Letra A: Almohada y abrazo.
Esta vez era innegable. Era la última noche en la que la escucharía y se lo iba a decir. Mei podía soportar muchas cosas en silencio; como su desobediencia a las reglas de la escuela, su insistencia por los mangas yuri o su extraño gusto por los peluches deformes, pero estaba completamente segura de que no aguantaría ni un segundo más sus quejas sobre el mal dormir de Yuzu.
¡Y en verdad que era insoportable! La rubia últimamente padecía de un desorden del sueño que le impedía quedarse quieta durante la noche. Se movía de un lado a otro en la cama continuamente y entre sueños se quejaba con gruñidos. Si Mei continuaba sin dormir sus 7 horas establecidas, la Academia Aihara sufriría de primera mano la frialdad de la presidenta.
Ya cenadas, duchadas y con los deberes organizados, la hora de dormir llegaba de nuevo al departamento de las hermanas. Yuzu terminaba de arreglarse las uñas y Mei guardaba sus notas para la escuela. Cuando ambas terminaron, la rubia se disponía a apagar la luz pero fue detenida por la menor. Mei como siempre estaba inexpresiva pero Yuzu en esta ocasión sintió un particular cambio de aires.
_ Ah… Mei… ¿todo está bien?- pregunto la gyaru algo insegura.
_ Necesito hablar contigo- fue lo único que dijo la presidenta antes de arrastrarla a la cama para sentarla a la fuerza- Estoy cansada de todo esto-
_ ¿De qué estás hablando?-
_ Puedo soportarlo por uno o dos días, cinco como máximos pero dos semanas es suficiente. Necesito que me digas que es lo que te impide dormir bien por la noche- Mei parecía casi desesperada por una respuesta.
Yuzu lucia confundida por lo dicho, normalmente cuando su hermana menor la regañaba era por las reglas de la escuela pero en esos momentos no lucia tan molesta como ahora.
_ No te entiendo ¿me muevo mientras duermo?-
_ Y gruñes- añadió la pelinegra.
La rubia se rasco la nuca como gesto de vergüenza- Debe ser porque no encuentro mi almohada especial-
_ ¿Qué cosa?- pregunto extrañada Mei.
_ Mi almohada especial. La compre en línea, es de edición limitada de un evento de Yuzubocchi, solía abrazarlo inconscientemente mientras dormía-
_ ¿Cómo no lo note antes?- se pregunto para sí misma la menor pero Yuzu no se dio cuenta.
_ Debe ser por que solía tener un cobertor, pero hace dos semanas lo había lavado y cuando ya estaba listo la almohada había desaparecido ¿no la has visto?-
¡Oh, por supuesto que la vio! Creyendo que otra vez Yuzu compro algo innecesario y horrible, Mei había desechado la almohada a la basura. De haber sabido que eso impedía que su hermana se volviese un torbellino sonámbulo ¡La habría conservado!
_ No, no la he visto- mintió tosiendo un poco- pero tenemos que hacer algo, pues no creo soportar otro día contigo como batidora-
_ Oh no te preocupes por eso, solo tengo que abrazar algo ¿Qué tal uno de mis peluches?- Yuzu iba a aprovechar la situación para traer sus amados peluches de vuelta del armario.
_ Ni hablar, no quiero esas cosas horrible de nuevo por aquí-
_ ¿Entonces…?-
_...- lo pensó un momento y de repente un tenue sonrojo apareció en sus pálidas mejillas- Tengo una idea… solo… recuéstate-
Extrañada, la rubia hizo lo que le pidieron. Mei fue hasta el interruptor y apago la luz. Con la habitación a oscuras, Yuzu se esforzó para poder ver a su hermana, no fue necesario ya que sintió un peso a su lado y un firme agarre en su camisa. El suave aroma a jazmín le llego y con ello una agradable sensación en el pecho.
_ Ahora por favor duérmete- ordeno la pelinegra manteniendo la mirada baja.
_ Claro, gracias Mei, buenas noches- afirmo el agarre tomándola de la mano y cerró los ojos- Te amo…- susurro durmiendo al instante.
Mei suspiro por lo dicho y también cerró los ojos.
Ahora ambas podrían descansar…