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Vacaciones... en los hoteles de la perdición por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“¡MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAADDDDDDREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!” el grito del chico casi dejó sorda a Miku, que se encogió en su silla. Kawarama entró a continuación a la cocina, tapándose los oídos, fastidiado hasta la médula.

“Muy bien, Sasuke, has mejorado tu nivel pulmonar… ¡Qué pena que no puedan escucharte en la otra punta del planeta!” le espetó, tendiéndole la mano a Miku. “Lo lamento, querida, no sabía que estaban aquí” les echó una mirada fulminante a sus padres, que lo habían seguido para asegurarse de que no se destruía nada. “Resulta que mis sobrinos van a pasar con ellos una temporada y…”

“No te preocupes, seguro que terminamos siendo grandes amigos” sonrió la pelirroja, frotándose los oídos. En cuanto a sus palabras… realmente lo dudaba, pero tenía que hacerle creer a su novio que le encantaban los miembros de su familia. “Ya verás que al final del viaje la tía Miku será la favorita.”

“Esto no puede estar pasando… no es verdad…” el pelinegro seguía balbuceando. “Primero me obligan a pasar las vacaciones aquí en lugar de ir al viaje de ski con mis hermanos y luego ¡quieren emparentarme con el servicio!” la pelirroja sintió unas ganas horribles de golpearlo. Ese mocoso consentido estaba sacándola de sus casillas… pero no podía golpearlo. “¡Tú quieres emparentarme con una chacha!”

“Con quién salga no es tu asunto y, por más que le grites y llores a tu madre, tampoco es de él, así que vete acostumbrando” el castaño claro lo fulminó con la mirada, a lo que el chiquillo respondió con una igualmente aterradora. “Vamos, querida” la empujó, sacándola rápidamente de la cocina. “Lo siento, no sabía que estabas aquí. Jamás te habría expuesto a Sasuke de esa manera si hubiera sabido que estaba aquí.”

“No importa, los adolescentes reaccionan mal ante este tipo de situación. Seguro que recibir a un nuevo miembro en la familia lo asustó” le aseguró. “Tú eres el tío soltero y divertido, el que lo entiende, el que lo defiende de sus padres… ningún chico quiere perder eso. Cuando le aseguremos que eso no va a cambiar cuando te cases, me aceptará.”

“No lo creo, él es… imposible” admitió, recordando todos los berrinches del chico en los años en los que lo conocía. “Si ha decidido declararte la guerra, seguirá así hasta que logre que te marches o se quede sin voz.”

“Cuesta creer que sea pariente tuyo” bromeó ella.

“No lo somos, no realmente” confesó el hombre, confundiéndola. “Sasuke es hijo del esposo de mi hermano, lo tuvo antes de casarse con él” vaya, parecía que alguien se le había adelantado, pensó ella. “Era muy pequeño cuando se casaron, así que Hashirama lo adoptó. Es lo más cercano que tienen a un padre.”

“Tu hermano es muy bueno por ayudar a una madre soltera” y darle su dinero, completó en su mente. Quien quiera que fuera la mentecata, iba a sacarla de la familia como sea. Ella iba a ser la única que succionara dinero de ellos.

“¿Ayudar? El rey de los medios no necesitaba la ayuda” los ojos de Miku se ampliaron. No sabía… momento, ahora que lo pensaba, su amigo que la ayudó a investigar a los Senju mencionó algo sobre el esposo del hermano mayor trayendo más riqueza a la familia. “Sasuke se crio como un malcriado con una madre soltera muy rico y complaciente que lo consentía en todo. La receta perfecta para el desastre”

“Sin duda” alguien tenía que enseñarle a ese mocoso a respetar a las personas, cerró ella el asunto, no queriendo pensar más en el sobrino irritante de su novio. “¿Podemos ir a la pendiente ya? Quiero que me enseñes a esquiar.”

“Claro, sin duda” los dos salieron de la casa con su implemento de ski, listos para pasar un buen rato, cuando una figura en lo alto de una pequeña pendiente los sorprendió. Esta se levantó los googles, dándoles una sonrisa ladina a los enamorados. Un escalofrío recorrió la espalda de Kawarama al reconocerlo.

