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'DC - Público {SuperBat} por amourtenttia

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Notas del capitulo:

*NOTA AUTORA. A pesar de que he hecho apuntes sobre esto (ojalá fuera broma JAJAJA). Todavía me enredo con los eventos de mi propia imaginación. Durante el primer tramo se hace referencia a la fiesta de Navidad a la cual asistieron. Luego a la boda de Oliver y Barry. Revisando me encuentro con que la continuidad espacio-tiempo explotó en mi cabeza, así que todos, por favor, vamos a fingir que la línea temporal no es relevante. Lo importante es lo que pasa a mediados del capítulo, y que si alguien más shippea a ese par, esto se viene rudo.


 



 

 

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Público

Capítulo 11. Lo mejor es no resistirse a un Wayne...

 

 

 

 

Damián Wayne sabía de situaciones incómodas gracias a su madre. No era un chico renuente al cambio por razones estúpidas —aunque ciertamente su tierna edad quizá influyese en una que otra oportunidad—. Él era lógico y racional. Él era consciente de que, en ocasiones, ceder el poder formaba parte de un plan más grande donde conquistar se volvía la meta, la recompensa misma y el triunfo personal. No confundir esto con que él fuese inmune a los conflictos adolescentes que podían darse entre él y su padre. Damián pelea mucho menos con su abuelo a pesar de que su figura era, en realidad, de mucho más autoridad. 

Todo esto razona el muchacho mientras que observa la escena delante suyo con una expresión de fastidio. 

Podría resultar incluso cómico.

Una escena salida de una película que malamente cae dentro de la categoría de "comedia romántica". 

Si es que es comedia el que sus hermanos estén peleando "no-tan-en-serio", o que sea "romance" el que todo sea por asistir a una boda.

El menor de la familia Wayne ni siquiera conoce a las personas que deciden tan a la ligera condenarse de por vida —esta opinión la mantiene para sí mismo, de otro modo Dick continuaría alegando que no tiene nada de romance en él—. La invitación era para su padre, claro está, y se extendía a ellos debido a que la boda sería en la Mansión. La aventura, por tanto, es la que podría esperarse tomando en cuenta que Bruce Wayne —a quien acompañará el resto—, es el que asistirá al esperado evento en calidad de Padrino. 

Y, como no puede ser de otra manera, la familia entera debe mantener la imagen que su padre, secretamente —y esta es probablemente una teoría conspirativa que no contará nunca—, adora.

No. Damián no piensa que Bruce esté necesariamente interesado en ser conocido como un chiquillo famoso por relacionarse con cualquier hombre o mujer a diestra y sinestra —aunque lo fuese en su momento, aparentemente—. No cree tampoco que esté demasiado emocionado por desperdiciar una tarde que podría ocupar trabajando (¿Bruce Wayne fanático de las fiestas? ¡HA!). Sin embargo, y aunque pareciera que nada más importante resta aquí, Damián sí que sospecha de que hay algo que Wayne adora... 

Ser envidiado por su maldita apariencia.

Damián apostaría todo el dinero que todavía no le pertenece —legalmente— a que su padre es ese tipo de persona.

Y la razón es jodidamente simple.

Su hijo mayor es igual.

Salvo que Richard nunca se ha molestado en ocultarlo.

Y aunque el sentido de la moda de Alfred es acertado siempre, ¿de quién más lo iba a sacar?

Así que Dami observa al mencionado moreno vociferar con el otro. Alfred, por supuesto, ha decidido obviar la discusión entre los petirrojos e irse directo a buscar el auto junto al chofer de turno. En la entrada de la mansión —justo donde ocurren la mayor parte de las peleas, si son plenamente honestos—, los hermanos continúan peleando por las mismas razones que la vez anterior a esta. La única diferencia es que su padre no está con Superman allí, hecho que no deja de ser una suerte tanto como una desgracia. A Tim solo le bastaba recibir una mirada para cerrar el pico, y Grayson a duras penas aguantaba respirar a un lado del hombre de acero. Dami, por su parte, solo vuelve a contar mentalmente con la esperanza de que esta tortura llegue a su fin de una buena vez.

—¡¿Acaso estás escuchándote?! ¡Se supone que ya habíamos hablado de esto!

—¡No voy a usar ese maldito color! ¡No va bien con mis ojos!

Y, tal como aquella ocasión donde la pelea inició justo en la tienda, Wayne Jr. deja de escuchar. 

Él usaría un traje del color de la tierra, o la sangre, o lo que fuera, si con eso les hiciera callar.

Alfred, por su parte, solo agradece que no sea él el que tiene que ir junto a ambos en los asientos traseros.

Ir lejos del par fue la razón por la cual siguió al chofer ni bien le vio llegar.

