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El cine por black_leger

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Era difícil intentar prestarle atención a la película cuando aquel desconocido a su lado resultaba más fascinante de observar, simplemente tenía la extraña sensación de reconocerlo de algún sitio que era incapaz de recordar.

Desde que aquel individuo había aparecido no podía despegar su mirada de él, de alguna manera había encontrado linda la forma nerviosa en que le había preguntado si quería cambiar de asiento, a decir verdad se había sorprendido un poco de lo cerca que estuvo de acertar al preguntar si la chica en el otro asiento era su cita, bueno esa era una respuesta un poco confusa, era cierto que la había invitado a salir pero en ningún momento lo hizo con una intención romántica como la chica lo había interpretado, él simplemente quería salir con alguien con quien pudiera divertirse y que le mostrara aquella ciudad a la que recién había regresado después de tanto tiempo de haberse marchado de ella.

Hace tiempo que las palomitas de maíz que aquel desconocido compartió con él se habían agotado, sin embargo el chico de la sudadera apenas se había percatado de ello ya que dejo de comerlas conforme la película avanzaba para centrar su atención enteramente en la pantalla de la sala.

Contuvo el aliento por unos segundos y miro de reojo a la pantalla que se encontraba en lo que parecía el comienzo de una escena íntima, ni siquiera estaba seguro de cómo había llegado la historia a aquel punto pero eso no era de su interés, su interés se encontraba a su lado, miro como el desconocido tragaba saliva y se relamía ligeramente los labios, si no fuera por la escasa luz de la sala seguramente podría ver su rostro sonrojado mientras se aferraba a su sudadera, miro como el chico se tensaba al tiempo que soltaba un suspiro que le hizo desear saber cómo se escucharía en alguna circunstancia más íntima y silenciosa. Quiso tomar la mano del otro curioso de saber cómo reaccionaría ante el tacto repentino, ¿lo rechazaría? o ¿lo animaría?

Su plan se vio frustrado cuando el repentino apagón dejo la sala en completa oscuridad, fue un pensamiento tonto creer que repentinamente se había quedado ciego hasta que se percató que la luz se había ido, busco en su chaqueta tratando de encontrar su teléfono; la brillante luz le permitió ver que el chico a su lado lucia aturdido en medio de la oscuridad y no pudo evitar sonreír ante aquel gesto en especial con su pequeño salto y su balbuceo nervioso por ser atrapado con la guardia baja. Intercambiaron un par de palabras hablando de lo obvio, fue algo vergonzoso darse cuenta de lo torpe que sonaba mientras hablaba con aquel desconocido a su lado pero simplemente aquel chico le hacía sentir más torpe de lo usual.

Después de un momento de caos y gente quejándose por el corte eléctrico la película volvió a retomar su ritmo y se preguntó en qué punto se encontraba el filme, sería la mitad o se encontraría cerca del final; arqueo una ceja mirando como aquella chica a la que había invitado se levantaba de su asiento y se encaminaba a la salida, una parte de él le decía que debía seguirla y disculparse pero si se marchaba nada le garantizaba que podría volver a entrar a la sala y quizás perdería la oportunidad de al menos conocer el nombre de aquel desconocido que había logrado robar su interés.

Fue una decisión sencilla de tomar, se quedaría.

Giro su vista a la pantalla cuando el chico de sudadera comenzó a llorar preguntándose lo que había sucedido para que el otro comenzara a llorar después de haber pasado la mayor parte de la película con una ligera sonrisa en el rostro, logro ver algo parecido a un accidente de auto antes de que la pantalla se volviera negra y los créditos comenzaran a aparecer, realmente no tenía idea de cuál había sido la trama de la película pero debió ser buena si había mantenido tan fascinado al chico de al lado y llevarlo hasta el punto de las lágrimas, busco en su chaqueta recordando aquel pañuelo que solía cargar consigo y se lo ofreció al desconocido, quizás aquel gesto podría ser la excusa perfecta para iniciar una conversación.

Se sintió desconcertando cuando vio el ceño ofendido en el rostro del chico de sudadera verde antes de que saliera del lugar; se levantó de su asiento dispuesto a seguir al otro, al menos necesitaba entender que es lo que había hecho para enfurecerlo. No fue difícil localizar aquella sudadera verde cerca de la salida, aquel castaño se movía más rápido de lo que había esperado, se apuró a moverse recibiendo los reproches de aquellas personas que empujaba en su camino.

