Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Love Hurts por MissWriterZK

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este capítulo es algo más diferente. En él se muestran aspectos del pasado de Kate y los famosos flashbacks. Hoy toca verla como una estrella del rock revelación. Sensual, atrevida y juguetona. ¡Espero que disfruten!

PD: Noemí, gracias por los comentarios jajaja. También dedicado a ti, probablemente, dentro de poco será el turno de Kim.

—¿Te gusta mi nuevo coche? Fue el regalo de cumpleaños de mi hermano.

—¿Bromeas? ¿Cómo no me va a gustar? Es el nuevo volvo S90 Inscription.

—Bueno, eso de tener un hermano CEO, tiene sus ventajas. He de decir que se ha estirado bastante. El muy idiota lo compró con lo más caro que había…

—¿No es bueno?

—¡Es demasiado bueno! Cámara 360º, sensor de peligro en situaciones de tráfico, las mejores llantas, volante deportivo, asientos con masaje, techo solar, los mejores altavoces y un largo etcétera. ¿Para qué necesito tantas cosas?

—Tu hermano se preocupa en exceso por tu comodidad y seguridad. Eres lo único que le queda, no te olvides de ello. —contestó con sinceridad y admirando esa bestia.

—Supongo que tienes razón, nada es lo mismo desde que mis padres fueron a pilotar su jet privado y jamás regresaron.

—Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. —me tranquilizó acariciando mi mano.

—Bueno, ¿subes o te quedas ahí? —pregunté con una sonrisa burlona, al mismo tiempo que abría la puerta del copiloto.

—¿Cómo sabes que no he traído coche?

—Creo recordar que en una de tus redes sociales pusiste algo de que tu coche estaba en el taller. —hablé mientras arrancaba.

—¿Me sigues en redes sociales?

—¡Cómo si tú no hicieras lo mismo!

—Touché.

—Acabas de ceder a mi argumento basado en una falacia. —reí comenzando a conducir.

—Puede que sea una falacia, pero es cierto. No tengo nada que decir. No quería alejarme totalmente de ti, por ello te sigo siguiendo…

—Por eso mismo te sigo yo.

—¿Estoy alucinando o tiene ocho marchas?

—No, no alucinas. El único fallo que le encuentro es que es automático, prefiero cambiar manualmente.

—Ryan se encargará de pagar tus multas por exceso de velocidad, ¿no? Como te descuides…

—Eso le dije yo. —suspiré divertida, viendo a la velocidad que subían los kilómetros por hora.

—Si tú tienes este coche, ¿cuál tiene él?

—Un Aston Martin Vantage.

—Es asquerosamente rico, por lo que veo.

—Yo también lo soy, que no se te olvide. Él insistió en que me quedara con toda la herencia y la mitad de las acciones de su multinacional, son mías.

—Y aquí estás. En vez de estar en un despacho acristalado dando órdenes, reuniéndote con las figuras más importantes del mundo y organizando un montón de citas.

—Aún puedo ordenar a los alumnos, además, ya sabes que me van los retos y no soporto la rutina.

—Todavía recuerdo cuando eras una estrella del rock y una universitaria más normal y no enterrada en dinero…

—Entonces eras tú la poderosa con tu tráfico de drogas de diseño.

—¿Es normal que no me arrepienta de nada?

—Yo tampoco me arrepiento, forma parte de nuestro pasado y gracias a él nos conocemos y somos quienes somos.

—Tu filosofía de vida es una de las cosas que me hicieron caer por ti.

—No utilices filosofía y yo en una misma oración, me da alergia. —bromeé sacando la lengua.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Por qué no me has dejado continuar con la respuesta? ¿No quieres que se enteren de tu pasado?

—Prefiero permanecer en la sombra y guardarme las cartas bajo la manga.

—Estuviste espectacular con aquel fan…

FLASHBACK

En aquel tiempo, era toda una rebelde o simplemente, la música me permitía ser yo misma sin ataduras ni presiones. Mi cabello era corto y desigual, el lado derecho llegaba a mi hombro y el izquierdo se quedaba a la mitad de mi oído, revelando mis numerosos piercings. Mi carácter era desenfadado, travieso y muy juguetón. También presentaba mi habitual halo misterioso y magnético, mi sinceridad desconcertante y mi intelecto superdotado. Había muchos tipos de genios y yo era un genio musical.

Después de casi dos horas de tocar con mi grupo y dejarme la piel y parte de mi garganta en las canciones, por fin terminó el concierto y pude sentarme en uno de los taburetes de la barra y acercarme a la chica de cabello como la noche que me estuvo devolviendo la mirada toda la noche. Mentiría si dijera que no me sentía atraída por ella. Tenía un algo diferente.

