—¡Feliz día del Padre!
Steve abrió los ojos encontrándose con Peter y Harley. El mayor llevaba una bandeja que contenía un plato con bastantes Hot Cakes, una malteada y una banana —¡Vaya!
—La banana fue idea mía, para que fuera más saludable— dijo Harley.
El rubio rió y Peter acomodó la bandeja en las piernas de su padre —Es perfecto, me encanta.
—¡Abre el mío!— Exclamó el más chico entregándole una caja.
—Okey, Okey— Steve abrió la caja, sonriendo al descubrir el contenido de ésta, seguido de mirar a Harley — Este definidamente es el hombre patata más cool que jamás ha existido— manifestó sacando la papa que Harley había decorado— punto y fin de la historia— el capitán miró de nuevo en la caja, sacando la nota que había en ella y comenzó a leerla —"Gracias por todos los días divertidos y en general por todo lo que haces, sabemos que no es fácil y lo apreciamos mucho . Feliz día del Padre... Stephen"
—¡Le diste el otro regalo!— reclamó Peter a Harley con un notable fastidio en su voz.
—Ups, lo siento papá.
—No hay problema— El rubio le dio la caja a Harley y el chico corrió a su habitación para cambiar del regalo.
—Te quiero, papá— Peter le dio un abrazo a Steve y éste lo recibió gustoso
—Gracias, Pet.
—Okey, éste es el correcto— el menor regresó con otra caja.
—Está bien, está bien— Steve abrió la caja y sacó otra papa —este es aún mejor que el primero, mucho mejor, lo adoro.
—Y una carta más— Peter le dio un sobre
—Muchas gracias— el capitán lo tomó para leyéndola para sí mismo— así que, ¿Stephen recibirá también una?
—Sí. Pero es diferente a la tuya.
—Puedo romper la carta de él si quieres— dijo tímidamente Harley.
—No… No quiero que hagan eso.
—Pero ahora estás triste— respondió con un aire de arrepentimiento.
Steve exhaló pesadamente, poniendo la bandeja a un lado y sentándose en la orilla de la cama.
~•~
—¡Vision! ¡Shuri! ¿Dónde están?— Bucky asomó su cabeza a la sala, comprobando que estaba vacía— ¡A despertar! El desayuno está listo, no me hagan subir —el castaño subió las escaleras —Muy tarde, ya subí— tocó la puerta de Shuri y al no recibir respuesta, decidió abrirla. Pero no encontró a nadie ahí. Tratando de guardar la calma, se dirigió habitación de Vision, descubriendo que también encontraba vacía —¿Chicos?— buscó por toda la casa, sin rastro alguno de sus hijos.
Ante toda la angustia, trató de pensar a dónde podrían haber ido.
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Odín entró al complejo vociferando —¡Tengo hambre! ¿Dónde está el desayuno?
Tras haberse desinflado una llanta de su camper; no ser un experto en ningún sentido con los autos y ser ignorado por Heimdall -que seguramente se reía de su situación- al padre de todo no le quedó de otra que quedarse. Y claro, sólo entraba por la comida y regresaba al vehículo.
—¡Thor! ¡Loki! ¿Hay alguien aquí?— decía impaciente. Al dar un pequeño recorrido con sus gritos de fondo y sin encontrar a los mencionados; decidió salir al jardín encontrándose con la pequeña Valquiria jugando en un arenero con otras dos pequeñas criaturas. La niña notó su presencia.
—¡Hola abuelo!— la niña tomó a un sólo bebé en brazos levantándose del suelo.
—Hola...
—¿Puedes cuidar de Odín? Creo que Frigga necesita un cambio.
—Ah... yo...
—¡Gracias!— sin darle tiempo a responder algo coherente, la niña caminó apresuradamente.
El anciano regresó la vista al bebé, el cual estaba a punto de meterse un puñado de arena en la boca —oh, no no no no— Odín casi corrió al niño para tomarlo en brazos y limpiar su pequeño puño — Eso no se come, por lo menos no en Asgard, y eso que te estoy hablando de un lugar donde existen platillos de criaturas que los humanos no han visto nunca— Rió y el bebé le miraba desconcertado, moviendo sus pupilas analizando el rostro del anciano.
»Después de un minuto así, el pequeño soltó una pequeña carcajada, con razones que sólo los bebés entienden y levantó sus diminutos dedos a la cara del anciano. En ese momento y ante el cálido roce algo en Odín se derritió, había pasado tanto tiempo sin cargar a un bebé, y menos si se trataba de el hijo de... sus dos hijos. Un repentino jalón lo sacó de sus pensamientos —Auch, no, tampoco eso se hace— dijo aprisionando su mano y éste dejó de reír, amenazando con llorar —¿En serio?
