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Scars por KittieBatch

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Catorce: Alegrías y tristezas

 

Stiles abrió los ojos con dificultad, su cabeza dolía al igual que su cuerpo, una sensación extraña de malestar lo invadió, el maldito Nogitsune excedió la capacidad de su pobre cuerpo decadente, aunque fue divertido sentirse tan poderoso… fue bueno sentirse invencible. En fin, no era invencible por eso ahora se hallaba horriblemente adolorido. Al moverse unos centímetros sintió una bolita peluda a su lado, no era otro que un lobito castaño que descansaba tranquilamente, Liam usaba su forma lobuna más pura para reconfortar a su madre.

 

-Eres la cosita más hermosa del mundo- susurró a su hijo dejando un beso en la punta de su nariz arrancándole un bostezo. –Diablos, hay que lavarte mejor los dientes- se burló echándose a reír. El aliento de cachorro de lobo era parecido al de un perrito.

 

-Mami- Liam despertó volviendo a su forma habitual al escuchar la voz de su madre –Mami, ¿estás mejor?

 

-Mucho mejor- sonrió –Estoy como para una maratón.

 

-Papi dijo que hay que cuidarte porque no te sentías bien.

 

-Estaba cansado, eso es todo.

 

-¿Stiles?- escuchó la voz de Derek llamar la puerta -¿Despertaste?

 

-Pasa lobo, no seas tímido- animó, Liam se acurrucó en los brazos de Stiles dejando espacio a Derek en la cama por si quería echarse con ellos.

 

-¿Cómo te sientes?- preguntó dejándose caer en el espacio que le hiciera Liam, dejó en beso en la frente de Stiles con suavidad disfrutando de ese mínimo roce de su piel.

 

-Si un tractor hubiese pasado sobre mí, creo que estaría en mejor condición- regaló una sonrisa al lobo y acunó a su hijo entre sus brazos aprovechando para hacerle cosquillas.

 

-¡Mami!- decía riendo.

 

-Oye, oye, déjalo- pedía Derek sin intervenir. Las risas y voces provenientes de la habitación de Stiles hicieron que Scott, Melissa y Noah aparecieran momentos después asegurándose de que se hallara más repuesto.

 

Momentos después se marchaban a la cocina para preparar la cena, dejando a Stiles descansar otros minutos, Derek pensó en marcharse también, no quería ser una molestia, sin embargo, Stiles lo retuvo, su cercanía lo hacía sentir mejor y sabía que hay un tema a discutir, verdades que jamás le dijo a Derek y que después del evento del Nogitsune y Calavera era momento de revelar, porque si planeaba seguir en el camino hacia el amor de Derek, debía ser honesto.

 

-Dormiste por tres días- mencionó Derek acariciando con suavidad las mejillas de Stiles, estaban tan cerca, si quisiera solo debería inclinarse unos centímetros y…

 

-¿En serio?- Stiles coló sus manos por el pecho del lobo acariciándolo con timidez, el cuerpo del Alpha era tan firme, tan cálido, tanta cercanía nublaba sus sentidos. -¿Y vas a darme el beso para despertarme del sueño eterno?

 

-Ya estas despierto- gruñó Derek acercándose aún más a los labios de Stiles, su animal interior estaba ansioso de probar sus labios y su piel. –Pero por si las dudas…- murmuró tomando los labios del chico en un beso demandante. Se encontró con la misma necesidad por parte de Stiles, parecía que llevasen un año sin verse cuando en realidad solo eran tres días, quizás cuatro tomando en cuenta el día que terminaron con Calavera.

 

-Te extrañé- murmuró el Omega en sus labios permitiendo que el Alpha se pose sobre su cuerpo llevando caricias a su piel, caricias que ansió quizás desde el primer momento en que cruzaron miradas.

 

-Y yo a ti- susurró Derek disfrutando de estar tan íntimamente unido a Stiles, más allá del deseo que se encendía en él por poseer el cuerpo del Omega, Derek necesitaba sentirlo entre sus brazos, asegurarse que estaba bien y que todo cuanto pasó antes realmente quedó en el pasado, no más Calavera y no más Nogitsune. –Pensé que te perdería…

 

-Yo también tuve miedo de perderte- murmuró antes de abrazarse con fuerza a Derek, no sabía qué o por qué Derek puso sus ojos sobre él, pero se hallaba agradecido de poder experimentar estar tan cerca de él y entregarse a los mimos que quisiera darle. -Yo debí contarte el plan y…

 

-Tranquilo Stiles, ya habrá tiempo para que hablemos, ahora necesitas comer- una sonrisa logró tranquilizar al Omega, Derek tenía la enorme capacidad de hacerlo sentir mejor.

