Capítulo 2
Brujas
_ ¿Qué haces ahí chaval?, pararte si no quieres que los espectros te coman._ Dijo con voz seria y dura. El jovencito así lo hizo, sin dejar de mirar al joven que lo salvó de tales criaturas._ Regresa a tu pueblo._ Le ordenó por su seguridad, más el jovenzuelo no se movió._ ¿No sabes cómo regresar?_ Aseveró y el chico movió la cabeza de un lado a otro negando a la pregunta. Enseguida, bajó de su montura. Se acercó al muchacho y sin mucha pena le agarro la barbilla._ abre la boca._ El ojiazul obedeció._ Tienes lengua, pensé que te la habían cortado, ¿entonces porque no hablas?_ era común que a niños como él les arrancaran la lengua y los ojos para usarlos en pociones o brebajes.
_ Estoy asustado._ hablo por primera vez el rubio, dejando oír al elfo una voz amable y agradable.
_ Eres muy joven todavía, aun una cría_ a lo lejos se escuchó el silbar de los espectros que regresaban por el chico de ojos azules._ Vamos, sube conmigo, te llevare lejos de los que quieren comerte._ Montó de nuevo a su reno y aunque Naruto intento subirse también terminó por caerse._ Además de mudo torpe, ven, inténtalo otra vez._ esta vez le ofreció su mano de apoyo y consiguió sentarse atrás del hombre joven, se abrazó a él disfrutando el sentir su espalda masculina contra su pecho blando._ No te eh dado permiso de tomarte tantas libertades como tocarme, suéltame._ Contestó con voz simplona, parecía que ya estaba acostumbrado.
_ Perdón._ Se disculpó y lo soltó al momento de oír su sugerencia.
_ Vamos, Shika, tstu tstu._ Gesticuló con los labios y el animal comenzó a galopar a una velocidad moderada y segura. Salieron a campo abierto, por fin fuera del crudo bosque, y siguieron así por un buen rato hasta que Naruto logró identificar humo, era de una chimenea, una cabaña simple y acogedora estaba enfrente de ellos._ Esto es malo._ Habló por primera vez en el recorrido el chico de orejas puntiagudas.
_ ¿Por qué lo dices?
_ Mira el cielo, hay luna llena, suficiente luz para dejar ver e impedir que los espectros vengan por ti, les duele sentir la luz, pero ahora, se han puesto nubes y le tapan, en cualquier momento aparecerán al lado nuestro. _ y tal y como predijo se acercaban los monstros a toda velocidad al lado de ellos, dejando ver su horrible apariencia humanoide, muy delgada, sin ojos pero con un gran hocico de incontables dientes que aún dejaban ver restos de sangre.
_ ¡Rayos!¿por qué me persiguen?, ¡no les eh hecho nada!._ Gritó Naruto asustado al ver uno intentar morder las patas traseras del venado y fallando en el primer mordisco.
_ Sí que eres ignorante, te siguen por tu olor, saben que eres casto, es el mejor alimento que pueden disfrutar. “Sin embargo, es extraño que estos espectros persistan tanto, no es normal que arriesguen su pellejo sólo por querer comer a un doncel virgen”_ Siguió galopando hasta llegar a su choza, se bajaron ambos rápidamente y se metieron en la casita.
_ ¿qué hay de tu animal, no querrán comérselo también?_ Dijo el doncelito algo preocupado.
_ Descuida, no comen renos, no cuando tienen un bocadillo más apetecible que comer._ Lo miró disimuladamente mientras se asomaba por la cortina hacia afuera de la ventana para ver._ No podrán entrar, hay un hechizo protegiendo mi cabaña, así que estamos a salvo._ Articuló despreocupado, viendo como los espectros rondaban alrededor, su animal estaba ahora pastando la hierba seca del suelo totalmente tranquilo, en cambio, los espectros comenzaron a juntarse en un mismo punto, cerca de donde estaba su librería, se giró a ver y era el mismo lugar donde estaba su protegido de esa noche, viendo los estantes llenos con una gran curiosidad y cariño pero sin llegar a coger alguno._ “estas bestias, realmente están excitadas con él. ¿En qué me fui a meter?”._Lo miraba atento con dureza._ Puedes quedarte aquí esta noche y mañana te ayudare a encontrar tu casa._ El rubio; mantenía su atención en los libros pero escuchó lo que le dijo el chico de orejas puntiagudas tan extrañas y bonitas. No quería volver a su casa porque no tenía ninguna.