“Nii-san… ¿acaso los tortolitos vienen a hacerme compañía?” Miku también sintió las alarmas mentales sonando a máximo volumen, sobre todo con la lascivia en su voz. Una lascivia que iba dirigida hacia ella por alguna razón extraña. “Porque me encanta tener compañía”

“Itama… otouto, tú también estás aquí” trató de hablar. Algo no olía nada bien, no con todos los parientes riesgosos presentes. Sasuke con sus gritos, Naruto con sus bromas, Itama con su promiscuidad y jueguitos… sólo faltaban sus primos gemelos para completar el cuadro de horror que su madre había preparado. “Ehhhhhh… Miku, te… te presento a… mi hermano menor… Itama Senju… creo que habrás escuchado hablar de él.”

“Enchanté” le dijo, besándole la mano. El gesto hubiera sido galante si la persona que lo hizo no tuviera un cartel de peligro brillante sobre su cabeza… y en sus ojos. La manera en la que se movía tampoco hablaba muy bien de él.

“Es un gusto conocerte también” asintió ella, sintiéndose incómoda. “No te vimos en la mansión y creíamos que nadie estaba esquiando, así que…”

“No queríamos interrumpir tu tiempo de calidad con la nieve” se metió rápidamente el mayor. “Así que nos vamos, queremos probar la piscina temperada antes de que se haga muy de noche. Nos vemos” la empujó rápidamente de regreso la casa. “Don la perdición es divertida está aquí también, tiene que ser…”

“Por cierto, nii-san” lo detuvo el menor, sonriendo angelicalmente. “El primo Hotaru llega mañana, trayendo a rastras a su hermano. Y ambos están ansiosos de verlos a ti y a tu novia” parecía contener la risa. “Mamá les ha platicado tanto acerca de tu nueva relación que tienen curiosidad.”

“Entre más mejor” respondió antes de que entraran, con el castaño claro sintiendo escalofríos y su novia más confundida que nada. Sólo estaban conociendo a uno de sus hermanos, no era para tanto. “Escúchame bien porque sólo lo diré una vez. Tienes que prometerme que jamás te quedarás a solas con ninguno de esos tres. Son una amenaza, simplemente aléjate de ellos lo más que puedas.”

“¿Por qué?” de acuerdo con su asistente, Itama Senju había creado su propia cadena de bares y hoteles con un nombre estrafalario, uno que se adecuaba bastante al estilo de vida que llevaban sus clientes… pero nada más. Por el contrario, Kawarama sabía exactamente lo que su hermanito hacía con su tiempo libre y era algo que ni su madre estaba dispuesta a perdonarle. Sobre todo por la relación de este con su… negocio.

“Haz lo que te digo, no sabes cómo son esos tres” siguió hablando, muy estresado. “Itama es capaz de charlar con el propio diablo por un par de horas y obligarlo a hacer lo que él quiere. Hotaru y Nobunaga son Sherlock Holmes revivido, cada uno a su manera, con una pizca del doctor Moriarty por lo manipuladores. Y no quieres meterte con quien los acompaña, terminarías bastante mal” la abrazó por los hombros. “Sigue mi concejo, no te quedes sola con ellos.”

“Como digas” llegaron a la piscina techada, donde ella se sentó en una de las bancas. “Si quieres… podemos hacer un par de cositas ahora que nadie está aquí… para interrumpirnos” ella se desabotonó el pantalón. “Antes de que lleguen tus diabólicos primos, quiero decir”

“Como gustes” la besó, poniéndose encima de ella. Iba a pasarlo…

“¡ESTO ES EL COLMO!” la voz de Sasuke resonó por todas partes, distrayendo a los enamorados. Kawarama resopló, quitándose de encima de su novia. “Primero llego para ser recibido por el usuratonkachi entre todas las personas, para luego ver a una chacha encumbrada a señora dando órdenes aquí, después a esa misma simplona revolcándose con mi tío como una de las zorras del tío Itama.”

“Sasuke, hazle un favor al mundo y lárgate de aquí” le pidió el mayor, acercándose al adolescente. “¿Qué no tienes suficiente con haber espantado a toda tu familia cercana? ¡Ni siquiera tus padres te soportan! ¡Por eso estás aquí!”

