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Vive ahora, aunque duela. por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

meh, este fic se convirtió en pura peluza en algun momento.

espero les guste.

pero no se preocupen. el título cobrará sentido mas adelante *muajajajajajaj*

Informo que ya se solucionó todo con el fic de TU, MI ALMA GEMELA, que alguien había subido a wattpad sin mi permiso. gracias por haber eliminado el fic :) como dije antes no  estoy enojada, pero ya finalizó todo. para todos mis lectores, mis fics solo se publican en esta cuenta en amor yaoi y en la cuenta BlizzardHeaven en fanfiction (allá está todo muy incompleto pero es el unico otro lugar en que la subo) y un par de historias en AO3 bajo el mismo pseudónimo de BlizzardHeaven. 

adelante, lean y espero que lo disfruten.

 

Una vez que pasó el tiempo, confiarían para él algunos pequeños recados que Marco cumpliría cabalmente, al mismo tiempo que seguía recolectando botellas y latas.

Una mañana, cuando llegó al restaurante los encontró en pánico.

— ¿Qué pasa?— preguntó después de saludar al ver las caras amargas y a Luffy murmurando incoherencias.

— Ussop y Chopper, no pueden venir— dijo Ace— y necesitamos a todo el mundo en las mañanas, es cuando más clientes vienen.

— ¡No podemos perder clientes solo porque no había quien atendiera sus mesas!— exclamó Nami con preocupación.

— Espera… — Ace dijo con rapidez— Marco ¿podrías ayudarnos, por favor?

El rubio les mira sin comprender.

— sin ellos estamos perdidos, necesitamos cubrir el turno de uno por lo menos… por favor…

— ¡Te pagaremos bien!— Nami rogo—

Aunque Marco quería negarse, no podía abandonarlos cuando ellos le habían ayudado tanto. Tensamente asintió y todos ellos celebraron con alegría.

— No tengo uniforme— dijo.

— no te preocupes ¡usa uno de los cambios de Zoro! Son casi la misma talla así que no debería haber problemas.

— Hay que darse prisa— Ace lo tomó del brazo, llevándolo consigo al segundo piso.

Marco fue dotado con un pantalón negro y zapatos del mismo color, combinando con una camisa blanca que quedó algo apretada en su pecho pero podía usar.

Había tomado un baño esa mañana en la habitación de motel que había logrado rentar y una vez que terminó de vestirse, salió rápidamente.

Cuando no estaba vistiendo ropa barata de caridad y su barba no luchaba por arrastrarse en su cuello, casi podía sentirse normal. Sacudió esos pensamientos estúpidos de su cabeza y al voltear, pudo ver la intensa mirada de Ace sobre él.

— estoy listo—

— Te ves bien— dijo sin rodeos el pecoso y el rubio sintió que sus mejillas picaban un poco— ven, te mostraré que es lo que debes hacer.

Con una breve introducción a su trabajo, las puertas del Going Merry fueron abiertas y los clientes comenzaron a llenar las mesas charlando animadamente y siendo recibidos por los cálidos meseros y cocineros poniéndose en acción.

Hubo mucho trabajo. Tomó órdenes, repartió pedidos, saludó y se despidió con una sonrisa, sintiéndose muy cansado al final del día. Solo hubo unos breves descansos, pero la promesa de una buena paga, hizo que cumpliera con diligencia su deber. Tal vez podría rentar la habitación por unos días más.

Sería bueno no dormir bajo las estrellas cuando el clima estaba tan frio.

El almuerzo y la cena fueron igual de animados. Al final del día todo el mundo tenía sus caras agotadas pero contentas, pues el restaurante tuvo una enorme clientela ese día.

El rubio estaba agotado y no podía esperar para ir al motel, darse una ducha y dormir como una piedra.

— Hey Marco— Ace dijo después de cenar— si quieres, puedes quedarte a pasar la noche, es tarde, y estas cansado al igual que nosotros. Sería mejor si puedes descansar lo más pronto posible.

El rubio lo consideró. De verdad quería dormir y si Ace le había hecho la oferta era porque no le molestaba, ¿verdad?, asintió, susurrando palabras de agradecimiento y Los hermanos sonrieron a él. Después de limpiar, arrastraron sus cansados cuerpos hasta el segundo piso, donde Luffy ordenó el sofá para que Marco pudiera dormir en él.

Usando una de los pijamas prestadas de Ace, se durmió en cuanto tocó la cama.

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El sonido molesto del despertador le removió incomodo de su lecho ¿ya era de día?... ugh, más le valía levantarse para comenzar su trabajo. Abrió los ojos lentamente, solo para ver el rostro de Ace sobre él.

—hey Marco, buenos días— saludó con una sonrisa.

El rubio más alto reaccionó levantándose a prisa y alejando su rostro del moreno con un poco de nervios. Ace sonrió, travieso.

—buenos días para ti también— responde— ¿ha pasado algo?

¿Tal vez quería que se marchara ahora?

— hay que apurarnos, si no, no habrá tiempo para el desayuno antes de que abran las puertas.

