Sasuke era el tipo de persona que jamás dejaría que sus sentimientos salieran a flote fácilmente. Pero ahí estaba denuevo su lazo más fuerte. Sintiendolo vibrante y firme en su corazón, llenándolo de un profundo deseo por querer ver el aura inocente que portaba ese niño antes de la guerra, antes del odio y la muerte de muchos. Antes de que él se alejara y le causara tanto dolor.
El incesante latido de su corazón apenas le permitía escuchar el eco de lo que fue el estruendoso rasengan de Naruto. Y cuando se desvaneció dejando tan sólo un silencio, Sasuke se obligó a mantener su semblante recio de costumbre.
—Usuratonkachi —dijo el menor de los Uchihas, rompiéndose así el silencio.
"¡Oh! santa mierda" ¿Cuánto había pasado desde que no utilizaba ese "mote" con Naruto? Probablemente unas semanas antes de marcharse con Orochimaru. E incluso ahora que fue llevado de regreso, no tuvo la necesidad de mencionarlo porque el rubio ya no era un "Usuratonkachi". Al contrario del niño que estaba presente...
—¡Bastardo! ¡¿por qué me dejas hablando sólo?! —exclamó el Uzumaki frunciendo el ceño y alzando un puño frente al pequeño Sasuke manifestando su disgusto—. Por qué no puedes ser más gentil con las personas que te quieren como Sakura-Chan o Kakashi-sensei o... Yo —susurro bajito lo último sin dejar que el pelinegro lo escuchara. Se aclaró la garganta y continuo—. Bueno, Kakashi-sensei te estuvo buscando y me encargo decirte que su entramiento empezará hoy en la tarde —dijo apresurado huyendo de sus pensamientos.
—Eso ya lo sabía —respondió el otro cruzando sus brazos a la altura de su pecho—. ¿Por qué me seguiste hasta aquí perdedor?—.
—Vine en busca de una disculpa para Sakura-Chan —manifesto alzando una ceja.
—Lo siento —dijo. —Ahora largo —continuó usando su tono usual.
—No para mi tonto. Tienes que disculparte con ella —. Dijo acusandolo con la mirada.
—Tsk —"maldita sea" pensó el pequeño Sasuke. Y ahí vamos denuevo, era una situación típica del equipo 7; Naruto defendiendo a la Haruno sólo para que después esta lo trate mal. Bueno, qué más da. Lo mejor sería dejar las cosas como están e irse a disculpar luego con Sakura y así Naruto lo dejaría en paz para poder hablar con su "yo" mayor. —Me disculparé después de entrenar con Kakashi —.
—Hmp —exclamó un tanto desconfiado. —Eso espero o— levanto su vista y por primera vez se dió cuenta de la presencia ajena que los estaba observando. Pestañeó varias veces sin poder creerlo—. Eh... ¡¿Eh?! ¡¿Tú quién eres?! —Sus ojos por poco y salen de sus orbitas. "Ese hombre estaba viendolos todo el tiempo" se preguntó.
Mientras el mayor de los tres que hasta el momento había guardado silencio, se encontraba apreciando cada palabra que los chiquillos expresaban, trayéndole gratos recuerdos.
—Yo... —empezó el Uchiha buscando las palabras correctas porque conociéndo a Naruto iba a hacer todo un treatrillo al respecto. —Mi nombre es Uchih—
—Eres el hombre que el viejo mencionó ¿Verdad? —interrumpió Naruto, creyendo que el alto pelinegro era el chico de Suna que había mencionado el Hokage, esa mañana.
—¿Eh? —respondió confundido.
—Naruto cree que eres una de las personas de Sunagakure no Sato que viene a supervisar los exámenes chunin —aclaró el niño Uchiha al mismo tiempo que rodaba los ojos suponiendo que el ojiazul realmente no se había dado cuenta del parecido entre los Uchihas. "Vaya tonto".
—Soy Uzumaki Naruto, el próximo Hokage de la aldea de la Hoja —. Se presentó.
—Hmp... —"piensa rápido"—. Soy Utsuki Namikaze —dijo al fin, decidiendo usar el otro apellido de Naruto. Claro que el niño no lo sabía aún.
—Es un gusto conocerlo —dijo con aquella sonrisa que podría salvar al mundo.
Cuando el Sasuke mayor se permitió admirar el pueril rostro del Uzumaki, sus cejas cayeron suevemente mostrando una nimia sonrisa.
El ambiente era cálido, casi familiar por un momento 'Utsuki' temió romper esa calida sensación.
—Ajam* —se aclaro falsamente la garganta el otro niño que había permanecido al margen, rompiendo la magia—. Naruto, no crees que deberíamos acompañar a nuestro invitado en su camino a la aldea. —habló pesadamente el Uchiha con clara ironía.
—Pero tú tienes que ir con Kakashi-sensei. Yo acompañare a Utsuki-san. Y de paso le preguntó acerca de sus jutsus —dijo sonriendo—. Claro si no es molestia para usted —habló quedito con sus ojitos suplicantes.
—No me molesta —anunció sugestionado por el dulzón sabor de la situación.
