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La guerra del orgasmo por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

En el capítulo anterior, dije que ibais a odiar a Takano. Si hubiese publicado el capítulo original (una violación en toda regla), sería cierto... Pero prefiero no herir la sensibilidad de nadie. Además, no apruebo todas esas temáticas de te-violo-y-luego-me-enamoro y tal... Además, si llegara a publicar el capítulo ese, el fic acabaría mal, desde luego. 

No podía ser posible. El tipo que lo había apuntado a un extraño concurso televisivo, y el que le había dado con su boca el mejor orgasmo de su vida, no era ni más ni menos que su amigo Onodera Ritsu, aquel pequeñajo bi, de carácter cambiante, demasiado cambiante... Nunca hubiera pensado esto de él. 

Tenía que reconocerlo, Ritsu era atractivo a su manera, no muy alto, delgado, con un cabello castaño lacio que le cubría los ojos y unos ojos verde claro que brillaban con malicia... ¿Qué estaba pensando Takano? El gran Takano, el súper-macho alfa-heterosexual que nunca haría nada con un hombre... Estaba deseando probar a Ritsu, en parte por venganza... Pero más por deseo, aunque no lo reconocería ni ante sí mismo.

Takano pensó muy bien lo que iba a decir a continuación.

-Tengo que reconocerlo Ritsu, me has dado una buena lección... Pero había otras maneras. Eres consciente de que esto se emite en directo, ¿verdad? 
-Sí... y lo siento... Estaba enfadado y... 
-Tienes suerte de que nunca me ha importado lo que piensen o digan de mí. Pero te pido un favor, hagamos como que esto nunca sucedió, ¿de acuerdo? 
-No entiendo lo que quieres decir... 
-Que tú y yo no tendremos ningún tipo de relación, fuera del trabajo o la amistad. 
-Me parece bien.

Parecía que todo había terminado bien para Ritsu. En ocasiones sus ideas de bombero lo metían en situaciones embarazosas, se había librado de muchas y hubo un momento en el que la expresión de la cara de Takano le dio miedo... Pero, inconsciente como era, ya estaba respirando aliviado. 

-Dentro de unos días te llamaré y nos veremos de nuevo. Ahora tengo demasiado trabajo... Y debo pensar algunas cosas. 

-De acuerdo. 

Ritsu se marchó junto con su amiga An, que no había abierto la boca en todo el rato. La vida siguió normal para ambos. An con su trabajo en la tele, Ritsu aprendiendo de su padre en la editorial Onodera y Takano como editor de manga en otra editorial. Un par de semanas después, Ritsu salía del trabajo, cuando se encontró con un sonriente Takano esperándolo en la entrada de Onodera Ed. No habían hablado, pero como quedaron en verse no se le hizo extraño. 

-Buenas, Ritsu, ¿cómo te ha ido? Espero que esta noche estés libre. 

-¿Qué me vas a proponer, Takano? Espera que me lo piense... -Se comportaban como siempre y Ritsu se sintió como si le hubiesen quitado un peso de encima. 

-Tengo el coche en la entrada. Vamos al bar que han abierto hace poco... 

Ritsu aceptó. Total, no tenía nada mejor que hacer. Salieron de la editorial y subieron al coche, uno al lado del otro, riendo y bromeando como lo habían hecho siempre. 

Pronto, Ritsu se dio cuenta de que no iban en dirección a la zona de bares que solían frecuentar. Al contrario, se dirigían hacia una zona residencial conformada por edificios de muchos pisos. 

-Takano, ¿Dónde me llevas? 

-Está claro. A mi casa. He decidido que bebamos allí. 

Ritsu se sentía intranquilo. Takano dejó su coche en el aparcamiento de su edificio y subió junto a Ritsu hasta el piso 12. El primer piso de esa planta, el 1201, era el suyo. 

-Entra, Ritsu. 

Entraron, y cuando Ritsu se dirigía a la sala de estar, Takano lo cogió del brazo y lo llevó hasta su habitación. 

-¿Qué haces? ¿Por qué me llevas aquí? 

-Es obvio. Tú y yo tenemos algo pendiente. 

-¿Qué...? 

-Eres demasiado inocente para hacerme este tipo de bromas, Ritsu. Te voy a enseñar esta noche, que hay cosas con las que no se juega... -Decía Takano, arrinconando a Ritsu hasta el punto de hacerlo caer de culo a la cama. -Te voy a demostrar que yo también puedo hacer feliz a un hombre... 

Takano empezó a quitarse la ropa, hasta quedar sólo con la interior. Se tumbó en la cama, al lado de Ritsu y se le ocurrió besarlo, tal y como lo haría con una mujer. Le gustó. Los labios de Ritsu eran suaves, adictivos, y el beso fue más allá, Takano pronto le mordía el labio para poder introducir su lengua dentro de la boca del menor, paralizado por la sorpresa y algo más... 

