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Trago Amargo [NamSong °°WINNER] por junko

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Cada viernes por la noche dos personas se encontraban bajo la tenue luz de un bar, la música se internaba en sus oídos y el humo del cigarro estaba en aire. Uno sentado en el banquillo frente a la barra, siempre solo y  con un vaso en su mano, de vez en cuando se le veía suspirar pesadamente  y cerrar sus ojos pensativo ,mientras el otro permanecía al lado contrario  de la barra, ajetreado sirviendo tragos, uno tras otro para luego limpiar  el sudor de su frente denotando cansancio.

 

 

Cada viernes había distintas personas alcoholizadas  y cada viernes estas dos personas estaban distraídas con distintas cosas, pero siempre aquel día viernes se hacía presente un momento, ese momento. Aquel  en que el joven de cabello negro y piel ligeramente morena de ojos negros intensos que se mantenía sentado en silencio retiraba su mirada del contenido del vaso y levantaba la vista sigilosamente para encontrarse con la mirada de aquel bartender de cabello rubio algo largo, físico delgado y  piel pálida.

 

 

Cuando sus ojos se encontraban inconscientemente ambos retenían su respiración, mientras su pulso aumentaba y en cierto momento, cuando sentían que su corazón podría explotar miraban hacia otro lado, esquivando esa sensación que amenazaba con aflorar.

 

 

El rubio se arreglaba el cabello tratando de calmarse y quien poseía cabello negro mordía su labio inferior, para al final ambos sonreír sutilmente.

 

Era demasiado obvia la tensión que había entre ellos, ya que al solo cruzar una mirada el ambiente se ponía “extraño”, pero ninguno de los dos se atrevía a entablar una conversación...Una conversación decente que saliera del saludo, dar su pedido, pedir la cuenta y retirarse con un simple “Gracias, buenas noches”.

 

 

Pero es que para el Hombre joven que inundaba sus frustraciones y estrés de la semana en alcohol en aquel bar, más que el trago lo que más lo distraía  y lo sacaba de ese mundo de preocupaciones era observar  al encantador bartender, no podía evitar mirar atentamente cada detalle del joven: Contextura delgada, cabello rubio, su rostro mostraba un aire melancólico y esa mirada perdida, profunda era algo que él quería explorar. Lo deseaba pero se sentía demasiado inseguro sobre acercarse. Ese hombre habilidoso tras la barra era demasiado atractivo, atrayente en varios niveles, no solo era físicamente si no que sus gestos sutiles y esas pequeñas sonrisas que  formaban parte de su trabajo era algo que lo cautivaba y lo paralizaban cuando lo tenía de frente.

 

Por otra parte el rubio que trabajaba arduamente cada noche estaba encandilado con el cliente habitual, primero su manera de vestir siempre era tan diferente, a veces de traje y otras con ropas que llaman un tanto la atención, su moda era extravagante y eso fue lo que lo llamó a prestarle atención de pies a cabeza, recorrer de manera discreta las facciones de su rostro e incluso cuando arreglaba algunos mechones rebeldes de su cabello negro azabache, su voz era otra de las cosas que él encontraba atrapante, voz profunda y agradable que iban dirigidas a él solo como un cliente que pedía su orden y que con cortesía se despedía, su mirada intensa lo hacía temblar. Aún recuerda la primera vez que sus miradas se cruzaron, fue electrizante.

 

A pesar de que la sensación de querer acercarse era inexcusable, temía que solo se estuviera engañando a sí mismo, que esa cruza de miradas de cada viernes que sentía como algo especial solo fueran una equivocación, no sería la primera vez que se equivocaba y temía hacerlo con ese hombre y no poder ver más su silueta bajo esas tímidas luces ámbar que lo favorecen tanto.

 

 

Cuando caía el viernes, entre vasos, copas y botellas de alcohol, las ansias del rubio aumentaban con el pasar de las horas mientras miraba hacia la entrada del local y una vez veía al moreno pasar por ella sentía mariposas en el estómago. Ese sentimiento no era diferente en quien acababa de sentarse en un rincón, cuando se dirigía hacia el bar su estómago se revolvía por las ansias de ver al pálido y de apariencia delicada .Al momento de verlo con su traje de trabajo no pudo evitar suspirar mientras se decía a sí mismo que hablaría con él, tomaría la iniciativa.

 

 

La tomaría incluso cuando se encontraba avergonzado e inseguro, incluso si era rechazado, pero al parecer su plan fue arruinado desde un comienzo, por que otro empleado del bar se acercó a atenderlo haciendo que perdiera la primera oportunidad para hablarle a quien se había convertido en su objeto de “adoración”, sin desalentarse pido un Brandy y espero el momento perfecto para hablarle pero todo iba en su contra con la barra llena de clientes haciendo que él otro estuviera demasiado ocupado para si quiera dirigir la mirada hacia su rincón.

 

Mientras él tenía las manos ocupadas con su Brandy  más su pesimismo, él joven bartender estaba ocupado repartiendo vasos y copas llenos de alcohol para una horda de clientes, rogando por que no fuera así toda la noche y poder deslumbrarse aunque fuera un momento con él moreno y esa mirada que tengo le encantaba, ese cruce de miradas que  se había vuelto un hábito.

 

 

Para desgracia para ambos la noche estuvo llena de personas y el segundo pedido del solitario hombre sentado en el rincón ya estaba por acabar, esa noche estaba por terminar y él plan para tomar la iniciativa había sido arruinado, incluso cuando él quería poner su valor para iniciar conversación no hubo ningún instante ni siquiera pudo cruzar miradas con él chico, ese cruce de miradas que él sentía como medicina no había llegado a él hoy.

 

 

Haciendo un gesto para que le llevaran la cuenta metió su mano en sus bolsillos sacando dinero, pudo ver como dejaron ese papel que contenía cuánto debía pagar y sin mirar a la persona dejó el dinero para como siempre de forma educada pronunciar “Gracias, tengan buena noche”.

 

 

Sonriendo de mala gana miro a quien lo había atendido y su corazón se detuvo por un instante al ver quién era. Ambos se quedaron mirando absortos, ninguno de los dos pudo  evitar esta vez sonreír en grande como idiotas.

 

Ambos tenían sus latidos a mil, estaban desbordándose de felicidad de tenerse frente a frente aquella noche en que ambos pensaron que no podrían tener un mínimo contacto, la ansiedad se hizo presente y sin poder esperar más y dejando todo pensamiento de rechazo.

 

 

—¿Cuál es tu nombre?—Preguntaron al unísono y no pudieron evitar reír bajito, una pregunta simple pero que podía dar pie a algo más precioso, más intimidó y tangible  que solo mirarse fugazmente cada noche de viernes.

 

 

Notas finales:

Bueno es él final del primer capitulo.

Personitas que llegaron hasta aquí jejej si gustan dejar algún comentario seria de gran ayuda ^°^ Si no,pues no importa XD  Amorcillis para cualquier persona que lea esto <3

 


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