Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vacaciones... en los hoteles de la perdición por Ghost princess Perona

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“Cálmate, nii-san, no tienes de qué preocuparte” Sasuke le dijo, saboreando el pastel de manzana que pidió. Al frente de él, Naruto sorbía un poco de ramen, pareciendo más una aspiradora que un ser humano en ese momento. “Estamos tomando desayuno… bueno, a mi parecer yo estoy tomando desayuno, él está almorzando una sopa de fideos para nada nutritivos…”

“¡El ramen tiene vegetales, es muy nutritivo, dattebayo! ¡Y se puede comer a todas horas!” saltó el Uzumaki, prácticamente mostrándole los dientes. Los dos se miraron antes de calmarse, diciéndose a sí mismos que eran aliados hasta que finalmente se deshicieran de la gallina super desarrollada.

“Disculpa, es una conversación privada” el Uchiha puso una mano sobre el auricular, tapando la conversación de los oídos de sus hermanos. “No deberían tomar tan en serio mi silencio mediático, en serio. Mi periodo de adaptación culminó, eso es todo. Ahora que estoy mejor y menos aburrido, puedo centrarme en la tarea para la que me trajeron aquí: torturar a la chica esa que clavó las garras en nuestro tío… porque eso fue para lo que la abuela me hizo venir, ¿verdad?”

“¿Cómo lo descubriste?” preguntó la comadreja, aunque no estaba muy sorprendido. Su hermanito pequeño era un genio, debía ser capaz de deducirlo solo. Pero nunca estaba de mas preguntar. “No te lo habrán dicho de frente, ¿no?”

“Ahhhh, nii-san, Namie Senju puede ser muchas cosas, más no es estúpida. Sabe que no voy a cumplir una orden. Y también que yo sé que jamás me invitaría a su casa sin tener un motivo oculto. No es su estilo, sobre todo después de su… reprobación hacia el matrimonio de nuestros padres” suspiró. “En fin, ella contaba conque yo dedujera que me trajo para jugar un poco con la mujer esa… probar los límites de su cordura, así se describiría. Y mi alianza con Naruto es algo que le beneficia, así que lo deja pasar.”

“¿De verdad?”

“Querido hermano, en la guerra y en el amor todo se vale, y para ella esto es la guerra” sonrió con malicia. “Namie Senju puede ser despiadada cuando quiere, no lo dudes. Nadie llega tan lejos en los negocios sin recrudecerse, incluso las mujeres. Y no me digas que Butsuma fue el empresario, porque sabes que ella también colaboró.”

“Sí, estoy enterado… de quién es el más calculador en esa relación y todo lo demás” el Uchiha mayor respondió, jalándose un poco el pelo. “¿En serio vas a bailar al son de la abuelita? Por alguna razón no te veo haciendo eso.”

“A caballo regalado no se le mira el diente. O mejor dicho, a juguete regalado” se rio suavemente. “Tengo una nueva víctima a quien hacer la vida imposible junto con mi nuevo asociado, asegurando un nivel completamente nuevo de diversión. Y visitas en la red, de eso estoy seguro.”

“¿Y lo de seguir órdenes?”

“Cuanto más pronto cumpla la tarea por la que me trajeron aquí, más pronto me iré” el menor rodó los ojos. “En serio, este lugar es tan aburrido. De no ser por la chica esa estaría pidiendo a gritos que me mate.” Hundió la cucharilla en el dulce del pastel. “Por ahora es mi única fuente de entretenimiento.”

“¿Por qué no buscaste una más cerca de casa si no querías ir?”

“Torturar a Obito ya pasó de moda, al igual que a muchas personas de nuestro entornoesper. Incluso los empleados de mamá se han acostumbrado a mí. Hasta han hecho un calendario para determinar quién será el sacrificio humano determinado día, joder. Así de acostumbrados están” siguió hablando por el celular, completamente ignorante de que alguien más estaba en el lugar, observando y haciendo lo mismo que ellos. Itama, por su parte, conversaba con una persona que tenía cierto interés en el pelinegro…

“¿En serio te pidió eso?” sonrió maliciosamente mientras imaginaba a su hermano Kawarama de rodillas, rogándole a Hashirama que distrajera al demonio del Facebook antes de que llevara su caso ante el trono del Diablo en persona. “Supongo que, considerando lo que pasó la última vez, es una petición bastante acertada.”