“¡Claro que no! ¡Estoy aquí porque mis hermanos no quisieron llevarme en su viaje de esquí! ¡Y tampoco quiero estar con ustedes!” sacó su teléfono, enfurecido. “Ya verán cuando le diga todo a mi mamá. Va a volver para sacarme de aquí…”

“Si te soy sincero, lo dudo mucho. ¿Acaso no recuerdas que tu mamá está con su esposo en un viaje por el mundo?” de todas maneras el chico estaba mandando Whatsapp seguido de Whatsapp a su madre para que lo recogiera. (Las llamadas no conectaban por estar el otro celular en modo avión) “Vamos, sigue haciéndolo. Sigue intentando como un tonto, porque no te van a contestar.”

“¡No soy un tonto y no me van a seguir ignorando! ¡Nunca me ignoran!”

“Creo que este niño no conoce bien a los adultos” Sasuke le dedicó una mirada asesina a la chica que acababa de hablar. Por desgracia, en medio de su apuro por contactar a sus padres, no notó que un conocido suyo se le acercaba por atrás. Emitió un grito que casi agrietó los vidrios del techo enviando un mensaje de voz, forzando a los demás a encogerse delante de él, especialmente a los que no estaban acostumbrados a oírlo.

“Voy a seguir molestándolos hasta que me escuchen, seguiré haciéndolo hasta que me respondan y me escuchen y… ¡AHHHHHHHHHHHHHHH!” ¡SPLASH! Aun con su ropa puesta, Naruto empujó al Uchiha a la piscina, empapándolo todo. Kawarama miró con horror cómo el caprichoso pelinegro se sumergía en el agua para emerger con una expresión de lo más graciosa, con el celular aún en la mano. “Tú…”

“¡Teme, qué gracioso te ves!” Naruto estaba riendo como un auténtico lunático, sujetando sus costados, que dolían bastante. “¡Pareces un pez en la caña!”

“DOBE” el Senju en la habitación puso las manos sobre los oídos de su novia, sintiendo cómo se acercaba uno de los berrinches de su sobrino menos favorito. “DOBE…” afuera, Itama tomaba calmadamente una taza de té con sus padres. estos le habían preguntado qué pensaba hacer con la noviecita de su hermano. Él francamente no podía responder con seguridad ahora… dependía mucho de lo interesada que fuera. Y de lo que pudiera hacer su apoyo especial por él. Hummm, no por nada lo llamaban la perdición andante. “¡MADREEEEEEEE!”

“Hummmm, creo que va a ser más sencillo de lo que creí” comentó cuando vio a los tortolitos salir corriendo del ambiente que previamente ocupaban. “Me pregunto qué clase de cosas están haciendo mi amado hermano y su esposo ahora que no tienen que lidiar con su adorable hijito… Oh, quizás es mejor no pensar en eso” se rio como si lo encontrara gracioso. “Espero que lo aprovechen… y mi querido amiguito también.”

-En otra parte-

“Vaya, las cosas están mal” Madara comentó, observando la pantalla de su teléfono con preocupación. Una de sus manos sostenía el aparato mientras que la otra apretaba la madera de la cama debajo de su cuerpo. Un gemido de satisfacción escapó de sus labios, al igual que un estremecimiento de satisfacción. “Uffffff, haces los mejores masajes. Mi espalda se siente como nueva.”

“¿Los mejores? Deberías probar los que hacen abajo en pareja, dicen que te dejan listo para el sexo más placentero de tu vida” besó el cuello de su esposo, dándole un pequeño lametazo. “Aunque los míos no están mal, ¿verdad?” levantó ligeramente la bata que su pareja estaba usando, dejando a la vista sus hermosas piernas blancas. “De hecho, ahora mismo quiero un poco de acción.”