 

Fue la mañana siguiente que Stiles se presentó en casa de Derek, con una cesta de comida en la mano y su mejor disposición para hablar sinceramente con el lobo, Cora abrió la puerta emocionada al verlo, la noche anterior no se vieron porque ella y Laura viajaron a Washington tan pronto terminó todo el tema de Calavera, aunque la loba quería quedarse y casi se puso de rodillas frente a sus hermanos, ellos decidieron que era mejor un cambio de aire. Además, Stiles descansaría al menos un par de días más según Deaton.

 

-¡Sty! ¿Cómo estás? ¿Ya te sientes mejor? ¿Te duele algo?- decía ella sin soltarlo, el Omega sonrió, en cierta forma se parecía a Liam, un cachorro siempre será un cachorro, porque para él Cora seguía siendo un niña.

 

-Estoy bien, no me duele nada, lo prometo- dijo con una sonrisa enorme devolviendo el abrazo a la chica -¿Cómo estuvo Washington?

 

-Laura me llevó con ella a una de esas sesiones de fotos, era entretenido hasta que comenzaron a ponerse en plan “Hola guapa, ¿te vienes a la fiesta?”- decía con desagrado causando una carcajada en Stiles.

 

-Jenny debió estar allí para poner a todas esas personas en su sitio- comentó casual haciendo que el color subiera a las mejillas de Cora.

 

-¡Stiles! ¿cómo sabes que ella y yo…?

 

-Fueron tan obvias aquel día, miraditas, toquecitos… Cora, conozco a los Alphas Hale, digamos que sutileza no es lo suyo.

 

-¿Debería sentirme ofendido?- Derek apareció abrazando a Stiles por detrás de forma posesiva.

 

-¿De dónde saliste?- dijo en un sobresalto dejándose hacer cuando sintió sus brazos alrededor de su cuerpo -¿Ves a lo que me refiero? Son del tipo “No te metas en mi territorio, gruñido, gruñido, dientes, gruñido”

 

-Ja, ja, que divertido Stiles- dijo con sarcasmo Derek antes afianzar aún más el agarre, tenerlo entre sus brazos era un gusto que se quería permitir todos los días de su vida de ser posible. -¿Nos vamos?- la noche anterior decidieron que esa mañana hablarían sobre todo, se dieron cuenta que asumían muchas cosas del otro, Derek pensaba que era buen momento para contarle a Stiles su pasado con Kate, después de todo le arrancó el corazón.

 

-Claro- se despidió de Cora con una sonrisa pues Derek no pensaba soltarlo, así llegaron al auto del lobo, el Jeep de Stiles se quedaría porque al lobo se le ocurrió que su todoterreno era mejor y más confiable respecto al sitio a donde irían, el bosque.

 

La idea del día de campo irónicamente fue de Scott, mientras lavaban los platos tras la cena, el lobo propuso que podrían ir al bosque, era un buen sitio para mantener conversaciones privadas y pasar un buen rato, además que era el sitio ideal para una pareja que necesita privacidad para conocerse físicamente. El lobo no era tonto y podía ver el deseo en los ojos de Derek, pero lo más sorprendente eran las miradas de Stiles hacia el lobo, básicamente su amigo desnudaba al lobo con los ojos.

 

-¿Qué traes allí?- Derek señaló el cesto con comida que llevaba Stiles.

 

-El almuerzo- contestó simple subiendo al auto de Derek con una sonrisa coqueta.

 

-Creí que tu serías el almuerzo- respondió el lobo yendo al asiento del piloto conduciendo hacia las afueras del pueblo. –Pero no suena mal algo de comida para después.

 

-Eres horrible- sentenció Stiles intentando disimular sus nervios, él también lo consideró, ir a un sitio tan apartado solo ellos dos podría ponerlos en una situación demasiado íntima, como aquella noche en el hotel, cuando Bea los interrumpió.

 

Como única respuesta Derek le ofreció la sonrisa más engreída que jamás recordase, a Stiles sonrió de forma dulce recargándose en el hombro del lobo no sin antes juguetear con la radio encontrándose con una estación que parecía estar dispuesta a complementar su momento maravilloso con un segmento de canciones de amor. Ambos sonrieron cuando la frase “Kiss me out of the bearded barley” se escuchó en los altavoces, Stiles dio un suspiro y se pegó aún más a Derek quien aprovechó un alto en el camino para dejar un beso en los cabellos de Stiles.