“Claro, mi Madara es así de fantástico” comentó el moreno, acariciando la cabeza de Madara mientras este dormía plácidamente. El sexo duro lo había dejado completamente agotado, más de lo que esperaba. Le retiró las cadenas para que pudiera dormir con tranquilidad, recostando su cabeza en su regazo. “Aunque nuestro pequeño Sasuke también es de temer. Kawa tiene razón en no querer exponer a su noviecita a él.”

“La verdad, la exposición al factor Uchiha ya está cobrando una gran porción de su paciencia” se volteó, caminando hacia un callejón. “Por cierto, ¿vas a hacerlo? La versión adulta del pequeño demonio… quizás sea algo que nadie merezca.”

“¿En serio? ¿Preferirías hacerte cargo tú?” la mano del moreno se detuvo justo encima de una marca roja con forma alargada. Sus dedos hicieron círculos alrededor de ella, sintiendo el calor de la piel irritada.

“Cuando termine con ella quedarán pocas cosas que echar a los perros de tu esposo, te lo aseguro” sonrió el otro. “Aunque estoy seguro de que nuestro hermanito querrá alimentarlos un poco cuando se dé cuenta de que está siendo utilizado por uno de los seres más despreciables que pudo haber conocido.”

“Hummmm, suena bien” de repente recordó algo. “Por cierto, escuché que mi querido hermanito estuvo hablando con su cuñado recientemente. ¿Puedo preguntar qué se supone que estabas haciendo? Meterte en la vida sexual de alguien es tu especialidad, pero normalmente sólo lo haces con personas que se encuentran en lo que tú llamas la etapa de perdición.”

“¿Es que no te ha gustado el regalo?” el otro le siguió la corriente, divertido. Si tenía tan buenos resultados, debería interferir más en la vida sexual de sus hermanos. Y comenzaría por entregarles a Izuna y Tobirama las correas comestibles que se trajo consigo. “Sólo le di un pequeño seminario de mamadas en forma de video tutorial. Ni siquiera era tan avanzado, es la instrucción básica que les doy a todos mis chicos… antes de que se inicien.”

“Como si quisiera que mi esposo aprendiera trucos de prostituta”

“No son de puta, simplemente son una forma sencilla de obtener lo que quieres complaciendo a otros. Se pueden utilizar en diversos oficios… y en el matrimonio son el antídoto más efectivo contra la monotonía, capaces de convertir el sexo de quince minutos en el mejor orgasmo que pudieras deseas. Efectividad garantizada.”

“¿Sabes que vender sexo es ilegal, verdad?” levantó una ceja el Senju mayor, volviendo a trazar las diversas marcas de su abuso en la piel blanca del Uchiha.

“Por favor, dime que no estás complacido con el resultado. O con las otras cosas que yo te regalé” siguió el menor, cambiando el tono de su voz a lasciva. “Las cosas que podría enseñarte… harían que Madara quedara aún más satisfechamente exhausto que ahora”

“No lo vuelvas a decir así, me das grima”

“Claro que no. Aunque no lo creas, hay límites que no estoy dispuesto a cruzar. El incesto, por desgracia, es uno de ellos” rodó los ojos avanzando por callejón en la ciudad. “¿Y? ¿Aprendió a no dominarte en cada aspecto de la vida? ¿A darte un poco de poder? Si no lo ha hecho, con lo que te regalé sin duda lo captará pronto.”

