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Vacaciones... en los hoteles de la perdición por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“¿Qué… qué fue eso?” preguntó Miku mientras temblaba. Había escapado de la muerte por un pelo… o eso era lo que creía ella. Kawarama, por su parte, sabía que no era así. La envolvió entre sus brazos intentando calmarla. Su primo le debía muchas explicaciones, sobre todo por qué el homicida de su novio estaba ahí. “Un segundo estaba buscando pistas de esos mocosos y al siguiente…”

“Tranquila, ya pasó” le susurró, pasando una mano por su cabeza. “Maldición, esa familia nos va a arruinar las vacaciones. ¡No puedo creer que traigan tantos problemas!”

“E… ¿esa familia?” inquirió la mujer, aún sacudiéndose como loca. Él asintió, tratando de encontrar una manera de explicar la situación sin asustarla.  

“Lo… lo siento… yo… no te habría expuesto a ninguno de ellos tan pronto si hubiera podido evitarlo” el Senju suspiró. “Los Uchiha son… estamos muy emparentados con ellos y mayormente son bastante tratables, pero hay rasgos de su carácter que son particularmente ehhh…” no encontraba palabras para describirlo. “No te conviene enemistarte con ellos” señaló la torre por encima de su hombro. “Con ninguno de ellos”

“¡¿Contrataron a alguien para deshacerse de mí?! ¡¿Sólo por haberles jugado una broma?!” y la broma para colmo había sido idea de Hotaru, no suya.

“No, no, claro que no” principalmente porque no necesitaban hacerlo. “uno de los tíos de Sasuke, que también es primo de Raizo y novio de Nobunaga, por cierto” cielos, recién se daba cuenta de la predilección en su familia por los Uchiha. ¿Es que no podían mirar en otra familia por parejas? “es un excelente tirador. Creo que ese idiota le mandó la foto tuya con Nobunaga para hacerlo venir y dar una demostración de fuerza.”

“¿Con un rifle de asalto?” dios, esto de repente sonaba más peligroso de lo que había esperado. ¿Qué diablos pasaba con esta familia?

“Linda, si hubiera querido matarte, te habría acertado, te lo aseguro” siguió Kawarama, diciéndole la cruel verdad para que estuviera preparada. “Además, no necesitan acabar con la ida de alguien para arruinarlo. Hay métodos mucho más legales y despiadados que pueden usar, sobre todo cuando estás en contra de los pequeños.”

“¿De… de verdad?” ahora le estaban dando unas ganas muy grandes de disculparse con Sasuke

“Sólo piensa en esto. Por más que Sasuke sea un troll despiadado en las redes sociales, no le llega ni a los talones a su madre” se estremeció, recordando la cara de satisfacción de Madara cuando pasó lo que pasó. “Si sólo supieras lo que pasó la última vez…”

“¿Qué…? ¿Qué pasó la última vez?”

“Bueno… la mamá de Sasuke… puede ser muy…” volvió a hacer eso. A Miku la recorrió un escalofrío cuando lo vio. Muy pocas cosas podían asustar a su novio… no quería conocer en su vida a su futura cuñada, pero tenía que saber. Al menos así podría protegerse.

“Kawarama, tengo que enterarme alguna vez. No puedo sencillamente seguir en la oscuridad” pidió ella, tratando de decidir si su plan realmente iba a funcionar o si debería salir corriendo.

“Sí, claro, como digas” se rascó el pelo. “El esposo de mi hermano, Madara… mi hermano es homosexual, por cierto.”

“Pero todos ustedes dicen “La mamá de Sasuke” todo el tiempo.”

“Eso es porque los niños estaban acostumbrados a llamarlo mamá desde antes que conociera a Hashirama” la chica levantó una ceja. “Verás, biológicamente él es su tío, pero cuando sus padres murieron era un bebé y pasó a su custodia. Él empezó la manía de decirle así, sus hermanos siguieron y el mote se quedó. Nosotros lo adoptamos cuando mi hermano se casó con él… vaya forma de llamar al rey de los medios, ¿no?”

