A la mañana siguiente, Masamune estaba decidido a hablar con las personas involucradas en la historia que Nowaki le comentó. Primero, iba a hablar con el compañero de cuarto de su hermano, Shinobu y posteriormente iba a buscarse una manera para poder hablar con la presunta “victima” del robo, Usami Akihiko. Eran aproximadamente las seis de la mañana cuando el azabache se levantó de su cama y fue a buscar a Shinobu. Según, las descripciones que le había dado una doncella, Shinobu era un chico de baja estatura, complexión delgada y rubio. Con lo cual, no iba a ser difícil encontrarlo. No era muy común ver chicos rubios en Ohara. Cuando llegó a la habitación que le pertenecía a su hermano, entró de forma súbita sin ni siquiera haber golpeado con antelación. En ese momento, un sonrojado Shinobu se exaltó.
-¿¡PERO QUÉ DEMONIOS TE PASA!?-preguntó exaltado el rubio mientras le lanzaba una almohada al azabache.
-Perdón que no haya avisado que entraría-comentó Masamune- Pero necesito hablar contigo-añadió con una mirada desafiante
-¿Conmigo?-preguntó Shinobu confundido
-¿Eres Shinobu, verdad?-preguntó el ojimiel
-Sí, soy yo, ¿qué quieres decirme?-preguntó algo fastidiado el menor.
-Escuché que eras el compañero de cuarto del chico que despidieron-respondió Masamune.
- Sí, así es. Era el compañero de Misaki-comentó el rubio.- Aunque sabes, me alegro que por fin se haya ido.-añadió el menor con una sonrisa malévola
-¿Te alegras?-preguntó el mayor levantando una ceja.
-Sí, él era antes el encargado de este piso y con su despido, ahora lo soy yo- dijo triunfante el menor. Masamune se quedó estupefacto ante tal declaración. No podía creer que alguien fuera tan ambicioso que no le importa lo que le pase a los demás con tal de que tenga beneficios para sí mismo.
-¡Enhorabuena!-dijo con una falsa alegría el azabache.-Si no es molestia, me voy, tengo que seguir en mi trabajo-añadió el ojimiel. En eso el mayor salió del cuarto del rubio, más antes de cerrar la puerta escuchó un susurro del menor.
-Vaya chico tan raro- mencionó el menor mientras Masamune cerraba la puerta.
Muchas cosas pasaron por la mente del mayor en ese momento. Estaba totalmente sorprendido con la actitud del rubio. Después de haberle escuchado decir que estaba feliz por la ausencia de su hermano, sabía que no debía fiarse mucho de él. Así que empezó a ingeniarse una forma para poder acercarse a Usami Akihiko. Sabía que no iba a ser fácil. Sin embargo, una idea loca pasó por su menté y se fue directamente al cuarto de trajes del hotel (era el sitio donde todos los huéspedes mandaban a lavar y planchar sus trajes). Allí encontró un traje que recién había sido planchado, lo tomó y se lo puso. Para suerte del ojimiel encontró una corbata y unos zapatos que hacían juego con su traje. Cuando salió del cuarto se encontró con Nowaki.
-¿Pero qué demonios te ocurre Masamune? ¡No puedes ir paseando con trajes de los huéspedes por todo el hotel!-dijo un furioso Nowaki.
-Cálmate Nowaki, es parte de mi plan-intentó calmarlo el azabache, pero el peliazul lo interrumpió.
-¿Cuál plan Masamune?-Dijo algo curioso el ojiazul.
-Esta mañana hablé con Shinobu y no pude sacarle información de mi hermano. Ahora, hablaré con Usami-respondió Masamune.
-Espera… ¿¡Hablaste con Shinobu!? Y ¿¡Cómo es eso que quieres hablar con Usami-Sama!? ¿Estás loco o qué?-preguntó Nowaki.
-Después te contaré. ¿Me ayudarías con esta? ¿Cómo puedo acerca a Usami, sin que sea tan sospechoso?-dijo el azabache.
-Definitivamente estás loco….. La única forma que se me ocurre para que puedas acerca a él, es por medio de su padre, Usami Fuyuhiko-respondió el ojiazul levantando los hombros.
-¿Y cómo haré eso?-preguntó Masamune
-No lo sé Masamune, podrías intentar decirle que le conoces de algún negocio o algo.-dijo Nowaki.-Perdona no ayudarte más, pero mi padre me encomendó atender la mesa del señorito Ritsu-añadió el peliazul.