 

La carretera parecía un poco mágica, o esa sensación tuvo Stiles, la música, la presencia de Derek a su lado, el viento despeinando sus cabellos gracias a los vidrios bajos, todo parecía una escena de una típica película romántica de los ochentas, y eso no le molestaba ni un poco. Quizás estaba listo para avanzar, dejar todo el pasado atrás y decirle “Hola” a las nuevas oportunidades que le daba la vida, como tener a Derek, definitivamente debería agradecerlo.

 

¿Cuánto tiempo condujeron? No lo sabían, sin embargo, tampoco interesaba, solo disfrutarían de esos momentos juntos. Derek tomó un desvío en la carretera tomando la ruta hacia el río, al llegar aparcaron en un sitio bastante privado, el primero en saltar del auto fue Stiles, aspiró el aire fresco que brindaban los árboles y sonrió, sintió los brazos de Derek rodearlo antes de robarle un beso lento, las manos juguetonas del lobo repasando el inicio de sus caderas…

 

-¿Quieres nadar?- propuso el lobo, el clima comenzaba a ponerse caluroso y no tenía nada que ver con las caricias y besos que se daban.

 

-No tengo mi traje de baño- dijo Stiles acariciando la barba del lobo.

 

-Estoy seguro que no vamos a necesitarlo- murmuró contra sus labios, sintió a Stiles asentir –No haremos nada que tu no quieras- prometió, lo que Derek desconocía era el hecho de que Stiles lo deseaba, deseaba entregarse al lobo sin miedos o temores, sin mirar hacia el pasado, sin planear detalladamente un futuro, solo existiendo en ese momento.

 

-Entraré primero- anunció Derek quitándose la ropa con descaro antes de lanzarse al río que corría tranquilo, invitándolos a hacerlo testigo de su amor.

 

Stiles tardó unos minutos en deshacerse de sus miedos e inseguridades, era la primera vez que conscientemente se mostraría totalmente desnudo ante otra persona que no sea él mismo en el espejo, Derek aguardaba por él, sabía que si pedía al lobo no entrar al agua, él comprendería, sin embargo, ya no era un adolescente, era un hombre, con un hijo, un maldito agente del FBI que terminó en una fiesta sexual viendo como un tipo tiene un orgasmo solo por verlo, no era momento de dudas “Sé valiente Stiles, tu puedes” se animó, y con esa valentía recién aprendida se despojó de toda prenda existente en su cuerpo y se lanzó al agua ante la mirada ansiosa del lobo.

 

-Hola- dijo el lobo tomándolo por la cintura cuando Stiles nadó hasta él -¿Qué tal el agua?

 

-Buena, aunque está mejor la compañía- coqueteó pasando sus brazos por el cuello del lobo aferrándose a él.

 

-La compañía es lo mejor- unieron sus labios en un beso lleno de deseo, aquel que contuvieron desde que se conocieron, ese que estuvo esperando dispuesto a exigir ser saciado. No se trataba solo de instinto, era la fuerza de sus corazones latiendo al mismo ritmo, alineados dispuestos a entregarse al otro, ¿sería la fuerza de estar destinados?

 

Los besos y las caricias siguieron, Derek saboreaba todo espacio de piel disponible, su cuello, su pecho, los pezones que se alzaban erectos gracias a la excitación… Stiles tímidamente frotó sus piernas con la erección creciente del lobo, pudo sentir su calor, y como, de a poco, se volvía firme y dura, dispuesta a buscar su lugar en el interior del Omega. -¿Quieres que me detenga?- preguntó Derek sabiendo que unas caricias y no podría parar.

 

-No, te necesito Derek- murmuró Stiles en sus labios apoderándose de ellos en un beso demandante.

 

-Y yo a ti, Stiles- gruñó a modo de aceptación a los deseos del que ya consideraba su Omega, con marca o sin ella, Stiles era la persona que esperó toda su vida, el único capaz de despertar al lobo en su interior, volverlo loco a tal punto que doliera la sola idea de estar separado de él.

 

Los besos y caricias continuaron, fue entonces cuando Derek recordó que Stiles era virgen, aquella posición no era la mejor para la primera vez, sabía que necesitaba prepararlo, enseñarle el placer y remitirse solo a experimentar el propio –Salgamos del agua- propuso causando confusión al Omega –No será cómodo para ti si lo hacemos aquí- aclaró y Stiles asintió, jamás fantaseó como sería exactamente su primera vez haciendo el amor, ahora sabía que le gustaba tal y como se estaban dando las cosas, con Derek preocupándose de su comodidad, de no sólo tomarlo, sino guiarlo al placer.

