Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vacaciones... en los hoteles de la perdición por Ghost princess Perona

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“Hummmmm, algo tenemos que estar haciendo mal… o ella es más resistente de lo que esperábamos” Nobunaga se encontraba echado en su cuarto de los gemelos después de la pequeña introducción que tuvieron con la interesada del momento. Su hermano no se movió, cogiendo un pequeño papel, que procedió a tirar contra su hermano menor. “¿Me estás escuchando?”

“Claro” el otro se recogió el cabello en una cola. “Tengo una idea. Si sale bien podré desenmascararla… o eliminarla completamente de la tabla de juego” sonrió. “en cualquier caso, primero voy a divertirme un poco, como te dije. Después de todo” se volteó, con una expresión que Nobunaga no había visto hace mucho tiempo. Una de lunática diversión “quiero aprovechar un poquito su amor por los verdes. Explotarlo, quizás, para mi pequeño plan.”

“Su amor por los… todavía no entiendo, pero estoy seguro de que lo haré conforme pase el tiempo” se echó en la cama, observando el techo inexpresivamente. “¿Estás seguro de que no va haber daños colaterales por tu pequeña apuesta?”

“No puedo prometértelo, pero me aseguraré de que el único sea ella. De eso puedes estar seguro” se miró en el espejo, tocándolo con una sonrisa preocupante. “¿Me ayudarás, querido nii-san?”

“Como sea” Hotaru siguió con esa expresión perturbadora. Sabía que su hermano tomaría el camino que le permitiera volver a sus cosas lo más pronto posible, sumergiéndose en el mundo en el cual se sentía cómodo. En eso… eran muy parecidos. Él también quería volver al mundo con el que estaba, el mundo que actualmente había creado para él mismo y la persona que más amaba. “Itama tenía razón”

“¿Eh? ¿Cómo diablos puedes decir algo así en semejante momento?” levantó una ceja, poniendo una expresión extraña. “Mi propio hermano, diciéndome que don perdición tiene razón en que soy igual que él…”

“Te equivocas” con el tono despreocupado de siempre, el mayor siguió hablando. Espera… ¿despreocupado? No, más bien era inexpresivo. Ese idiota siempre era inexpresivo… excepto cuando estaba con él. con una mano cogió la liga que sujetaba el pelo de su hermano y lo soltó sobre sus hombros. Así, los gemelos se veían prácticamente iguales. “Completamente”

“No era necesario hacer eso” le sonrió, pasando una mano por el mechón más cercano. “Ya sé que nos vemos como dos gotas de agua. Era muy conveniente en el pasado, cuando fingíamos ser uno sólo de cara al mundo detectivesco.”

“Lo dejaste muy rápido”

“Ya no me resultaba divertido” agarró ese mismo mechón. “Además, ese juego de gemelos que nos ideamos… resultó horrible después de un tiempo. Yo no soy tú, después de todo” se mordió el labio. El otro suspiró. Entendía esa reacción, cuando eran pequeños ni sus propios padres los distinguían. Sus personalidades eran igual de lógicas e inexpresivas… hasta que Hotaru se hizo la suya propia en lugar de mimetizarse con su hermano. “No quiero ser tú nunca más.”

“Y no lo serás, no con ese descaro tan habitual en ti. Yo jamás podría ser capaz de ser tan promiscuo” movió la cabeza hacia un costado, sin reparar en el insulto que acababa de decirle a su gemelo. “Aunque tus tendencias lascivas han bajado bastante desde que conociste a tu alma gemela.”

“¿Y los comentarios de mister promiscuidad?”

“No es lo que crees” suspiró el otro, dejándose caer de nuevo en la cama. “Dijo que fue sorprendentemente larga, pero que por fin lograste pasar tu etapa de perdición. Casi tanto como la de él… pero está feliz de que lo hayas logrado” woow, eso era un halago para Itama. “Nobutaru Senju nunca volverá, somos dos seres completamente separados ahora.”