»Los diminutos labios empezaron a temblar y sus tiernos ojos se volvieron cristalinos—Está bien, está bien. Tú ganas. Sin duda eres hijo de Thor y Loki — Odín liberó su brazo y el pequeño subió ambas manitas a la blanquecina barba jalando de ella mientras se seguía carcajeando, haciendo sonreír a su abuelo —Aunque mirándote de cerca... creo que tienes los mismos ojos que yo, sin duda serás todo un galán.
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—Entonces...— Dick hablaba con la boca llena y Damián lo miró con desagrado, todos se encontraban desayunando lo que Alfred servía —¿qué querías decirnos?
—Quería hablarles de...— Bruce jamás creyó que ésta sería una de las misiones más difíciles de su vida —Mejor dicho; quería confesarles que... como sabrán, Clark y yo hemos sido colegas... o fuimos colegas... Pero hace cinco años que somos... más que eso... y es porque... estoy… en una relación con Clark.
—¡Carajo!— exclamó Jason sacando su billetera y entregándole un fajos verdes a Tim. Bruce frunció el ceño confundido, ninguno de ellos había cambiado su calmada expresión y él había esperado otra reacción menos... ¿positiva?
—Ya lo sabíamos, Bruce— dijo Dick.
—Hace tiempo que lo sospechamos, Jason y yo apostamos cuánto llevaban, y era más que claro que iba a ganar— Explicó Tim.
—Cerebrito...— dijo apenas audible Jason— En verdad creí que el BoyScout llevaba más tiempo haciéndote morder la almohada— Jason recibió una patada de parte de Dick por debajo de la mesa, se quejó y lo fulminó con la mirada—¿Qué tan idiotas crees que somos?— Prosiguió.
—¿En una escala del uno al diez?— respondió con sorna —Entonces... ¿Qué opinarían si yo... decido… comprometerme con él?
Dick por poco se atraganta —¿Que sí qué? ¡Eso sería fantástico!— dijo casi gritando, con un brillo en los ojos.
—Ya era hora, Bruce— replicó Tim alegremente.
—Sí, sí, como sea. Alfred, ¿puedes traerme mermelada?
—En seguida, amo Jason.
Bruce miró a Damián, que permanecía en silencio —¿Qué me dices tú, Damián?
—No confío en él— respondió seriamente el menor —pero sí en ti, Padre.
Bruce sonrió discretamente. Debió haber hecho esto hace mucho, de cualquier forma, vivía con detectives que él mismo entrenó, pensó.
Jason hundió un dedo en el recipiente que Alfred le había dado, y acercándose a Damián dibujó una línea en la frente del más pequeño con la mermelada —Simba.
—Oh no— dijo Dick, al ver el pequeño cuerpo llenarse de una ira de mil demonios. Una gran discusión les esperaba. En cambio, Tim guardó todos los cuchillos, tenedores e incluso cucharas de la mesa y resguardándose de Damián.
"Mentira; no del todo." Siguió en sus pensamientos Bruce.
~•~
—No saben cuánto los quiero— dijo Steve —Y me he dado cuenta que es difícil compartir, incluso para mí. Es parecido a lo que le pasaba a Peter con la estrella de la muerte de Lego, no le gustaba que nadie la tocara. Así me sentía yo. Pero esa vez que accidentalmente cayó y todos tuvimos que ayudar a armarla, ¿no fue divertido? Porque compartir se siente muy bien... y ahora que les digo esto... creo que los llevaré a casa de Tony un rato en la tarde. Para que le den a Stephen su... asombroso hombre patata.
—¿Entonces nos compartirás?— preguntó Harley.
—Sí, eso haré. Por una hora— se apresuró a decir— bueno, quizá dos. ¿Qué les parece?
—Genial— respondieron felices y ambos abrazaron a su padre.
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—Desde el primer instante en que te fuiste, no sólo perdimos a nuestra madre... también a papá.
La chica puso un ramo de flores en una conocida lápida, mientras que Vision trataba difícilmente no llorar.
Bucky veía de lejos la escena y comprendió que nada estaba bien.
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—Steve me llamó hace un momento ¡nos dejará estar con los niños antes de la fiesta!— dijo emocionado Tony —Pero tendrás que quedarte con ellos un rato en lo que termino de arreglar todo para esta tarde.
—¿Qué? Tony, no, no puedo quedarme con ellos solo— dijo asustado Stephen —Es el Día del padre, ¡tú eres su padre!
—No, no. El Día del padre era para Steve, el día de la madre; mío— Stephen se veía desorientado —Loki y yo buscamos una solución para evitar que los niños se estresaran por celebrarnos a todos el mismo día, también porque le dan más importancia al día de las madres, ya sabes... más regalos —el hechicero ladeó la cabeza estando de acuerdo— No sé qué te asusta, ya has estado solo con Peter.
—Sí, pero Peter ya no es un niño, no necesito tener tanto cuidado como con Harley.
Tony tomó el rostro de su pareja —Sé que estarán bien contigo. Sólo tranquilízate. Además, no estarás completamente solo, puedes acompañar a Thor a la exposición de Wanda y todos nos veremos en el complejo para la fiesta, ¿okey?