“Estoy tentado… no digo que lo volveré a hacer, no sin su aprobación” de repente en otro sonó culpable. A Itama no le resultó raro, su hermano era demasiado compasivo para su propio bien. “Le ha dolido mucho”

“Esa es la idea” siguió. Tenía que ver otra cosa, averiguar qué tanto sabía su chico en el caso. “Y el morbo desaparece muy rápido cuando el participante sumiso es voluntario... a menos que seas tú, querido nii-san. Eres un masoquista” iba a añadir algo más, pero escuchó algo en muy cerca de ahí. Una voz conocida, gritando. Una a la que se había planteado proteger específicamente en esa fecha. “Te llamo luego, ¿sí? Debo asegurarme de que algo malo no ha pasado”

“¿Algo malo? ¿Qué? ¡Itama! ¡No me cuel…!” bajó el teléfono, yendo a toda prisa por el lugar. Entró a otro callejón cerrado, el lugar perfecto para una emboscada. Más gritos acompañaron su camino. Sacó su taser, dispuesto a emascular con él a cualquier bastardo que se atreviera a intentar algo como lo que esa bruja tenía planeado. Para su sorpresa, la asistencia no fue necesaria. Cuando llegó a la escena del crimen, Raizo Uchiha se encontraba torciendo el brazo del último de sus atacantes hasta que este se desmayó.

“Hummmm, tienes talento. Como todos en tu familia” dijo el de pelo bicolor, guardando el aparato en su bolsillo. “Hotaru no ha perdido el tiempo para nada, ¿verdad?”

“Le… le preocupa mucho mi seguridad cuando no está conmigo” resopló el otro, dejando caer al tipo. “Desde el incidente en el museo yo no tenía mucha confianza, él tampoco… creía que podía volver a ocurrir” sólo había que echarle una mirada al Uchiha para saber que era muy posible. “Así que me ayudó a entrenar para incapacitar a cualquier atacante. Al parecer funcionó”

“Y yo diría que demasiado bien si puedes incapacitar a cinco hombres de esa estatura y complexión” pasó por encima de ellos, cuidándose de no pisar baba o sangre. Manchar esas botas para nieve de última moda sería un desperdicio. “¿Qué pasó?”

“Cayeron sobre mí mientras buscaba a mi sobrino. Me arrastraron hasta aquí” el pelinegro se mordió el labio, intentando recordar bien. “Uno de ellos mencionó que no le gustaban los hombres, pero que por mí haría una excepción porque estaba bueno” hizo una expresión de desagrado total. “De pronto sentí que estaba de nuevo en el museo, lo vi todo rojo y creo que me pasé” levantó un poco la vista. “¿Qué pensará Hotaru de esto? No querría asustarlo ahora que las cosas nos van tan bien…”

“No le importará, créeme” de hecho, el idiota de su primo consideraría a Raizo aún más sexy con esa escena de película de acción. No que fuera a decirlo… prefería no estar presente cuando otras personas se ponían candentes si la escena no la había montado él. “¿Vienes? Tengo unos cuantos… asuntos que atender. Quizás los consideres interesantes, tú y tu novio por igual.”

“Claro, voy contigo” caminaron juntos al salir a la vía principal. Las personas siguieron caminando a su alrededor, sin notar que ellos estaban ahí… craso error. Mientras lo hacían, el ex playboy se les unió. Vio las manchas de sangre en la chamarra de uno, entornando los ojos. “No preguntes si ya sabes lo que pasó”

“Igualmente voy a hacerlo” el detective avanzó con ellos. “¿Qué ha pasado? ¿Has sido atacado?”

“Sí, un ataque muy premeditado, planeado por nuestra interesada favorita” y así, Miku se ganó un nuevo enemigo acérrimo. “Mi soporte técnico acaba de eliminar al suyo… o más bien se encuentra en ello. Yo me encargaré de lo demás. En este mismo momento, voy a reunirme con él. ¿Te gustaría venir?”

“No me lo perdería”

-En el hotel-

“Oye… no voy a decir que no me gustan esta clase de juegos, pero… ¿crees que podrías soltarme?” pidió el amigo de Miku, retorciéndose en la cama. Más temprano, cuando despertó en la mañana, el chico de la lencería le había sorprendido con un excelente desayuno y una propuesta que no podría rechazar. Ni siquiera de un hombre… o de uno que hacía el amor como él. “Escucha…”

“Cállate” le ordenó el reportero, sintiendo asco de sí mismo. Demonios, cuando esto terminara tendría que tomarse una buena ducha caliente. En desinfectante. Sintió el semen del maldito ese bajar por su pierna, concentrándose en su trabajo para ignorar esa horrible sensación. Una que se había hecho muy común. Terminó la descarga de la información de la computadora, destruyendo el disco duro. “Si te atreves a decir que he estado aquí o siquiera mencionas que alguien ha hecho esto… bueno, digamos que hay un malware en tu computadora que le hará la vida más sencilla a muchas personas.”