 

Al salir del agua Derek lo dejó solo unos instantes para ir al auto y volver con una manta que tendió sobre una cama de hojas secas que se formó de forma natural, fue cuando invitó al Omega a acercarse, con delicadeza lo ayudó a recostarse a su lado, el lobo le dio unos momentos para un último momento para recapacitar, sin embargo, Stiles estaba decidido, y esta vez fue él quien buscó los labios de Derek. –Quiero que seas tu- dijo con tal honestidad de sus deseos que el lobo volvió a atacar sus labios llenando su cuerpo de caricias y besos.

 

Stiles gemía suave como respuesta a las atenciones del lobo, todo en él parecía querer explotar en sensaciones y emociones que jamás creyó que existieran. Su cuerpo temblaba gracias a las caricias del lobo, lo sentía besar el interior de sus muslos descubriendo un punto de placer en su cuerpo, fue cuando lo sintió tirar de algo en su tobillo, no lo recordaba, olvidó quitarse el amuleto que le dieran para ocultar todo rastro de sí ante Calavera -¿Puedo?- escuchó a Derek preguntar, era notoria la molestia por no percibir a plenitud el aroma del Omega gracias a esa mezcla de serbal y muérdago. 

 

-Te estás tardando- Stiles autorizó las acciones del lobo causando que arrancase el amuleto, entonces el aroma natural de Stiles invadió los sentidos del Alpha, pudo sentir como una mezcla a chocolate y vainilla le daban la bienvenida, después aparecía un toque de menta y en el fondo se hallaba la tierra mojada y el aroma de las hojas de pino recién cortadas, incluso el aroma de Stiles representaba su personalidad, tantos aromas que de alguna forma se mezclaban perfectamente con el aroma único del Stiles, aquel que le otorgaba la naturaleza como sello único de su existencia, y la virginidad, el Omega era virgen, cosa que hizo ronronear gustoso al lobo, Stiles se entregaba a él en toda su pureza y realizar la sagrada unión del Alpha y el Omega.

 

Volvió a los labios de Stiles llevando sus caricias a las caderas del Omega quien respondió pasando sus piernas por las caderas del lobo acercando sus ya notables erecciones, causando una deliciosa fricción que envió una corriente de placer por todo su cuerpo ¿cómo era posible sentirse tan bien? –Te necesito- gimió Stiles apurando el que Derek lo tomase, la sensación de urgencia por el Alpha era tan grande, jamás pensó llegar a estar en ese tipo de situación, pero ahora, se sentía tan impaciente por que Derek se una a él.

 

-Necesito prepararte o te va a doler- susurró Derek acariciando la entrada del Omega, una caricia tímida le reveló cuan necesitado estaba de recibirlo, pudo sentir la lubricación natural de su cuerpo mojando su entrada, introdujo uno de sus dedos despacio, distrayéndolo con un beso, un segundo dedo le siguió buscando dilatar tanto como fuese posible su entrada, cuando un tercer dedo pudo ser introducido, decidió que era tiempo de intentarlo.

 

-Respira- pidió guiando su erección a la entrada húmeda y palpitante del Omega, su miembro halló un poco de resistencia, Stiles se hallaba nervioso –Tranquilo, solo mírame, confía en mí- lo animó recibiendo una sonrisa nerviosa del Omega, Stiles confiaba en Derek, pero no podía evitar que su cuerpo reaccionara así, no dejaba de ser su primera vez después de todo.

 

Sintió el miembro del lobo entrar lentamente en su interior, abrirse paso en lo más profundo de su ser, clavándose en él, llenándolo por completo, reclamando su legítimo lugar. Ahogó un jadeo de dolor, sabía que dolería, esperaba sinceramente que no fuese tanto, la mirada lastimera que dio a Derek hizo que el Alpha se acercara a su cuello aprovechando para besar y atender el punto donde debe descansar la marca del Alpha, el solo roce del aliento de Derek en su cuello logró relajarlo por completo, derribar todas sus barreras y entregarse a él, entonces dejó de doler. –Derek- gimió su nombre y el lobo comprendió su petición, lentamente comenzó a moverse en su interior, una de sus manos se coló en las caderas de Stiles marcando el ritmo, entonces apreció como el Omega seguía sus movimientos, como respondía a sus atenciones, como paseaba sus manos por su pecho, por su espalda… lo sintió reclamarlo en su interior, deseaba que fuese más rápido y así lo hizo.

