor seria solamente de este hermoso Mazoku de ojos esmeralda.
Shibuya le guio hasta la cama y lo recostó, sin más tomo las ropas aun empapadas de Bielefeld y las retiro y recorrió centímetro a centímetro cada palmo de su piel, degustando del dulce néctar de su amado, fundiéndose uno en el otro. Wolfram se aferraba a la espalda de Yuuri mientras era abrazado por su majestad, sus corazones se complementaban en una rítmica euforia, las potentes caderas del Maou marcaban el compás de su pasión, haciendo exclamar gemidos de placer a su oji verde quien cegado ante el deleite de esa pasión se estremecía y se explayaba dando todo cuanto poseía dentro de su ser, Yuuri una y otra vez tomo de sus labios la dulce y embriagadora ambrosia de su amante, se unieron un sin número de veces hasta que sus brazos no tuvieran más fuerzas para sostenerle en ellos, hasta que sus piernas no les permitiesen dar un paso fuera de aquella habitación, el sudor de sus cuerpos impregnados con el clímax de su sensual danza, aquel par de amantes consumidos por el deseo, el hambre de ser uno, y aquella desesperante necesidad de expresar todo cuanto se amaban, sucumbieron al agotamiento, siendo Wolfram aquella ardiente llama que le consumió en el deseo, la pasión y un amor sin límites, y siendo Yuuri una poderosa tormenta que le envolvía en el caudal de su ansiedad, en ese desbordante amor, en esa inmensa laguna de pasión que no parecía tener un fin, ambos fuego y agua, ambos amor y pasión.