Y EL AMOR VENDRÁ...
El amor vendrá, lento pero seguro. Y así para cada persona es diferente. Cada uno vive y expresa sus sentimientos a su manera y cada uno los descubrirá llegado el momento indicado.
A veces las clases en la universidad se volvían algo rutinario: asistir al salón, ver a los maestros mientras imparten la lección del día (o al menos fingir que pones atención), etcétera, etcétera, etcétera. Kyo Kusanagi era uno de esos chicos comunes que trataba de llevar su vida sin grandes problemas, pero si las cosas fueran así, entonces sería muy aburrida. Y unos meses atrás, él había descubierto que su vida como estudiante realmente no iba a poder ser tan ordinaria cómo él pensaba, porque desde el primer momento en que vio a esa persona, sus ojos no pudieron dejar de perseguirle. Y para hacer las cosas aún más complicadas, no se trataba de cualquier persona, sino alguien de su mismo sexo, un joven pelirrojo de su misma edad que se llamaba Iori Yagami. Al hecho de ser ambos hombres sumémosle que Iori era el chico más popular de aquella universidad y que además tenía un carácter muy difícil e indiferente. ¿El resultado? Kyo había tenido que callar sus sentimientos durante cinco meses y medio y conformarse con verlo desde las sombras a pesar de que el pelirrojo ni siquiera supiera de la existencia del chico Kusanagi. Pero por algunos extraños giros del destino, parecía que las cosas estaban por cambiar totalmente.
Aquél día Kyo se encontraba en su salón de clases con la vista fija en el pizarrón, pero su mente divagaba alrededor de la imagen de cierto pelirrojo. Estaba tan absorto en sus pensamientos que tardó en reaccionar cuando la puerta de su salón se abrió dejando entrar al objeto de sus deseos. Éste platicó un momento con el profesor, el cual luego pidió la atención de sus alumnos.
-Escuches, chicos. Por algunos motivos, Yagami se va a trasladar a este grupo, así que quiero que todos sean amables con él y no lo molesten.
Todos (en especial las chicas) comenzaron a murmurar.
-Qué guapo es.
-Da un poco de miedo.
-Cómo quisiera ser amiga suya.
Iori estaba harto de oír a la gente comentar siempre sobre él, así que con paso firme caminó hacia un asiento libre que estaba al fondo del salón, junto a cierto chico de cabellera café. El joven Yagami se sentó aún con su cara de pocos amigos, mientras que Kyo, a causa de los nervios, se puso muy tenso.
Cuando la clase terminó, inmediatamente todas las chicas rodearon a su nuevo compañero y comenzaron a hacerle preguntas.
-Yagami-kun, ¿qué clase de comida te gusta?
-Espero que seamos buenos amigos, ¿no crees?
-Oye, Yagami-kun, ¿tienes novia?
Kyo se sentía incómodo al escuchar todo aquél alboroto, así que decidió levantarse e ir afuera, pero fue detenido por un brazo.
-Hoy comeré con él –dijo Iori, sin soltarlo-, así que déjennos tranquilos por un rato –y se lo llevó jalando del brazo hasta el patio de la universidad
Como Kyo jamás se hubiera esperado que pasara algo así, lo había seguido sin decir ni una palabra, además estaba algo sonrojado porque en ningún momento, hasta que se detuvieron, el pelirrojo lo había soltado.
-Parece que me pude librar de ellas –miró brevemente a Kyo-. Tuve que utilizarte como pretexto para librarme de esas molestias –le volvió a dar la espalda, pero antes de poder marcharse, el moreno habló
-… Eh... Soy Kusanagi Kyo, si necesitas ayuda de nuevo, puedes contar conmigo.
Iori no le respondió, simplemente se fue del lugar dejando solo al otro joven.
-Yagami... –susurró, mirándolo fijamente mientras se alejaba
Conforme el tiempo avanzaba, poco a poco Kyo trataba de interactuar con el chico Yagami; no eran grandes amigos ni nada por el estilo, pero al menos Iori soportaba la presencia del otro sin poner su expresión de enojo, lo cual tomando en cuenta la personalidad de Iori era un gran avance, pero tampoco era como si a éste le importara mucho que el de cabello café estuviera con él o no. Pero a pesar de eso finalmente llegó el esperado día en que aún sabiendo las consecuencias que podrían venir, Kyo no aguantó más y le pidió al chico frío que se reuniera con él durante uno de los recesos.
Iori se encontraba en uno de los jardines traseros de la universidad con Kyo parado frente a él.
-¿Para qué me llamaste aquí, Kusanagi? –preguntó el pelirrojo muy serio
-Es que yo... tengo algo que decirte –agachó la cabeza, ya que su rostro se tornó tan rojo como el pelo del otro joven-. Yagami, yo... ¡Me gustas muchísimo! ¡Estoy enamorado de ti... Iori!
El joven Yagami, aunque no mostró cambio alguno en su cara, por dentro estaba realmente impresionado; no sabía qué le sorprendía más, si el escuchar a alguien que no fuera alguno de sus padres llamarlo por su nombre, o el hecho de haber recibido semejante declaración de parte de un hombre. Al ver la expresión tan indiferente en su rostro, Kyo no pudo evitar sentirse mal.