“Tú tienes lo tuyo y yo lo mío” se dejó caer en la cama a su costado, sonriendo. Entonces se le ocurrió algo. “Oye, hazme un favor y no les digas a los otros que hablamos sobre esto. Raizo me perdería el respeto que me tiene si le contara que una vez actué como si tú y yo fuéramos la misma persona de cara al mundo.”

“Éramos jóvenes, gemelos y sorprendentemente parecidos, nada nos impedía hacerlo” unieron sus manos. “¿Qué vas a hacer mañana?”

“Sígueme la corriente y lo verás. Quizás incluso te haga un favor al hacerlo” los dos durmieron juntos, pensando en sus respectivas vidas y novios.  De verdad, ni aunque quisieran podrían ser la misma persona de nuevo. Y estaban mejor así. A la mañana siguiente, los dos se pusieron sus trajes de baño por orden del menor, yendo a la piscina techada. El mayor se sentó en una de las tumbonas, sacando una novela de detectives de su bolsa.  “¿Todavía te gustan esas cosas?”

“Pues sí, es más interesante que todas las cosas que te encantan a ti” comentó, pasando una página. “Excepto la egiptología. He encontrado fascinantes los detalles sobre los faraones que me enviaste…”

“Déjame adivinar, ¿resolviste el asesinato de Tutankamón?”

“Lo haría si tuviera más pruebas… aunque estoy bastante seguro de que su sucesor fue el que lo orquestó todo” se bajó los lentes, cubriéndose el rostro. “Por cierto, ¿veremos acción pronto? Quisiera estar fuera de aquí antes de la tormenta de nieve que se avecina.”

“No había ninguna en el pronóstico del clima” Hotaru comentó antes de meterse en el agua, nadando un par de largos antes de subir al borde de la piscina. “De todas maneras, lo tendré en cuenta. Has demostrado ser mejor que cualquier barómetro que haya visto en mi vida cuando se trata de tormentas” se echó a su costado, estirándose. “Kawarama va a la ciudad a atender un negocio hoy.”

“Hummmm”

“Y cuando el enemigo está distraído es el momento perfecto para mover, ¿no lo crees, nii-san?” el otro siguió fingiendo que leía, sabiendo a grandes rasgos lo que su hermanito estaba planeando. Por ahora, estaban en misión de reconocimiento. Y seducción. “¿No vas a preguntarme nada?”

“¿Consideras a Kawarama el enemigo?”

“Por ahora… simplemente porque las garras de esa zorra están demasiado clavadas en él. cuando salgan va a ser un gran aliado” se mordió un dedo, un gesto que Nobunaga no haría nunca. Lo estaba disfrutando demasiado. “¿Eso es lo único?”

“Sí, más o menos lo entiendo todo” lo que aún no tenía en claro era cómo iba a beneficiarlo a él. hasta donde sabía, el deshacerse de las advenedizas que se acercaban a sus primitos era tarea de Hotaru, no la suya. Él no quería tener nada que ver en esas cosas incómodas… y todavía no sabía qué haría su gemelo por él para pagarle el favor de venir aquí.

“¿Cooperarás?”

“Eso todavía está por verse” siguió leyendo mientras esperaban. La puerta se abrió unos minutos después y el menor puso su mejor sonrisa de casanova, una que deslumbraría a cualquier mujer que se le acercaba. Vigilándolo por el rabillo del ojo, su hermano lo observó medir a la presa rápidamente antes de que esta lo notara. El bikini que llevaba era algo revelador para la nieve… pero perfecto para atraer hombres.

“Oh, vaya…” Miku se detuvo en seco al ver a los gemelos ahí, asoleándose con lo poco de sol que los vidrios del techo podían concentrar. Kawarama le había dicho que se apartara de ellos, pero… “Creo que voy a ir de regreso a mi habitación”

“No, no, sólo estamos nosotros dos. No vas a estorbar” Hotaru palmeó la silla que tenía a su costado. El otro Senju simplemente se quedó con la vista fija en su novela, escuchando con atención. “Seguro que mi primito te ha advertido sobre nosotros… se preocupa demasiado.”