 

De pronto se hallaban envueltos en sus instintos y deseos, besándose, mordiendo cada espacio de piel a su alcance, gimiendo y llamando el nombre del otro con necesidad. A medida que Derek se movía en el interior de Stiles, éste se aferraba a él, arañando su espalda, ofreciéndose para el deleite del Alpha, llamándolo en instinto, mostrándose en toda le extensión de su naturaleza. Miles de sensaciones fantásticas cruzaban su cuerpo, todas provocadas por Derek, era él y solo él quien era capaz de hacerlo sentirse en el mismo paraíso, hacerlo gemir como si tanto placer no fuese natural. Podía ver que Derek experimentaba lo mismo, lo leía en sus ojos, lo saboreaba en sus besos, lo transmitía en cada estocada que se clavaba en su interior, y entonces, cuando sentía que la vida se le acabaría ante tanto placer, llegó al mejor orgasmo de su vida a tiempo que la calidez de Derek lo llenaba por completo.

 

En aquel orgasmo compartido los ojos relucieron en rojo, chispeaban mostrándose en su completa naturaleza, entonces esa mirada tuvo una respuesta peculiar por parte del Omega, sus ojos también chispearon, pero en un color naranja rojizo impresionante, esa era la verdadera naturaleza de Stiles, su secreto mejor guardado que se revelaba únicamente al Alpha que estaba destinado a él. Se unieron en un beso suave, dulce, que buscaba recuperar un poco el aliento, sin duda tenían un tema del que hablar, pero sería después, por ahora lo importante era disfrutar de esos momentos tan íntimos que solo pertenecían a ellos y solo a ellos.

 

Minutos después, cuando Derek descansaba al lado de Stiles jugueteando con los cabellos del chico, el Omega se animó a hablar –Soy mitad zorro- informó haciendo reír a Derek, no dejaba de estar sorprendido, pero esos ojos naranjas que lo vieron durante el orgasmo solo podían pertenecer a una clase muy especial de criatura. Un zorro oculto.

 

-Eso me pareció hace un momento- susurró sin dejar de acariciar el vientre del Omega de forma inconsciente.

 

-¿No te molesta?- dijo curioso, esperaba a Derek pidiendo explicaciones, pero resulta que el lobo estaba cómodo con la idea.

 

-¿Por qué debería hacerlo, es parte de tu naturaleza, no? Sí me parece curioso, porque jamás diste señal de serlo, pero me gustas tal y como eres- dejó un beso en la sien del Omega encontrándose con una mirada de adoración.

 

-Te amo Derek- soltó sin pensarlo, bien quizás fue muy rápido, demasiado, es decir, era obvia la atracción mutua, pero de eso a hallarse enamorado era todo un tema. –Lo siento, no debí, no, solo olvídalo- se disculpó.

 

-También te amo Stiles- dijo en total seriedad Derek, y era cierto, Stiles Stilinski logró enamorarlo en esos meses de convivencia, de escucharlo, trabajar codo a codo… Stiles era a quien esperó toda su vida.

 

-¿En serio? ¿Seguro?

 

-Claro que sí, ¿cómo podría no hacerlo?- y antes de que pudiese responder lo besó con dulzura, buscando transmitirle todo el amor que alberga su corazón.

 

Ya vestidos y secos, Derek y Stiles decidieron almorzar, el Omega necesitaba contarle algunas cosas al Alpha, era necesario para avanzar a un punto más seguro, de la misma forma Derek quería contarle su pasado a Stiles, era lo justo y necesario, las relaciones deben tener eso, honestidad y confianza.

 

-Derek- Stiles fue el primero en hablar con un sándwich de pollo entre sus manos –Quiero contarte sobre mí, eso, el ser parte zorro ni yo mismo lo sabía, pero hace años, cuando estaba en la escuela, una cosita llamada Nogitsune se metió en mi cuerpo y estuvo haciendo de las suyas, por eso fue que esta vez pude controlarlo tan bien, él y yo nos conocíamos antes, ya sabes, viejos amigos, colegas… pero el tema es que, cuando por fin me dejó en paz y volví a ser solo yo, descubrí que, una parte de mí empataba con un zorro, por eso el Nogitsune fue tan ¿amable? Hasta cierto punto conmigo, por eso era compatible con él, por naturaleza soy un humano vacío, un tipo de personas que nacemos con la capacidad de ser tomados por seres sobrenaturales, sin embargo, mi probabilidad aumentó porque tenía la peculiaridad de tener genes de zorro, quizás soy más un noventa por ciento de humano y un diez por ciento de zorro y no lo sabía porque proviene de la familia de mi madre y ni papá lo sabía hasta que pasó todo lo del Nogitsune... soy humano, el zorro solo se asoma en cosas muy especiales, pero no interfiere en mi vida –aseguró esperando que Derek entendiera lo que estaba diciendo.