-No te preocupes Nowaki, me has ayudado mucho. Hallaré la forma de hablarle a Usami Fuyuhiko-respondió el azabache con una sonrisa.
En ese momento, Nowaki entró a la cocina y tomó unas cuantas copas de vino. Mientras tanto, Masamune procedió a ir al vestíbulo del hotel, ya que era allí donde se celebraba la fiesta del hotel esa noche. Cuando llegó al sitió vio a Ritsu hablando con un señor algo mayor, se procedió a acercase de manera sigilosa para que el castaño no se diera cuenta de su presencia.
-¡Qué bueno es tenerle de nuevo señorito Ritsu! Comentó el señor.
-Lo mismo opino, Fuyuhiko-sama-dijo Ritsu con una pequeña reverencia. Cuando Masamune escuchó ese nombre, se quedó cerca de ambos para escuchar la conversación.
-Sigues siendo igual de lindo-comentó el mayor mientras le daba un beso en la mano al menor- ¡Qué lástima que tu madre te haya comprometido con Kyo-san! Hubiese querido que el afortunado hubiera sido mi hijo Akihiko-añadió Fuyuhiko. En ese momento de forma inconsciente Masamune apretó sus puños. En ese instante pasó Nowaki con unas copas de vino y Masamune tomó una y la bebió de un solo golpe
-¡Masamune, Cálmate!-le susurró Nowaki.
-¿Pasa algo Nowaki?-preguntó Ritsu confundido. En ese momento, el azabache volteó su rostro para evitar que Ritsu lo viese.
-No pasa nada señorito, solo estaba sirviendo el vino-comentó el peliazul con una sonrisa.-¿Se les ofrece una copa de vino, señores?-preguntó el peliazul.
-Gracias Nowaki- le sonrió el ojiverde mientras tomaba una copa de vino. Fuyuhiko también tomó una copa. Y en ese momento Nowaki se fue, sin antes decirle a Masamune que se mantuviese tranquilo y que no llamara la atención de Ritsu.
-Y bueno Fuyuhiko- sama, escuché que tuvo buenos negocios con la famila Saga, hace poco-comentó el castaño
-Oh sí, Saga Shin es un buen amigo mío. Es bueno hacer negocios con ellos-sonrió el mayor. En ese momento Masamune, ya sabía qué iba a hacer. Por suerte suya, en ese instante, Aikawa llamó a Ritsu para que hablara con unos invitados. Con eso, el azabache procedió a acercarse al mayor.
-¿Usami Fuyuhiko?-preguntó Masamune
-Así es, ¿con quién tengo el gusto de hablar? -preguntó algo confundido el mayor.
-Mi nombre es Saga Masamune, soy sobrino de Saga Shin-sonrió el azabache. En ese instante el mayor quedó pensativo
-No recuerdo haber escuchado de ti muchacho-comentó el mayor. El azabache estaba sudando frío. No sabía que iba a decirle al mayor.
-Debe ser, porque me la paso en Estados Unidos-sonrió Masamune. Era la última carta que tenía en mente para poder hablar con aquel hombre y así acercarse a Akihiko.
-Oh sí, ya recuerdo haber escuchado por parte de Shin del sobrino que tiene viviendo en Estados Unidos.-Sonrió el mayor. En ese momento Masamune se tranquilizó. Ya no iba a ser difícil acercarse a Akihiko.-Siéntese con nosotros, ya dentro de poco vendrá mi hijo-comentó el mayor haciéndole una seña al azabache.
-Claro, será un gusto para mí.-comentó el ojimiel mientras se sentaba al lado de Fuyuhiko.
En ese instante, se vio cómo un peliplateado bajaba por las escaleras del majestuoso hotel. Llevaba un traje muy fino, tenía un porte muy elegante, pero algo que le pareció curioso al azabache fue ver al ojivioleta con una expresión de tristeza, ¿qué será que le tiene así? Se preguntó para sí mismo el ojimiel. En ese entonces Fuyuhiko le hizo señas a su hijo para que fuera a la mesa en la que estaba. Al llegar, Akihiko se quedó viendo un momento a Masamune, se le hacía familiar la cara de aquel muchacho, pero no sabía de qué.
-¡Qué bueno que bajas hijo!-comentó el mayor- Te presento a Saga Masamune, es el sobrino de tu padrino, Shin-añadió Fuyuhiko. En ese momento el azabache se levantó de su puesto y le dio la mano al ojivioleta.
-Un gusto, Saga Masamune-dijo el azabache mientras apretaba la mano de Akihiko.