“O no lo suficiente” comentó el del pelo suelto, con la vista centrada en su lectura y los oídos abiertos a la conversación. “Si te crees esa actuación, es que eres más tonta del promedio. Y el promedio de este país deja mucho que desear.”

“Ehhhhhhh... me temo que la advertencia era exclusivamente referida a la lengua afilada de Nobunaga, pero el resto” se acercó un poco. “Yo soy super buena onda” se fijó en la etiqueta de su ropa. Hum… muy cara para una chica de su clase. “¿Es un regalo de Kawarama? Qué detalle.”

“¿Cómo lo sabes?” preguntó ella sorprendida.

“A él siempre le ha encantado la ropa de esa marca” pasaron un buen rato conversando acerca de cualquier tema banal que pudieran imaginar, pasando desde las marcas favoritas de cada uno hasta las novelas de detectives que el gemelo mayor parecía preferir. Este los escuchaba, sorprendido de que su hermano no se mostrara abiertamente insinuante, más, justo como Itama había dicho, ya había pasado su etapa de perdición. Raizo era suficiente razón para no encamarse con otra persona. “Por cierto, ¿me harías un pequeño favor?”

“¿Qué?” ella se acercó, interesada. Kawarama era lindo, atento… pero no muy divertido. Y su primo parecía ser todo menos aburrido.

“Me encantaría tomarme una foto con una belleza tan increíble como tú” le dijo, dándole su sonrisa más encantadora, de las que le ganaron el nombre de CASANOVA. “Mis amigos nunca se creerán que una chica tan hermosa pasó el invierno conmigo. ¿No es cierto, Nobunaga nii-san?”

“Ajá” el otro respondió, pasando una página con aparente desinterés. Ya sabía que había un truco por ahí. Una vez un don juan, siempre un don juan.

“Será más creíble si tú tomas la fotografía. Anda, nii-san, hazlo” con un gruñido de fastidio, el gemelo mayor sacó su teléfono y activó la cámara. Al final, tomó más de una foto, con su hermano haciendo diferentes poses con la perra. “Ahora hazlo con Nobunaga” pidió de improviso, haciendo que el otro bajara el aparato. “Lo siento si te molesto, pero si no se lo creerían de mí, menos de él.”

“No me importa hacerle un favor” Miku se sentó con el otro Senju, que se revolvió incómodo. Por dentro, la mujer se felicitaba, pensando que ganaba puntos con la familia de su novio. Mientras tanto, el de la coleta se reía. Habían muchos usos que le podría dar a esas bonitas imágenes… “¿Así?”

“Perfecto” tomó las fotos y se despidió de ella tras unas horas más de conversación, señalando que tenía pensado bajar por unas pendientes. Por supuesto, la última parte había sido un despiste con el sólo propósito de que se olvidara de las fotos. A la hora de la cena, Hotaru estaba jugando con los dos celulares, haciendo acercamientos con las fotos. “Genial, esto se va a ver increíble…”

“Aunque aparentemente ya debería saber, ¿puedo preguntar para qué quieres esas cosas?” su gemelo preguntó, pasándose una mano por el cabello.

“Simple” terminó de hacer lo que sea que estaba haciendo. “¿Qué crees que pasará si envío esas fotos desde tu teléfono al celular de Raizo y del mío al de Shinobu Uchiha?” vaya, conque eso era. “Las visitas inesperadas no deben tardar en llegar a nuestras puertas…”

“¿Y qué hacías tú con el número de Shinobu? Mejor aún, ¿Por qué diablos le mandas eso? Queremos echarla, no asesinarla” se detuvo por un momento. “¿Acaso quieres que estén aquí para tu plan?”

“Entre otras cosas” llegó al comedor, dándole su encantadora sonrisa de nuevo a la muchacha. Por desgracia, esta estaba más ocupada tratando de no estrangular a Sasuke, que le gritaba a su celular a voz en cuello. Sus demandas de que su mamá se lo llevara estaban llegándoles al sombrero a todos, posiblemente incluso a su propia madre.