— ¿eh?

— ¿no dijiste que nos prestarías tu ayuda mientras ellos no podían venir? – el  chico parecía seriamente preocupado

— pero dijiste que…

— Por favor Marco— el chico dijo con suplica, acercándose y tomándolo del hombro— ayúdanos de nuevo.

— está bien

Marco usó la ducha de los hermanos y volvió a ponerse el uniforme de Zoro aunque esta vez Ace le prestó una de sus camisas.

De nuevo tuvieron un día ajetreado aunque el rubio se sentía satisfecho. Podría fingir que era una rutina diaria, que no había vivido en las calles y que se levantó en la mañana para dirigirse al trabajo en el restaurante como siempre lo hacía, el pensamiento era tranquilizador y falso. Según lo que había dicho Nami, las finanzas estaban muy bien y podrían abrir una sucursal de su restaurante en pocos años, tal vez dos, si empujaban.

Finalmente, después de una semana de aquella rutina,  Marco volvió al motel por sus cosas y Nami, con la sutileza de un ladrillazo en la cara, le propuso trabajar permanentemente con ellos.

Aceptó de inmediato, causando una celebración masiva. Había estado buscando una oportunidad como esa durante mucho tiempo y si ellos… no, si sus amigos querían ofrecérsela, no diría que no.

Rentó una habitación en un lugar decente y aunque Ace y Luffy le habían ofrecido vivir junto con ellos, se negó. No abusaría de su hospitalidad, no se volvería una carga como lo había hecho con su familia.

Nunca más, nunca más. Se repitió a si mismo incesantemente.

Una agradable rutina comenzó. Ganaría un sueldo decente, ducharse cuando quería, trabajar hasta la hora de cierre donde todos cenarían juntos una vez más antes de irse a dormir. Su closet ya no estaba lleno de ropa de tiendas de segunda mano o caridad.

Otra vez se sentía como un ser humano.

Iniciando su tercer mes de trabajo, comenzó a notar un cambio de actitud de Ace hacia él. Siempre trata de conversar con él lo más que pueda, a veces no puede evitar roces “accidentales” con sus manos aunque Marco sabe que son poco probables.

Ace es hermoso. Es dulce y temperamental, con una personalidad compleja pero atractiva. Él no se considera así mismo de la misma manera. Sus años de vagar en la calle, habían dejado secuelas en su cuerpo y su autoestima que no desaparecerían fácilmente.

Hablando varias veces al día, incluso tomando la tediosa tarea de lavar los platos para quedarse a solas un poco más de tiempo, fue que se dio cuenta de lo mucho que le gustaba.

Ace decidió dar el primer paso, por supuesto.

Le abrazo suavemente por la espalda esperando la reacción del rubio.

— ¿Ace?

— ¿Sí?— no dio ninguna intención de querer separarse del abrazo.

— ¿pasa algo? ¿Por qué el abrazo tan de repente?

Cuando dijo esas palabras, sintió una respiración muy cerca de su cuello, estremeciéndolo. Se dio la vuelta rápidamente.

— tengo algo que decirte—

Y de repente la mirada del moreno se puso seria. Quería dejar en claro que lo que iba a decir no era una broma.

— Desde el momento en que te conocí…— se separó del abrazo, recostándose contra la pared— me pareciste una persona interesante. No, no solo eso… he estado mirándote todo el tiempo. Me gustas, de verdad.

Marco abrió los ojos con sorpresa mientras Ace le miraba cariñosamente, levantando las manos para acariciar suavemente su mandíbula.

— ¿Cómo?

— me gustas. Eres amable y sincero. ¿Quieres salir conmigo?

Marco tragó grueso y miró los labios de Ace con deseo.

— si… tú también me gustas, sal conmigo, por favor.

Sonrió, y sin esperar más juntó sus labios con los de su compañero. El rubio envolvió los brazos alrededor del cuello de Ace y este envolvió su cintura, empujándolo suavemente hasta la pared donde podía apoyarse mejor. Unos segundos después sintió una suave mordida en su labio inferior, que Marco interpretó como la petición de abrir su boca para explorarla con su lengua.

Después de terminar el beso  Ace relamió sus labios (y maldita sea si eso no era sexy) y pasó sus dedos por la espina dorsal de Marco para estremecerlo.

— Entonces… ¿significa que estamos saliendo?— preguntó el moreno, queriendo aclarar completamente el asunto. No dejaría a Marco creer la posibilidad de que no iban enserio.

— sí, estamos saliendo ahora.

No había pasado ni una hora cuando todos sus amigos ya lo sabían, Ace estaba radiante y no dudaba en dejar bien en claro su noviazgo, tratando de reclamar los labios de Marco a la menor oportunidad.

Terminó siendo regañado por Nami, que exigió nada de cariñitos en horas de trabajo.

Notas finales:

me gusta que esta vez no haya tanto drama en la formación de las parejas, es mas bien, los problemas reales que forman el nudo, son distintos al amor.

los hamo mis vidas... ¿me escuchan? ¿me oien? ¿me sienten? XD

chau 


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