Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

GOTAS DE SANGRE EN LA NIEVE ~ {Shijima x Cardinale} por chibi fujoshi 374

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 
 
            
 
Shijima por fin había llegado a su destino tras casi dos horas de moverse entre autobuses, el edificio al que se encaminó era enorme, se adentró a este y camino entre la gente con aquella ropa bastante simple, un pantalón de tela y una camisa color crema, con la bufanda roja ya algo desteñida de tanto usarla.
 
Se abrió paso sin decir ni una palabra, llegó hasta la recepcionista, entregando únicamente su identificación.
 
La muy arreglada mujer abrió los ojos con sorpresa, asintio rápidamente y tomó el teléfono con las manos para llamar a su jefe - s...Señor, su hijo esta aquí - dijo mediante el aparato - puede pasar señor, es al fondo a la derecha - indicó señalando el pasillo, había sido una sorpresa que aquel sujeto fuera el hijo de su jefe, aunque le parecía un maleducado por ni siquiera saludarle debidamente.
 
Shijima recorrió el pasillo escuchando el eco de sus propias pisadas, había un leve murmullo tras la puerta.
 
Suspiró profundamente y se llenó de valor para entrar.
 
Era una oficina enorme, con cuadros de arte abstracto que seguro costarían 10 veces más que su minúsculo departamento, el piso pulcramente limpio y el aroma a papeles y tinta en el ambiente, en un sillón de cuero y tras el escritorio de caoba estaba el dueño de aquella empresa, "Asgard" la mayor fabricante de Automóviles, del cual Andreas era dueño y fundador.
 
-Shijima, es un placer verte después de tanto tiempo - dijo el pelirrojo mayor que se puso de pie - tu hermano y yo estábamos muy preocupados por ti - Shijima dirigió su mirada a uno de los sofás en donde su hermano menor, Ecarlate, se encontraba sentado viendo una revista.
 
-Hermano... ha pasado tiempo... te ves realmente viejo - dijo el menor de los pelirrojos riendo de forma estrepitosa y burlona - además vienes en esas horribles fachas, parece que le quitaste la ropa a un vagabundo antes de venir aquí - murmuró poniéndose de pie.
 
-¿ahora vendrás a rogar Shijima? Yo te ofrecí todo esto, el dinero jamás iba a faltarte, pero decidiste ir a enseñar a mocosos el ABC!... en verdad no pensaste las cosas!...
 
Shijima jamás se había sentido más impotente, no podía responder ninguna de las cosas que su hermano y padre le reclamarian y mucho menos iba a hacerse escuchar sin tener voz, sacó la pequeña libreta de entre su ropa y la abrió en una página previamente marcada.
 
-¿que es eso? - Ecarlate se acercó con curiosidad.
 
"Sufrí un accidente, las cuerdas vocales fueron desechos por un arma blanca... no puedo hablar"
 
Mientras su padre leía eso Shijima se quitó la bufanda roja que cubría su cuello revelando la enorme cicatriz que se expandia casi de un lado a otro.
 
-¡¿cómo demonios es que no me dijiste nada de esto?! - Andreas grito acercándose a Shijima - pudiste haber muerto! ¿a que hospital fuiste? No voy a dejar esto así! ¿Quien te hizo esto?! - Shijima suspiro pesadamente, Andreas había pasado casi 5 semestres en la Facultad de medicina antes de abandonar la carrera, por lo que era predecible lo enfadado que se pondría.
 
-papá... tranquilizate... - Ecarlate intento calmarlo dejando la libreta a un lado - seguro habrá alguna forma de ayudarlo - Shijima negó con la cabeza no le estaban prestando atención en lo que deberían, pero ahora tanto su padre como su hermano habían tomado la decisión de que debía ir a un hospital a arreglar ese problema, dejando sus notas a un lado, en las cuales pedía ayuda para encontrar a Cardinale, sus señas no servirían de nada, en menos de media hora ya estaban camino al hospital, y por más que Shijima pateara todo a su alrededor e intentará comunicarse con ellos, le era imposible.
 