Cuando finalmente logro llegar a la salida apenas logro divisar al chico a punto de girar en la esquina, comenzó a correr en dirección al otro chico pensando que si lo perdía de vista lo perdería para siempre.

El choque fue imposible de evitar, aquel chico se había detenido a ver el escaparate de una tienda y él iba demasiado rápido como para detenerse, se encontraba a punto de llorar sintiendo su rostro adolorido había chocado directamente con aquel desconocido golpeando su rostro y cayendo al suelo, al parecer el chico de sudadera verde había tenido mayor suerte que él logrando mantenerse de pie pese al choque, miro como el rostro del chico de sudadera pasaba de la confusión a la molestia y sintió que realmente lo había arruinado.

-¡Siento haberte molestado en el cine! No sé lo que hice pero quería disculparme –enrojeció avergonzado de prácticamente haber gritado aquella disculpa ganando las miradas indiscretas de algunas personas que paseaban por la calle en aquellos momentos, incluso el castaño enrojeció un poco al darse cuenta de la forma en que ambos eran observados.

Miro como el chico desconocido se quedó callado por unos segundos antes de extenderle su mano para ayudarlo a levantarse y sorprendiéndose lo fácil que tiro de él levantándolo del suelo, ahora que tenía al chico más de cerca se dio cuenta de que realmente no había demasiada diferencia de altura de entre ambos como pensó en un principio.

-Creo que estamos llamando demasiado la atención… –dijo el chico mirando a su alrededor y dando una pausa incomoda que indirectamente le pedía su nombre.

-Matt –dijo dándole su nombre a aquel desconocido que sonrió extendiendo su mano.

-Soy Edd un gusto Matt.

No pudo contener su sonrisa, finalmente había logrado obtener el nombre de aquel desconocido pero… ¡oh!, el realmente no había pensado en que haría después de saber el nombre del chico, de hecho no tenía idea de que hacer en aquellos instantes, su sonrojo fue intenso cuando su estómago rugió de manera sonora, simplemente no podía humillarse más a sí mismo en pocos minutos, ¿dónde había quedado su galantería?, no tenía idea, sonrió con torpeza escuchando la risa del castaño frente a él, aquella risa le hizo sentir como un adolescente enamorado nuevamente y quizás estaba actuando como uno en aquellos momentos, era vergonzoso y sin embargo no podía evitar sentirse feliz, después de todo Edd lucia más relajado y cómodo.

-¿Quieres ir a comer algo? Hay un buen sitio de comida cerca de aquí.

-¿Enserio? Pase el día entero desempacando cajas que olvide comer –admitió jugando con los cordones de su sudadera, había pasado la mayor parte del día sacando espejos de sus cajas buscando que ninguno de ellos se hubiese roto, su familia solía decir que si continuaba con aquella colección pronto tendría que montar un museo para ellos.

-¿Nuevo en la ciudad? –pregunto intrigado ante la respuesta del chico de chaqueta mientras comenzaba a caminar, usualmente no se sentiría tan cómodo hablando con un desconocido, quizás no tan desconocido después de todo conocía el nombre del otro, pero hasta cierto punto se sentía un tanto avergonzado por haber malinterpretado las intenciones del otro cuando le ofreció aquel pañuelo en el cine y hacerlo correr tras él para disculparse por simplemente intentar ser cortes con él.

-Bueno, solía vivir aquí antes pero me mude cuando tenía seis y finalmente estoy de vuelta.

-Eso es bastante tiempo ¿no? –vio como el otro asentía ante su afirmación con una sonrisa boba en el rostro –. Si necesitas un guía puedo llevarte a los lugares más básicos para sobrevivir.

-¿Lo harías?

Edd arqueo una ceja mirando de reojo al pelirrojo, hasta el momento sabía que quizás ambos se habían conocido en algún punto, al parecer habían estado en la misma escuela antes de que él otro se mudara, que le gustaban los animales pero era alérgico a los perros y que era terrible con las direcciones; debía admitir que se sentía bien tener la atención del otro chico, aunque no negaría que era una sensación un tanto extraña, por lo general eran Tord y Tom eran quienes solían llevarse la atención de las persona y de todas formas él no era la clase de persona a quien le gustara llamar la atención, un vergonzoso remanente de su etapa escolar que aun intentaba dejar atrás.