_ Yo…_ Se dio la vuelta para hablar con su Héroe y choco con él sin querer, se vieron ambos de frente y el pelinegro manteniendo la mirada lo que le costaba al otro.
_ Deberías descansar, duerme esta noche, debiste pasarla muy mal._ El peilrrubio creyó que sus palabras fueron dichas en un tono de tan dulce comprensión que se sintió tan conmovido que deseaba llorar, pero se aguantó como pudo, era tal vez la primera vez en su vida que alguien le dirigía palabras tan amables.
_ Ve a dormir en la cama que está ahí, yo me ocupare de unos asuntos._ Se dirigió a su zona de cocina, en realidad la cabañita no tenía cuartos, era una gran habitación donde estaba todo junto, la zona de cocina y pociones en una esquina, dividida por una barra de piedra que daba lugar a sus objetos, la librería en otra esquina, la cama estaba de frente y la mesa con sólo una silla era la parte central y eso era todo.
_ ¿De verdad me dejas dormir aquí?_ El doncel se acercó a la mullida cama y la tentó con su dedo índice comprobando su suavidad. Su tono de voz demostraba incredulidad e inocencia. Volvió a ver al chico de ojos negros para comprobarlo.
_ Claro, hazlo antes de que me arrepienta _ El chico ojiazul no dijo más y se acostó muy alegre por la invitación. El dueño de la casa le miraba extrañado por su actitud, pareciera que nunca hubiera dormido en una cama.
_ Vaya, es tan cómoda._ Se estiró boca arriba con los ojos cerrados y lleno de gozo. El otro no estaba tan convencido, esa cama era algo tiesa y nada cómoda, cuando despertaba amanecía con dolores en la espalda baja. Por eso no le gustaba dormir ahí muy seguido. Comenzó a leer un libro que sacó de su librero._ incluso hay una almohada._ La cogió y la abrazo, cuando el pelinegro lo vio de nuevo descubrió que ya estaba dormido, tranquilo y a gusto, se olvidó de los espectros que momentos antes, buscaban su carne.
Con cuidado se levantó y sin hacer mucho ruido, se arrimó y con lentitud cubrió al doncel torpe con una manta. Lo observó por unos segundos, analizando su cara, su complexión y su edad. Intuyendo que era un muchacho de tal vez 15 o 16 años, parecía un poco desnutrido por su falta de color en las mejillas y por su personalidad deducía que era un crio descuidado por los padres, probablemente huérfano, eso no estaba seguro, pero si sabía que era muy joven todavía para estar sólo, a menos que se haya perdido en el bosque buscando madera por un encargo de los parientes.
_ Ya mañana será otro día y me desharé de ti._ regreso a su silla para continuar con su tarea.
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Estaba tan a gusto y calientito en ese lugar suavecito y tibio. Como ya se empezaba a despertar poco a poco, fue consiente de la luz mañanera que le molestaba en los parpados, restregó su carita en la almohada para intentar recobrar el sueño pero un aroma suave y dulce que enamoró a su nariz lo hizo levantarse finalmente.
_ Hasta que despiertas por tu cuenta, ya planeaba despertarte con un balde de agua, temí que fueras a dormir por 100 años como la princesa de la rueca._ El joven moreno se veía ocupado moviéndose de aquí para allá en su cocina, agitaba una cuchara de un caldero pequeño, cogía dos frascos de vidrio vaciando su contenido ocasionando un humo de color rosa que llego a asustar al jovenzuelo de cabellera rubia.
_ ¿Qué haces?_ Se acercó a él para admirarlo mejor.
_ Cosas importantes que no entenderías aunque te las dijera._ el otro realizó un pucherito al ser rechazado. Pero no se rindió y cogió uno de los frascos de mayor tamaño, el cual, contenía un líquido de color blanco.