 

-Vaya, eres una caja de sorpresas- dijo frunciendo el entrecejo dándose el tiempo para entenderlo por completo –Así que, ¿tener un orgasmo es una ocasión especial?

 

-Supongo- se encogió de brazos con una sonrisa.

 

-No importa si eres zorro, lobo, jaguar, gato… Eres Stiles, la mejor madre, el mejor amigo, hermano, agente, hijo… el mejor humano que he conocido en mi vida, y por eso te amo Stiles, por ser tu mismo, con tus cicatrices, con tu pasado, con tu presente, eres a quien amo- dijo el lobo haciendo que una lágrima se resbale por las mejillas del Omega.

 

-Te amo Derek Hale- murmuró dándole un beso en las mejillas.

 

-Ahora es mi turno Stiles, también tengo un pasado y creo que debes conocerlo- dijo esperado que el Omega lo comprenda- Para ser muy honesto, hace tiempo salí con la hermana de Chris, yo era joven y ella era divertida, pero mis padres se opusieron a nuestra relación, mamá decía que ella no parecía ser el tipo de persona en la que se debe confiar. Empecé a notar que en efecto, Kate era muy rara a veces, obsesiva, así terminamos, tiempo después ella fue la causante del accidente de mis padres –reveló haciendo que Stiles lo viese sorprendido.

 

-Lo siento Derek- se apuró a reconfortarlo –ella era la ayudante de Calavera ¿no? La que intentó atacarme y tu…

 

-Y yo la maté, no pensaba permitir que te hiciera daño- dijo serio tomando las manos de Stiles entre las suyas con suavidad –En mi vida cometí muchos errores, salté de cama en cama, me deshice de personas, ignoré a otras, algunas veces jugué sucio, pero Stiles, el conocerte, me ayudó a entenderme, a ser más responsable con mis obligaciones, a mejorar mi relación con mi hermana menor... sé que hay muchas cosas que caminar aún, sé que tu prioridad es Liam, no voy a forzarte a elegir, solo quiero que me des la oportunidad de llamarte mío, y yo llamarme tuyo.

 

-Derek, la cosa es que, yo ya te considero mío y yo ya soy tuyo- dijo con dulzura sin soltar sus manos. Así sellaron el inicio de su relación, deberían acomodar un par de asuntos, pero, seguramente lo solucionarían todo.

 

El sol caía por el horizonte cuando entraron a la ciudad, el mundo parecía ser suyo, esa sensación de felicidad los llenaba por completo, no había nada mejor que tenerse el uno al otro, fue cuando el teléfono de Stiles comenzó a sonar como loco, extrañado vio que la llamada pertenecía a Tyler -¿Qué pasa?- dijo al contestar, era demasiado raro que su amigo lo llamase.

 

-Stiles, tienes que ir al hospital- lo escuchó decir preocupado.

 

-¿Pasó algo con Liam?- fue lo primero que pensó, temía por la seguridad de su hijo. La sola mención del niño por parte de Stiles hizo a Derek verlo con temor.

 

-No, él está bien, es Scott, tuvo un paro cardiaco, estamos en urgencias- Stiles dejó caer el teléfono en shock, ¿cómo era posible? Scott era un lobo, ellos no tienen ese tipo de problemas…

 

-Al hospital- alcanzó a murmurar y Derek aceleró preocupado, escuchó la conversación, él sabía exactamente qué estaba pasando. El Wolfsbane en la sangre de Scott alcanzó su corazón.

 

Al llegar se encontraron con todos reunidos en la sala de espera, incluso Liam que corrió a abrazarse a su mamá llorando, Melissa lloraba consolada por Chris, Tyler se acercó a ellos para informarles de qué sucedió.

 

-Todo estaba bien, tan bien que Scott se ofreció a hacer la cena, Liam y yo discutíamos sobre qué película ver cuando escuchamos un estruendo en la cocina, Scott estaba en el suelo sosteniendo su pecho, llamé a emergencias y venimos tan pronto como pudimos, nadie se explica qué está pasando, los médicos no entienden por qué pasó si es un lobo, los lobos no sufren de ataques cardiacos- informó Tyler

 

-Mami- decía Liam entre lágrimas -¿papi se va a morir?

