/Nicole/
Yo sabía que pasaba algo, bueno pasaban muchas cosas y todos trataban de ocultármelo.
-El tratamiento ya no funciona ¿cierto? – mi padre quien había estado “durmiendo” se incorporó con rapidez y me miro extrañado. Él se veía tan cansado y era por mi culpa.
-¿Qué? ¿Quién te dijo esa tontería? – se notaba que quería decir cosas más fuertes que esa y reí porque se medía conmigo. Siempre lo hacía.
-Tú y la enfermera – dije sonriente aunque mi voz salió como una mezcla de ronquidos. Tosí y él me paso agua de inmediato.
-No hables.
-Dímelo papá – me negué a hacer caso a sus palabras, últimamente pasaba mucho.
- Esas son cosas de adultos cariño – acaricio mi rostro haciéndome sentir cálida.
- Yo soy la enferma aquí, déjame recordártelo – frunció el ceño y rio – no he dicho ninguna broma – sin embargo me uní a él en su risa.
-Tú eres mi princesa – beso mi frente, esas palabras me recordaron a mis amigos.
-¿Sabes algo de Saeng y los demás? – una de las cosas que trataba de ocultarme era que había prohibido su entrada, los hombres en la puerta habían aparecido de la nada y había visto una vez como le negaban la entrada a Hyung Jun, aquella vez venia de mi tratamiento diario y apenas podía mantenerme firme en la silla de ruedas.
-No querida, tampoco los he visto en la escuela – papá estaba mintiendo y no sabía hacerlo.
-Si los ves les dices que los extraño ¿sí? – su expresión esta vez fue indescifrable igual que la mía, yo ya había hecho mi pedido, más bien que se cumpla mi deseo.
-Lo…haré cariño – me volvió a sonreír y yo le correspondí. Recordé una conversación de los chicos cuando yo “dormía” había sonado tan divertido de pronto levantarme y asustarlos pero al final la asustada fui yo.
-Te amo papá – y no mentía, lo amaba. Aunque….
-También te amo cariño.
-Tienes que denunciar al imbécil, ¿me entiendes?
-Cállate que puedes despertarla, idiota.
-Él… Young Saeng por favor. Hazlo.
-No lo haré. Se terminó la discusión.
-Sí que lo harás o sino lo haré yo.
-Tú no harás una mierda Kyu Jong – para ese momento escucho algunos sonidos de golpes y poco a poco me iba asustando más.
-Su padre te está…. – él no menciono la palabra pero fue obvio. Incluso yo a esa edad supe lo que pasaba.
-Es todo lo que tiene Nicole, no la dejaré sola. Basta.
Yo sabía cosas aunque todos trataban de ocultármelo, que mi padre era un mounstro era una de ellas.
/Young Saeng/
Había tomado una decisión y estaba seguro que Hyun Joong y Junnie también y es por eso que al quinto día decidí salir de mi habitación. Mi madre estuvo más feliz que sorprendida y Kyu Jong me miraba con lastima, algo que odiaba.
-Ya casi terminaran este año mis niños – ella no pregunto qué había pasado y agradecí por ello, no habría aguantado decirlo.
-Solo quedan semanas – dijo Kyu Jong, lo miré y él seguía con esa mirada de lastima.
-Bueno, ya terminen, los espero afuera en el auto – ella se levantó dejándonos solos en un silencio… bastante cómodo o al menos mejor que hace semanas.
-Deja de mirarme así Kyu Jong – las palabras habían salido cargadas de enojo, no había planeado eso pero no me arrepentí.
-Lo siento – dijo pero la mirada seguía ahí.
-Joder, basta – él se sorprendió un momento al ver como arrojaba los cubiertos, entonces su mirada cambio. Estaba preocupado.
-Ven – estiro los brazos y yo me deje hundir entre ellos, fue el abrazo más corto y cálido que pude tener. Luego ambos salimos de casa.
Ver a Hyun Joong y Hyung Jun me conforto mucho, ambos traían el rostro tan demacrado como yo.
-¿Todo bien? – me pregunto Hyun Joong. Asentí, él me dio otro corto abrazo que se convirtió en largo cuando Hyung Jun se unió.
-Bueno, nadie hablo del abrazo grupal matutino – todos nos separamos sabiendo que debíamos vernos extraños. Jung Min jalo a Hyung Jun hasta sus brazos y nosotros reímos por cómo se portaban.
-¿Todo bien? – Volvió a preguntarme Hyun Joong, yo volví a asentir – Igual yo – reí con un nudo en la garganta al escucharlo. Hyung Jun repitió las mismas palabras horas después.
Esta vez los guardia se mostraron indecisos cuando Hyun Joong les hablo, ambos se miraron varias veces antes de hablar.
-No podemos – dijeron a la vez, se veían tan pequeños a causa de una simple placa.