_ ¿Qué es esto?_ Alzó la botella, el ojinegro lo vio y dijo._ Es leche, me sorprende que no lo sepas, considerando que ustedes los humanos la consumen bastante, bestias de dos patas que amancillan animales inocentes._ Naruto no entendió la ofensa y continúo.
_ Pues nunca la he probado._ Confesó aun viendo el frasco.
_ ¿Enserio?, tks, eso es raro, bien, toma un poco para que la pruebes._ en su agitada mañana, agarró un vaso de madera limpio, sirvió leche de la botella y colocó ambos envases en su mesa desocupada, para que el chaval no le estorbara en su trabajo y por corresponder a su amabilidad._ Bebe la que quieras._ Le dio la espalda para proseguir con sus deberes.
_ Raro, pues nunca había visto a otra persona con orejas como las tuyas, eso si que te hace un humano extraño._ Agarró el vasito de madera, bebió un poco y le encanto. Se lo engullo quedándole un bigotito blanco que igualmente saboreo con la lengua para servirse más.
_ Es porque no soy humano, soy un elfo._ Aclaró sin voltear a verlo.
_ ¿Qué es un elfo?_ El otro dio un suspiro algo cansino e intentando contener la nada paciencia que poseía.
_ Digamos que los elfos y humanos tienen una constitución fisiológica muy parecida, pero, no espera, _ se detuvo a pensar. Supuso que si el humanito este no conocía ni algo tan común como la leche tampoco entendería sus palabras, debía usar un lenguaje más coloquial._ Somos parecidos en apariencia con la diferencia que nuestras orejas son puntiagudas, tenemos una vida más larga, respetamos a la naturaleza y nos bañamos en cambio ustedes los humanos son unos barbaros, egoístas, salvajes y poco o nada inteligentes.
_ Aja, eso es todo._ Respondió el rubiecito sin ofensa.
_Bueno, viven en la miseria y se matan entre ustedes, ¿quieres más?
_ Sí, está muy rica.
_Rica qué_ Volteo y descubrió su botella de vidrio completamente vacía._ ¡¡ ¿Pero qué has hecho!!? ¡Te la terminaste!_ refiriéndose a la leche, se arrimó a la mesa completamente cabreado y cogiendo su frasco hueco.
_ Tu dijiste que podía beber la que quisiera._ Comenzó a sentirse un poco nervioso por la actitud tan repentina del otro.
_ ¡¡Pero no toda!! ¡Diablos!_ se cogió el puente de la nariz luego miro al chico sentado frente a él._ ¡¿ves?! Esto es a lo que me refiero con los humanos, le demuestras un signo de confianza y se aprovechan hasta despojarte de todo, ocupaba esa leche para algo importante y no te detuviste a pensar que aun siendo mi leche la necesitaba y te la terminaste sólo por saciar tu hambre._ Lo miraba furioso.
_ De verdad lo siento, no era mi intención._ se encogió en su lugar, de verdad preocupado por ocasionarle problemas siendo que el otro lo rescato y fue tan gentil con él. No había comido nada en su estadía con el gigante, le dejaba lo que no era comestible como los huesos y cascaras y lo cierto es que tampoco había consumido nada de alimento en el pueblo antes de que se lo llevaran. Se sentía terrible._ Te ayudare a conseguir más.
_si claro, como si hubiera una vaca en medio del camino en este momento para ordeñarla._ Salió furioso de su casa dejando a un afligido doncel sentado en la silla. Para calmarse se fue directo a la izquierda donde había árboles de verde color y caminó hasta perderse de la vista de su venado que lo miraba curioso. El mismo animal escuchó unos pasos en la madera, provenientes de la cabaña, viró hasta divisar al doncelito que se fue en dirección contraria a la de su amo, donde había arboles de hojas negras. El animal relincho preocupado galopado al camino que tomó su jinete.
_ De verdad lo lamento, no era mi intención aprovecharme, ojala pudiera remediarlo._ Se recargó en uno de los troncos.