 

Stiles lo observó intentando ser fuerte, quería decirle que no, que Scott saldría saltando y bailando de allí, que volverían a casa y harían la cena como siempre, que al llegar la hora de dormir, lo arroparían juntos y al llegar el día siguiente todo estaría bien. Pero, simplemente no pudo, no pudo darle esperanzas a su hijo sobre algo que él mismo no comprendía. ¿Por qué Scott? ¿Qué estaba pasando?

 

Una enfermera se acercó a ellos, fue directamente a Melissa que lloraba en silencio –Disculpe ¿es usted quien toma las decisiones médicas por el paciente Scott McCall?

 

-Soy yo- informó Stiles acercándose a ella intentando parecer fuerte, sabía que no lo eran, solo fingía, por Liam, por Melissa, por Scott… -Soy su esposo.

 

-Señor, el médico necesita hablar con usted un momento- dijo ella con suavidad –a solas.

 

-No mami, no me dejes- escuchó a Liam sollozar, podía sentir el miedo en su hijo, la angustia de no saber qué sucedía.

 

-Cariño, tengo que ir, es sobre papi, tienes que quedarte con el abuelo, solo unos momentos, un minuto, voy a volver pronto- prometió dejando a un lloroso Liam con su padre antes de seguir a la enfermera por el pasillo hasta la habitación en que descansaba Scott conectado a un sinfín de aparatos, allí el médico lo recibió con gesto serio.

 

-¿Señor McCall?- preguntó y recibió un asentimiento por parte de Stiles, era la primera vez que era llamado así, jamás pensó que sería en esas circunstancias, con Scott al borde de la muerte.

 

-¿Qué pasa? ¿Qué tiene?- preguntó acercándose a Scott y tomando su mano con suavidad, aquel hombre era quien lo sacó de su abismo, quien siempre lo cuidó y defendió, su amigo, su hermano, su esposo…

 

-Aún no lo sabemos, pero es mi deber informarle que su esposo tiene muy pocas probabilidades de sobrevivir, debe decidir si desea que, en caso de ser necesario, se proceda o no con la reanimación.

 

-¿Tan grave se encuentra? ¿No hay esperanza?- gimió su dolor abrazando el cuerpo inerte de Scott, ¿cómo podría decidir sobre la vida de él? ¿cómo sería capaz de hacerlo?

 

-Lamentablemente sí, es un milagro que no muriese durante el paro cardiaco, es increíble que pase esto en un lobo, no tenemos una respuesta para su estado.

 

-Yo creo saber qué está pasando- Derek se coló en la habitación, no pretendía espiarlos, pero sintió que Stiles necesitaría ayuda, además, guardaba el secreto de Scott, no podía callarse, quizás con eso él se salvaría.

 

-No puede estar aquí- dijo el médico, sin embargo, Stiles lo animó a pasar.

 

-¿Qué sabes Derek? Habla ahora mismo- pidió y el lobo asintió.

 

-Scott me confesó que una partícula de Wolfsbane está alojada en su corazón, él sabía que esto pasaría- dijo viendo como Stiles lo observaba dolido, sabía que revelar que conocía los padecimientos de Scott podrían arruinar su relación con Stiles, pero no importaba si con eso Scott se salvaba.

 

-¿Hace cuanto sabes esto?- dijo dolido Stiles -¿Por qué no dijiste nada? ¿Podemos salvarlo?- la última pregunta fue dirigida al médico que negó en silencio.

 

-Lo lamento, pero, siendo este el caso, no hay nada qué hacer, quizás ganemos unas horas, pero es un diagnóstico terminal- indicó el médico.

 

-¿Puedo quedarme con él un momento?- pidió Stiles y el médico asintió, Derek quiso acercarse a él para reconfortarlo, pero Stiles lo alejó con una mirada llena de dolor.

 

El lobo volvió a la sala de espera con el ánimo caído, Laura y Cora se acercaron a él para averiguar qué pasó, sin embargo, se mantuvo en silencio, no solo Stiles lo odiaba sino que Scott moriría.

 

Minutos después Stiles volvió tomando a Liam entre sus brazos llevándolo con él hasta la habitación donde se hallaba Scott, entonces procedió a prepararlo para la noticia, solo pedía que Scott despertara para poder despedirse de su hijo, decirle una vez más que lo amaba, que le diese un último beso.