“Oh, qué miedo” vaya, así que era verdad. El rumor de que la familia Senju tenía toda una red de información compuesta por sexoservidores especialmente entrenados a cargo del hijo menor. “¿Y qué va a pasarme si lo hago? Porque hasta donde sé, lo único que he hecho ha sido acostarme con una puta.”

“Si quieres ponerlo así... pongamos que la puta es menor de edad” la cara del otro no tenía precio. Por supuesto que era mentira, pero no iba a decirlo en voz alta. Además, si algo podía hacer Itama Senju, era crear una identidad falsa cada vez que le convenía. “¿Realmente quieres seguir ese camino?”

“Yo… no puedes…”

“Hummm, ¿Quién sabe? ¿Tengo o no dieciséis? O mejor dicho, ¿Qué edad tengo realmente cuando le conviene a mi empleador?” la expresión de derrota le dijo que había cumplido con su misión correctamente. “Hasta nunca, pervertido” se marchó del cuarto, colocando la memoria USB con toda la información en un collar con una imagen de Alaska. Se retiró la peluca que se puso para la ocasión (increíble el talento de su empleador para enseñarle alguien a ser quien no era) y se puso una bufanda sobre la ropa, transformándose. “Hora del show”

“¡Recuerdos! ¡Recuerdos de la hermosa Alaska!” gritaba un vendedor ambulante cerca al punto de cambio que habían acordado. Junta se colocó los lentes, mirando a todos lados. Pronto vio acercarse al arruina vidas más grande del mundo, flanqueado por dos personas más altas que él.

“¿Acaso tenía que venir con gorilas?” preguntó, caminando hacia el vendedor como lo habían planeado. Cogió una de las baratijas, levantándola a la altura de sus ojos. “Disculpe, señor, ¿tiene un llavero así con un Carnero de Gol?”

“Ah, sí, claro” mientras el hombre se volteaba para buscar su mercancía en una bolsa, colocó el collar especial entre sus cosas. Era realmente peculiar, lo suficientemente feo para que nadie lo quisiera y llamativo como un tucán en el Everest. Gritaba propiedad de Itama Senju. “Aquí tiene”

“Gracias” se marchó, esperando haber cumplido satisfactoriamente su tarea. Detrás de él, el Senju lo vio, extendiendo un billete hacia su primo. Hotaru lo tomó instintivamente, viéndolo como si no supiera qué hacer. A su costado, Raizo miraba un viejo campanario en el centro de la ciudad. Era el lugar perfecto para un ataque a distancia.

“Cómprame una taza en la tienda de regalos, por favor” pidió el menor en voz alta, señalando un negocio local. Tenía que deshacerse de sus parientes para la entrega. Después de todo, un buen espía nunca revelaba sus métodos. “La tercera de la fila más alta en la repisa del ventanal si pudieras”

“En… en seguida” tomó la mano de su novio para arrastrarlo hacia el lugar, mientras el dueño de los bares de la perdición se acercaba al pequeño puesto del vendedor. Inmediatamente este se quedó desierto, el tipo se asustó un poco, pero al ver el billete en las manos del joven se tranquilizó. Por una suma como esa podía tomar lo que quisiera. Itama cogió cinco cosas distintas y se fue, metiéndolas en su bolsillo. “Te la conseguí a un precio rebajado, incluso la tetera de… ¿Por qué no la aceptas?”

“Porque ya tengo lo que necesito” el chiquillo los guio hacia una biblioteca pública, donde consiguió la computadora más cercana a la pared. Con Raizo y Hotaru detrás, abrió la memoria, obteniendo la información dentro. “Vaya que nos ha estudiado la condenada… al menos a los más cercanos.”