-Como yo lo pensaba. Ritsu, eres demasiado inocente para según qué cosas. Ni siquiera te han besado como toca... -Volvió a besarlo, mientras empezaba a meter las manos debajo de su camiseta.  -Tienes suerte de que soy un hombre comprensivo, otra persona hubiese sido más ruda y te hubieras llevado un trauma. -Bajó con su boca hasta el cuello, lamiendo ahí y mordisqueando el lóbulo de la oreja derecha de Ritsu, al que se le puso la piel de gallina. Paró un momento para quitarle la camiseta... ¿Qué estaba haciendo? ¿En qué momento empezó a disfrutar lo que hacía? Decidió apartar esos pensamientos de su mente y se concentró en Ritsu, era una nueva sensación tener a un hombre como él a su merced... Y era demasiado excitante. 

Ritsu estaba sin camiseta, debajo de Takano, rojo como la grana y con sus ojos cerrados. Aunque se sentía maravillosamente bien, sabía que Takano sólo le estaba dando una lección... y debía agradecerle que no fuera brusco. A pesar de su carácter y de sus terribles ideas, Ritsu no tenía más experiencia que un par de besitos tontos y algún tocamiento. 

Takano siguió bajando por su clavícula, hasta llegar a sus pezones, los cuales estimuló con las manos y la boca, haciendo turnos. Ritsu levantó la cabeza para decirle algo a Takano, quería que sonara contundente, pero sólo le salieron débiles gemidos. 

-Takano, no me toques ahí... No soy una mujer. 

-Lo sé perfectamente. Quiero hacerte sentir bien... Y lo estoy consiguiendo, ¿verdad? -Mientras hablaba, Takano había bajado una de sus manos hasta presionar levemente cierta zona del cuerpo de Ritsu, que se hallaba ya muy endurecida. Ritsu soltó un jadeo que animó a Takano a continuar, bajándole el pantalón y la ropa interior hasta volver a tocar aquella zona, ya libre de las capas de ropa. 

Takano movía la mano de arriba a abajo. Aunque no conocía el cuerpo de un hombre, él lo era, y sabía lo que le gustaba, así que lo hacía con Ritsu. El menor daba muestras de sentir un gran placer, y cuando Takano pasó un dedo sobre la punta de su pene casi da un salto en la cama. 

En algún momento, el encuentro de estos dos chicos había pasado de ser una simple venganza a algo muy caliente, que estaban disfrutando los dos por igual. Takano se descubrió igual de excitado que Ritsu, a punto de explotar y deseando hundirse de golpe en él... Pero aún tenía que esperar, debía juntar todo su autocontrol. Mientras tanto, seguía moviendo la mano sobre el miembro hinchado de Ritsu, a veces rozando la húmeda punta, otras veces legando hasta los testículos. Ritsu no pudo soportarlo por mucho tiempo, y arqueando la espalda, se corrió en la mano de Takano. 

-Takano... Lo siento, yo... 

-No importa, Ritsu. -Takano no se limpió la mano, utilizó ese líquido para acceder a otra parte del cuerpo de Ritsu... Allí donde nunca había accedido nadie. 

Insertó un dedo en su interior, y Ritsu se quejó del dolor, revolviéndose un poco. 

-Takano, eso duele... 

-Lo sé. Pero es necesario, si no te dolerá más. 

Ritsu estaba asustado. ¿Qué le dolería más? En estos momentos se arrepentía de todo, de su genial idea. Otro dedo más en su interior, y sentía que Takano los movía como si estuviese imitando el movimiento de unas tijeras. Un susurro en su oído... 

-Relájate, tranquilo, Ritsu... Si te relajas, no dolerá tanto... 

Dos minutos, tres, cinco... Takano sacó sus dedos e intentó meter otra cosa. Ritsu se dio cuenta... Estaban unidos, pero el dolor era tan intenso que hizo que se le llenasen los ojos de lágrimas. 

-Te dije que te relajases... -Takano volvió a besar a Ritsu... Ni él mismo sabía por qué lo hacía. Cuando Ritsu se tranquilizó un poco, el mayor empezó a moverse dentro de él. Era su primera vez con un hombre... Pero alguien debía estar tranquilo. Takano debía mantener la calma, a pesar del deseo creciente de moverse y liberar su esencia masculina dentro de aquel cuerpo. 

Pronto, Ritsu pareció olvidar el dolor y el movimiento aumentó su intensidad. No tardaría mucho en terminar, y parecía que Takano tampoco. Ritsu no podía evitar gemir, disfrutaba de la sensación de tener a Takano dentro de él... y el mayor tampoco se quedaba atrás, seguía moviéndose dentro de él hasta que dio en un punto que hizo que Ritsu se corriese casi al instante, y Takano al cabo de unos segundos. 

Takano salió del cuerpo de Ritsu y le pasó un paquete de toallitas húmedas para que se limpiase un poco. Mientras Ritsu se recomponía, Takano se dio una ducha, se vistió y entró en la habitación a preguntarle: 

-¿Te llevo a casa... O prefieres dormir aquí? 

-Mejor llévame a casa. 

Takano dejó a Ritsu en su casa. No se despidieron, ni quedaron en volverse a ver. Tenían demasiadas cosas en las que pensar. 

FIN... O CONTINUARÁ... 

Notas finales:

De momento lo voy a dejar como un two shot. Si se me ocurre algo más ya lo iré publicando. 


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