Totalmente frustrado y enojado, intentó comunicarse con ellos, mediante ademanes con la mano, intentó escribir, pero no tenía ni papel ni lápiz, además parecía que poco o nada les importaba a su padre y hermano lo que pretendía decirles.
 
Ir con ellos había sido una total pérdida de tiempo y ahora un impedimento para proseguir con su búsqueda del rubio escandaloso.
             
         
 
[...........]
 
         
          
 
Izo no iba con rodeos, ese día apenas Cardinale abrió los ojos lo tomó del brazo para meterlo a la ducha para que se diera un baño e ir medianamente presentable al hospital, vestido de forma casual con unos jeans y una remera de color gris lo llevo a su auto, el rubio no se que no en absoluto, así que todo se volvió bastante fácil para Izo.
 
Tras encender el auto condujo hacia el hospital, aunque Cardinale no le dirigía la palabra eso no importaba, el rubio terminaría acostumbrandose, le gustará o no.
 
Caminó a su lado por los pasillos blancos y fríos del hospital, Cardinale lo seguía de cerca cual niño que no quería perderse, después de todo, intentar huir sería inútil, y ya se había resignado a aceptar lo que le impondría Izo, no quería poner en riesgo a Shijima y mucho menos a Dita y su novio, suspiro intentando aliviarse a si mismo, si hacía lo que Izo quería quizás las cosas serían más cómodas para el.
 
Casi no prestaba atención a lo que Izo decía y hacia, simplemente lo seguía hasta que lo guió a una de las habitaciones, el sonrojo cubrió su rostro por completo al ver ahí a una muchacha con el cuerpo casi desnudo, y un hombre alto de cabellos largos y plateados sujetando sus pechos.
 
-eh... lamento interrumpir Odyyseus - Izo se aclaró la granganta y retrocedió cerrando la puerta.
 
-puede vestirse - hablo aquella voz bastante calmada y serena, de alguna forma oírlo te hacía sentir que todo estaría bien - nos veremos la siguiente semana - dicho esto la mujer salió de ahi levemente avergonzada de haber sido vista por ese par.
 
Izo entró jalando a Cardinale al interior y en el momento exacto de cerrar la puerta una familia de pelirrojos paso por ese pasillo, Shijima sintió un extraño escalofrío que ignoro debido a lo escandaloso de su padre y hermano.
 
-Doctor Odysseus, buenas tardes - saludo el moreno con el aire de seriedad y frialdad que le caracterizaba.
 
-Señor... Izo, un placer conocerlo, ¿a quien debo...? - antes de continuar Izo señaló al rubio que permanecía inmóvil en su sitio, hasta que el peliplata se acercó y pareció intimidarlo ya que Cardinale retrocedio un par de pasos.
 
-como le deje en el informe ya ha tomado la dosis necesaria de estrógenos durante ya casi 3 años, creo su tiene lo necesario para la operación. - decía Izo mirando a Cardinale fijamente, casi diciéndole con la mirada que no hiciera nada indebido.
 
-¿usted es doctor?
 
-no...
 
-entonces no haga diagnosticos por su cuenta y déjeme hacer mi trabajo - Cardinale parecio sonreir ante las palabras del doctor, ya comenzaba a caerle bien, así que mucho más relajado se dejo hacer, cuando tocó su pecho el rubio hizo un gesto de dolor, le dolía bastante y era incómodo.
 
Se sentía como un ratón de laboratorio, cuando con estetoscopio, tensiometro, termómetro, y demás, el doctor Odysseus lo revisaba minuciosamente, pero definitivamente casi muere de vergüenza cuando el médico le ordenó quitarse incluso la ropa interior para revisarlo por completo.
 