“¿El rey de los medios?” ahora que lo pensaba, había escuchado algo sobre que la familia de su actual pareja estaba emparentada con el magnate más despiadado del mundo (un mote de una pobre revista independiente que había desaparecido cinco días después bajo la bota de su futuro cuñado). Estaba tan sorprendida que lo próximo que salió de su boca fue una pregunta estúpida. “¿Y… qué pasa con Sasuke?”

“Es que ese chico siempre ha idolatrado a su madre” siguió Kawarama, nervioso. “Desde que aprendió a gatear persiguió a su madre, aprendiendo sobre sus rodillas todo lo que debe saber un empresario. Y como la especialidad de mi cuñado es arruinar vidas…”

“¿Arruinar vidas?” el corazón casi se le para. “Kawarama, ¿Qué pasó la última vez?”

“Pues, verás…” tragó duro antes de continuar. “A la ex mujer de mi hermano se le ocurrió que todavía podía recuperarlo. Utilizó a su hermano de intermediario para entregarle unas fotos algo sensuales… no tan subidas de tono como esperaríamos de ella… pero él ya llevaba años casado con su majestad mediática…”

-Flashback-

“Vaya, está mejor que la última vez” comentó Hashirama, bajando una de las fotos con una expresión de desinterés. “Aún así no lo intentaría de nuevo. Llevo felizmente casado mucho tiempo, ¿Por qué dejarlo por ella?” dejó los papeles sobre la mesa. “Lo que me sorprende es que estés aquí, Kurama-san. ¿realmente te pidió que hicieras esto?”

“Sip” el pelirrojo respondió, apoyándose sobre el codo. No podía haber estado más sorprendido cuando su hermana lo llamó para llevarle esas fotos al moreno. ¿Acaso no se le había pasado por la cabeza que podría simplemente destruirlas? Al parecer no, porque igual se las entregó.

“¿Y tú accediste?” bueno, eso también era un verdadero milagro.

“Tenía curiosidad por ver tu reacción” respondió el Uzumaki, estirándose. “Y me sorprendió verla más saludable que la última vez… creo que ha estado yendo a rehabilitación” suspiró. “Por una parte me agrada pensar que está empezando a encausar su vida, pero por la otra…”

“No te haces ilusiones, lo entiendo” tiró todo sobre la mesa. “En fin, puedes decirle que no me ha interesado nada su propuesta. Y que más le vale que Madara no vea esto, porque su furia será épica.”

“¿Que yo no vea qué?” detrás de los dos hombres sonó una voz que los hizo enderezarse de golpe. Voltearon la cabeza con miedo, como uno de esos protagonistas de peli de terror, clavando sus ojos en el pelinegro, que acababa de regresar a casa del trabajo. “Respóndanme, ¿Qué se supone que no tengo que ver?”

“Ma- Madara… ¿Qué… qué haces aquí?”

“Si más no recuerdo, fuiste tú el que me dijo para almorzar juntos hoy” ¡Diablos! ¡Lo había olvidado por completo! ¡Y en el peor momento!

“Si, yo… en un segundo estoy listo” empujó las fotos hacia Kurama para intentar esconderla. El pelinegro levantó una ceja, posando sus ojos en los papeles de la mesa. Durante un momento sus pupilas se convirtieron en lanzas afiladas, asustando a todos los presentes. “Madara, cielo, no es lo que parece”

“Más te vale” el silencio cundió en la habitación, tan grueso como si fuera hielo. “¿Y bien? Estoy esperando esa grandiosa explicación que ibas a darme.”

“Cariño…”

“Espero por tu bien que sea realmente buena, porque romper tus joyas con un martillo sería una pena enorme” Hashirama tragó duró. No tardó más de cinco minutos en soltar la sopa, con el pelirrojo asintiendo para salvar su propio pellejo a costa del de su hermana. El pelinegro los escuchó inmóvil, emitiendo una presencia gélida que les ponía los pelos de punta. “Ohh… ahora entiendo.”        

“¿De… de verdad?”

“Sí, ahora me queda muy claro” cogió el sobre con papeles, arrebatándoselo al Uzumaki. “Debo admitir que está mejor que la última vez… ¿habrá dejado de meterse porquerías?” su aparente desinterés era aterrador, tanto que los otros se encogieron. “¿A qué estás esperando? ¿Qué no íbamos a almorzar al restaurante? Si odio algo más que perder tiempo es no llegar a tiempo a una reservación.”