Me acerqué a ella y me senté a su lado, aprovechando que su grupo se había ido, quizá se había quedado un poco más para acercarse a mí, aunque lo dudaba mucho.

—¿Nunca te han dicho que mirar a los ojos fijamente durante mucho tiempo es una insolencia? —pregunté bromeando y sonriendo con sensualidad.

—¿Y nunca te han dicho que tienes unos ojos preciosos? Normalmente el hielo produce frío, pero el verde hielo de tus ojos me hace derretirme. —coqueteó en un susurro contra mi oído.

«Huele demasiado bien… pero no puedo entregarme directamente. Cabeza fría, Kate.»

—¿Quieres una copa? No te he visto beber mucho y esa cerveza tiene pinta de estar caliente. Yo invito.

—¿Qué hace una estrella del rock, una trompetista célebre, la ganadora con honores al premio pianista del año durante cinco años consecutivos y una mujer tan sexy invitándome a algo?

—¿Te has leído mi palmarés para venir preparada? —vacilé perdiéndome en sus ojos grises.

—Quién sabe.

—¿Chupitos de tequila? —le hablé ofreciéndole uno.

—¿No se supone que los cantantes debéis cuidar vuestra garganta y no tomar alcohol?

—Preciosa, no soy una vocalista ordinaria. Bebe por esta noche maravillosa.

—Creía que dirías «bebe en mi honor»

—Eso no va conmigo. Si algo me enseñaron, fue a nunca perder la humildad. Además, me lo debes, he visto como pasabas bolsitas a ciertos comensales.

No dijo nada, solo me miraba intrigada y sorprendida. Atenta a cualquier decisión que tomará.

—Déjame adivinar. Eres una estudiante de Química que, por problemas familiares, ha entrado a una banda para crear y traficar y así, saldar una deuda. No es por dinero, provienes de una buena familia adinerada.

—¿Quién eres tú?

—Solo soy una música prodigiosa y una estudiante de Historia de Matrícula de Honor. Puedo ver el miedo en tus ojos, sé que he acertado. No diré nada, sé guardar un secreto.

—¿Qué quieres a cambio?

—Tu nombre y nada más. Todo el mundo tiene sus secretos.

—Me llamo Kimberly.

—Ha sido un placer, Kim. Tus miradas me han animado más de lo normal. —me despedí besando su mejilla con suavidad y metiendo un papel con mi número de teléfono para protegerla en el bolsillo de su chaqueta, después de haberme bebido otros dos chupitos más—. No quiero irme, pero ha llegado la hora de firmar autógrafos y hacerse fotos, mis chicos me estarán buscando.

Y con esas palabras me puse mi chupa de cuero negro y me perfumé con el bote de mi bolsillo, le guiñé un ojo y me alejé. No era buena idea hacer esperar a mis fans, sabía lo insistentes que eran.

Después de haber firmado una larga cola de autógrafos, haber posado de mil formas distintas y haber contestado a un sinfín de preguntas, pude respirar tranquila, aunque no por mucho tiempo. Me acerqué curiosa al lugar en donde escuchaba a dos hombres discutir.

—Te digo que no voy a firmar nada.

—¿Por qué no?

—Porque sé que vas a vender la firma. Puedo verlo en tus ojos.

—¡¿Pero qué?! ¡Es para mi hermana pequeña! ¡Tú mismo dijiste que la vocalista de «Love Hurts» no daría autógrafos! También le gusta tu música, ¿tanto trabajo te cuesta firmar aquí?

—No me das pena. Y ahora, ¡largo!

—¡Edgar! ¿Cómo puedes mentirle de esa forma y tratarlo así?

—¡¿Kate?!

—Sí, la que no iba a dar autógrafos según tú. ¿Por qué crees que va a vender tu firma?

—Fíjate en su aspecto.

—¡Por eso te dejé! ¡Madura ya y deja de juzgar a la gente por su aspecto! Parece que no has aprendido a valorar las cosas.

—¡No me dejaste, fue algo mutuo!

—Tú y yo sabemos que no abriste la boca durante toda la conversación.

—Ya me echarás de menos y correrás a mis brazos.

—Sigue soñando, ahora me siento plena y libre. Nadie me controla y mi apartamento permanece limpio siempre.

—¡Al menos a mí no se me ha subido la fama a la cabeza!