-todo parece estar en orden, pero debemos tomar una última prueba para ver que no sea alérgico a ninguno de los elementos que vamos a usar, podremos poner unos implantes, escogeran el tamaño que más les agrade, la orquidectomia también la realizaremos en un mes como máximo, y la labiaplastia será después extirparemos el glande y el pene por para hacer una reconstrucción del clitoris, por suerte no necesita más que eso - dijo sonriendo levemente, aunque Cardinale parecio perder todo el color de su rostro ante esas palabras, mientras Odysseus escribía en un papel para mandarlos a laboratorio y que le tomarán una muestra de sangre ahí.
 
-cuando podremos saber si podrán operario o no? - pregunto Izo mirando su reloj e ignorando por el momento la vibración de su celular en su bolsillo.
 
-oh bueno, normalmente eso tarda una semana o dos, pero dado que usted es alguien especial será para hoy en la noche o mañana temprano, entonces procederemos, por ahora que siga con el tratamiento hormonal - dicho esto Cardinale se vistió para esconder su torso semidesnudo, y pareció sentirse realmente incómodo, y asustado, no quería pasar por tantas operaciones, ya tenía miedo de sólo las agujas, mucho menos iba a soportar una operación, y tantas de esas le parecía sufrimiento excesivo... 
 
-gracias Doctor, nos vemos en una semana - afirmó dándole la mano al peliplata, para despedirse, Cardinale se mantuvo en silencio todo ese tiempo, apenas hizo un ademán con la mano para despedirse del doctor y salió tras Izo quien sacó el celular de su bolsillo para responder, mientras dejaba a Cardinale en el laboratorio para que tomarán la dichosa muestra de sangre -¿que pasa ahora?... ¿que?... no, no estoy haciendo nada importante.... saldré ahora mismo - dicho esto colgó rápidamente y en cuanto la enfermera terminó de sacar la muestra de sangre salió casi arrastrando a Cardinale y lo metió de nuevo al auto - llevenlo a la mansión, y encierrenlo hasta que yo llegué, si lo pierden como los inútiles que son los mataré - amenazo a los dos guardaespaldas que lo habían acompañado.
 
-si señor - no cuestionaron nada más y siguieron las ordenes del moreno, Izo regreso hecho un manojo de nervios, la llamada era de su esposa, la mujer había entrado en labor de parto, y ahora la traían al hospital, se sentia realmente nervioso y podía oír su corazón acelerarse más y más con la espera.
 
Cardinale partió de regreso a la mansión de Izo, su mirada se concentró en la ventana hacia el exterior, quería ser libre así como cada una de esas personas que veía ahí, pero por un segundo noto algo en su propio reflejo, el collar ya no estaba, Izo a lo había quitado antes de entrar al hospital y con la prisa ya no lo había vuelto a poner, definitivamente ese era su día de suerte, demasiada suerte... eso era realmente extraño, pero aun así...
 
Tocó su cuello para asegurarse de que nada estaba ahí y sonrió con malicia, estaba libre... sólo debía hacer un movimiento más... oportunidades como esa eran únicas y no debía desaprovecharla.
 
Busco un objeto en el suelo y sólo encontró un bolígrafo lo tomó y planeó su siguiente movimiento con cautela.... era ahora o nunca....
 
    
   
 
[.............]
 
 
      
         
 
-debemos hacer una reconstrucción de la cuerdas vocales; pero estará bien - dijo el doctor que había revisado a Shijima un hombre frío y de mirada sería, se había presentado como Mystoria, y hablaba con gran seriedad, aunque Shijima quería comunicarse con el tampoco lo consiguió, decidió dejarse hacer para terminar con todo de una buena vez. - el procedimiento es costoso, pero le aseguramos que recuperará la voz - afirmaba el médico sentándose en la silla del consultorio.
 
-claro nosotros nos encargaremos de todos los gastos, cuanto tiempo tardará?.
 
-le daré una cita para dentro de unos días, la recuperación será en uno o dos meses, así que no se preocupe por eso... - decia el de cabellos azules sonriendo - pronto podrás volver a hablar, Shijima... 
 