“Eres un cerdo, ¿quieres follarme por atrás?” una mano sobando su espalda y la otra acariciando sus nalgas le dio la respuesta. “Suerte que hoy esté muy receptivo”

“Por supuesto, suerte” sus dedos cubiertos de aceite se colaron dentro de su entrada, moviéndose en círculos, arrancándole suaves gemidos. Después de unos cuantos de esos, se tumbó encima de él, penetrándolo de una sola estocada. Un gruñido de dolor le hizo recordar que no debía sobrepasarse tras tanto tiempo sin sexo, por lo que dio estocadas en un ritmo apacible, hasta que Madara le dio la señal de aumentar la velocidad. Pronto ambos se vinieron, quedando completamente inmóviles por un rato debido a la pura dicha. “Y… ¿quieres probar el masaje en pareja antes del segundo round?”

“¿Segundo, tercero o cuarto?” bromeó el pelinegro, sabiendo que si seguían no iban a salir del cuarto en lo que les quedaba de su estadía. Los esposos se levantaron y fueron al spa, donde eligieron un tratamiento previo que incluía una mascarilla de algas, manicura, masajes con aceites entre otras cosas antes de pasar a la alcoba especial deluxe que los esperaba a la espalda. Durante todo el tratamiento el celular no dejó de vibrar. “Vaya, esperaba que se hubiera cansado para ahora.”

“Déjalo” Hashirama le aconsejó, retirándose un pepinillo de los ojos. El Uchiha tenía ambos despejados, las rodajas sostenidas entre dos dedos. “Sasuke pasa el día quejándose de cualquier cosa, no tienes que hacerle caso siempre que se le ocurre hacer un berrinche.”

“Igual tengo que escuchar sus mensajes de audio, pueden ser una emergencia” el rey de los medios bajó sus dedos por la pantalla, tratando de decidir si presionar o no las flechas negras de play.

“Sí, claro” rodó los ojos el moreno. “Mira, Madara, seré franco. Aunque les pongas play, todos los mensajes de Sasuke van a decir lo mismo. Y empieza con M y termina con E.”

“No hables como si fuera la única palabra que es capaz de decir” apretó el botón. Al instante, un grito descomunal de madre resonó por todas partes, haciendo saltar a la mayoría de habitantes del hotel.

“¿Qué decías?”

“Cállate” el pelinegro apartó su celular antes de ponerse de nuevo las rodajas sobre la cara, recostándose sobre su cómoda silla para que pudieran seguir arreglándole las uñas. “Espero que esos masajes realmente sean algo impresionante, porque después de aquel grito se han quitado las ganas.”

“Es justo como estar en casa” negó con la cabeza el moreno, haciendo lo mismo. “Tranquilo, seguro que podemos recuperar nuestra noche… o nuestro mediodía y noche, con los cupones que Itama generosamente nos proporcionó” agitó uno con una expresión pervertida. “¿Quién quiere hacer el amor al aire libre?”

“Eso es lo último que tendrás” contestó Madara, sonriendo. Olvidaron todo el mal rato cuando vieron la habitación… o más bien dicho carpa deluxe que tenía preparada. Toda llena de almohadas esponjosas, deliciosas. El Uchiha rápidamente se colocó en el centro, disfrutando de la comodidad de los cojines. Hashirama se unió a él en un instante, colocándose encima. El otro rio, poniendo los brazos alrededor de él. “En una carpa no está tan mal”

“Claro que no” se besaron, olvidando por completo que tenían un caprichoso hijo que necesitaba urgentemente un correctivo. Las batas finalmente se desabrocharon, liberando sus miembros mientras rodaban por el colchón.

“Te quiero”

“Y yo a ti” beso apasionado. “Muéstramelo”

“Con gusto”

-En Suiza-

“Le compraré un teléfono nuevo cuando vayamos a la ciudad mañana, ¿está bien?” Naruto decía mientras Namie le dedicaba una furibunda mirada, al mismo tiempo que envolvía a Sasuke en una gruesa toalla. “Shessh, ttebayo, realmente se lo toman demasiado a pecho. Sólo tengo que ir al aeropuerto con ustedes a recoger a tío Hotaru y tío Nobunaga”

“No puedes tirar a tu primo al agua y creer que te vas a salir con la tuya” le espetó la mujer, enojada, aunque extrañamente satisfecha. Miku se había retirado a su cuarto con un fuerte dolor de cabeza tras los gritos del jovencito, haciéndola sonreír de reojo. Pronto esa maldita llegaría al límite, sobre todo con el arribo de los gemelos… y lo que traían detrás.