Sasuke apretó lo pueños y cerro los ojos con fuerza. —¡Agh! ¡Pero puedo acompañarlos! ¡Voy de camino para allá también! —dijo irracible.
Por supuesto que Utsuki difrutaba de su reacción. Aunque aún le resultaba extraño, empezaba a entender el por qué Sasuke reacciono así. Él habría hecho lo mismo en esta situación ya que siempre había velado por el bienestar de Naruto, jamás lo dejaría solo con un desconocido que podría resultar un potencial enemigo.
—¿Qué sucede Sasuke? ¿Acaso también quieres conocer los jutsus de Utsuki-san? —le picó molestando a su amigo—. Pues no te los diré si así lo piensas —dijo y de inmediato le saco la lengua, cosa que irritó más si era posible al Uchiha.
—¡Suficiente! —gritó resonando en las paredes de la cueva acompañado del característico eco en el fondo. —Voy a ir con ustedes Naruto y punto —.
—Jump... Como quieras —dijo el Uzumaki resignadose. —¿Nos vamos Utsuki-san? —preguntó restándole importancia al pequeño Uchiha.
El alto pelinegro asintió. Debido a lo ambigua que se había tornado la situación, no tenía otra opción que hablar con Sandaime Hokage. Y con suerte lo ayudarían a descifrar el jutsu del que había sido víctima.
—¡Bien! ¡Vámonos! —habló Naruto dirigiendose enérgicamente a la salida.
Cuando los tres empezaron su camino a la aldea, tanto Utsuki como Sasuke permanecieron en silencio detrás del rubio.
—Neh Sasuke, apuesto a que no me ganas en una carrera hasta la salida—
—Hmp... Yo siempre gano contra un tonto cabeza hueca como tú —respondió con esa típica sonrisa ladina.
—¡Teme! ¡No me subestimes! Un día tendrás que reconocerme y ese día estaré para ver tu rostro admitiendo tu derrota —le gritó
Utsuki lo vió sorprendido por la exactitud de sus palabras. Ese día después de una larga lucha contra Kaguya... había reconocido a Naruto como su igual y no sólo eso, se permitió la afluencia sentimental llevándolo a aceptar su derrota. Vaya razón cargaba en sus palabras ese niño.
—Primero muerto dobe —.
—Eso lo veremos —. Acomodó su posé alistándose para competir— En sus marcas, listos ¡Fuera! —.
—¡Oi Naruto! ¡Espera!—dijo viéndolo alejarse.
"Jeje a este paso ese teme no me alcanzará" pensó el Uzumaki. Poco a poco su sonrisa se dibujaba. Unos cuantos pasos más y...
Sus pies se elevaron cuando estuvo por cruzar el arco final. ¿Qué rayos? ¿qué sucedió?
—No tan rápido muchacho—dijo un hombre sosteniéndolo por el cuello de su chamarra, elevandolo unos cuantos centímetros del suelo.
(...)
Los Uchihas sólo pudieron observar ese brillante cabello rubio alejarse.
—¿Por qué la sonrisa? —dijo el menor una vez solos.
—Nosé —respondió, sinceramente no sabía en que momento había empezado a sonreír. Este día si que resulto por demás extraño, Sasuke casi no sonreía pero estar aquí, en presencia de estos dos niños recordándole continuamente su amistad con Naruto; le sumia en la más pura felicidad.
—Oye, necesito saber algo más—interrumpió el niño. —Si no sabes el motivo por el cual estas aquí, al menos dime cómo llegaste a esta época—
—No necesitas saberlo, primero le comentaré todo al Hokage —habló retomando su tono serio.
—¡Agh!— "Serás desgraciado" pensó colérico.
Ignorando su rabieta, el mayor se dipuso a seguir al rubio pero de un momento a otro su vista comenzó a fallar obligándolo a detenerse.
El otro al percatarse le observo detenidamente. —hmp... ¿Te encuentras bien? —. Ni bien acabó decir la última palabra, vió caer al jóven de rodillas aterrizando en la húmeda superfície rocosa.
Definitivamente debía tomarse un tiempo para recuperarse. Apenas había dormido en las últimas 24 horas, unas cuantas píldoras suplementarias alimetaban lo justo pero no lo necesario. Y si eso no fuera suficiente, el crakra que le sobraba lo usó para aguantar el kekkegenkai que lo mando a este tiempo. Vaya suerte.
—Yo... —. Su cabeza dolía horrores, sentía como si mil agujas lo atravesaran. Empezó a toser en un intento de calmar esa sensación pero fue inútil.
"Talvez es un efecto colateral del jutsu" pensó ya que no era normal lo que le estaba pasando. Si desgastas tu chakra lo máximo que te puede pasar es un agotamiento corporal, pero en su caso era eso y algo más, algo extraño.
Con la poca visión que tenía en ese momento vió como el otro Sasuke caminaba hacia él. Y cuando su cuerpo estaba a punto de sucumbir ante el cansancio...
—¡Ah! ¡Sueltame desgraciado! —. Se oyó a lo lejos.
Algo estaba mal. Ese era Naruto.