“¿No… no vas a aplastarme las bolas?” preguntó el moreno, cruzando las piernas por si acaso. Su esposo volteó hacia él, todavía bastante frío. Algo le decía que es noche no habría sexo, ni interrumpido ni completo. Nada

“Claro que no, lo que te llega por medio de correo no es tu culpa” concedió el Uchiha, guardándose lo que les arrebató antes. “Aunque si fuera tú, actualizaría mi protección contra todo tipo de spam. Pueden ser muy… problemáticas las cosas que nos llegan por los medios de comunicación… ¿verdad?”

“Sssssssiiiiii” el pobre Senju se fue temblando a su cuarto, obedientemente poniéndose a la ropa de salida. A la semana siguiente abrió una revista de espectáculos cuando vio una imagen de Mito desnuda como Mesalina y las fotos de antes, hablando sobre cómo las prostitutas subían de nivel cuando conseguían un patrocinador y cosas aún más degradantes. En internet la destrozaban con otras noticias acerca de la prostitución de nivel medio, que parecía alto, pero era más económico… no debería haber enviado esas fotos.

“Veo que ya lo has visto” Madara entró en el cuarto, arrebatándole la revista. “Ya deberías saber lo que pasa cuando me tocan las pelotas. Todos ustedes deberían.”

“Yo… debí deshacerme de esas fotos incluso antes de abrir el sobre, ¿verdad?” los dos se miraron el uno al otro, uno con frialdad y el otro con pavor. “Ahhhhh, ¿tenías que excederte tanto?”

“Sólo me has visto calentar, querido” se quitó el saco, dejando ver la camisa ajustada que estaba debajo. “Ahora la muy zorra debería saber que” se acercó a su oído “nadie debería meterse con lo que es mío” sus manos se posaron sobre sus piernas “especialmente con lo que tengo en mi cama”

“Ya… ya veo” no supo qué más responder.

“¿Eso es todo?” fue más lejos, acariciando una zona más privada antes de sentarse en las rodillas de su esposo. “Arruinar a personas que me caen mal me pone a mil. ¿Por qué no me ayudas a sentirme mejor… querido?”

“Wooow” ese sonido casi fue un ronroneo, algo que Madara jamás hacía a menos que realmente tuviera ganas. Y vaya que las tenía, porque se pasaron el resto de la tarde en la cama, ignorando las llamadas desesperadas de los empleados que supuestamente debían estar mandando en ese momento. Cuando llegaron los chicos de la escuela…

“¿Quién quiere pizza para cenar?” propuso Shisui al ver que sus dos padres estaban fuera de combate por el resto del día. O de la semana, a juzgar por las marcas, sus caras sonrojadas y sus expresiones de felicidad estúpida que solían tener después del coito. “Sólo por preguntar, ¿a quién ha hundido esta vez?”

“A mi ex mujer”

“¿Qué no lo hizo hace algunos años ya?”

“Sí, pero al parecer volvió a levantarse” se levantó para coger los platos. “Por cierto, Madara, ¿Cuándo van a dejar de salir esas fotos humillantes en las revistas de corte maduro? Sé que te ha hecho enojar, pero no es para tanto. Y tampoco tienes tantas.”

“Oh, tengo muchas otras cosas que sobarle en la cara cuando termine con su antiquísima profesión… como que mi anillo de compromiso” lo admiró a contraluz, haciendo que las piedras relucieran. “¿Sabían que está entre las futuras piezas de coleccionista? Mucho mejor que un común anillo de Tiffany, ¿no creen?”

“Quedó claro cuando lo mandó a hacer solamente para…”

“Y también he escuchado acerca de un animal experimental, un zorro… ah, no, era una zorra… completamente roja, que está en celo todo el año y que tratan de utilizar para desarrollar una terapia para la ninfomanía. Vamos a hacer un artículo de corte científico en la siguiente…”

-Final del Flashback-

“Al final, cuando Madara terminó de diseccionar cada una de las capas de su vida y convertirlas en la comidilla de internet, la pobre estaba lista para arrojarse de un edificio. Por suerte su hermano se apiadó de ella y evitó que lo hiciera” movió la cabeza. “metiéndola en un manicomio, posiblemente hasta el final de su vida… o hasta que internet deje de estar en las manos de un maniático multimillonario.”