Un cuervo estaba posado en una rama del mismo árbol y escuchó al doncel en apuros, sus ojitos de ave encontraron fascinante la belleza notable del chaval. Aleteó y chilló consiguiendo que el rubio le hiciera caso._ Ako Ako Ako
_ Que quieres pajarraco, estoy ocupado lamentándome, sabes._ el cuervo seguía volando a su alrededor. Por alguna razón, Naruto presentía que le entendía._ ¿Sabes dónde puedo obtener leche?
_Ako Ako Ako._ Parecía una afirmación.
_ ¿Enserio?,¡oh que alegría! ¿Podrías llevarme?
_Ako ako _ El ave de plumaje oscuro comenzó andar en dirección del profundo bosque y el niñato no dudo en seguirle.
No caminó mucho, de hecho divisó una cabaña como la del elfo con la diferencia de que estaba descuidada, el cuervo entro por una ventana rota y Naruto con sus modales de pureza tocó la puerta un par de veces.
_ Entra, vamos entra._ Le ofrecieron desde adentro. Abrió la puerta, se pasó y se encontró con una anciana muy fea a ojos de cualquiera. El cuervo que le guío a ese lugar se acicalaba en un bastón que sostenía la mujer con la mano._ Mi nombre es Furofuki, soy la bruja de esta región del bosque, vamos, siéntate enfrente mío._ El joven así lo hizo._ Mi pequeño amigo me contó tu problema, creo que puedo ayudarte.
_ Sabe una cosa, en el pueblo que vivo no le tienen confianza a las brujas, dicen que son malas y han quemado algunas._ Naruto lo decía como si nada, sin miedo y en plena confianza, algo que disfrutaba la bruja.
_ Eso lo dicen porque no comprenden lo que uno hace, estamos aquí para ayudar._ Mentía descarada. Claro que les tenían miedo por las cosas atroces que llegaban hacer.
_ ¿No miente?
_No, deja te lo demuestro._ Se levantó y busco entre sus pertenencias y sacó un botellón de leche parecido al del elfo._ Aquí esta lo que quieres, pero quiero una paga._ Decía mientras rascaba el frasco con sus grandes uñas puntiagudas.
_ No tengo nada de valor._ empezó a frustrarse.
_ No te alteres._ Advirtió alzando un dedo. _El estrés vuelve la carne dura. Claro que tienes algo de valor que yo quiero.
_ ¿Y qué es?
_ Primero, si quieres la leche debes aceptar el trato, sólo será un intercambio de posesiones.
_ Bueno, pero primero quiero comprobar si es leche como dice._ Reaccionó astutamente.
_ Por supuesto._ Chasqueo los dedos y un recipiente de la repisa voló por si sólo hasta donde ellos, la vieja sirvió un poco y el vaso flotó a las manos del ojiazul. Lo bebió y efectivamente era el mismo líquido cremoso y dulce que le dio a probar el guapo pelinegro.
_ Sí es leche, bueno ¿Y qué quiere que le intercambie?
_ Es algo que no extrañaras, quiero tu belleza.
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Mientras tanto, un lindo elfo rascaba un palo con un cuchillo para hacer una flecha improvisada._ Estúpido humano aprovechado._ Se quejaba.
De pronto su ciervo blanco llegó donde él exigiendo que le siguiera, pero el teme se lo tomó con tanta calma que dedujo era por la preocupación causada al verlo partir sin avisar._ Tranquilo Shika, aquí estoy._ Como el cuadrúpedo insistía le cumplió el capricho._ De acuerdo ya voy._ el animalito se arrodillo en sus patas delanteras, demostrándole al elfo que deseaba ser montado, sin decir nada se subió y el reno corrió a toda marcha.
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_ Wow, porque actúas tan agitado, Shika?_ Miró dentro de su cabaña._ No me digas que el rubio éste causo algún desastre._ Se metió pero no vio a nadie y todo estaba en orden._ A lo mejor ya se fue._ Dijo para si como si nada, pero se puso a pensar con cierto remordimiento que su actitud exagerada ocasiono el huir del pobre doncel hambriento y aparentemente huérfano, su remordimiento le causo tal sensación pesada en el ombligo que imaginó al chico intentando volver a casa por su cuenta y que de seguro se perdió nuevamente.