Ambos se sorprendieron cuando se encontraron frente a la cafetería, había llegado más rápido de lo que ambos habían esperado, se habían sentido lo suficientemente cómodos hablando de tonterías que ninguno fue consiente del tiempo real que les tomo llegar al lugar.

Entraron al lugar y buscaron una mesa vacía.

Un par de hamburguesas con papas fritas y cola llegaron a su mesa algunos minutos después de que ordenaran su comida. El tiempo pasó entre bromas y juegos de palabras cada uno peor que el anterior pero que les hacía soltar carcajadas ganando las miradas desaprobatorias de los demás comensales y una que otra risa disimulada de algún otro cliente.

Fue sorprendente lo rápido que había avanzado el tiempo, cuando finalmente salieron de la cafetería.

Edd se estremeció ante el frío nocturno que no había percibido mientras se encontraba en la calidez de la cafetería, trago saliva y se sonrojo cuando sintió la chaqueta del otro chico sobre sus hombros, sintiéndose como una chica en una situación cliché, sin embargo no negaría la sensación agradable que recorrió su cuerpo, realmente estaba disfrutando de todas las atenciones que el otro le ofrecía.

Matt sonrió mirando al castaño con un ligero rubor en su rostro mientras caminaba con su chaqueta sobre sus hombros, era un poco irónico había salido con un chica en plan de amigos y terminado con una incómoda cita y terminado con un chico deseando que el otro considerada aquello como una cita, todo aquello se encontraba siendo demasiado perfecto y deseo que esos momentos duraran un poco más incluso si sabía que no sería así, después de todo la noche avanzaba y se encontraban cada vez más cerca del edificio de departamentos en que el otro vivía.

Se sorprendió cuando él castaño le invito a pasar a su departamento sintiendo como su rostro ardía ante las ideas que pasaron por su mente en aquellos instantes.

-Cine y cena primero –escucho al otro decir intentando contener su risa.

-Hubo cena y cine –respondió sin pensar mucho en sus palabras cubriendo su boca en un acto reflejo esperando que sus palabras no fueran malinterpretas y que el otro creyera que aquella noche solo era una treta para llevarlo a la cama –no… es, quiero decir –su nerviosismo se vio interrumpido cuando la idea de que Edd quizás se encontraba consideraba aquello como una cita paso por su mente –. ¿Tuvimos una cita?

Edd soltó una carcajada ante las reacciones del otro que simplemente eran tan sinceras que le era imposible imaginar que el pelirrojo tuviera alguna doble intención.

-Quizás –murmuro entrando a su hogar esperando en la puerta mirando la indecisión del otro por entrar –, pensaba pedir un taxi para ti y que esperaras adentro mientras llega pero si te sientes incomodo podemos esperar fuera –dijo dando un encogimiento de hombros, mirando como Matt se apresuraba a entrar.

Ambos se sentaron en la sala y comenzaron a platicar a la espera de que el taxi llegara.

-¿Y qué te pareció la película?

-La película –Matt se detuvo ente la pregunta, realmente no tenía idea de lo que había tratado la película –. ¿Buena? –respondió dudoso, francamente no quería admitir que había pasa el filme entero deleitándose observando las expresiones del otro, para su fortuna el sonido de un claxon sonando fuera del edificio evito que el castaño continuara preguntando y se levantara a ver por la ventana.

-El taxi llego –anuncio el castaño con una pequeña nota de decepción en su voz.

Ambos se miraron incómodos en la puerta sin desear despedirse.

-¿Qué te parece vernos mañana si quieres? Quizás podría convencer a mis amigos para ayudarte con la mudanza.

-Eso sería genial, entonces –el sonido de un claxon sonando nuevamente apurándolos le hizo soltar un suspiro de fastidio –. Supongo que podremos hablar mañana de eso, al parecer alguien tiene prisa.

-Sí, supongo que sí.

Matt dio media vuelta, dispuesto a marcharse antes de la voz del otro le hiciera girarse.

No fue más que un simple beso en la mejilla que hizo temblar sus piernas, definidamente se sentía como un adolescente primerizo nuevamente.

-Supongo que esto sí cuenta como una cita después de todo –murmuro Edd antes de cerrar la puerta de su departamento con rapidez.

Matt permaneció en su sitio con una sonrisa embobaba en su rostro definitivamente aquella debía ser una de las mejores noches de su vida, aunque quien sabe, quizás le esperaban mejores días a partir de esa noche.


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