“¿Entonces le falló conmigo?” preguntó el ex casanova, cruzando los brazos. “Aunque veo que enmendó después, hay mucha información en lo referente a nosotros… y a Raizo” tomó el mouse un rato para abrir otro archivo. “Parece que Madara también le interesa”

“¿A ti no lo haría después de lo que pasó la última vez?” levantó una ceja el más pequeño. “Mito aún debe estar lamiéndose las heridas tras eso. Incluso Kurama se apiadó de ella cuando Madara terminó con ella.”

“Eso le pasa por querer lo que ahora es de mi sobrino” murmuró el arqueólogo, uniéndose a la conversación, obteniendo miradas extrañadas de sus acompañantes. “¿Qué? Puedo ser un Uchiha raro, pero yo también carezco de piedad cuando se trata de enemigos. De hecho” se acercó un poco más. “puedo ser muy despiadado cuando quiero”

“¿Más que Shinobu?”

“Oh, mucho más que Shinobu”

“Me parece bien” Itama volvió a revisar otras cosas, encontrando planos de la casa en la que se encontraban y algunos periódicos virtuales sobre las vacaciones de la familia en ese lugar. “Qué curioso ¿Por qué querría saber algo como esto?”

“No lo sé” Hotaru frunció el ceño. Tenía un mal presentimiento sobre esto, le recordaba demasiado a uno de los viejos libros de detectives que solía leer para ser algo más que un asesinato. “Itama, ¿puedes conseguirme los nombres de los planos que consultó? Dependiendo de cuales sean, podremos adivinar su plan.”

“Pondré a mi agente en el campo a eso. Ahora, si pudieran conseguirme un poco de tiempo distra…”

“¡Conque aquí estaban!” Kawarama apareció en ese momento, dándole el tiempo justo a su hermano para cerrar la pantalla. Nobunaga venía detrás de él con una expresión sumamente aburrida, algo muy usual en él. “¡Nos dejaron en la estacada! Mientras nosotros buscábamos a Sasuke y Naruto por todas partes, ustedes leían aquí tan tranquilos y… ¿para qué es esa computadora?”

“Ah, nada, sólo estaba chequeando algo para Izuna… creo que dejarán de comportarse como un par de bestias si reciben al menos una dosis de trabajo” mintió hábilmente el otro, sabiendo exactamente lo que quería el castaño. “Bueno… supongo que deberíamos seguir buscando a esos dos. ¿En dónde podrían haberse metido?” los presentes observaban al menor, cayendo en cuenta de que él ya sabía. “Ah, sí, los vi en un restaurante por la plaza hace rato. ¿Cómo pude ser tan despistado? Se me olvidó avisarles”

“A otro perro con ese hueso” el Senju comenzó a caminar hacia la salida, dispuesto a darles a sus sobrinos la lección de sus vidas. Afuera se encontró con su novia, que lo miró extrañada. Antes de que preguntara, él ya estaba respondiendo su pregunta. “Los chicos están en la plaza”

“Ahora sí van a ver esos dos” humillada y rabiosa, ella marchó por delante de él, asustándolo un poco. ¿Desde cuando su tierna Miku era capaz de lastimar niños? No tuvo tiempo de pensar, porque llegaron a la plaza en seguida. Los buscaron incansablemente, pero sólo encontraron una nota en una mesa, diciéndoles que volverían a casa después. “¡¿A dónde se pueden haber ido esos muchachitos?¡ ¡voy a hacer que…!” de repente tres disparos desde el campanario hicieron que se pusiera tiesa. “¿Qué?”

“Nobunaga”

“Sí, ya voy” el mayor de los gemelos desapareció de la vista, siguiendo si instinto de detective. “el mejor lugar para disparar a la plaza es…”

Notas finales:

¿Qué les pareció? a mí me parecia que se merecía cada una de las balas que nuestro sicario favorito lanzó en su direccion. Bueno, en el próximo capítulo seguirá la historia de Sasuke y Naruto, además de otras sorpresitas. Creo que me voy a poner un poco creativa con esos dos, jujuju. ¡Review!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).