-¿Quieren ser despedidos? – ambos volvieron a mirarse y luego se apartaron, al entrar entendimos la razón de su comportamiento.
-¿Qué demonios hacen ustedes aquí? – el hombre nos miró con odio y se levantó de la nada, grito tan fuerte que incluso Nicole despertó.
-¿Papá? … ¡Chicos! – el hombre bajo la guardia de inmediato y se acercó a ella – les dijiste que vinieran – ella sonó tan convencida y feliz que el hombre asintió sin siquiera dudar.
-Ellos vinieron de inmediato cariño – nos dio una mirada cargada de odio antes de dejar un beso en la frente de su hija. Yo me acerque sin prestarle atención.
-Me extrañaste ¿Cierto? – la sonrisa que me mostro basto para que empezara a llorar.
-¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? Saeng… - sentí los brazos de Kyu Jong alejarme mientras Hyung Jun y Hyun Joong se acercaban.
-¿Estás bien? – lo abrace de inmediato al estar fuera y negué con fuerza tratando de controlar mi llanto – De acuerdo, estoy aquí – y por eso seguí aferrado a él de la misma manera que él lo hizo conmigo. Fueron largos minutos en la misma posición hasta que decidí que deseaba más verla que llorar – Todo estará bien. Lo prometo – le sonreí y volvimos a entrar a la habitación.
-Al fin – dijo Nicole con la misma sonrisa de hace rato. Los demás sonreían igual - ¿Acaso tú y Kyu Jong pelearon? – la incomodidad volvió ante su comentario y recordé que estábamos muy cerca. Me aleje y fui hasta Hyun Joong que rio por mi reacción.
-Esas cosas no deben importarte Nicole – dijo él burlándose y todos le siguieron el juego hasta que los guardias volvieron y junto a ellos el padre de Nicole.
-Cariño ellos deben irse – su voz sonó tan dulce que me provocaban nauseas. A Nicole no, a ella le encantaba.
-No, aún no. De hecho…
-Hablemos profesor – interrumpí a Hyun Joong y este me miro confundido, pero solo un momento. Comprendió las cosas al instante, al igual que Hyung Jun que se acercó a mí.
-Yo no tengo tiempo, solo váyanse. Los veré en la escuela.
-Es urgente señor – él apretó los dientes y nos miró con obvio enfado.
-Dije que no puedo.
-Papá, habla con ellos – Nicole ya no traía una sonrisa en el rostro, parecía igual de enfadada. Me culpe por sentirla tan tierna incluso en ese momento.
-No te metas en esto cariño.
-Habla con ellos, sé que es urgente – y era verdad.
-Nada es más urgente que tú, mi princesa – su voz volvía a ser dulce.
-Hablaremos sobre Nicole, señor… - Hyung Jun hablo al fin aunque de manera tímida.
-Solo váyanse.
-Hablaremos aunque no quiera señor – dije más seguro. Era necesario que habláramos incluso si él no lo permitía. Nosotros haríamos que sea posible. Él lo supo y por eso salió no sin antes besar la frente de su hija quien había suplantado el cansancio por la seriedad.
-¿Cómo se atreven a venir aquí? – fue lo primero que dijo al tenernos fuera. Una enfermera que pasaba nos dio una mirada seria y nos disculpamos a regañadientes por él.
-Ella no está bien. ¿Qué pasa? – Ahora que podía verlo se veía tan ido, cansado, devastado.
-Solo necesita descansar – sus palabras sonaron tan vacías y difíciles de creer.
-Señor… queremos ayudarla. Dígannos que pasa.
-Ustedes no tienes derecho a verla siquiera.
-¡No tiene derecho a decir eso! – Hyun Joong lo había acorralado contra la pared y yo y Junnie rápidamente lo alejamos – ¡Maldita sea! Dígannos.
-No pueden hacer esto aquí – era otra enfermera pero igual de molesta que la anterior.
-Lo sentimos – volvimos a disculparnos y ella se fue advirtiéndonos que no aguantaría un solo grito más.
-Solo váyanse. Ella necesita mucho reposo no que la alboroten con sus ideas estúpidas.
-No es cierto - nadie esperaba aquella voz, ni siquiera Hyun Joong. Menos Hyun Joong. Pero fue él que más se sorprendió y alegro, el abrazo que le dio lo demostró todo.
-¿Cómo llegaste? – Hwang Bo lo hizo a un lado y le dijo algo que no entendimos para luego acercarse al maestro de manera amenazante. Yo nunca la había visto así.
-Nicole necesita más que reposo, Señor.
-Hwang Bo… - al igual que Junnie yo también quería saludarla y a la vez apresurarla a que hablara.
-¿Quién demonios eres tú?
-La enfermera particular de Nicole. Ahora Señor. Juntos iremos a hablar sobre lo que necesita su hija.
-Necesita descansar.
-Exacto. Ella necesito un largo descanso.
Todos entendimos a que se refería.