—Está bien...— dijo rendido y cortaron la distancia uniendo sus labios en un fogoso beso.
~•~
—¿Padre?
—¡Ah, Thor!— exclamó Odín al ver a su hijo, mientras seguía jugando con su nieto —Míralo, ¿verdad que se parece a mí?— dijo encantado e imitó la misma cara del bebé.
Thor sonrió ante la escena —Totalmente.
—Tiene mucha suerte... ¿qué haces aquí?
—Es lo mismo que yo iba a preguntar… y vivo aquí.
—Bueno, yo sólo venía por el desayuno...— Odín miró nuevamente a su nieto y después a Thor—... ¿Eres feliz, hijo?
—Tengo todo lo que siempre quise en la vida.
—¿Y tu hermano?
—Jamás lo había visto más feliz— Odín asintió —Pero demuestra un gran dolor en sus ojos al saber que no compartimos esta felicidad con nuestro padre.
La pequeña criatura que sostenía el más viejo bostezó y se acurrucó en sus brazos, cerrando sus ojitos —…¿realmente lo amas?
—Más que a mi vida, padre. Sé que no estás de acuerdo, y discúlpame, pero no voy a permitir que ni tú ni nadie me separe de él. Jamás había sentido al-
—No digas más, Thor, vas a despertar a la criatura— interrumpió y suspiró— yo viví y sigo viviendo para verlos a ustedes crecer y ser felices, y ahora que son, estaría rompiendo mi juramento como padre… así que… tienen mi bendición.
—¿¡De verdad!?—Odín le calló y señaló con la cabeza al bebé —lo siento— susurró.
—De verdad. Me llena de dicha saber que han encontrado su hogar— dijo melancólico.
—Nuestro hogar. También perteneces a él. De hecho… fue Loki quien le ordenó a Heimdall que no atendiera tu llamado hasta que arregláramos nuestras diferencias. Lo de la llanta fue pura coincidencia.
—Oh, Thor… Entonces, ¿puedo irme?
El rubio rió —Claro… Fue bueno verte otra vez y espero una pronta reunión… o puedes acompañarnos a la exposición arte de Wanda, irá mi amigo el mago y después habrá una pequeña fiesta— sonrió tímidamente tratando de convencer a su padre.
—Pues que se diviertan, yo me largo— dijo desinteresadamente estirándole al pequeño Odín.
Thor eliminó rápidamente su sonrisa.
El anciano comenzó a reír —¡Estoy bromeando, hijo! Claro que los acompañaré,
¡quiero conocer y jugar con todos mis nietos!
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—Papá va a matarnos— dijo Visión
—Claro que lo haré.
—¡Papá!— dijeron al mismo tiempo al escuchar a Bucky.
—¿Cómo supiste que estábamos aquí?
—Bueno… resulta que soy papá —El castaño se acercó y pasó cada brazo por los hombros de los dos adolescentes —… sé que no he sido el mejor éste último año, y lamento dejarlos solos cuando más me necesitaban, he sido un completo idiota… pero prometo que las cosas cambiaran a partir de ahora. Así que…¿Me darían otra oportunidad?
—Por mí está bien— opinó el chico.
—Ni siquiera tienes que preguntar— dijo Shuri mirando orgullosa a Bucky.
—Gracias. Jamás les volveré a fallar— El mayor abrazó a ambos —Bueno, creo que debemos irnos si queremos llegar temprano a la exposición de Vision.
—Entonces, ¿ahora podemos decirte “idiota”?— preguntó Vision.
—No, no exageres.
…
—Algo me dice que lo hiciste sólo dijiste eso para que te diéramos un regalo hoy— habló Vision entrando al auto. Mientras que Shuri al copiloto, y por obvias razones Bucky en el asiento del piloto.
—Hablando de regalos…— Bucky buscó debajo de su asiento y sacando dos objetos —Primero los menores— el castaño le ofreció el extraño objeto envuelto.
El adolescente lo tomó y arrancó la envoltura sin ningún cuidado, revelando un viejo libro —¿Carminum? ¿¡Cuarta edición!? ¡Pero si es casi imposible encontrar una copia!
—Hijo, nada es imposible para mí, y ya que te gustan todos esos libros raros…
—¡Gracias papá!
—De nada. Y ahora, jovencita, esto es para ti— dijo ofreciéndole una caja y Shuri la tomó.
—Pero estas son… las llaves de mamá— dijo anonadada.
—Sí, vendí el auto el otro día pero pensé que te gustaría conservar un recuerdo.
—Oh…
—No es verdad, el auto es tuyo—
—¡Oh! ¡Gracias, gracias!— dijo a gritos dándole un abrazo.
—Gracias a ti…
La chica se separó —Con que, ¿sigues queriendo enmendar tus errores con regalos?— dijo como burla.
—No hables y sólo agradece— Bucky encendió el auto.
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