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Tim sale de la habitación con el rostro ligeramente coloreado por un esfuerzo que, aunque fue meramente mental, deja repercusiones a nivel físico. Ni siquiera en las noches de patrullaje más movidas había terminado tan cansado en una porción de tiempo tan minúscula. La última hora y media vivida da una sensación de décadas experimentadas. Convivir activamente contra las fuertes opiniones que podían encontrarse en Bruce y Dick era una cosa... Sumar a la bola de odio junto con el temple de Kent fue una experiencia. Drake debe admitir que él, aunque calmado, no es necesariamente el mejor ejemplo de "hacer el amor y no la guerra". La buena relación que tiene con Dick no está basada en la paz, como el mundo piensa. Son hermanos, deben pelear de vez en cuando, ¿no? Es bastante ocasional... Él no lanza golpes contra el otro, Richard tampoco.

Pero cuando se les ocurre hacerlo...

"Realmente quisiera tener una taza de café justo ahora" piensa el muchacho a la vez que se aparta del establecimiento al menos unos pasos, su vista clavada en el suelo.

El aire fresco era un requisito necesario para volver aponer los pies en la tierra luego de semejante carrera.

"Si no es eso, al menos quisiera..."

El cigarrillo que aparece delante de él le hace levantar la mirada. Se queda helado en su sitio ni bien reconoce el rostro delante suyo. Su garganta se reseca y su boca es incapaz de pronunciar palabra alguna. Una atisbo de burla es dibujado en los labios ajenos, y cuando le hace un gesto para invitarle a tomar aquello que ofrece, Tim no puede no irse a modo automático. 

—Parece que lo necesitas...—comenta, y su voz es mucho más grave de lo que lo recordaba.

Percibe amabilidad debajo de su aparente rudeza.

—Gracias...—responde él por lo bajo cuando la flama alcanza su droga no necesariamente apreciada.

Jason asiente apenas, limitándose a observarlo.

Se quedan callados un momento. El mayor parece particularmente consciente de que tipo de situación estaba escapando el otro, por lo que no muestra interés por presionar en ese preciso momento. Tim se dedica a utilizar ese único cigarro para calmar sus nervios ahora más alborotados. 

¿Es demasiado pronto para decir que preferiría regresar directo al infierno que estaba viviendo?

—Me has estado evitando...—dice finalmente su, ¿cómo debería llamarlo? ¿Hermano?

El menor traga grueso, prefiriendo mantenerse en silencio.

Las personas caminan por la calle sin tomarles la mayor importancia. Quien quiera que los viera no pensaría nunca que son personas que no se han visto en más de 3 años. Mucho menos dirían que comparten una historia juntos, o que esta misma historia no va necesariamente ligada al hecho de que, por papel, son hermanos.

—¿Pretendías seguir en ello?

Incluso cuando su voz parecía denotar reclamo, él sabía que Jay no estaba buscando provocarlo.

Debajo de esa apariencia, detrás de todas sus frustraciones...

—¿Te olvidaste de mi tan rápido, hermano?

Tim cierra los ojos momentáneamente.

—Desapareciste, Jason...

Su voz tiembla de manera apenas perceptible al agregar:

—Moriste.

Es turno del más alto de tomar su propio narcótico. Hay un aura oscurecida alrededor suyo. Por supuesto que Tim no se la pondría fácil. Él mismo no creía que existiera un camino fácil... Hace 3 años él tomó una decisión, una de la cual todavía se arrepiente.

—Te dije que era una mala idea, te pedí que no lo hicieras... ¿Por qué debería de ayudarte a redimirte ahora?

—¿No estás al menos un poco aliviado de verme? Estoy vivo, ¿no es lo que querías?

El cigarro va desvaneciéndose segundo a segundo. Para cuando se termina, su efecto parece evaporarse con la misma velocidad. Tim presiona los restos contra el material de su chaqueta —poco importándole si pudiera quemarse o no—, y luego le dedica una mirada enfadada al otro. Jason solo le observa. 

—¿Lo que quería?—repite, se niega a reconocer que su voz se alzó al menos un poco— Jason. Lo que quería es que no corrieras al peligro, ¿pero qué demonios podía decirte para detenerte? No te interesó mi opinión ahora, no veo por qué te interesa ahora...

Drake está listo para abandonarlo allí.

Huir a cualquier sitio sería perfecto.

Ni bien ha dado media vuelta la mano contraria le impide avanzar más. 

Él no lucha ni un momento cuando es rodeado por sus brazos.

Jason deja caer la coletilla y la aplasta sin más contemplaciones.

—Lo lamento, T...

Es cierto. Tim no es del tipo que prefiere hacer el amor antes que la guerra... Nunca ha ido tan lejos como para afirmar que es un pacifista... Pero cuando se trata de él... En vista de todo lo que pasaron juntos.

—Debí de escucharte esa noche...

Luego de lo que les costó admitir sus sentimientos. Incluso después de que todo parecía apuntar a que cualquier cosa entre ambos no tenía mayor sentido.

—Nunca debí irme... No debí dejarte así.