El pelirrojo sólo asintio con la cabeza, no sentia que fuera algo relevante por el momento, además Andreas y Ecarlate ahora lo manejaban como si fuera un muñeco de porcelana.
 
-entonces... nos da su número para llamarle en caso de emergencia? - pidió Ecarlate acercándose al médico con una sonrisa galante y coqueta.
 
-debe comunicarse con la recepcionista si hay una emergencia - respondió seriamente, y casi sin mirarlo.
 
-claro... a que hora termina su trabajo?
 
-Ecarlate! - Andreas le dio un golpe en la cabeza al menor.
 
-¿que?... ¿ahora que hice? Sólo quiero agradecer al doctor Mystoria por atender a mi hermanito... - se hizo a los desentendidos y le giño un ojo a Mystoria.
 
-siempre estoy muy ocupado, además tengo más pacientes, así que por favor retirese - ordenó sin inmutarse ni un poco ante la actitud del pelirrojo que ahora se veía algo molesto.
 
-claro, entonces lo buscaré otro día doctor - respondió como último antes de salir tras su padre y Shijima, claro que ni pidieron su opinión para llevárselo a su lujosa casa y cuidarlo ahí, era lo mejor para el pelirrojo de ojos azules.
 
Tenía sirvientes, cocineros, una televisión enorme, sofás y muebles realmente caros, y un mayordomo que hacia casi todo lo que le pedía, Shijima no se sentia contento pero aceptó este nuevo cambio, y busco como comunicarse esta vez con el mayordomo que si o si lo escucharía.
 
-tengo que hablar contigo - leyó el mayordomo en voz alta, Shijima lo había escrito en un papel, luego hizo una seña para que lo siguiera, subieron a donde seria su nueva habitación de ahora en adelante - y comenzó a escribir en la laptop que encontró ahi, palabra a palabra para que luego el mayordomo pudiese compartir todo eso con su padre y su hermano.
      
   
 
[............]
 
        
    
El auto se había chocado con un árbol, en este estaban los hombres que se suponia debian vigilar a Cardinale, uno de ellos tenía el bolígrafo clavado en el brazo, Cardinale no quería agregar más asesinatos a su ya muy extenso historial, se sentia mareado, el golpe le había afectado, pero ahora lo mas importante era correr, así que mientras la gente comenzaba a rodear el auto accidentado se perdió entre ellos y logró subir a un bus con el dinero que había sacado de la billetera de ambos sujetos, tenía que regresar con Shijima, quizás si escapaban lo suficientemente lejos, con identidades falsas, en un Lugar pequeño, nadie podría encontrarlos, sintio un dolor punzante en su estómago, el golpe del auto lo había dejado aturdido, pero cuando se recuperó por completo busco la dirección del departamento de Shijima, así que entre buses y más buses recorrió la ciudad.
 
Cuando era ya de noche y sin haber comido nada aun, logró llegar, se sentia realmente feliz, busco la llave donde Shijima siempre la dejaba y abrió con ansias el departamento.
 
-Shijima! Shijima! He regresado! Tengo que decirte algo... - entró a cada habitación, pero no encontró rastro de Shijima, y tampoco de Pulgoso, las cosas de Pulgoso no estaban, pero todo lo demas seguía en su lugar - Shijima?... esto no es gracioso... ¿dónde estas? - busco incluso debajo de la cama, y no halló a nadie, el aroma del pelirrojo aun seguía en el ambiente, tenía miedo de que algo hubiera pasado, se sentó en la cama, decidido a esperar, Shijima tendría que regresar, o eso era lo que esperaba, aunque no tenía mucho tiempo, Izo se daría cuenta ese mismo día que había huido, así que quería escapar cuanto antes, sólo podía esperarlo esa noche.
 
 
    
       
 
[.............]' 
 