“¡TU MADRE NO ESTÁ AQUÍ Y, AUNQUE PUDIERA, DUDO QUE QUISIERA! ¡ASÍ QUE POR QUÉ NO TE CALLAS DE UNA VEZ!” por un segundo todo se quedó en calma. Incluso Namie, con su copa de champaña detenida a mitad de camino de su boca. El pelinegro estaba sin habla. Nadie se había atrevido a hablarle así en toda su vida, menos una chacha arribista con cara de idiota.

“Le voy a decir a mi madre”

“Ve, díselo” Miku le restó importancia.

“¿Realmente lo vas a dejar hacerlo?” ni siquiera Itama era tan cruel como para permitir que algo como eso sucediera.

“Ella puede hacer lo que quieres y yo la apoyaré”

“Déjame preguntarte de otra manera entonces” el dueño de los bares de la perdición siguió, observando sus manos como quién no presta atención. “¿Quieres dejar que tu hermosa novia se enfrente tan pronto con la sobreprotectora, malévola y llena de recursos figura materna de Sasuke? ¿Especialmente con lo que pasó la última vez que alguien enfadó a Madara?”

“Ughhhhh” Kawarama sólo podía pensar en la imagen de su cuñado en un traje de diablo, con un ejército de pequeños demonios con cámaras fotográficas. “Mejor voy a sobornar al príncipe de las tinieblas para que no diga nada. No vaya a ser que el rey se entere”

“¿El de los medios o el de los diablillos?” se burló su hermanito, dándole un pequeño empujón. “Ve, ve. Antes de que tu noviecita termine igual que la ex de Hashirama cuando intentó reaparecer el año pasado.”

“¡Ya deja de asustarme!” gritó el castaño antes de salir del comedor en busca de Sasuke, sintiendo prácticamente al pelinegro mayor respirándole en la nuca. Diablos, ¿Por qué no lo pensó antes? Debía mantener a Miku lejos de ese sádico, cuanto más mejor.

-En Egipto-

“Hummmmm, estos vasos canopos tienen una forma muy extraña para pertenecer a la segunda dinastía… ¿me habré equivocado con la datación? Tengo que pedirle al laboratorio hacer un carbono catorce del material biológico para…” el sonido de su teléfono resquebrajó la concentración del Raizo Uchiha, arqueólogo extraordinario, haciéndole bajar su muestra. Levantó el móvil con fastidio, mirando la imagen. “Quienquiera que sea, mejor que se trate de algo de vida o muerte porque si no… ¡¿EHHHHHHHHHHHHHH?!”

“¡Profesor!” uno de los jóvenes que había llevado a la excavación entró de repente en su tienda, alarmado por el grito y el sonido de cerámica cayendo al piso. “¿Se encuentra bien? ¿Ha pasado algo?”

“Yo… ehhh…” se dio un bofetón mental para recuperar la compostura. “Bien… estoy bien, se los aseguro” estaba mintiendo, era obvio, pero lo que vio en su pantalla no podía discutirlo en frente de esos chicos. “Tranquilos, solo se me cayó la vasija”

“¿Está seguro?” el estudiante no parecía precisamente convencido. “Si quiero podemos llamar a un helicóptero para que lo lleve al hospital…”

“No, no, es completamente innecesario” se levantó, llevándolo a la salida de la tienda. “En serio, no pasa nada. Anda y completa tus tareas, ¿sí?” antes de que pudiera dar una respuesta, el veterano ya había cerrado la puerta en su cara, volviendo a sentarse. Simplemente no podía creerse lo que estaba viendo. Más tenía que ser real, no tenía señales de fotoshop. Y se la había enviado Nobunaga, lo que le añadía veracidad. “¿Qué es esto?”

“Una prueba de que te están engañando” una pequeña imagen imaginario de Horus apareció en su hombro. Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. No podía estar pasándole esto… no después de todo lo vivido con él. “¿No lo has pensado? Antes de tenerte en su cama, cada noche tenía un amante nuevo en ella. Volver a las andadas mientras estás mirando a otro lado no sería extraño.”