-Supongo... que este tipo de cosas no son normales, ¿cierto?
-... Claro, no es nada normal... Kusanagi, yo no...
-L-Lo siento mucho –lo interrumpió-, por haberte dicho tales cosas. Seguro que te he incomodado, Io... es decir, Yagami. En serio lo lamento mucho –y agachó la cabeza con tristeza
Al ver su rostro con tanto dolor, Iori no pudo evitar sentirse culpable, ya que en el fondo ese muchacho le agradaba, un poco, pero le agradaba.
-Ah... pronto comenzará la siguiente clase –dijo Kyo aún sonrojado e intentando contenerse para no llorar-, será mejor que me adelante –pero antes de poder huir fue detenido por el brazo de Iori
-Espera. Hay algo que quisiera preguntarte.
-¿D-De qué se trata?
-¿Qué es lo que viste en mí?
-Yo... Seguro que tú no lo recuerdas, pero hace casi medio año, cuando iba caminando de regreso a casa, unos tipos me atacaron en un callejón.
FLASH BACK
Un hombre de cabello negro golpeaba a Kyo en el estómago mientras otro sujeto rubio lo sujetaba para que no pudiera defenderse.
-No lo golpees tanto –dijo el rubio, acariciándole una mejilla a Kusanagi-, o arruinarás su lindo rostro antes de que yo pueda divertirme con él.
-De acuerdo –le contestó-, pero déjame probarlo primero.
-D-Deténganse... por favor...
-Sólo no te resistas si sabes lo que te conviene, chico.
Pero antes de poder hacer algún otro movimiento, fue derribado por una patada que alguien le dio por la espalda.
-¿Qué demonios...?
El rubio no pudo hacer nada al recibir dos puñetazos en el estómago y uno en la cara que lo hicieron derribarse al igual que a su compañero. Sentado en el suelo, Kyo trataba de recuperarse mientras miraba la espalda de su salvador. Era un chico alto, pelirrojo y con un excelente físico, que además traía una guitarra en la espalda.
-Deberías tener más cuidado cuando camines solo por estos lugares –le dijo apenas volteando a verlo y luego se fue
-Espera –intentó detenerlo Kyo, pero el otro ya se había alejado-. Muchas gracias...
FIN DEL FLASH BACK
-Desde ese día no pude dejar de pensar en ti –continuó diciendo el moreno-. Deseaba volver a encontrarte para poder agradecerte tu ayuda, pero eso nunca pasó. Entonces un día me sorprendí mucho al mirarte aquí en la universidad. Intenté acercarme a ti, pero siempre parecías estar de mal humor y te alejabas de la gente a pesar de que todos trataban de ser amigos tuyos. Yo también quería poder platicar contigo, y no sólo eso, me di cuenta de que me había enamorado.
-No logro recordar muy bien ese día al que te refieres, pero si ese es el caso, entonces lo que pasó es que te dejaste deslumbrar porque si no te hubiera salvado seguro que esos tipos te habrían violado allí mismo.
Kyo negó con la cabeza.
-No es sólo eso. Yagami, tú siempre te muestras muy serio y frío, además eres demasiado sincero y por ello a veces dices comentarios que la gente malinterpreta, pero yo sé que en el fondo eres una persona muy amable, aún cuando tratas de ocultarlo. Eres alguien que siempre da lo mejor de sí mismo para alcanzar el éxito, eso es muy admirable. Como ves, incluso si ese día no te hubiera conocido, estoy seguro de que igual me habría enamorado de ti.
Iori mostraba un rostro muy serio, pero por dentro se hallaba cada vez más impresionado: ya había recibido muchas declaraciones antes, pero era la primera vez que alguien le decía palabras como esas con una expresión completamente sincera.
-Yagami...
El pelirrojo reaccionó y se dio media vuelta.
-Deberíamos irnos, creo que iba a haber una conferencia o algo así.
-... Tienes razón.
Como Iori había dicho, sus compañeros de clase se encontraban en una enorme aula que tenía las luces apagadas mientras el conferencista proyectaba algunas imágenes. Ambos chicos decidieron sentarse en las butacas que se encontraban hasta la parte del fondo. Ninguno decía nada, pero era obvio que tampoco estaban escuchando la plática. Finalmente Kyo se decidió a romper aquél incómodo silencio.
-Oye, Yagami –lo llamó con las mejillas levemente sonrojadas-, está oscuro, así que nadie puede vernos. Sólo por hoy... ¿podría sostener tu mano? Sólo eso. Por favor...
Sin responder nada, y aparentando tener puesta su atención en la conferencia, el pelirrojo le acercó su mano para que el otro la sujetara fuertemente.
-Quizá te moleste que lo diga, pero –Kyo sonrió- en este momento me siento muy feliz.
Iori contempló la expresión de ternura que puso el chico y luego volvió a fijar su vista en el conferencista.
-Kusanagi... eres un idiota.
-¿Eh?
Y el amor vendrá algún día, quizá sea mañana, o pasarán semanas, incluso meses, pero todos los grandes romances tienen un inicio y este es sencillamente el comienzo de éste.
FIN
THE END
OWARI