 
     
 
      
   
 
Izo parecía realmente contento, miraba a través del cristal a su pequeño hijo, de cabellos negros y ojos verdes, era hermoso, tan pequeño, tan lindo y tan adorable.
 
En su mente aun prevalecia el recuerdo de haber cargado por primera vez a su pequeño Shura, sintió una gran calidez en su cuerpo, adoraba a su hijo, Shura era lo mejor que tenía en ese momento, por un momento comenzó a preguntarse si el hijo que hubiera tenido con Cardinale se vería así, con esos hermosos ojos verdes esmeraldas, era la combinación perfecta, por eso había elegido a Emily, rubia de ojos verdes, por alguna razon ella odiaba el color de sus ojos y usaba lentes de contacto azules, cosa que no le agradaba en absoluto.
 
Su celular vibraba mucho y ya lo había ignorado durante esas horas, por lo que decidió responderlo.
 
-¿que quieres? - pregunto sin si quiera ver quien lo llamaba.
 
-"Señor Izo, le hablamos del hospital, los resultados del análisis de sangre están listos y quisiéramos que usted y el señor Cardinale vinieran a recogerlo" - era una voz femenina al otro lado de la línea que hablaba de forma calmada pero fría.
 
-si claro, estaré ahí, en unos minutos - colgó el celular y sonrió levemente, tomó una foto al pequeño Shura antes de ir en dirección al laboratorio, en donde le entregaron un par de papeles con información que no entendía del todo y tampoco es que quisiera esforzarse en entender.
 
Camino sin ánimo ni interés hacia el consultorio del doctor Odysseus y se los entregó.
 
El galeno se veía bastante pensativo mientras leía y revisaba la información de los resultados, tras un prolongado silencio Izo por fin se cansó.
 
-y bien?... ¿puede operarlo o no?
 
-¿dónde esta el joven Cardinale ahora? - pregunto el peliplata sin quitar la vista de los papeles entre sus manos.
 
-um... se sentia mal del estómago, así que se quedo en casa - mintió poniéndose más ansioso de saber que es lo que ocurría.
 
-claro, era de esperarse - dijo en un leve susurro - no podemos hacer la operación señor.
 
-¿pero por que?! - Izo alzó la voz y luego intento mantenerse tranquilo al ver la cara de asombro del médico.
 
-todo esta bien con el... o ella, como prefiera decirle, no presenta alergia a nada, es un candidato perfecto... el único problema, si podemos llamarlo así, es que al parecer esta encinta - dijo dejando los papeles en la mesa - pueden volver una vez que el bebé haya nacido, ya que es un caso especial necesita seguimiento, traigalo al hospital cuanto antes, es casi un milagro que esto ocurra - dijo dedicándole una sonrisa calida a Izo.
 
Izo se había quedado completamente mudo, su rostro era bastante expresivo en ese momento, con los ojos abiertos y las pupilas dilatadas, su boca entreabierta, y sus manos temblando, mirando fijamente al doctor como si esperara que se riera y le dijera que era una broma, pero eso no paso, Odysseus seguía serio y lo miraba esperando una reacción.
 
-es... es en serio?... - fue lo único que logró articular en ese momento.
 
-si, tiene idea de quien es el padre? - pregunto esperando no errar en la idea de que ese par eran pareja.
 
-...soy... soy yo - dijo esta vez sonriendo con emocion, estaba eufórico, tanto que terminó abrazando a Odysseus con fuerza.
 
-Felicidades... entonces, supongo que los vere en unos meses - dijo sonriendo ante la evidente alegría del Moreno.
 
En definitiva ese era el mejor día de su maldita vida, primero llegó Shura y ahora Cardinale tendría un bebe suyo, nada podía salir mejor, en cuanto llegará a la mansión, seguramente Cardinale dejaría al fin su comportamiento hostil, esa era en definitiva una gran noticia, no podía esperar para volver a ver al rubio.
 
 
 
Continuará.....
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).