—¿Por qué dices eso? —pregunté con desinterés mientras firmaba y dedicaba el autógrafo para ese fan—. ¿Cómo se llama y cuántos años tiene? —hablaba con suavidad y dulzura, mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios. Me encantaba sentir como mi música llegaba a otros corazones.

—Se llama Megan y tiene catorce años.

—¡Qué recuerdos! Yo empecé a escuchar rock con su edad, dile que siga así. —me despedí con un guiño para seguir discutiendo con el idiota de mi ex.

—¿Quién sale al escenario con las gafas de sol por la noche dentro de un local?

—¿Quieres saber que me ocurrió? —grité quitándome las gafas y mostrando un ojo morado.

—¡¿Otra pelea?!

—Iba corriendo por el río cuando vi como una mujer tiraba unos gatos al agua. ¿Qué querías que hiciera? ¿Pasar y hacer como si no hubiera visto nada? Lo primero que hice fue meterme en el agua y salvar a los gatitos y, lo segundo, abalanzarme sobre la mujer y golpearla por idiota.

—Así que… ¿el golpe te lo dio ella?

—No, se arrepintió después de la primera bofetada y comenzó a llorar. Tengo el ojo morado porque me choqué con un árbol camino al veterinario. Sabes que es imposible golpearme, soy cinturón negro en todas las artes marciales.

—Si tuvieras que proteger a alguien, dejarías que te golpearan.

—¡Claro que lo haría! Prefiero que me hagan daño por otros a que, por mi culpa, salga alguien herido.

—Lamento haberme comportado así… tienes razón, necesito madurar. —esas fueron sus últimas palabras antes de marcharse de ahí.

Yo respiré tranquila y me apoyé en la pared de ladrillos, al mismo tiempo que encendía un cigarrillo y comenzaba a fumarlo. Su sabor era mentolado y no tenía nicotina. Una vez que le había dado dos o tres caladas, la llamé.

—Kim, ya puedes salir. Sé que me has seguido desde que salí.

—Creía que el ojo morado era maquillaje.

—Es un maquillaje muy real, tanto que duele si lo tocas. —bromeé arrancándole una sonrisa.

—Eres increíble. Tuviste el valor para rescatar a los gatitos, y la paciencia y confianza para consolar al fan y regañarle al idiota con aires de grandeza.

—Es lo normal. Mi lema es: «si puedes hacer algo, hazlo. No importa si luego no sale como planeabas, al menos, lo intentaste.» Otro de mis favoritos es «vive cada momento como una eternidad. Nunca se sabe cuando llegará tu hora, así que, asegúrate de que cuando llegue tu hora, tengas recuerdos memorables.»

—Suena a Nietzsche.

—Entre tú y yo. Odio la filosofía, pero mi profesora me explicó a Nietzsche de una forma que me encantó.

«¿Cómo se puede ser tan misteriosa y atrayente? ¿Será un derivado de ser una estrella? Se ve tan sexy envuelta en el humo blanquecino mentolado…»

—¿Me dejarías hacerte una foto? Te ves increíble, rozando lo irreal.

—Eres libre de hacer lo que quieras. Posaré para ti. —contesté divertida, alborotando mi cabello y volviendo a ponerme las gafas.

Posé con una complicidad, sensualidad y naturalidad inédita, ella me hacía sentirme libre, en paz conmigo misma. Jamás imaginé que algo más que la música pudiera aportarme esa sensación. Sonreía, guiñaba los ojos, sacaba la lengua en tono juguetón, expulsaba el humo fundiéndome con él… Desconocía cuantas fotos me habría hecho.

—¿Has sido modelo? Te muestras tan desenfadada ante la cámara que pareces profesional.

—Solo en ocasiones puntuales.

—¿Cómo te envío las fotos?

—Ya lo averiguarás… —susurré traviesa y lentamente, antes de robarle un beso electrizante y mágico—. Ese es el precio de mi silencio y de la sesión que acabo de ofrecerte. Nos veremos, Kim. Debo irme, a este paso dormiré menos de tres horas y tengo clase a primera hora. Deberías hacer lo mismo.

—¿Dónde vas tan pronto? La noche es joven. —me dijo tomándome por la muñeca, atrayéndome a ella y besándome con pasión.

—Eres muy traviesa, pero te perdono porque me encanta como besas. Contáctame y repetimos algún día. Quiero conocerte, Kim. —suspiraba entre risas, acariciando sus suaves labios con la punta de mis dedos.

Notas finales:

¿Kate con un hermano multimillonario? ¿Conocerá sobre su pasado poco legal? ¿Tendrá algo que ver en su relación? De momento no lo sé, solo se descubrirá siguiendo la historia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).