“Lo que es igual que nunca, ¿verdad?” diablos, ¿podría haber elegido una familia más problemática? Si se atrevía a poner un pie más allá de la raya con el diablillo del Facebook, su madre la precipitaría al mismísimo infierno. “¿Y… hay algo más que debería saber de tu ex cuñada y la forma en la que el actual esposo de tu hermano la destruyó? ¿O de sus otras víctimas?”

“Sólo que convoca cada año una convención secreta de trolls de internet para burlarse de los momentos más humillantes de la vida de los últimos tres chicos que se atrevieron a decirle a Sasuke que parecía una niña… cuando estaba en preescolar” se lamió los labios. “Dios, sus fotógrafos encubiertos son unos auténticos genios. Ni siquiera sabes si están ahí…”

“¿Tortura a esos chicos porque dijeron en preescolar que su hijo se veía como una niña? ¡A esa edad los niños y las niñas no se diferencian a menos que veas dentro de sus pantalones!”

“Lo hace para amedrentar a la gente… cosa que le funciona, porque todos los demás están demasiado aterrorizados para meterse con el bebito de mamá” le tendió una mano. “Y con el tipo protector con la pistola de allá arriba.”

“Ajá” Miku aceptó el gesto, levantándose. Se apresuró a salir del campo de tiro, por más que Nobunaga hubiera asegurado que tenía todo controlado. “Y sólo por curiosidad, ¿Cuál es el papel que cumple tu hermano en la familia si ya tienen un tío protector?”

“El padre amable y permisivo… el que refrena a las bestias antes de que salgan de control” ella sonrió, poniendo una mano en el bolsillo. Tendría que hacer buenas migas con Hashirama entonces. Si quería conseguir el dinero y estar tranquila, el encantador de fieras era su única oportunidad. Algo se movió en su bolsillo. Rezando porque no fuera otra tastada de los niños, la sacó y… “¡AHHHHHHHHHHHHHHHHH!”

“¿Qué pasa?” la chica gritaba, agitando su mano locamente. Finalmente, el misterioso ocupante de la mano cayó. Era una cucaracha enorme, lo suficiente como para ser del desagüe de la calle principal de la ciudad. y en cuanto a como había llegado ahí “¡Naruto, Sasuke, Raizo! ¡Quienquiera de ustedes que haya sido, más le vale que no le coja, porque lo voy a matar!”

“Ay, Dios, ¿Cuándo se terminan estas vacaciones?” mientras tanto, Nobunaga terminaba de escalarse el campanario, donde estaba seguro que Shinobu lo esperaba. ¿Harían ropa térmica sexy? Una estilo papá Noel le caería muy bien en este momento. O gitana, para jugar al jorobado de Notre Dame. Grande fue su sorpresa cuando lo vio con un traje digno de su primo.

“Ehhh… no es por quejarme, pero ¿me puedes explicar qué diablos es eso?” le señaló. El francotirador levantó una ceja, poniéndose el rifle sobre el hombro. “¿Qué pasó con el cuero y las camisas tan ajustadas que dejaban ver tus pezones? ¿O las bonitas pantaletas que…?”

“He cambiado de look” contestó él, cruzándose de brazos. El jersey caqui soso que llevaba encima hacía poco por disimular los músculos prominentes que se ocultaban debajo de esas mangas descoloridas. “Supongo que no era lo que esperabas” dijo mientras daba unos pasos, sacando una simple y muy mortal pistola de su cadera. “Como siempre he sido una persona tan sexy…”

“Según mis investigaciones, en el mundo del crimen eres conocido por dos cosas” extrañamente, el que mostrara poca piel le hacía más sensual que de costumbre. Quizás fuera por el cambio, más sus partes privadas empezaban a responder de una manera muy rara. Por ejemplo, le hacían desear saber cómo era el sexo con ropa. “Tu sensualidad y tu increíble puntería.”

“Ajá” paró por un minuto. “Y por eso mismo me preguntaba… ¿Por qué mi novio sería tan estúpido como para dejarse fotografiar con una puta buscafortunas? ¿Acaso es como Raizo me dijo, que le estoy regalando demasiado?”