Vio a su derecha, por fuera de su casa, los arboles ennegrecidos, por la presencia de un ser maligno en ese lugar y supuso el pobre destino del muchacho que tanto trabajo le costó proteger la noche anterior.
_ Aún no es muy tarde._ Presuroso, regresó a su cabaña por su capa, su arco y flechas además de otra cosa que necesitaba para rescatar al humano.
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_ ¿Quieres mi… belleza?_ Preguntó muy confundido, no creyendo la petición de la mujer, A Naruto se le hizo algo de poco valor considerando las historias que llego a oír sobre las brujas en el pueblo, secuestrando niños, echando bebés en sus calderas hirviendo, chupando sangre y robando gallinas y gansos por la carne; porque todas esas cosas eran consideradas de mayor valor que la dichosa belleza que ésta bruja le pedía. A su parecer, ésta le ocasionaba muchos problemas, en su niñez y también en su actual edad, mejor entregarla y recibir el líquido que el Elfo le presumió con tanta necesidad._ De acuerdo, me parece bien._ Comentó alegre y gesticulando una sonrisa zorruna.
_ ¡Bien! Entonces cerremos el trato con un estrechamiento de manos para intercambiar vienes. Con el dedo de la cazuela tócate la punta de la nariz y no la apartes de ahí._ El otro obedeció y la bruja alzó su mano derecha para acercarla al joven rubio que imito su acción para estrecharse las manos mientras que en la palma izquierda tenía el botellón de leche._ Magia de bruja comienzo a convocar que al sellarnos las manos cambiemos nuestros regalos._ PUM.
_ ¡Alto ahí bruja!_ Era el elfo que llegó a tiempo para salvar el día, había pateado la puerta de madera vieja, tumbándola en el impacto, el cuervo, asustado, revoloteo por todo el lugar.
_ Fuera de aquí elfo de magia blanca, estoy con una víctima._ Gesticulo enfadada y con su cara horrorosa._ Vamos, crio dame la mano.
_ No la escuches, ven acá.
_ Pero…
_ ¡Qué vengas te digo!_ El jovenzuelo obedeció y corrió para cubrirse detrás del alto y fibroso chico de orejas puntiagudas.
La mujer comenzó a cambiar de apariencia a una más horrible, como si su piel se estuviera pudriendo, sus ojos ahora no tenían iris ni pupila sólo una raya roja en el centro, sus uñas y manos envejecidas crecieron más y su cuerpo menudo aumento hasta que la cabeza de la señora casi rozo el techo.
_ ¡Mira lo que ha ocasionado, por poco consigo la hermosura eterna que tanto eh buscado! ¡Ya verás! ¡Te Voy a._ Levantó ambas manos con sus uñas sucias para lanzar una maldición pero.
_ Ortseun erdap, oleic le ne satse euq, erbmon ut aes odacifitnas_ Empezó adecir el Elfo, erguido, sin vacilación y sin temor. La bruja se alteró y chillo por el dolor que le causaban esas palabras, dejándola débil y volviendo poco a poco a su tamaño de antes mientras el ojinegro recitaba una y otra vez las mismas frases._ Onier ut sortoson a agnev,datnulov ut esagah
El joven ojiazul pudo apreciarlo primorosamente, aunque veía en su mayoría su espalda ancha y hermosa también podía apreciar su bello perfil; Esa nariz pequeña y respingada, sus ojos serios y frescos y esas fascinantes orejitas puntiagudas. Además su voz era tan… como decirlo, masculina y poderosa. Naruto sin querer expreso una hermosa sonrisa que profesaba una consideración especial hacia el elfo de cabellos negros por sus increíbles cualidades.
Es lo que se llama admiración, asombro, fascinación, entusiasmo, arrobamiento, encanto, Etc. Etc.
Con calma y pasos cortos, el joven apuesto retrocedió, empujando suavemente al doncel detrás de si con su mano para que imitara su acción. La bruja los siguió como pudo en su agonía, se tapaba las orejas y chillaba molestando los oídos de quien la oyera.