-El gusto es mío…. Soy Usami Akihiko-comentó el peliplata con tristeza.
-Por favor, Sentaros- comentó Fuyuhiko.
La comida no se demoró en llegar a la mesa. Los reunidos empezaron a hablar de temas triviales. A Masamune le tocó decir que era arquitecto, para no levantar sospechas con las personas con las que se encontraba. Después de terminar la cena, Masamune, consideró pertinente hablar sobre Misaki, si no lo hacía en ese instante, tal vez nunca podría preguntarle nunca al peliplata.
-He escuchado que se han presentado varios robos últimamente en el hotel-comentó el azabache.
-¿En serio?-preguntó sorprendido Fuyuhiko.
En ese instante, el azabache sintió su corazón pararse. Ritsu había vuelto a la mesa en la que estaban y en ese momento Fuyuhiko le invitó a sentarse con ellos. Con un poco de nerviosismo, Masamune siguió hablando.
-Así es, al parecer la víctima fue su hijo Akihiko- En ese instante todos en la mesa quedaron con los ojos muy abiertos.
-¿Te encuentras bien, Akihiko?-preguntó Ritsu preocupado.
-Sí, sí me encuentro bien Ritsu- le dijo el peliplata con una sonrisa. –No recuerdo haber sido víctima de algún robo-añadió el peliplata algo confundido.
-Según lo que escuché, un camarero, Takahashi Misaki fue el responsable de haberle robado unas esmeraldas-comentó el azabache preocupado. Se dio cuenta que en ese preciso momento a Akihiko le sorprendió haber escuchado ese nombre, porque su expresión era como si fuera a llorar.
Como el vino en las copas de todos se estaba acabando, llamaron a un camarero. Como Nowaki, era el que estaba más cerca de ellos, se acercó. Cuando vio a Masamune sentado en la misma mesa que Ritsu, casi se le cae la bandeja que llevaba en su mano. Ritsu notó eso y se quedó viendo a Masamune, se le hacía muy reconocida su cara, pero no sabía de dónde.
-¿Pasa algo, Nowaki?-preguntó Ritsu.
-No se preocupe, señorito Ritsu, solo me mareé un poco-mintió el mayor mientras servía el vino el peliazul. Cuando Nowaki se retiró, siguieron con la conversación.
-Como ya os había comentado no me han robado nada-comentó Akihiko algo exaltado.
-La verdad me sorprende que se diga eso de Misaki…. Él hacía muy buen trabajo-añadió Ritsu algo confundido.
-Si me disculpáis, tengo que ir a tomar el aire-dijo el peliplata mientras se levantaba de la mesa y se iba hacia la terraza del hotel.
-Yo también creo que debo irme-dijo el azabache mientras daba una reverencia y se iba. Ritsu no se quedó quieto y también se levantó de su puesto, claramente diciendo que se sentía un poco mareado y que iba a recostarse en su cama.
Masamune fue en dirección hacia la cocina. Ritsu por su parte iba siguiéndole de forma lenta, no podía descubrirle. Cuando llegaron a la cocina, Ritsu procedió a hablar con Masamune, ya que no había nadie en la cocina, solo ellos dos.
-Disculpa… ¿podríamos hablar un momento?-dijo Ritsu. Masamune sintió su corazón detenerse cuando escuchó esa melodiosa voz. En ese instante se volteó el azabache.
-Claro….-comentó el mayor un poco asustado. Ritsu se quedó mirándole un poco confundido.
-Te me haces familiar-dijo el castaño.
-Tal vez nos hemos visto en otra fiesta-comentó el ojimiel.
-No creo… Una cara tan guapa como la tuya no pasa desapercibida-sonrió el castaño. El azabache estaba que se moría, ¿acaso el señorito había insinuado que él era guapo?
-Esto….-comentó el mayor, pero el castaño le interrumpió.
-Una cara tan guapa como la del camarero que entró a trabajar hoy-miró desafiante el menor mientras miraba la expresión de Masamune.
-Puedo explicarle señorito-dijo apenado el ojimiel.
-Sí, sería bueno que me dijeras dónde conseguiste el traje. Cuando te vi en la mesa con Fuyuhiko sama te me hiciste familiar y con la expresión de Nowaki, terminé uniendo los cables-sonrió el menor.
-Lo que pasa es que tenía que hablar con Akihiko-sama-comentó el azabache.
-¿Por qué tenías que hablar con él?-preguntó algo confundido el menor.
CONTINUARÁ……