“¿Escuchas concejos de amor de Raizo?” eso era increíble. El egiptólogo sabía más de maldiciones antiguas que de relaciones. ¡Sólo había tenido un novio en toda su vida, joder!

“Pues… ambos estábamos molestos por las fotos y nos pusimos a comparar notas… fue extrañamente iluminador” el asesino reanudó su paseo. “Me di cuenta que quizás atraigo más miradas de lo que quiero… o mejor dicho que te dejo ver más de lo que debería” se subió el cinturón. “Y definitivamente te estoy dando más de lo que debo, si quieres más variedad en tu dieta sexual.”

“Lo estás sacando todo de contexto” el otro trató de explicarse. “Verás, fue una loca idea de Hotaru para traerlos aquí a ti y a Raizo. Yo sólo seguí con su idea porque quería verte… además de que tengo un trabajo que hacer aquí. Antes no puedo irme.”

“¿Qué es?”

“Deshacerme de la novia cazafortunas de Kawarama” el sicario levantó una ceja. “Sip, es la aparecía en la foto.”

“¿Y no pensaste en simplemente pedirme que hiciera el trabajo?” Shinobu estaba que no se lo creía. ¿La importante familia Senju contratando a un asesino a sueldo para lidiar con una interesada? Qué delicioso chisme para el submundo. Además que su novio le estaba encargando el trabajo, eso hacía subir un poco el morbo. Y la excitación. “Te habría cobrado un precio especial. O en especias.”

“¿Quién ha dicho que te vamos a contratar para eso? Ya puedo lidiar yo con ella. Esas fotos simplemente eran para ponerte celoso y que vinieras aquí a… pasar unas vacaciones conmigo” tragó saliva. “Porque te vas a quedar, ¿no?”

“Aclárame algo, ¿esto es porque te dije que no cuando me pediste que viviéramos juntos?” el otro se quedó en silencio. Ante esto, el asesino rodó los ojos. “Ambos sabíamos que era una pésima idea. ¿Un detective y un asesino en la misma casa? No iba a funcionar. Nos íbamos a enterar del trabajo del otro y lo íbamos a utilizar para nuestro beneficio, lo que llevaría a discusiones, pérdida de la pasión… por no hablar de loa convivencia…”

“Shinobu, he visto a mis primos tener sus felices matrimonios por años y he llegado a la conclusión de que quiero una relación de verdad” el Uchiha retrocedió, asustándose un poco. “Sí, estuvo bueno irnos persiguiendo por todo el mundo, jugando al gato y al ratón como adolescentes experimentando sexualmente, pero… ya no somos tan jóvenes. El tiempo pasa y empezamos a envejecer…”

“Habla por ti” el sicario levantó la cara, sumamente digno. “yo me mantengo igual que cuando tenía veinte años.”

“El caso es que desde hace tiempo estoy pensando en el futuro, que ya no estoy para esas andanzas, así que… te pedí que viviéramos juntos con la esperanza de que nuestra relación pase de persecuciones ocasionales que terminan en la cama de donde desapareces en la mañana” el asesino no pudo responder. “Te… te voy a dar tiempo para pensarlo” Nobunaga se dio la vuelta. “Pero piensa en la propuesta de nuevo. Yo… mi puerta siempre estará abierta para ti.”

“Espera…” en ese momento, a Shinobu se le ocurrieron miles de cosas que decir, como que no estaban preparados o que era imposible, más de repente se encontró deseando poder intentarlo. Pero era imposible. Con sus antecedentes y su desastrosa vida… simplemente no era posible. Además, aún tenía una bala muy especial que gastar. Así que respondió lo único que se le ocurrió. “Lo… voy a pensar”

Notas finales:

¿Qué les pareció? Cuando a Madara le agarran los celos, lo agarran de verdad, ¿no? Bueno, estamos cerca de colmar los nervios de esa pobre chica y ¿Quién la torturará cuando Kawarama se de cuenta de cómo es? ¿a quién debería pedirle el favor? tienen las opciones

a. Sasuke

b. Madara

c. Naruto

¿Cuál será el ganador? ¡Review!


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