Desde que puedo recordar, siempre he admirado a Naruto. Lo he seguido como una pequeña florecita buscando el sol para poder vivir. Él ha sido para mí el símbolo de la esperanza y la determinación. Del amor y el perdón.
Mi infancia no fue la más feliz, pero cuando lo veía a él tan sólo y triste. Yo podía ver un espíritu amigo, muchas veces quise poder sentarme a su lado en ese columpio, poder apretar su mano y consolarlo. Decirle que no estaba sólo, que yo nunca me iría.
Que yo no creía que fuera un monstruo, pero era demasiado cobarde y no tenía el valor para retar a mi clan y hacerme su amiga, de estar al lado del "demonio".
A diferencia de todos los otros niños, yo sabía desde el inicio que él no era un monstruo, que él no merecía ser tratado como una plaga, ni todo el desprecio con el que lo trataban los aldeanos, yo vi incontables veces a Naruto ser echado de las tiendas, ellos se negaban a venderle comida, y cuando le vendían comida estaba caducada. Cómo pueden decir que son humanos cuando son capaces de tratar a un niño pequeño y huérfano de esa forma. Al héroe que nos salvó hace tantos años, ese pequeño niño que era el único obstáculo que había entre el zorro y nosotros.
Sólo Iruka y los dueños del Ichiraku fueron capaces de tenderle una mano amiga a Naruto, los demás adultos eran crueles, pero los más hirientes eran sin duda los niños, porque ellos no tenían criterio propio, sólo imitaban a sus padres sin ningún filtro, todo con el objetivo de ganar su aprobación eran capaces de humillar y herir sin remordimiento.
Nunca entendí porque los civiles no eran capaces de ver que Naruto era el hijo de Minato, su Hokage.
Sin embargo, a pesar de todo ese odio Naruto jamás se amargo, ni planeo vengarse de nadie. Pudo conservar su compasión y sus deseos de proteger a los demás, incluso si esos eran los aldeanos que tan mal lo trataron, yo no sé si sería capaz de hacer lo que ha hecho Naruto.
Pero siempre voy a estar inmensamente agradecida por todo lo que ha hecho por mí, porque no sólo me inspiro desde lejos a ser más valiente sino que salvó a mi amado primo del odio y resentimiento que sentía por nuestro clan.
Un clan que no merece el perdón, por la forma en que ha tratado a la segunda rama de la familia. Pero puedo entender porque mi padre era tan duro conmigo, él me odiaba por haberle quitado a su hermano y mi primo por haberle arrebatado a su padre. Cómo podría yo odiarlos? Si yo les quite tanto.
Por esa razón, yo quise hacerme más fuerte para que nadie más perdiera a un ser querido por mi culpa. Y cuando vi a Naruto pelear contra Pain, no podía permitir que el mundo perdiera a su héroe. El único capaz de transformar el odio en amor.
Y cuando supe que Naruto padecía Hanahaki, deje de respirar y sentí que mi corazón se detenía, no era justo.
Mire a mi alrededor, Kiba y Shino lucían aterrorizados. Seguramente esperaban que empezará a vomitar flores, sellando mi final.
Sin embargo, desde hace mucho, yo sé que lo que siento por Naruto no es amor, sino un inmenso cariño, producto de años de admiración y respeto. Mentiría si dijera que nunca soñé con besar esos labios o estar entre sus brazos, pero para mí él es como el sol, hermoso e inalcanzable.
Por eso cuando vino Sai kun a reclutarme para ir a buscar a Sasuke kun yo acepté sin dudarlo. Me sentí muy tan honrada de poder ser lo suficientemente fuerte para ser admitida en esta misión, para salvar la vida de Naruto; porque sé que Sasuke kun lo ama, lo ha amado desde el inicio. Desde que éramos niños; es cierto, que no sé cómo comenzó ese amor, después de todo nunca fui a una misión con ellos. Pero cuando seguía a Naruto por el pueblo, yo podía sentir la mirada de odio del Uchiha, por aspirar a estar al lado de Naruto. De su sol.
Y lo entiendo, porque cuando tienes tan poco cariño, te aferras a el con todas tus fuerzas.
Cuando Sasuke decía que quería dejar la aldea para matar a su hermano, yo tenía miedo de que él se llevará a Naruto, de que lo envolviera en esa bola de odio y nunca más volver a verlo. Pero cuando lo dejo inconsciente en el Valle de Fin, supe que su amor era más grande de lo que nunca pude haber imaginado, porque él fue capaz de dejar su corazón, con tal de que Naruto pudiera cumplir sus sueños.
No es un amor sano, es un amor codependiente, posesivo, destructivo... Pero si es lo que necesita Naruto para vivir, yo haré hasta lo imposible por traerlo, el jamás se podrá ocultar de mis ojos.
Voy a traer a Sasuke incluso si eso me cuesta la vida, por Naruto yo sería capaz morir mil veces.