 

-Mami, ¿cuándo se va a levantar papi?- preguntó el pequeño y el corazón de Stiles se hizo pedazos ¿cómo se le dice a tu hijo que su papá se está muriendo?

 

-Mi amor, escucha- intentó darle una sonrisa que terminó siendo una mueca de dolor –Papi está muy enfermo, se siente muy mal, por eso está aquí.

 

-Pero… papi… papi estaba feliz

 

-Lo sé cariño, pero papi ahora se siente mal, hay una cosa en su corazón, algo que lo enferma… es muy pequeña pero muy mala y… y, dice el doctor que podría hacer que papi ya no… ya no despierte- dijo lo último en un hilo de voz, nadie jamás debería darle ese tipo de noticias a sus hijos, entonces revivió aquel momento en que le dijeron que su madre moriría, volvió a ser ese niño asustado que llamaba a su madre mientras los médicos y las enfermeras la reanimaban, recordó el dolor de ver cómo, a pesar de los intentos, ella no volvía.

 

Afuera esperaba toda la familia, Melissa comenzaba a desesperarse por no poder ver a su hijo, sin embargo, comprendía por qué Stiles decidió llevar a Liam primero, Derek contó a todos, la situación de Scott, el por qué no quiso decir nada antes, y las palabras del médico.

 

Media hora después Stiles y Liam aparecieron, el niño se hallaba dormido entre sus brazos. Se dejó caer en un sofá de la salita de espera antes de informar a todos –Decidí que no lo reanimen- anunció sintiendo la mirada de Melissa sobre él.

 

-Stiles, ¿por qué?- decía ella dolida ¿cómo era posible que Stiles se rinda así de fácil?

 

-Mel, es cuestión de tiempo, ya no hay actividad cerebral, no va a despertar- dijo tragándose un sollozo –No quiero que Liam pase por lo mismo que yo viví cuando mi madre murió, no quiero que vea como su padre es sometido a un proceso de reanimación inútil, Scott tiene Wolfsbane en el corazón, no hay nada qué hacer, entiéndeme- dijo con el rostro bañado en lágrimas, aquella era la decisión más difícil de toda su vida.

 

Chris vio a Melissa asintiendo, él también sabía que no era fácil tomar una decisión así, recordaba estar en una situación similar cuando Allison murió, tenía muy fresca en la memoria la pregunta que le hiciera el médico sobre desconectarla o no. Y, porque la amaba, decidió dejarla ir, era lo mismo que hizo Stiles.

 

-Vamos a verlo- dijo Noah cuando una enfermera anunció que podían pasar por turnos, Melissa, Chris y Noah entraron a la habitación, después fue el turno de Derek y Cora, Peter, Lydia y Kira llegaron a tiempo para despedirse de Scott.

 

Stiles volvió a entrar junto a Liam, que despertó preguntando por su papá -¿puedo hablar con él otra vez?- había pedido y Stiles lo llevó. –Papi, yo te quiero- fue lo primero que Liam dijo, se hallaba recostado al lado de Scott –Eres el mejor papi del mundo… mami dice que te vas a ir al cielo y me vas a cuidar desde allí, no quiero que te vayas… pero si tienes que irte… cuida a mami, a la abuela, a los abuelos… a Derek, a Cora, a Lau… no te olvides de nosotros…- susurró a su oído –Te amo- y tras esas palabras, el monitor que marcaba la actividad de su corazón anunció que dejó de funcionar. Scott murió muerto.

 

El llanto de Stiles en el interior de la habitación advirtió a todos, la noticia. La sala quedó en silencio, el desenlace estaba dicho, y, tal como dijo Derek, el mismo Scott ya esperaba ese momento, por eso se encargó de dejar a su esposo e hijo en las manos correctas, el lobo sabía que sus días estaban contados, pero, a pesar de eso, pudo disfrutar de una vida plena, de su familia, de sus amigos, hizo lo que le gustaba y, se iba sin arrepentimientos, cargado del amor de su familia, dispuesto a encontrarse con el amor de su vida, con Allison.

Notas finales:

Gracias a todos por leer este capítulo, sé que es un poco fuerte que Scott muriese, pero, algunas cosas deben pasar para que otras surjan, me divertí mucho con este Scott y sé que vamos a despedirlo de una buena manera en el siguiente capítulo, lo prometo. Por ahora, eso es todo, quédense con la idea de que, a pesar de todo, Scott se fue feliz.

Un beso, un abrazo y un pañuelo para aquellos que al igual que yo, sufrieron con los sucesos.

Nos vemos pronto.


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