Llegaron a salir a salvo, Naruto notó un balde de agua fría en el suelo, donde se detuvieron._ Escucha Humano, tapate los oídos y no intentes leerle los labios a la vieja, ignórala y no desobedezcas hasta que te lo indique._ Más que hacerle caso, estaba fastidiado de oír a la mujer. El pelinegro agarro el cubo de agua y camino derecho a la señora fea que estaba ya un poco más calmada pues el elfo había parado con los rezos.
_ Veras Elfo, me las pagaras!!!._ Sin contemplación, el moreno le salpicó el agua del cubo, mojando a la nigromántica que al instante, se empezó a deshacer como bola de harina, lanzando insultos y maldiciones al elfo que también se cubrió las orejas.
El joven ojiazul veía a la bruja que no dejaba otra cosa más que su ropa regada en el piso, miraba a ambos con un profundo odio y desprecio que hela el tuétano pero siguió las indicaciones del pelinegro y no intento leerle los labios.
_ Listo, ya puedes destaparte los oídos._ Dijo y volteo a verlo pero él seguía con las orejillas cubiertas._ Eh dicho que ya te destapes._ El otro lo vio aun sordo pero comprendió que estaban a salvo, así que se descubrió sus orejas._ ¿ahora dime, en que rayos estabas pensando al venir aquí, con una hechicera demoniaca?_ esta vez uso una voz no tan calmada pero no parecía enfurecido como en la mañana.
El doncelillo, sin responder corrió rápidamente dentro de la choza y volvió con un botellón de leche que le ofreció al pelinegro para que lo tomara. El otro, dudoso, quedó anonadado por la causa de los hechos.
_Espera, arriesgaste tu pellejo por ¿esto?_ cuestionó sorprendido.
_ Sí
_ Tal vez no lo sepas, pero te lo voy a decir, las brujas no te dan cosas gratis, son unas malhechoras, seguramente planeaba sacarte los ojos a cambio de esto, o peor, quizá solo quería comerte y te embauco._ Regañó por la estupidez del otro.
_ Ella no iba hacer una cosa así, me ofreció un trato a cambio de la leche y yo acepte._ defendió el rubiecito.
_ ¿Y qué le ibas a ofrecer? Si se puede saber._ Contestó igualmente a la defensiva.
_ Ella quería mi belleza a cambio._ Comentó simple.
_ Tu belleza ¿enserio ibas a renunciar a tu belleza por algo tan simple como una botella de nata?_ Preguntó ahora más incrédulo, era el trato más absurdo que jamás había oído.
_ Sí.
_ ¡¿Porque?!
_ Porque era algo que tú necesitabas y por mi hambre y egoísmo me acabé la leche que te pertenecía, no quería causarte importunos así que busque leche para ti, para enmendar mi error._ Dijo apenado el doncelito con la mirada gacha. Extendió de nueva cuenta la lactosa sin mirar al otro por pena._ Perdón._ Agregó arrepentido.
Al elfo se le quería caer la cara de vergüenza, los importunos eran culpa suya. El chaval de cabellos de oro sólo demostró con la glotonería el descuido por falta de atención de sus parientes humanos, sin embargo, el chico manifestó todo menos ser egoísta, al ser todavía una cría humana su corazón no estaba envenenado como el resto de su raza, arriesgó su bienestar para hacerlo feliz a él porque el humanito tenía buena voluntad.
Y él no reveló otra cosa más que ser un Elfo berrinchudo y enojón, algo que no debería ser parte de su raza fina. Tampoco se iba a disculpar con el doncel, nunca un elfo le debió las disculpas a otros que no fueran los de su especie, mucho menos a los humanos que eran de una etnia tan retrograda e inferior. Esta no iba ser la primera vez así que sólo agregó.
_ De acuerdo, rubio, lo hiciste bien, sé que mi actitud te asusto y te inclinó hacer esta acción pero no lo vuelvas hacer._ Tomó finalmente la botella y el ojiazul lo miró a los ojos de nueva cuenta con inmensa alegría.
Y ambos caminaron juntos de nuevo hacia la cabaña del Elfo. Uno miraba enfrente a lo lejos y el otro se deleitaba viendo su perfil con dulce cariño, sin mirar atrás donde yacía la choza de la vieja fea ya que si uno volteaba a ver el recinto de una bruja recién muerta se daba al mal augurio.
Fin del segundo capítulo