“Como si fuera la primera que hago algo como eso, dattebayo”

“No, pero al menos esperaba que no fuera tan malo como la última vez que ustedes dos estuvieron juntos en una misma habitación sin supervisión paterna…”

-Esa última vez-

“Ya verás, Sasuke-kun, terminaremos en un dos por tres” Sakura dijo mientras se colgaba del brazo de su compañero de estudios e interés amoroso. El pelinegro, por su parte, no estaba nada interesado en la chica, es más, la consideraba demasiado fastidiosa… demonios, prefería estar en cualquier parte menos en presencia de ella. Hummm, al menos esa idiota era buena con los estudios. “Comenzaremos con recopilar informa…”

“Hey, teme… ¡Sakura-chan!!!” el rubio apareció de repente en lo alto de la escalera, como salido de la nada. “¡Qué bueno que estés aquí, Sakura-chan!”

“¡Naruto-baka! ¡¿Qué diablos haces aquí?!” preguntó ella, sorprendida. No esperaba que el Uzumaki estuviera ahí, junto con su compañera de proyecto. “¡Esta es la biblioteca privada de los abuelos de Sasuke-kun! ¡Vete de aquí ahora!”

“¿Es que el teme no te lo ha dicho? Somos primos, dattebayo” explicó el ojiazul, dejándola callada en un segundo. ¿Primos? ¿El baka y su perfecto Sasuke-kun eran primos? No, no podía ser. “Bueno, no exactamente primos. La mamá del teme se casó con mi tío cuando teníamos como seis años. ¿Qué no te acuerdas que se puso a llorar por eso en el kinder?”

“Ehhhh… yooooo…” ahora que lo mencionaba, sí, creía haber escuchado algo sobre la mamá de su amado y el tío del idiota. Bueno, no había problema. Todos tenían parientes incómodos. Ella misma tenía una prima que era más fea que las hermanastras de Cenicienta. Estaba bien. Todo lo que tenía que hacer tras casarse con Sasuke-kun era soportar a ese baka en las reuniones familiares de vez en cuando y darle una sonrisa cuando le hablara. “Supongo que lo olvidé”

“Como muchas cosas” comentó el Uchiha antes de pasar a la biblioteca propiamente dicha, donde los dos equipos se sentaron a estudiar. Hicieron sus apuntes en voz muy alta, lanzándose indirectas el uno al otro. A Sakura le pareció una niñería, posiblemente a Hinata también, pero los dos no lo creían así. Empezaron a decirse de cosas desde dos extremos apuestos del lugar, para luego pararse y gritarse con fuerza. “¡¿QUÉ ESTÁS DICIENDO, USURATONKACHI?!”

“¡JUSTO LO QUE ESCUCHASTE, TEME!”

“¡NO ME DIGAS ASÍ, DOBE!”

“¡CABEZA HUECA METOMENTODO!” se lanzó el primer libro.

“¡APRENDIZ DE STRIPER!” el segundo le siguió y de repente estaban en medio de una batalla campal en la que el objetivo era o guarnecerse o golpearse. Felizmente Hashirama y Madara llegaron en ese momento a pacificar las cosas, pero… el recuerdo del incidente se quedó en las memorias de todos. En especial de Namie y Butsuma, que se acobardaron en su cuarto mientras la guerra de libros sucedía.

-Final del Flashback-

“¡Que no va a pasar de nuevo, dattebayo!” gritó Naruto, tratando de apaciguar las cosas. “Seguro que… Sasuke y yo seremos buenos amigos para el final de las vacaciones. ¿Verdad, primito?”

“Claro… primo” los dos se miraron con una sonrisa que no auguraba nada bueno… al menos para Miku, porque la diversión para los Senju estaba a punto de comenzar.

Notas finales:

¿Les gustó? Vamos a ver mucho de los padres ignorando a Sasukito en este fic. Porque eso es lo que hacen los adultos durante sus vacaciones de pareja, ¿verdad? Review!!!


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