“Él no…”

“¡Claro que no lo haría! ¡Él te ama!” Hathor, esposa de Horus y diosa del amor, vino en su auxilio desde el otro lado. “¿Acaso no te juró que sería tuyo por siempre? ¿Dudas de su amor? ¿O de su fidelidad?”

“Un poc…”

“¡Él es un casanova redomado! ¡Ha tenido miles más hermosos y experimentados que tú! ¡¿Crees que lo vas a retener con el cuerpo y la ropa que llevas?! ¡Si pareces un nerd! ¡Y ni siquiera puedes desnudarte delante de él por ti mismo!” se puso completamente rojo. Eso no le quitaba verdad, siempre se desnudaba en el baño por vergüenza… demonios. “¿De verdad te creías que iba a permanecer fiel con eso?”

“Hotaru te ama, lo sabes muy bien. Lo que hizo por ti tras el ataque de esos malnacidos” ahora le daban escalofríos. Desde que comenzaron a salir, Raizo y Hotaru enterraron ese mal recuerdo en lo más profundo de su ser… era algo en lo que no querían pensar.

“Él…”

“¡Ya cállense los dos! ¡No me dejan pensar!” gritó, haciendo que las imágenes desaparecieran delante de sus ojos. Los dos dioses dejaron tras de sí una nube de polvo, aparte de una incertidumbre tan grande que lo carcomía por dentro y un mensaje.

“Eso te ganas por negarte a ir con él de vacaciones” dejó caer la cara sobre sus manos. Sabía que tendría que haber dicho que sí cuando Hotaru le pidió abandonar la excavación para irse con él unas dos semanas, los dos solos, pero esta se encontraba en un punto crítico que no podía dejar a cualquiera… claro que tenía más que suficientes asistentes calificados para seguirla, pero… pero…

“Agggggg, debí ir con él” comentó, con sus hombros temblando mientras luchaba por no llorar. Sus lágrimas nublaron su vista mientras los vasos canopos danzaban a su alrededor, brillantes a pesar de ser de cerámica. “Lo siento… Hotaru… pero… esa puta…” rápidamente recogió todas sus cosas, metiéndolas en la maleta que siempre llevaba con él a toda prisa. salió de la carpa con esto en la mano. “¡Me voy de vacaciones!”

“¿Señor?” todos lo miraron. Ese tipo jamás había tomado vacaciones antes, menos durante una excavación.

“¡Esto ya ha tomado demasiado tiempo! ¡Me voy y nada podrá detenerme!” sus aprendices estaban conformes, él normalmente era una molestia por sus constantes charlas acerca de cómo realizar apropiadamente las excavaciones. Despertaron cuando les entregaron un papel. “¡Si alguien quiere llamarme, usen este número!”

“¿Es… de Alaska?”

“¡Me largo a Alaska!” gritó, corriendo hasta el camello más cercano, subiéndose y corriendo para alcanzar transporte al aeropuerto del Cairo. Cuando por fin llegó, se compró un billete carísimo para ir a Norteamérica. Entonces se encontró con una visita muy desagradable… o quizás agradable, considerando la situación.

“Vaya, alguien sacó la cabeza de la arena” Shinobu apareció de repente, con su típica ropa de cuero aferrándose a su bien contorneada figura. “¿Qué pasó? ¿Los vasos canopos fueron robados de todas las tumbas?” su primo le dio una mirada de malos amigos. “O quizás… te llegó algo como esto” le mostró su teléfono, con una imagen de Nobunaga con la misma chica. “Creo que mi chico quiso vengarse un poco.”

“¿Sigue siendo tuyo?”

“Claro” lo guardó en su bolsillo, acercándose lentamente. “Porque si alguien se mete con lo que es mío desaparece” se quedaron mirándose el uno al otro. La peligrosidad latente en su sangre era evidente en los dos, cada uno a su manera. “Vamos a hablar a otro lugar, ¿quieres?” le señaló. “No quiero que la gente se me quede mirando”

Notas finales:

Espero que les haya gustado este capítulo. ¿Qué creen que pasará luego? Porque van a haber algunos invitados imprevistos en la casa de los Senju que tirarán la casa por la ventana... y una que otra bala. ¡Review!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).