La noche en la que la familia Wayne perdió a uno de sus integrantes, 3 años antes, marcó un antes y un después. Jason Todd, siendo ayudado por Tim Drake, planificó el golpe que terminaría para siempre con el payaso de Gotham. Nadie más que ellos conocía cuál era la ubicación donde el desquiciado hombre tramaba el siguiente golpe, ni sabían lo que habían descubierto sería la broma asesina. En el momento en que Drake comprendió lo grave que era intentó detenerlo... Joker había decidido ir contra Gordon, y esta vez el golpe era en serio. Tim estaba seguro de que la muerte estaba en planes del payaso, y cuando, horas más tarde, la ubicación de su amante se desvaneció de todos los dispositivos pudo darse cuenta de que no se había equivocado. Ante su alterado estado de alerta Bruce le prohibió acudir allí para ayudarlo. Grayson se había separado ya de la familia, y para cuando Batman entró en acción el daño estaba hecho.

El caballero de Gotham recibió el golpe de su vida al ver a su hijo morir en sus brazos.

Eso es lo que le había dicho.

Eso es todo lo que sabía al respecto.

Las habituales problemáticas resultantes de los enfrentamientos con el payaso hicieron imposible para él recuperar el cuerpo. Ni Grayson ni él pudieron hacer mucho tampoco. 

Jason se volvió un recuerdo.

Su existencia sonaba a un retorcido rumor.

Así que verlo de nuevo, primero en un mensaje, y ahora en vivo, era todo un evento.

Y Tim desearía poder estar molesto.

Realmente quisiera poder golpearlo él mismo, y hacerle entender por qué desearía no volver a verlo.

Pero sus deseos no iban a la par con lo que sentía su corazón.

El odio que Jay sentía por el enemigo número uno de Gotham no era cualquier cosa. Era algo tan grande que formaba parte de todo lo que Jason era. ¿Cómo podría Tim no haberlo aceptado, si era parte de su persona?

Los brazos del menor se movieron con lentitud al principio, hasta que finalmente rodeó con más fuerza al contrario. 

Odiaba no poder luchar mucho más que eso.

Drake podría juzgar mucho lo que sea que pasara entre Dick y Damián solo por el hecho de que era un menor... Pero en el resto, era ilógico intentarlo. Burlarse de sus diferencias de edad era también un sin sentido, si recordaba que él y Jason no eran mucho mejores que ellos.

—Te odio....—musitó, y un gruñido acompañó la mentira dicha

Todd por poco sonrió.

—Lo sé, babybird... Lo sé...

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El actual hombre a cargo de caja miró hacia la puerta en cuanto la campanilla sonó. Dibujó una sonrisa en sus labios cuando el joven Wayne ingresó de nuevo, visiblemente más calmado, y se encaminó hacia éste con una expresión ligeramente divertida.

—Wayne.... —llamó, y Tim le miró curioso— Su padre me pidió llamarle hace un momento, pero preferí no interrumpirlo.... ¿Se encuentra bien?

Drake observó a Eggsy con una pequeña sonrisa que pronto se convirtió en una meca. No importaba cuánto le recordara que no era necesario la formalidad, o que su apellido no era ese, él continuaba persistiendo en ello.

—Perfectamente—admite, y se sorprende por no encontrar falsedad en su voz— Gracias por el tiempo... ¿Dijo que era urgente?—inquiere curioso

A menos que sus ordenes fueran arrastrarlo dentro, difícilmente regresaría allí tan rápidamente.

El rubio negó, su actitud despreocupada rompía totalmente la seriedad que su traje imponía. Por un momento, Tim imaginó que Jason sería justo de esa manera de estar usando semejante ropa.

—Solo estaba preocupado por ti, supongo—confiesa, y es siempre divertido para el otro ver cómo olvida de a ratos que se supone que debe hablarle como si fuera un anciano— Ha pasado un rato desde que saliste...

Tim frunció el ceño, pronto notó a un hombre salir de la sección donde su familia continuaba, seguro, probándose distintos patrones. No importaba qué tan buena fama tuvieran en Kingsman, Bruce continuaría buscando personalmente qué deberían de usar.

"Normal. El equivalente a una novia buscando vestido... Solo podía ser peor siendo que él está buscando 5 trajes distintos".

—¿Qué tanto rato?—cuestiona Drake, y cuando se acerca solo para mirar por la puerta entre abierta, contiene una sonrisa al ver a Damián acurrucado en uno de los pequeños sofás dispuestos en la sala.

El acento del otro le provoca una sonrisa.

—¿Quizá dos horas ya?

No puede creerlo fácilmente. No inmediatamente.

Su teléfono vibra en su bolsillo, y vagamente escucha al otro llamar a Merlín —sabrán ellos que clase de broma es el origen de esto— cuando decide revisar las notificaciones. Un nuevo mensaje por parte del número que ya había registrado es lo único que capta su atención.

"Por si llegases a dudarlo... El rojo siempre es tu color"

Y él solo puede sonreír por lo bajo sin remedio alguno.

Los tres primeros son quisquillosos con su aspecto por una buena razón.

No importa qué tanto Jason asegure que no le interesa.

Fueron criados por un hombre que se sentía modelo, ¿qué más se podía esperar?

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